Este documento resume y analiza Santiago 2:14-26 de la Biblia. Argumenta que la fe y las obras son inseparables en la vida real, aunque pueden distinguirse teológicamente. La fe sin obras está muerta, como un cuerpo sin espíritu. Ilustra esto con los ejemplos de Abraham y Rahab, cuyas acciones mostraron la verdadera naturaleza de su fe. Concluye que tanto la fe como las obras deben entenderse como confianza y obediencia a Dios y su palabra.