La arquitectura gótica se extendió por toda la Península Ibérica en el siglo XIII, con influencia francesa. Los focos principales fueron Castilla (Toledo, León y Burgos), Sevilla en el siglo XV, y el este de España (Barcelona, Valencia y Mallorca). Algunos ejemplos notables son las catedrales de Toledo, León y Sevilla, esta última influenciada en su planta por la mezquita almohade. El gótico italiano tuvo escasa implantación, manteniendo rasgos