El manejo de la insuficiencia renal crónica (IRC) incluye control estricto de la hipertensión y la hiperlipidemia, restricción proteica, prevenir trastornos hidroelectrolíticos y evitar nefrotóxicos. El manejo se divide en dos fases: la primera retrasa la diálisis a través de estas medidas, y la segunda incluye diálisis y trasplante renal como terapia de reemplazo cuando la enfermedad alcanza un estado terminal.