Las Cruzadas (1095-1270) fueron conflictos bélicos entre cristianos y musulmanes que buscaban recuperar tierras santas, iniciadas por la convocatoria del Papa Urbano II. A lo largo de ocho cruzadas, los cristianos lograron recuperar Jerusalén en la primera, pero las campañas posteriores enfrentaron derrotas y fracasos, debilitando el poder feudal y fortaleciendo el poder real. Las consecuencias incluyeron un aumento en el comercio mediterráneo, el enriquecimiento de la burguesía, y un renacimiento cultural en Europa.