Una base de datos relacional se compone de varias tablas interconectadas que almacenan datos. Las tablas están relacionadas entre sí a través de claves primarias y claves ajenas, lo que permite establecer relaciones entre los datos almacenados en diferentes tablas. Cada tabla contiene filas y columnas, y los datos en cada columna deben pertenecer a un dominio que define los valores posibles.