El anuncio presenta a una madre que le da un helado a su hija aburrida para conectar con sus propios recuerdos de la infancia, cuando el camión del helado llegaba en verano. El objetivo del anuncio es transmitir la experiencia de larga data de la marca Frigo jugando con la nostalgia y apelando a la infancia de los compradores entre 30-50 años con hijos para asociar la marca con diversión y terminar con el aburrimiento.