A finales del siglo XII, el estilo gótico surgió en Francia y se extendió por Europa, reemplazando al estilo románico. La catedral era el edificio más representativo del arte gótico, que también incluyó castillos, palacios y ayuntamientos. Las nuevas técnicas arquitectónicas góticas, como el arco apuntado y la bóveda de crucería, permitieron elevar las alturas y añadir grandes ventanales con vidrieras.