Las fuentes de alimentación convierten la tensión alterna de la red eléctrica en una o más tensiones continuas para alimentar dispositivos electrónicos. Se clasifican como lineales o conmutadas, siendo estas últimas más pequeñas, eficientes pero también más complejas. Algunas fuentes especiales controlan la potencia entregada variando la frecuencia de la tensión o usando transistores para regular la fase y potencia suministrada.