Este documento describe la naturaleza de la oración como una conversación del hijo de Dios con su Padre celestial bajo la influencia del Espíritu Santo. Explica que la oración nos permite presentarnos ante Dios como sus hijos adoptivos a través de Cristo y nos ayuda a participar más fructuosamente en los sacramentos y medios de salvación. Finalmente, destaca que la vida de oración es fundamental para nuestro crecimiento espiritual y unión con Dios.