El documento describe unas vacaciones nostálgicas de Yeimy Alejandra Anacona, utilizando imágenes vívidas de la naturaleza y su entorno. Se menciona la conexión emocional con un perro llamado René y un estudiante, entre elementos cotidianos que acompañan su viaje. A pesar de la alegría de los recuerdos, también hay una sensación de soledad al final de la narración.