El abuelo le enseña a su nieto la importancia de leer la Biblia a través de una historia. A pesar de que el nieto no podía llevar agua en el canasto debido a que se salía, el abuelo insistió en que lo intentara de nuevo. Cuando el nieto miró dentro del canasto, se dio cuenta de que aunque el agua se salió, el canasto estaba limpio por dentro. Esto representa cómo aunque no se recuerde todo lo leído en la Biblia, ésta cambia a la persona por dentro transformándola.