El comercio se remonta a la antigüedad cuando las comunidades agrícolas producían excedentes que intercambiaban por otros bienes. Inicialmente se realizaba a través del trueque, pero luego se introdujo el dinero para facilitar las transacciones. A lo largo de la historia, se desarrollaron rutas comerciales, surgieron bancos que ofrecían servicios financieros, y las civilizaciones acuñaron monedas para impulsar el comercio local e internacional.