La lección enfatiza la importancia del crecimiento espiritual continuo entre los creyentes. Algunos en la iglesia de Corinto mostraban señales de inmadurez espiritual al dividirse sobre líderes y no enfocarse en Cristo. Los creyentes deben esforzarse por madurar espiritualmente mediante una dieta apropiada de la Palabra de Dios y unión con Cristo y otros, en lugar de estancarse.