Itzjak Rabín habla sobre la naturaleza humana en tres oraciones o menos. El hombre no es una máquina fría y calculadora, sino que tiene emociones como el corazón, el alma, el llanto, la risa, el amor y el sufrimiento. El hombre experimenta la lucha interna, puede ser herido y expresar sus quejas. Lo que define al hombre es su humanidad.