Cornelio, un centurión romano piadoso y temeroso de Dios, recibió una visión de un ángel que le comunicó que sus oraciones habían sido escuchadas y que debía buscar a Pedro. A pesar de su bondad, Cornelio necesitaba escuchar el mensaje de salvación a través de Jesucristo. El encuentro culminó en la predicación de Pedro, donde manifestaron que todos, judíos y gentiles, pueden recibir perdón y salvación al creer en Jesús.