SlideShare una empresa de Scribd logo
Leyenda final
       Aquella era una noche del mes de Julio. Habíamos decidido ir de
acampada al valle de Broto, en el pirineo aragonés unos amigos y yo. Siempre
realizábamos una escapada al finalizar el curso escolar. Éramos un grupo de
compañeros y amigos de la infancia con los que guardas gran amistad desde
el colegio.
Ese día lo recuerdo todavía con gran intensidad en mi memoria. La mañana
transcurrió entre senderos de bosques de hayedos, nos encantaba pasear por
aquellos parajes y organizar rutas diferentes cada día. Hacía un sol abrasador
y paramos a comer en un valle cercano a un río, el cuál nos sirvió para darnos
un gran chapuzón. Al terminar y ya por la tarde regresamos al lugar donde
teníamos colocadas nuestras tiendas de campaña. Después de la cena de
aquel agotador día, y como solíamos hacer, nos reunimos alrededor de la
hoguera para acabar la jornada con un grato rato de charla. Tras un largo rato
de conversación y de bromas y sin saber muy bien cómo, terminamos la
velada contando historias de miedo. La noche invitaba al misterio...
Súbitamente comenzó a levantarse un fuerte viento y se vislumbraban en el
horizonte unas cuantas sombras bailando a nuestro alrededor, nadie se atrevía
a decir nada, y mucho menos a movernos de nuestro sitio, hasta que...
… Decidimos echar a suertes que dos iban a ir a ver que ocurría. Nos tocó a
Elena y a mí. La verdad es que conforme nos acercábamos el ruido era mayor.
 Nos detuvimos detrás de una gran roca para observar como 5 ancianos
cantaban unas canciones que parecían muy antiguas.
De pronto dejaron de cantar y como si esperaran nuestra llegada un señor muy
mayor se giró hacia nosotros y con voz ronca nos dijo:
- Venid a sentaros con nosotros, no temáis. Avisad a vuestros amigos.
Mi amiga Elena les preguntó que porque debían sentarse con ellos, y una
anciana le contestó:
- Tenéis que sentaros con nosotros porque os queremos contar una historia
que nos ocurrió hace muchos años.
Bajamos corriendo la ladera y casi sin poder hablar les contamos a nuestros
amigos lo que nos habían dicho. Como la curiosidad era mayor que nuestro
miedo decidimos subir con ellos.
Cuando ya estábamos todos sentados alrededor de la hoguera, nos dijeron que
desde hace 50 años venían cada 17 de julio a este mismo lugar para recordar
lo que les paso cuando eran jóvenes y de lo que solo hablaban este día y en
este mismo lugar.
La historia comenzaba así...
Hace muchos años que esto nos ocurrió. Decidimos al igual que vosotros venir
a estos parajes a pasar la noche, movida nuestra curiosidad por las historias
que los mas ancianos de la zona contaban respecto a unos hechos extraños
que sucedían
en esta mismas fechas por aquel entonces. La gente contaba que con los
primeros rayos de sol en los últimos días, cuando los labradores iban al campo,
habían encontrado varios cuerpos de jóvenes mutilados y clavados al suelo,
siempre en la misma posición y orientación, sin que nadie tuviera una
explicación para ello mas que la de pensar en algún tipo de ritual extraño, pero
con la gran duda de no saber quien o quienes eran los responsables.
Así que decidimos venir a pasar la noche para indagar, aun a riesgo de lo que
nos pudiera ocurrir. Era una noche demasiado fría para las fechas veraniegas
en las que nos encontrábamos, y la Luna llena no nos daba ningún buen
augurio, algo extraño seguro iba a ocurrir. Y no tardó en suceder. Un extraño
ruido nos hizo estremecer y con gran sigilo nos acercamos a ver que ocurría, o
ya había ocurrido. La imagen nos llenó de temor y sorpresa cuando, desde un
pequeño saliente acurrucados, pudimos intuir el rostro de una bella joven
aldeana que oculta bajo una capa negra portaba una carreta cargada con lo
que parecía el cuerpo de una persona. En aquel momento aumentó nuestro
temor, con la sensación de sentirnos vigilados por un enorme búho que desde
la rama de una carrasca cercana, se convertía en un nuevo invitado a la fiesta
nocturna...
...La joven era muy bella, su larga melena negra, sus ojos azules y su figura
delgada, casi transparente, nos recordó las ilustraciones de Benjamín Lecombe
en su obra “Melodía en la ciudad”, una historia que no hacía mucho tiempo nos
había dejado fascinados.
Sin sorprenderse lo más mínimo al vernos nos preguntó qué hacíamos por allí
y no sin cierto temor le contamos lo que habíamos visto y oído hasta ese
momento. Su invitación a seguirla nos llenó de una mezcla de alegría y
sorpresa. Aquella muchacha apenas hablaba sino con gestos pero sus ojos
eran tan expresivos y tan alegres que no podíamos imaginar otra cosa que no
fueran mundos y experiencias tan dulces y gratificantes como su mirada.
         Caminamos durante un tiempo difícil de precisar, ¿minutos? ¿horas tal
vez?
De pronto nos encontramos en una cueva en la que en círculo un grupo de
personas, cantaban y bailaban músicas maravillosas y diferentes, canciones
que nosotros no comprendíamos lo que decían pero que consiguieron que nos
pusiéramos a bailar como ellos.
         Micaela, así se llamaba la joven de la capa, nos miró al cesar la música
y movió su cabeza como preguntándonos :”¿tiene esto algo que ver con lo que
os han contado?”
Miré a Elena y como si nos hubiéramos puesto de acuerdo, alzamos los
hombros para mostrar nuestro desconcierto. No pudimos saber nada más. Su
carretilla estaba vacía a la entrada de la cueva. Micaela y su gente nos
dedicaron una última canción: extraña, conmovedora, distintas a todo lo que
conocíamos. Una melodía de despedida que no dejaba ver ni chispa de
tristeza, como a nosotros nos gustaría haber soñado.
         Aturdidos, fuimos en busca de nuestro grupo de amigos y les dijimos
que no habíamos visto ni oído nada...
La historia continúa siendo un secreto entre Elena y Yo. ¿Quién había decidido
hacernos ese regalo? ¿por qué a nosotros?
    Años más tarde, Elena fue mi compañera inseparable y pensamos que había
llegado la hora de volver a ese lugar.
Solamente encontramos una gran piedra en la que habían escrito:” sabíamos
que volveríais, vais a ser muy felices”.
La firma era un hermoso garabato de colores.

Más contenido relacionado

PDF
Alexander genaro
DOC
Leyendas
PPS
La Lista
PPS
La lista
PPS
La Lista de la Maestra..
PPS
La lista
Alexander genaro
Leyendas
La Lista
La lista
La Lista de la Maestra..
La lista

La actualidad más candente (14)

PPTX
Cumanda
PDF
Fantasma de navidad
PPTX
La navidad en las montañas
DOC
CPEIPS La Salle
DOCX
D espedidos en el castillo de princesas
PDF
Los amantes mariposa
PPT
CUENTOS BIBLIOTECA:LOS AMANTES MARIPOSA de Benjamín Lacombe
DOCX
Historias de san antonio huista
PPT
EL JARDÍN ENAMORADO
DOC
Libro final 2003 pablo sanz
PPT
Las leyendas de córdoba
PPT
PresentacióN Navidad1
Cumanda
Fantasma de navidad
La navidad en las montañas
CPEIPS La Salle
D espedidos en el castillo de princesas
Los amantes mariposa
CUENTOS BIBLIOTECA:LOS AMANTES MARIPOSA de Benjamín Lacombe
Historias de san antonio huista
EL JARDÍN ENAMORADO
Libro final 2003 pablo sanz
Las leyendas de córdoba
PresentacióN Navidad1
Publicidad

Destacado (20)

PPTX
4 indicador de desempeño.
PPT
The Colchrane Collaboration
DOC
Bab 5-persediaan
PDF
Calonkpugrsk
PDF
Residual income
ODT
PPTX
Ondernemen met sociale netwerken
PDF
Colegial News - edição 15
PPTX
PDF
Susunan putusan
PPTX
Teori belajar gasing
PPTX
Sucursales de la empresa
PPTX
You & your health
DOC
Ativ2 8 fernandafreitasesilvanacardoso
PPSX
Design Methods
PPTX
enfermeria basada en la evidencia (EBE)
PDF
Occupy wall street
PPTX
Deasy ti
4 indicador de desempeño.
The Colchrane Collaboration
Bab 5-persediaan
Calonkpugrsk
Residual income
Ondernemen met sociale netwerken
Colegial News - edição 15
Susunan putusan
Teori belajar gasing
Sucursales de la empresa
You & your health
Ativ2 8 fernandafreitasesilvanacardoso
Design Methods
enfermeria basada en la evidencia (EBE)
Occupy wall street
Deasy ti
Publicidad

Similar a Leyenda final (20)

PDF
Garver, will l_-__hermano_de_tercer_grado
PPTX
Libro MAIKEL
PPTX
Flor de nube
PDF
Revista CEPA TORRES 2018
DOC
Despues del sabado cuento - umberto valverde
PDF
Tercero el eclipse (2)
PDF
Tercero el eclipse (1)
PDF
Tercero el eclipse
PPTX
PRODUCTO 2 LETY
PDF
Cuadernoviajeeducativo ada kulig
DOCX
La rosa azul capítulo 1
DOCX
LA NIÑA ENCANTADA
PDF
Novela mi creación de un texto narrativo
ODP
PPS
La historia de mi vida (Hogar Sabiñanigo)
PDF
Temporal romantico pdf
PDF
2°año Piedra, Papel oTijera-Inés-Garland.pdf
PDF
El mundo es un pañuelo. Cuentos y relatos por Dante Amerisi.
DOC
El legado
DOCX
Vamos Pa´l Norte
Garver, will l_-__hermano_de_tercer_grado
Libro MAIKEL
Flor de nube
Revista CEPA TORRES 2018
Despues del sabado cuento - umberto valverde
Tercero el eclipse (2)
Tercero el eclipse (1)
Tercero el eclipse
PRODUCTO 2 LETY
Cuadernoviajeeducativo ada kulig
La rosa azul capítulo 1
LA NIÑA ENCANTADA
Novela mi creación de un texto narrativo
La historia de mi vida (Hogar Sabiñanigo)
Temporal romantico pdf
2°año Piedra, Papel oTijera-Inés-Garland.pdf
El mundo es un pañuelo. Cuentos y relatos por Dante Amerisi.
El legado
Vamos Pa´l Norte

Leyenda final

  • 1. Leyenda final Aquella era una noche del mes de Julio. Habíamos decidido ir de acampada al valle de Broto, en el pirineo aragonés unos amigos y yo. Siempre realizábamos una escapada al finalizar el curso escolar. Éramos un grupo de compañeros y amigos de la infancia con los que guardas gran amistad desde el colegio. Ese día lo recuerdo todavía con gran intensidad en mi memoria. La mañana transcurrió entre senderos de bosques de hayedos, nos encantaba pasear por aquellos parajes y organizar rutas diferentes cada día. Hacía un sol abrasador y paramos a comer en un valle cercano a un río, el cuál nos sirvió para darnos un gran chapuzón. Al terminar y ya por la tarde regresamos al lugar donde teníamos colocadas nuestras tiendas de campaña. Después de la cena de aquel agotador día, y como solíamos hacer, nos reunimos alrededor de la hoguera para acabar la jornada con un grato rato de charla. Tras un largo rato de conversación y de bromas y sin saber muy bien cómo, terminamos la velada contando historias de miedo. La noche invitaba al misterio... Súbitamente comenzó a levantarse un fuerte viento y se vislumbraban en el horizonte unas cuantas sombras bailando a nuestro alrededor, nadie se atrevía a decir nada, y mucho menos a movernos de nuestro sitio, hasta que... … Decidimos echar a suertes que dos iban a ir a ver que ocurría. Nos tocó a Elena y a mí. La verdad es que conforme nos acercábamos el ruido era mayor. Nos detuvimos detrás de una gran roca para observar como 5 ancianos cantaban unas canciones que parecían muy antiguas. De pronto dejaron de cantar y como si esperaran nuestra llegada un señor muy mayor se giró hacia nosotros y con voz ronca nos dijo: - Venid a sentaros con nosotros, no temáis. Avisad a vuestros amigos. Mi amiga Elena les preguntó que porque debían sentarse con ellos, y una anciana le contestó: - Tenéis que sentaros con nosotros porque os queremos contar una historia que nos ocurrió hace muchos años. Bajamos corriendo la ladera y casi sin poder hablar les contamos a nuestros amigos lo que nos habían dicho. Como la curiosidad era mayor que nuestro miedo decidimos subir con ellos. Cuando ya estábamos todos sentados alrededor de la hoguera, nos dijeron que desde hace 50 años venían cada 17 de julio a este mismo lugar para recordar lo que les paso cuando eran jóvenes y de lo que solo hablaban este día y en este mismo lugar. La historia comenzaba así... Hace muchos años que esto nos ocurrió. Decidimos al igual que vosotros venir a estos parajes a pasar la noche, movida nuestra curiosidad por las historias que los mas ancianos de la zona contaban respecto a unos hechos extraños que sucedían en esta mismas fechas por aquel entonces. La gente contaba que con los primeros rayos de sol en los últimos días, cuando los labradores iban al campo, habían encontrado varios cuerpos de jóvenes mutilados y clavados al suelo, siempre en la misma posición y orientación, sin que nadie tuviera una explicación para ello mas que la de pensar en algún tipo de ritual extraño, pero con la gran duda de no saber quien o quienes eran los responsables.
  • 2. Así que decidimos venir a pasar la noche para indagar, aun a riesgo de lo que nos pudiera ocurrir. Era una noche demasiado fría para las fechas veraniegas en las que nos encontrábamos, y la Luna llena no nos daba ningún buen augurio, algo extraño seguro iba a ocurrir. Y no tardó en suceder. Un extraño ruido nos hizo estremecer y con gran sigilo nos acercamos a ver que ocurría, o ya había ocurrido. La imagen nos llenó de temor y sorpresa cuando, desde un pequeño saliente acurrucados, pudimos intuir el rostro de una bella joven aldeana que oculta bajo una capa negra portaba una carreta cargada con lo que parecía el cuerpo de una persona. En aquel momento aumentó nuestro temor, con la sensación de sentirnos vigilados por un enorme búho que desde la rama de una carrasca cercana, se convertía en un nuevo invitado a la fiesta nocturna... ...La joven era muy bella, su larga melena negra, sus ojos azules y su figura delgada, casi transparente, nos recordó las ilustraciones de Benjamín Lecombe en su obra “Melodía en la ciudad”, una historia que no hacía mucho tiempo nos había dejado fascinados. Sin sorprenderse lo más mínimo al vernos nos preguntó qué hacíamos por allí y no sin cierto temor le contamos lo que habíamos visto y oído hasta ese momento. Su invitación a seguirla nos llenó de una mezcla de alegría y sorpresa. Aquella muchacha apenas hablaba sino con gestos pero sus ojos eran tan expresivos y tan alegres que no podíamos imaginar otra cosa que no fueran mundos y experiencias tan dulces y gratificantes como su mirada. Caminamos durante un tiempo difícil de precisar, ¿minutos? ¿horas tal vez? De pronto nos encontramos en una cueva en la que en círculo un grupo de personas, cantaban y bailaban músicas maravillosas y diferentes, canciones que nosotros no comprendíamos lo que decían pero que consiguieron que nos pusiéramos a bailar como ellos. Micaela, así se llamaba la joven de la capa, nos miró al cesar la música y movió su cabeza como preguntándonos :”¿tiene esto algo que ver con lo que os han contado?” Miré a Elena y como si nos hubiéramos puesto de acuerdo, alzamos los hombros para mostrar nuestro desconcierto. No pudimos saber nada más. Su carretilla estaba vacía a la entrada de la cueva. Micaela y su gente nos dedicaron una última canción: extraña, conmovedora, distintas a todo lo que conocíamos. Una melodía de despedida que no dejaba ver ni chispa de tristeza, como a nosotros nos gustaría haber soñado. Aturdidos, fuimos en busca de nuestro grupo de amigos y les dijimos que no habíamos visto ni oído nada... La historia continúa siendo un secreto entre Elena y Yo. ¿Quién había decidido hacernos ese regalo? ¿por qué a nosotros? Años más tarde, Elena fue mi compañera inseparable y pensamos que había llegado la hora de volver a ese lugar. Solamente encontramos una gran piedra en la que habían escrito:” sabíamos que volveríais, vais a ser muy felices”. La firma era un hermoso garabato de colores.