Las reformas educativas en América Latina desde los años 1980 se han centrado en mejorar el acceso, la calidad y la equidad en los sistemas educativos. La primera generación de reformas se enfocó en la reorganización de la gestión y el financiamiento, mientras que la segunda abordó problemas de calidad. Ahora, una tercera generación de reformas se centra en la efectividad de las escuelas y en su conectividad con redes internas y externas al sistema educativo.