El experimento de Hawthorne estudió cómo las condiciones de trabajo afectaban la productividad de los empleados. Se realizaron varias fases donde se modificaron factores como la iluminación, los descansos y el horario laboral. Los resultados mostraron que la productividad aumentaba independientemente de los cambios, debido principalmente a que los empleados se sentían valorados y motivados por formar parte del estudio. Esto llevó a concluir que los factores humanos y sociales son clave para la eficiencia en el trabajo.