La crisis económica de 1929 en Estados Unidos tuvo graves consecuencias a nivel mundial debido a la importancia de la economía estadounidense. La crisis se originó por el crecimiento especulativo de la bolsa y la superproducción industrial, lo que llevó al desplome de la bolsa de valores en octubre de 1929. Esto propagó la crisis a nivel global a través de la retirada de capitales estadounidenses de otros países, generando quiebras bancarias, desempleo y pobreza en todo el mundo.