Este documento describe los primeros signos matemáticos escritos y cómo pueden analizarse desde una perspectiva semiótica. Explica que los primeros signos fueron marcas en bolas de barro que representaban iconográficamente los guijarros contenidos, actuando como iconos. También describe cómo estos signos primitivos ilustran características clave de los signos según la teoría de Peirce, como su naturaleza triádica y su apertura a procesos semióticos continuos de significación.