El documento compara la vida con el juego de damas chinas, señalando que al igual que en el juego, en la vida a veces hay que sacrificar algo para ganar otra cosa, nunca se puede avanzar más de un paso a la vez, se debe tener paciencia, y solo se puede avanzar sin retroceder. Al igual que en el juego, la vida tiene ciclos que terminan para volver a comenzar, y la clave está en aprender del pasado para jugar mejor en el presente y futuro.