La Línea Maginot fue una fortificación construida por Francia a lo largo de su frontera con Alemania e Italia tras la Primera Guerra Mundial, con el objetivo de proteger al país de posibles ataques alemanes. Aunque se pensó como una estrategia defensiva, la línea fracasó notablemente durante la Segunda Guerra Mundial, ya que las tropas alemanas la eludieron y atacaron Francia por otros caminos. Hoy, la Línea Maginot es un atractivo turístico, con muchos de sus fuertes conservados y reutilizados como museos y otros espacios.