En la década de 1950, la moda femenina se volvió más glamorosa y extravagante después de la Segunda Guerra Mundial, con vestidos ajustados, corsés y peinados que enfatizaban la sensualidad natural de la mujer. Las prendas estaban confeccionadas con telas costosas como seda y cachemira. Christian Dior también creó un nuevo estilo definido por vestidos pequeños en los hombros y ajustados en la cintura. Los accesorios como guantes, sombreros y carteras complementaban cada atuendo.