El documento describe cómo la iglesia cristiana primitiva se organizó en células pequeñas debido a la falta de locales para reuniones masivas. Las células se reunían en casas y se centraban en la evangelización, la edificación mutua y la confraternización. Más adelante, la iglesia institucionalizó los locales de culto y perdió el énfasis en las células, aunque líderes como Juan Wesley y David Yonggi Cho las revivieron con éxito.