El documento define la pornografía como la exhibición de actos sexuales reales o simulados frente a terceros de manera deliberada, lo que atenta contra la dignidad humana. El consumo regular de pornografía desde la adolescencia puede causar disfunción eréctil y pérdida de deseo a los 25 años. Ver pornografía también puede traer trastornos en la conducta sexual de niños y adolescentes como promiscuidad y negligencia ante métodos anticonceptivos.