El documento describe las similitudes entre varias frutas y verduras y diferentes partes del cuerpo humano. Señala que las zanahorias se parecen a los ojos, los tomates al corazón, las uvas a las células sanguíneas, las nueces al cerebro y los frijoles a los riñones. También explica que las berenjenas, aguacates y peras se parecen a los órganos reproductores femeninos y que los higos aumentan la fertilidad masculina. Finalmente, cita un pasaje bíblico que