La Convención sobre los Derechos del Niño establece que cada niño tiene derecho a un nombre y nacionalidad desde su nacimiento (Principio 3). También estipula que los niños deben ser protegidos contra prácticas discriminatorias y educados en un espíritu de comprensión, tolerancia y fraternidad para servir a los demás (Principio 10). La Convención ha sido ratificada por 191 países.