El documento describe la importancia y estructura de los grupos pequeños en la iglesia, enfatizando el crecimiento espiritual, el liderazgo efectivo, y la participación activa de los miembros. Se sugiere que el tamaño ideal de un grupo es de entre 6 a 12 personas para fomentar la intimidad y el cuidado mutuo, destacando la necesidad de un corazón puro y un enfoque en lo espiritual. Se discuten métodos prácticos para facilitar reuniones, promover la transparencia y la evangelización, así como el papel clave de los líderes en guiar a los miembros hacia un propósito común.