La deuda externa de Ecuador ha sido un problema importante durante mucho tiempo. Se ha utilizado el dinero de los préstamos de manera ineficiente y corrupta, priorizando el pago de la deuda sobre las necesidades sociales. Rafael Correa determinó que gran parte de la deuda era ilegítima y llevó a cabo una auditoría, declarando el cese de pagos del 70% de la deuda y comprando deuda ecuatoriana a bajo precio para reducirla.