Este cuento relata la historia de dos reyes, uno de Babilonia y otro de Arabia. El rey de Babilonia construyó un complejo laberinto para burlarse de su invitado, el rey de Arabia, quien se perdió en él. Más tarde, el rey de Arabia derrotó los reinos de Babilonia y capturó al rey, llevándolo a través del desierto a su propio laberinto, que era la nada misma, donde dejó al rey para que muriera de hambre y sed.