Las Leyes de Newton explican el movimiento de los cuerpos y constituyen los fundamentos de la física clásica. La primera ley establece que un cuerpo permanece en reposo o movimiento uniforme a menos que una fuerza actúe sobre él. La segunda ley relaciona la fuerza y la aceleración de un cuerpo. La tercera ley establece que toda acción tiene una reacción igual y opuesta. Juntas, estas leyes permiten explicar una amplia gama de fenómenos físicos.