El documento describe cómo Dios creó diferentes animales y les asignó una vida útil específica - 40 años para el burro, 25 años para el perro y 20 años para el mono. Cuando Dios creó al hombre y le dijo que viviría 30 años, el hombre negoció para obtener los años de vida que los otros animales habían rechazado, resultando en que los hombres viven 30 años como humanos, 20 como burros trabajando, 10 como perros cuidando el hogar en la jubilación y 10 como monos divertidos con los nietos en la vejez.