El Montañés logra infiltrarse en el Palacio de Morjor ubicado en un islote y roba un vaso sagrado del altar. Al escapar, observa cómo un grupo de soldados viola y mata a las vírgines del templo para culparlo a él y declarar la guerra a los extranjeros. El Montañés decide huir nadando y cambiar el tesoro robado en el puerto de El Pierjel para conseguir otros bienes con los que escapar.