Venezuela está al borde del default de su deuda externa de más de 100 mil millones de dólares debido a los retrasos en los pagos de bonos de PDVSA y la caída de los precios del petróleo. Un default podría traer consecuencias económicas graves como litigios, embargo de activos en el exterior e incluso una mayor crisis humanitaria. Rusia y China han sido los principales prestamistas de Venezuela pero con la caída de la producción petrolera se ha vuelto difícil para Venezuela cumplir con esos compromisos.