El documento habla sobre cómo la autora construiría la autoestima de su hijo primero y luego su hogar si pudiera empezar de nuevo con él. Ella usaría más el dedo para pintar en lugar de acusar, sería menos estricta y más accesible, y pasarían más tiempo juntos haciendo actividades como caminatas, fogatas, juegos y mirando las estrellas. La autora también daría más abrazos y nunca rechazos a su hijo.