El documento describe la situación de un pueblo llamado Los Muermos en Chile. El pueblo está dividido en dos zonas, alta y baja, separadas por una línea de ferrocarriles abandonada. Esto ha generado una falta de identidad y desconexión. Sin embargo, la ubicación del pueblo a lo largo de la ruta entre la costa y el centro ofrece una oportunidad para unir a las dos zonas y convertir a Los Muermos en un centro turístico que aproveche sus virtudes locales.