La epiqueya es una virtud que permite apartarse del cumplimiento literal de la ley para ser fiel a su espíritu. Aristóteles define la epiqueya como la rectificación de lo justo legal para casos particulares no previstos por la ley universal. Santo Tomás perfecciona esta doctrina estableciendo que la epiqueya sigue lo que exige la justicia y el bien por encima de la letra de la ley, aunque su aplicación debe ser restrictiva y estar al servicio del bien común.