Caleb fue uno de los doce espías enviados a explorar la Tierra Prometida. A diferencia de los otros espías, Caleb confió en que Dios les ayudaría a conquistar la tierra a pesar de sus enemigos. Esperó pacientemente 40 años hasta que los israelitas finalmente entraron a Canaán, y luego reclamó la tierra que Dios le había prometido a pesar de los gigantes que vivían allí. Caleb animó a la nueva generación a confiar en las promesas de Dios y conquistar las ciudades restantes.