Los ratones que vivían en una gran mansión sufrían por la presencia de un gato que los acechaba y no les permitía salir de sus madrigueras en busca de comida. En una reunión, un joven ratón propuso colgarle un cascabel al gato para poder escuchar su acercamiento y huir a tiempo. Todos celebraron la idea, aunque nadie quería arriesgarse a ponerle el cascabel al gato.