El documento analiza el despertar de la democracia en España durante las elecciones de 1933, resaltando la crítica del regeneracionismo sobre los hábitos electorales existentes y su uso de prácticas políticas egoístas. Aunque hubo avances como la reducción del fraude y la participación de nuevos grupos de electores, se evidenció que la violencia y el clientelismo seguían presentes en el sistema. Finalmente, se señala que la experiencia electoral en España tiene una larga trayectoria que influye en los eventos de 1933, marcando el inicio de una nueva etapa democrática.