SlideShare una empresa de Scribd logo
Jul
Dr.
Juan
Carlos
Miranda
es
el
fundado!
,
desde
1976,
del
Departamento
Hispano
<!<•!
Instituto
de
Evangelismo
e
Iglecrecimiento
Charles
E.
Fuller,
la
más
prestigiosa
de
las
agencias
de
asesoría
y
consulta
sobre
el
crecimiento
de
la
iglesia.
Ha
viajado
extensamente
tanto
por
los
Estados
Unidos
como
por
la
América
Latina,
realizando
investigaciones
en
el
campo
del
Iglecrecimiento.
Jim
este
libro,
el
doctor
Miranda
nos
informa
acerca
de
los
factores
que
impiden
el
crecimiento
de
la
iglesia,
y
ofrece
las
instrucciones
pertinentes
para
revitalizarla,
a
fin
de
que
tengamos
congregaciones
dinámicas
que
trabajen
con
más
vigor
y
eficiencia
para
alcanzar
a
los
perdidos
para
Cristo.
J_j¡
autor,
un
estudioso
sistemático
del
Iglecrecimiento,
pionero
del
asesoramiento
hispano
sobre
el
tema,
no
es
sólo
un
teórico
sino
alguien
que
ha
experimentado
en
la
práctica
los
conceptos
vertidos
en
su
libro.
e
g.
8-
f
«
3
05
B.
05
Manual
de
Iglecrecimiento
I
)r.
Juan
Carlos
Miranda
i
;.«•
Manual
de
Iglecrecimiento
Dr.
Juan
Carlos
Miranda
Con
un
prefacio
de
Pedro
Wagner
JIBÜOTECA
DE
SE.
i.
E.
A.
MÁKCOS
m
177é
-
(4.090)
lUCUMtM
Editorial
Vida
A
María,
compañera
y
colega
por
más
de
treinta
años;
quien
en
Jos
momentos
más
difíciles
de
mi
vida,
como
lo
fue
el
de
escribir
este
libro,
ha
estado
siempre
a
mi
lado.
ISBN
0-8297-0707-7
Categoría:
Crecimiento
de
la
Iglesia
Publicado
por
Editorial
Vida
®
Editorial
Vida
1985
Miami,
Florida
33167
Reservados
todos
los
derechos
Cubierta
diseñada
por
Ana
María
Bowen
ÍNDICE
PREFACIO
6
INTRODUCCIÓN
8
1.
LAS
ESCRITURAS
Y
LA
VOLUNTAD
DE
DIOS
14
Cuatro
clases
de
Iglecrecimiento
bíblico
•
Tres
caracterís-
ticas
del
Iglecrecimiento
•
Lo
que
Dios
espera
de
noso-
tros
•
La
meta
bíblica
•
La
estrategia
bíblica
•
La
escala
de
resistencia-receptividad
2.
LA
MISIÓN
DE
LA
IGLESIA
35
Definiendo
la
misión
•
¿Qué
dice
Iglecrecimiento?
•
Mi-
sión
integral
•
Cuatro
tipos
de
Iglecrecimiento
•
¿Qué
sig-
nifica
evangelismo
integral?
•
La
prioridad
del
evangelis-
mo
•
Definiendo
el
evangelismo
•
El
mandato
evan-
gelístico
3.
EL
PASTOR,.
LA
CONGREGACIÓN
Y
EL
IGLECRECIMIENTO
51
Cuatro
axiomas
del
Iglecrecimiento
•
El
pastor
debe
desear
que
la
iglesia
crezca
•
La
congregación
debe
desear
que
la
iglesia
crezca
•
Celebración
+
congregación
+
grupos
hogare-
ños
=
iglesia
•
Un
pastor,
una
iglesia
(Modelo
1)
•
Otro
pastor,
otra
iglesia
(Modelo
2)
4.
ADIESTRANDO
LA
IGLESIA
LOCAL
78
¿Problemas
o
soluciones?
•
Cinco
clases
de
líde-
res
•
Adiestrando
según
el
modelo
de
Cristo
•
Adiestran-
do
según
el
modelo
de
Pablo
•
Consideraciones
bíblicas
sobre
el
ministerio
del
laico
•
A.
Instituciones
teológi-
cas
•
B.
Educación
teológica
por
extensión
•
C.
El
minis-
tro
que
adiestra
a
la
vez
que
discipula
5.
LOS
DONES
ESPIRITUALES
PUEDEN
AYUDARLE
:
100
La
iglesia
como
cuerpo
de
Cristo
•
La
diversidad
en
el
cuerpo
•
Lo
que
son
los
dones
espirituales
y
lo
que
no
son
•
¿Cuáles
son
los
dones
espirituales?
•
Definiciones
de
los
dones
espirituales
•
Descubriendo
los
dones
espiri-
tuales
•
Desarrollando
los
dones
espirituales
•
Usando
los
dones
espirituales
6.
ESTRATEGIA
DEL
EVANGELISMO
URBANO
118
La
necesidad
•
Lima
al
encuentro
con
Dios
•
Cruzadas
para
el
Crecimiento
de
la
Iglesia
7.
EL
MINISTERIO
SOCIAL
Y
EL
IGLECRECIMIENTO
.
148
índice
5
El
mandato
cultural
•
El
servicio
social
•
La
acción
social
8.
EL
PRINCIPIO
DE
LAS
UNIDADES
HOMOGÉNEAS
161
Definiendo
las
unidades
homogéneas
•
La
discusión
y
la
aclaración
•
El
pluralismo
social
•
No
es
sinónimo
de
ra-
cismo
•
En
lo
práctico
•
El
porqué
de
los
resulta-
dos
•
¿Otra
terminología?
•
Finalmente
9.
PLANTANDO
NUEVAS
IGLESIAS
174
Requisitos
básicos
para
plantar
iglesias
•
Objeciones
a
que
se
planten
iglesias
•
Modelos
para
comenzar
igle-
sias
•
Plantando
con
visión
BIBLIOGRAFÍA
DE
IGLECRECIMIENTO
EN
ESPAÑOL
191
LISTA
DE
DIAGRAMAS
1
¡Hacer
discípulos!
25
2
Una
iglesia
responsable
y
reproductiva
25
3
Los
ciclos
humanos
26
4
La
meta
del
evangelismo
28
5
Escala
de
receptividad-resistencia
31
6
Escala
de
Engel
33
7
Mandato
cultural
y
mandato
evangelístico
37
8
Cuatro
clases
de
Iglecrecimiento
41
9
Centro
Evangelístico
La
Hermosa:
Membresía
66
10
Centro
Evangelístico
La
Hermosa:
Membresía
compuesta
67
11
Iglesia
Presbiteriana
San
Pablo:
Historia
y
proyección
de
fe
70
12
Iglesia
Presbiteriana
San
Pablo:
Perspectiva
en
la
proyección
de
fe
71
13
Vida
en
el
cuerpo
y
el
Iglecrecimiento
83
14
Ministerios
para
laicos
y
pastores
91
15
Proceso
de
adiestramiento:
Lima
98
16
Lince,
Lima
128
17
Pueblo
Libre,
Lima
130
18
Cruzada
para
el
Crecimiento
de
la
Iglesia
145
19
Retrato
de
una
gran
iglesia
186
PREFACIO
Este
libro
constituye
una
publicación
muy
significativa.
Su
autor,
Juan
Carlos
Miranda,
nos
ha
proporcionado
el
primer
libro
sobre
Iglecrecimiento
escrito
originalmente
en
español.
El
movimiento
de
Iglecrecimiento
ya
ha
cumplido
treinta
años.
Este
comenzó
con
la
publicación
del
libro
The
Bridges
o/God
(Los
puentes
de
Dios),
por
Donald
McGavran
en
1955.
Sus
enseñanzas
se
han
propagado
por
cada
continente
del
mundo.
Muchos
han
estado
enseñando
los
principios
del
crecimiento
de
la
iglesia
en
la
América
Latina,
pero
ha
sido
esta
mayormente
una
tentativa
de
aplicar
conceptos
expresados
primeramente
en
inglés,
utilizando
circunstancias
y
ejemplos
toma-
dos
de
lo
sucedido
en
otras
partes
del
mundo.
El
doctor
Miranda
está
calificado
para
producir
esta
obra
tan
valiosa.
Su
libro
está
basado
en
la
práctica
y
no
meramente
en
la
teoría
de
estos
principios.
El
se
ha
preocupado
por
estudiar
la
gran
cantidad
de
literatura
sobre
el
tema
que
se
ha
publicado
en
inglés;
ha
pasado
por
el
rigor
académico
del
programa
doctoral
de
Iglecreci-
miento
del
Seminario
Teológico
Fuller,
donde
enseña
el
propio
McGavran;
y
ha
viajado
extensamente
investigando
el
crecimiento
de
la
iglesia
tanto
en
Norteamérica
como
en
la
América
Latina.
Pero
toda
esta
teoría
haría
que
este
fuese
un
libro
muy
desabrido
si
Miranda
no
hubiese
invertido
buena
parte
de
su
tiempo
asegurándo-
se
de
que
las
teorías
fueran
aplicadas
a
los
cimientos
mismos.
En
primer
lugar,
Miranda
es
uno
que
planta
iglesias
y
además
es
pastor.
Gran
parte
de
su
ministerio
lo
ha
pasado
—
y
aun
lo
pasa
en
el
presente
—
ocupado
en
cuidar
de
un
rebaño
del
pueblo
de
Dios.
Esta
constante
experiencia
de
compartir
el
dolor
y
los
problemas,
el
gozo
y
las
victorias
de
creyentes
laicos,
le
proporcionan
las
cualidades
que
necesita
en
su
segunda
función:
la
de
ser
un
asesor
internacional
de
Iglecrecimiento.
El
doctor
Miranda
es
un
pionero
hispano
del
asesoramiento
sobre
Iglecrecimiento.
Desde
1976
ha
sido
el
fundador
y
director
del
De-
partamento
Hispano
del
Instituto
de
Evangelismo
e
Iglecrecimiento
Charles
E.
Fuller,
la
más
prestigiosa
de
las
agencias
de
asesoría
y
consulta
sobre
crecimiento
de
la
iglesia.
Su
trabajo
lo
ha
hecho
recorrer
la
mayor
parte
de
los
Estados
Unidos
de
América,
asi
como
también
casi
todos
los
países
de
América
Latina.
Ha
trabajado
con
líderes
eclesiásticos
de
un
gran
número
de
denominaciones
evangé-
licas.
Es
este
trasfondo
lo
que
lo
convierte
en
una
autoridad
en
la
Prefacio
7
materia
y
lo
capacita
para
que
comparta
sus
conceptos
con
los
domas.
Este
Manual
de
íglecrecimiento
es
un
libro
que
le
informará.
El
desarrollo
del
campo
académico
del
Iglecrecimiento
en
los
últimos
años
es
sorprendente.
Esta
obra
ayudará
al
lector
a
conocer
los
principios
y
personajes
relacionados
con
este
tema.
Este
Manual
de
Iglecrecimiento
es
un
libro
que
le
instruirá.
La
mayoría
de
los
pastores
y
líderes
nunca
han
estudiado
Iglecreci-
miento,
principalmente
porque
no
había
cursos
en
esta
materia.
Ellos
no
pueden
darse
cuenta
de
la
diferencia
que
hay
entre
una
iglesia
enferma
y
una
que
goza
de
buena
salud.
No
tienen
instrumen-
tos
con
qué
diagnosticar.
Cuando
una
iglesia
no
crece,
generalmente
se
sienten
desvalidos,
y
hasta
llegan
a
racionalizar
que
es
la
voluntad
de
Dios
que
no
crezca.
Este
libro
puede
cambiar
esa
situación.
En
muchos
casos
proporcionará
la
instrucción
que
permitirá
al
pastor
guiar
a
su
iglesia
a
un
crecimiento
vigoroso
y
continuo.
Este
Manual
de
Iglecrecimiento
es
un
libro
que
le
servirá
de
inspiración.
Aunque
contiene
muchas
observaciones
tomadas
de
la
sociología,
Juan
Carlos
Miranda
es
el
primero
en
reconocer
que
la
sociología
por
sí
misma
no
puede
edificar
el
reino
de
Dios.
Unos
plantan
y
otros
riegan,
pero
Dios
—
y
únicamente
Dios
—
da
el
crecimiento.
El
quiere
que
sus
hijos
perdidos
sean
hallados
y
traídos
al
redil.
El
Iglecrecimiento
sólo
tendrá
éxito
en
la
medida
que
hombres,
mujeres
y
jóvenes
pasen
de
las
tinieblas
a
la
luz,
del
poder
de
Satanás
al
poder
de
Dios,
y
lleguen
a
ser
fieles
discípulos
del
Señor
Jesucristo.
El
valor
principal
de
este
libro
radica
en
que
Dios
lo
utilizará
para
animar
e
inspirar
a
su
pueblo
a
realizar
esfuerzos
más
vigorosos
y
eficaces
para
rescatar
a
los
perdidos
y
llevarlos
a
Cristo.
Este
Manual
de
íglecrecimiento
debe
circular
extensamente
desde
Sevilla
hasta
Santiago
de
Chile
y
desde
Los
Angeles
hasta
Buenos
Aires.
.
.
doquier
haya
personas
de
habla
hispana
que
anden
como
ovejas
sin
pastor.
Cuando
así
sea,
y
cuando
los
líderes
evangélicos
lean
su
contenido
con
una
actitud
de
oración
y
dedicación,
el
cumplimiento
de
la
Gran
Comisión
será
acelerado
vertiginosamente,
y
Dios
será
así
glorificado.
Pedro
Wagner
Seminario
Teológico
Fuller
Pasadena,
California,
EE.UU.
INTRODUCCIÓN
Con
la
realidad
y
responsabilidad
de
una
gran
necesidad,
que
pesa
sobre
mis
hombros,
es
que
escribo
estas
páginas.
Reconozco
que
sería
imposible
en
un
solo
libro
estudiar
a
profundidad
todas
las
enseñanzas
del
movimiento
de
Iglecrecimiento.
[El
Iglecrecimiento
no
es
una
iglesia
ni
una
denominación.
Es
un
movimiento
cooperati-
vo
para
descubrir,
enseñar,
e
implementar
los
métodos
técnicos
y
los
principios
espirituales
que
harán
crecer
las
iglesias
locales
y
extenderán
el
reino
de
Dios.]
Mi
meta
será,
por
una
parte,
la
de
despertar
el
apetito
del
lector
para
que
siga
estudiando
y,
por
otra,
animar
a
los
que
pueden
hacerlo
a
escribir
más
sobre
el
tema.
Mi
deseo
es
que
este
libro
pueda
ser
utilizado
en
instituciones
teológicas
y
en
la
iglesia
local
más
humilde.
Que
sirva
tanto
al
erudito
como
a
la
persona
más
sencilla.
Esto
demandará
un
mayor
esfuerzo
de
mi
parte,
pero
creo
que
así
debe
ser.
Henry
Kissinger
dijo
en
uno
de
sus
discursos:
"El
éxito
o
la
grandeza
está
en
tomar
lo
paradójico
y
ponerlo
en
términos
sencillos."
Espero
tener
éxito
con
la
ayuda
y
dirección
de
Dios.
Debo
agradecer
a
mis
maestros
y
a
los
que
me
animaron
a
escribir
este
libro.
Si
"la
imitación
es
la
mejor
manera
de
halagar
a
una
persona",
espero
que
así
se
sientan
ellos.
.
.
¡halagados!
Se
lo
merecen;
he
tratado
de
imitarlos.
Entre
ellos
deseo
expresar
mi
agradecimiento
al
doctor
Donald
McGavran,
cuyas
clases
son
siem-
pre
inspiradoras.
Al
doctor
Pedro
Wagner,
de
quién
tanto
he
aprendido.
A
él
puedo
llamarlo
mi
maestro,
jefe,
colega,
compañero
y
amigo,
pero
por
encima
de
todo,
mi
hermano.
Un
hermano
en
Cristo
que
tiene
pasión
por
las
almas
perdidas
y
a
quien
el
Señor
le
ha
dado
una
mente
para
ayudarnos
a
entender
la
manera
de
cumplir
con
la
Gran
Comisión
aquí.
¡Gracias,
don
Pedro!
Estoy
agradecido
a
los
autores
que
he
citado
en
este
libro.
De
todos
ellos
he
aprendido
algo.
Se
dice
que
"copiar
de
una
persona
es
pla-
gio,
copiar
de
muchos
es
erudición".
Gracias
por
permitirme
usar
sus
escritos.
Muchos
son
los
que
han
hecho
posible
este
libro.
Pero
lo
más
importante,
Dios
lo
ha
permitido.
Confío
que
el
mismo
Señor
ayudará
al
lector
a
"escudriñar
todo
y
retener
lo
bueno"
(1
Tesa-
lonicenses
5:21).
Gracias
a
Dios
por
encuentros
como
el
Congreso
para
la
Evange-
lización
Mundial
(Lausana,
Suiza,
julio
de
1974);
por
los
que
lo
pre-
cedieron
y
por
los
que
vendrán
después.
Gracias
por
CONELA
(Con-
Introducción
9
s
u
l
l
a
Evangélica
Latinoamericana,
Panamá,
19
al
23
de
abril
de
1982)
v
su
aporte
para
la
evangelización
de
nuestros
amados
países.
Todo
«•.•¡lo
nos
ayuda
y
nos
encamina
en
el
cumplimiento
de
la
Gran
(inmisión.
Espero
que
estas
actividades
sigan
desafiando
a
otros
líderes
a
escribir
sobre
la
evangelización
y
el
crecimiento
de
la
i¡;lisia
en
la
América
Latina.
Por
mi
parte
(y
espero
que
otros
sientan
liimbién
el
mismo
deseo),
continuaré
escribiendo
acerca
del
Igle-
orecimiento.
Haciendo
un
poco
de
historia
El
movimiento
de
Iglecrecimiento
no
es
nuevo.
En
1980
celebra-
mos
nuestro
vigesimoquinto
aniversario.
Esto,
si
se
toma
la
fecha
de
l<i
publicación
del
libro
The
Bridges
o/God
(Los
puentes
de
Dios),
en
1955,
por
el
doctor
Donald
McGavran
como
el
comienzo
oficial.
Pero
(MI
realidad
Dios
comenzó
un
despertar
en
el
corazón
del
doctor
McGavran
en
el
año
1936
cuando
era
misionero
en
la
India.
Ese
cam-
po
misionero
estaba
constituido
por
145
iglesias,
de
las
que
134
esta-
ban
inactivas
y
11
de
ellas
crecían
al
ritmo
de
sólo
un
20%
cada
10
años.
Este
fue
el
trasfondo
que
Dios
utilizó
para
inquietar
a
este
hijo
suyo,
a
quien
hoy
se
conoce
como
"el
apóstol
del
Iglecrecimiento".
En
1959
un
nuevo
libro,
How
Churches
Groiv
(Cómo
crecen
las
iglesias),
de
la
pluma
del
propio
McGavran,
aportó
más
material
de
estudio.
En
1961,
ya
de
regreso
de
la
India,
fundó
el
Instituto
de
Iglecrecimiento
en
la
ciudad
de
Eugene,
Oregon,
E.U.A.
Este
tenía
como
finalidad
ayudar
a
los
misioneros
que
regresaban,
después
de
haber
cumplido
un
período
o
más
en
su
campo
de
labores,
a
evaluar
su
trabajo
y
a
tomar
cursos
que
los
ayudaran
a
ser
más
eficientes
en
sus
esfuerzos
misioneros
y
en
el
cumplimiento
de
la
Gran
Comisión.
Para
1965
el
Instituto
ya
se
había
hecho
pequeño.
Por
ello,
y
al
ser
invitados
por
el
Seminario
Teológico
Fuller
de
Pasadena,
California,
se
organizó
en
el
plantel
de
este
la
Escuela
de
Misión
Mundial
y
el
Instituto
de
Iglecrecimiento.
Fue
así
que
al
reclutarse
uno
de
los
cuerpos
docentes
de
misionólogos
más
grande
del
mundo
y
al
publicarse
su
obra
magna:
Understanding
Church
Growth
(Cómo
entender
el
crecimiento
de
la
iglesia),
en
1970,
se
pusieron
bases
sólidas
para
la
continuidad
y
futuro
del
movimiento.
Podemos
decir,
no
obstante,
que
en
los
Estados
Unidos
el
incremento
comenzó
realmente
en
1972
cuando
el
doctor
McGavran
y
Pedro
Wagner
unieron
sus
esfuerzos.
Desde
entonces
la
Escuela
de
Misión
Mundial
y
el
Instituto
de
Iglecrecimiento
se
han
convertido
en
un
centro
tanto
del
esfuerzo
evangelístico
como
del
crecimiento
de
la
iglesia
a
niveles
mundiales.
Han
preparado
a
cientos
de
misioneros
y
a
una
gran
cantidad
de
10
Manual
de
Iglecrecimiento
obreros
nacionales
desde
aquellos
primeros
años.
Del
ámbito
hispano
En
cuanto
a
la
América
Latina,
el
incremento
continúa.
Si
bien
es
cierto
que
los
primeros
seminarios
y
talleres
sobre
crecimiento
de
la
iglesia
que
Pedro
Wagner
y
Virgilio
Gerber
llevaron
a
cabo
en
Venezuela
tuvieron
mucho
éxito
por
tres
años
consecutivos
—
a
principios
de
la
década
de
los
setenta
—
no
fue
sino
hasta
los
años
más
recientes
que
hemos
visto
un
tremendo
despertamiento.
Miles
de
pastores
y
líderes
laicos
han
escuchado
la
presentación
de
los
"Principios
de
Iglecrecimiento".
Han
participado
de
las
clases
y
un
grupo
selecto
de
ellos
han
pasado
a
ser
los
"expertos
locales"
dondequiera
que
se
encuentran.
Ahora
ellos
continúan
enseñando
lo
que
han
aprendido.
Algunos
seminarios
teológicos
e
institutos
bíblicos
tienen
su
"Departamento
de
Iglecrecimiento".
Sus
cursos
son
requisitos
de
graduación
y
están
satisfaciendo
una
necesidad
imperiosa.
Otros
planteles
tienen
en
proyecto
incorporar
esta
asigna-
tura
en
sus
programas
de
estudios.
El
término
"Iglecrecimiento"
no
es
mío,
sólo
que
me
tocó
popularizarlo.
Este
término
podemos
decir
que
es
descriptivo
de
los
principios
que
estamos
estudiando
juntos.
No
es
una
traducción
directa
y
caprichosa.
Normalmente
diríamos
en
buen
español
"crecimiento
de
la
iglesia",
pero
al
abreviar
y
unir
las
palabras
hemos
acuñado
un
nuevo
término,
nuestra
expresión
Iglecrecimien-
to
que
significa
lo
mismo
pero
con
cierta
identificación
con
las
enseñanzas
del
Instituto
de
Iglecrecimiento
de
la
Escuela
de
Misión
del
Seminario
Teológico
Fuller.
Al
viajar
unos
50.000
kilómetros
por
año
enseñando
Iglecrecimiento,
mi
gozo
y
recompensa
es
ver
a
líderes
deseosos
de
poner
a
prueba
estos
principios,
y
ver
a
otros
que
los
han
ido
poniendo
a
prueba
a
medida
que
recibían
las
enseñanzas.
Por
supuesto
que
se
han
suscitado
muchas
críticas.
No
me
cabe
duda
de
que
este
libro
será
sometido
a
igual
tratamiento.
En
casos
como
éste
recuerdo
el
adagio
que
una
amiga
de
mi
madre
escribió
en
mi
Biblia
pocos
meses
después
del
fallecimiento
de
mi
madre,
allá
en
la
Argentina,
cuando
yo
tenía
sólo
trece
años
de
edad:
"Cuando
el
mundo
te
critique
recuerda
que
Dios
es
el
Supremo
Juez;
cuando
seas
aplaudido
considera
que
la
única
aprobación
que
vale
es
la
de
Dios."
Así
considero
siempre
ambas
posibilidades.
Fundamentos
del
Iglecrecimiento
Desde
un
principio
los
líderes
del
Iglecrecimiento
han
considera-
do
que
este
movimiento
está
anclado
en
las
Escrituras
y
tiene
sus
raíces
teológicas
en
la
tradición
evangélica
conservadora.
Introducción
11
La
persona
dedicada
al
Iglecrecimiento
se
ha
consagrado
comple-
tamente
a
las
doctrinas
de
la
inspiración
y
autoridad
de
las
Escrituras,
la
deidad
de
Cristo,
la
persona
y
obra
del
Espíritu
Santo,
la
centralidad
de
la
iglesia,
la
depravación
del
hombre,
el
cielo
y
el
infierno,
y
la
totalidad
de
la
fe
una
vez
dada
a
los
santos.
Hemos
llegado
a
ver
que
el
objetivo
de
la
iglesia
"es
hacer
discípulos
a
todas
las
naciones".
La
base
de
la
estrategia
del
ovangelismo,
para
quién
cree
en
el
Iglecrecimiento,
es
hacer
discípu-
los
en
todas
las
naciones
e
incorporarlos
a
la
vida
de
la
iglesia
local.
Cualquier
clase
de
evangelismo
que
no
dé
como
resultado
el
crecimiento
de
la
iglesia
local,
no
concuerda
con
el
Iglecrecimiento
y
mucho
menos
con
la
Gran
Comisión.
Definiciones
del
Iglecrecimiento
En
el
reglamento
de
constitución
de
la
Academia
de
Igle-
crecimiento
Americano
dice
así:
"Iglecrecimiento
es
la
ciencia
que
investiga
la
implantación,
multiplicación,
funcionamiento
y
la
salud
de
las
iglesias
cristianas,
específicamente
en
lo
que
se
relaciona
con
la
implementación
de
la
Gran
Comisión
de
'hacer
discípulos
a
todas
las
naciones'
[Mateo
28:19).
Iglecrecimiento
es
simultáneamente
una
convicción
teológica
y
una
ciencia
aplicada,
tratando
de
combinar
los
principios
eternos
de
la
Palabra
de
Dios
con
los
conocimientos
contemporáneos
de
las
ciencias
sociales
y
de
la
conducta
humana,
teniendo
como
marco
de
referencia
el
trabajo
fundamental
hecho
por
el
doctor
Donald
McGavran
y
sus
colegas
del
Seminario
Teológico
Fuller."
La
siguiente
es
mi
definición
práctica:
"Todo
lo
que
está
involucrado
en
traer
a
hombres
y
mujeres
que
no
tengan
una
relación
personal
con
Jesucristo,
a
la
comunión
con
El
y
a
una
membresía
en
la
iglesia
local
responsable
y
reproductiva."
Supuestos
teológicos
En
el
libro
Church
Growth
and
the
Whole
GospeJ
(El
crecimiento
de
la
iglesia
y
el
evangelio
completo),
el
doctor
Pedro
Wagner
nos
presenta
cinco
supuestos
teológicos
de
los
escritos
sobre
Iglecreci-
miento,
los
que
si
no
están
siempre
explícitos,
no
cabe
la
menor
duda
de
que
están
arraigados
en
el
pensamiento
y
estilo
de
vida
de
los
defensores
de
los
principios
del
Iglecrecimiento.
"1.
La
gloria
de
Dios
como
fin
supremo
del
ser
humano.
Los
par-
ticipantes
del
Iglecrecimiento
desean
afirmar
que
su
teología
se
fun-
damenta
en
el
Padre
todopoderoso,
creador
del
cielo
y
de
la
tierra.
2.
EJ
señorío
de
Jesucristo.
Las
personas
del
Iglecrecimiento
han
nacido
del
Espíritu
Santo
en
el
reino
de
Dios.
Jesucristo
es
el
Señor.
12
Manual
de
Iglecrecimiento
Están
dispuestos
a
obedecerlo
a
El.
Ninguno
de
los
mandamientos
de
Cristo
son
optativos.
3.
La
autoridad
normativa
de
las
Escrituras.
El
doctor
Arturo
Glasser
lo
expresa
así:
'La
teología
del
Iglecrecimiento
está
basada
en
el
principio
fundamental
de
que
las
Escrituras
son
la
única
regla
infalible
de
fe
y
práctica.
El
relato
bíblico
y
la
interpretación
bíblica
de
la
historia
de
la
redención
son
normativas
para
la
raza
humana.'
4.
La
realidad
escatológica
final
del
pecado,
la
salvación
y
la
muerte
eterna.
Esta
es
la
convicción
de
que
las
decisiones
hechas
por
los
seres
humanos
en
esta
vida
tienen
consecuencias
eternas.
'El
que
tiene
al
Hijo,
tiene
la
vida
[eterna]:
el
que
no
tiene
al
Hijo
de
Dios,
no
tiene
la
vida'
(1
Juan
5:12).
El
universalismo,
o
sea
la
doctrina
de
que
al
fin
todos
serán
salvos,
no
tiene
cabida
dentro
de
la
gente
de
Iglecrecimiento.
Para
ser
salvos,
las
personas
tendrán
que
haber
escuchado
y
recibido
el
evangelio.
5.
El
ministerio
personal
del
Espíritu
Santo.
El
Espíritu
Santo
mismo
está
trabajando
en
la
vida
de
todos
los
creyentes
en
todas
las
culturas.
El
los
llena,
les
da
poder
extraordinario,
distribuye
dones,
los
guía
en
el
desarrollo
teológico
y
ético
y
los
llama
a
servirle."
1
Pensando
en
el
futuro
Deseo
que
el
lector
pueda
tener
un
panorama
amplio
de
los
principios
del
movimiento
de
Iglecrecimiento.
Por
eso
en
el
capítulo
1
abordaremos
el
tema
de
las
Escrituras
y
la
voluntad
de
Dios.
Necesitamos
ese
punto
de
partida.
En
el
capítulo
2
será
necesario
ver
la
misión
de
la
iglesia.
Aquí
el
lector
será
confrontado
con
"el
mandato
evangelístico".
Luego
en
los
capítulos
3,
4
y
5,
vamos
a
poner
el
enfoque
en
la
iglesia
local.
Ver
que
el
secreto
no
radica
en
el
pastor
o
en
la
congregación
sino
en
ambos
y
que
será
oportuno
adiestrar
a
la
iglesia
local
con
relación
a
los
dones
espirituales
y
las
herramientas
que
Dios
ha
puesto
a
nuestro
alcance,
y
que
quizá
necesiten
afilarse.
Pero.
.
.
las
grandes
ciudades
están
creciendo
rápidamente,
¿cómo
podremos
alcanzarlas?
Viendo
la
necesidad
podremos
trazar
una
estrategia.
Los
modelos
del
capítulo
6
pueden
ayudarnos.
Además,
lo
que
muchas
iglesias
han
dejado
de
lado,
o
sea,
el
ministerio
social,
será
de
ayuda
para
que
la
iglesia
crezca.
Eso
lo
veremos
en
el
capítulo
7.
Aquí
conocerá
otro
término
relativamente
nuevo,
"man-
dato
cultural".
En
el
capítulo
8
presentaremos
un
tema
controver-
sial:
las
unidades
homogéneas.
Esperamos
que
deje
de
ser
controver-
sial
para
usted
cuando
termine
de
leerlo.
¿Cómo
podremos
alcanzar
a
una
población
que
crece
aceleradamente
en
los
cuatro
puntos
cardinales?
El
capítulo
9
nos
habla
de
plantar
iglesias.
Más
y
más
Introducción
13
ii;l<«sias
y
congregaciones
deberán
ser
establecidas
para
poder
hacerlo.
Estos
principios
y
modelos
podrán
ayudarle.
Así
lo
espe-
ramos.
Al
llegar
al
final
de
este
libro,
se
dará
cuenta
de
que
no
tiene
onclusión
Esto
tal
vez
le
sorprenda,
tal
vez
no.
Espero
que
cada
ir
pueda
poner
la
suya
propia.
Reflejará
el
resultado
que
estos
rmcipios
de
Iglecrecimiento
puedan
realizar,
con
la
ayuda
del
Señor,
para
usted
y
su
congregación.
CAPITULO
1
LAS
ESCRITURAS
Y
LA
VOLUNTAD
DE
DIOS
"Por
tanto,
id,
y
haced
discípulos
a
todas
las
naciones,
bautizán-
dolos
en
el
nombre
del
Padre,
del
Hijo
y
del
Espíritu
Santo;
enseñándoles
que
guarden
todas
las
cosas
que
os
he
mandado;
y
he
aquí
yo
estoy
con
vosotros
todos
los
días,
hasta
el
fin
del
mundo"
(Mateo
28:19,
20).
Aquí
tenemos
las
Escrituras.
Aquí
tenemos
la
voluntad
de
Dios.
Todos
los
creyentes
llamamos
a
esto
la
"Gran
Comisión"
y
en
alguna
medida
u
otra
tratamos
de
cumplirla,
aunque
quedándonos
cortos
muchas
veces.
David
Haney
en
su
libro
Renueva
mi
iglesia
dice:
"¡No
se
está
cumpliendo
con
la
Gran
Comisión!
Nuestra
versión
abreviada
de
la
Gran
Comisión
dice:
'Id
por
todo
el
mundo
y
haced
discípulos',
y
ahí
termina.
Algunos
bautistas
y
'discípulos
de
Cristo'
llegan
hasta
'bautizándolos',
y
de
ahí
no
siguen."
1
No
creo
que
la
omisión
sea
exclusiva
de
estas
dos
denominaciones;
creo
que
todos
nos
quedamos
cortos.
Tenemos
evidencias
bíblicas
de
que
la
Iglesia
primitiva
funciona-
ba
dentro
del
estricto
cumplimiento
de
la
Gran
Comisión.
Veamos
su
ejemplo,
para
luego
ver
cómo
las
enseñanzas
de
Iglecrecimiento
se
basan
en
las
Escrituras
y
la
voluntad
de
Dios.
Cuatro
clases
de
Iglecrecimiento
bíblico
Desde
mis
primeros
pasos
en
este
movimiento
—
y
en
los
años
en
que
he
estado
enseñando
esta
materia
debo
haberlo
compartido
con
diez
o
doce
mil
pastores
y
líderes
latinoamericanos
—
he
aprendido
que
hay
cuatro
clases
de
Iglecrecimiento
y
que
estas
están
basadas
en
las
experiencias
de
la
Iglesia
primitiva.
En
primer
lugar,
encontramos
en
el
capítulo
2
del
libro
de
los
Hechos
que
había
un
crecimiento
espiritual.
Perseveraban
en
la
doctrina,
crecían
hacia
arriba,
en
comunión
con
Dios.
En
término
de
pocas
horas
aquel
grupo
de
120
hombres
y
mujeres
que
habían
estado
en
el
aposento
alto
(y
esto
sin
duda
incluía
a
los
11
discípulos
Las
Escrituras
y
ía
voluntad
de
Dios
15
que
habían
quedado)
se
había
multiplicado
hasta
llegar
a
ser
3.120.
Me
pregunto,
¿cómo
habrán
solucionado
esos
120
el
problema
de
un
crecimiento
numérico
tan
rápido?
¿En
qué
auditorio
o
estadio
se
reunirían?
Los
niños,
¿qué
hacían
con
ellos?
Las
Escrituras
no
nos
dan
las
respuestas
a
estas
preguntas,
pero
nos
dicen
que
"persevera-
ban
en
la
doctrina".
Doy
por
sentado
con
firmeza
que
la
Biblia
no
nos
dice
cómo
para
enfatizar
lo
que
hacían.
De
acuerdo
con
esa
experiencia
y
lo
que
hoy
enseñamos
el
crecimiento
"espiritual"
era
imprescindible.
No
podría
haber
otro
crecimiento
sin
esta
base.
De
ahí
que
el
énfasis
no
está
sólo
en
los
números
sino
que
está
puesto
en
todo
aspecto
del
individuo
y
de
la
iglesia.
La
madurez
cristiana
y
la
relación
vertical
con
Dios
son
la
base
de
todo
crecimiento.
En
segundo
lugar,
había
un
crecimiento
corporativo.
Crecían
en
el
"cuerpo
de
Cristo",
la
Iglesia.
Crecían
juntos
en
la
comunión
de
los
hermanos,
por
eso
en
2:44
nos
dice:
"Todos
los
que
habían
creído
estaban
juntos".
La
koinonía
["comunión",
en
griego]
de
la
iglesia
primitiva
debe
contagiar
nuestras
congregaciones
de
modo
que
reine
la
unidad
y
no
la
división
entre
los
creyentes.
Sin
embargo,
tenemos
que
tener
cuidado
de
que
la
koinonía
no
llegue
a
transformarse
en
koinonitis.
Esta
última
es
una
enfermedad
de
la
que
muchas
de
nuestras
iglesias
padecen,
y
algunas
han
muerto
de
este
mal.
Podemos
tener
tanta
koinonía
con
los
hermanos
que
nos
concen-
tramos
en
edificarnos
y
perfeccionarnos
a
nosotros
mismos
y
nos
olvidamos
de
las
almas
que
se
están
perdiendo.
Nuestro
mal
está
en
engordarnos
a
nosotros
mismos
espiritualmente
y
dejar
al
mundo
que
nos
rodea
morir
de
hambre
de
las
cosas
de
Dios
y
de
la
posibilidad
de
conocer
a
Cristo
como
su
Salvador
personal.
En
el
caso
de
la
iglesia
del
libro
de
los
Hechos
finalmente
la
persecución
terminó
con
la
koinonitis
y
de
ese
momento
en
adelante
la
iglesia
comenzó
a
crecer
geográficamente.
En
tercer
lugar,
esta
iglesia
tenía
crecimiento
social,
ya
que
nos
dice
el
versículo
47
que
"tenían
favor
con
todo
el
pueblo".
Crecían
hacia
afuera.
Aquellos
que
los
rodeaban
(el
vecindario)
veían
lo
que
sucedía.
Quiero
pensar
que
también
ellos
se
ocuparon
en
lo
que
más
adelante
presentaremos
como
"el
mandato
cultural",
el
ministerio
social.
El
testimonio
no
se
limitaba
a
la
predicación,
a
la
comunión
de
los
hermanos,
sino
que
estaban
ocupados
con
los
problemas
de
los
que
buscaban
en
este
movimiento
espiritual
la
satisfacción
de
sus
necesidades.
Sin
duda
que
muchos
de
los
que
habían
escuchado
al
Maestro
y
habían
sido
sanados
o
alimentados,
ahora
buscaban
en
los
seguido-
res
de
Cristo
el
amparo
que
necesitaban.
Por
supuesto
que
muchos
vendrían
solamente
"por
los
panes
y
los
peces".
No
obstante,
16
Manual
de
Iglecrecimiento
esperamos
que
hayan
logrado
recibir
mucho
más
que
eso.
Por
último,
el
mismo
versículo
47
nos
habla
de
un
crecimiento
numérico.
Dice:
"El
Señor
añadía
cada
día
a
la
iglesia
los
que
habían
de
ser
salvos."
Crecían
más.
Como
resultado
efectivo
de
las
activida-
des
individuales
y
colectivas
de
esa
iglesia,
de
lo
que
ellos
estaban
sembrando,
el
Señor
les
daba
el
crecimiento.
La
hora
de
la
cosecha
había
llegado.
Este
era
el
comienzo,
ya
que
la
descripción
del
escritor
bíblico
nos
dice
que
en
ese
período
de
unos
treinta
a
cuarenta
años
la
iglesia
experimentó
el
siguiente
crecimiento
numé-
rico:
Hechos
1:15
120
estaban
reunidos.
2:41
3.000
fueron
añadidos.
4:4
5.000
hombres
agregados.
5:14
Aumentaban
en
gran
número.
6:1
Crecía
el
número
de
los
discípulos.
6:7
Los
discípulos
se
multiplicaban
grandemente.
6:7
Muchos
sacerdotes
obedecían
a
la
fe.
8:5-25
El
gran
avivamiento
en
Samaria.
9:31
Las
iglesias
en
Judea,
Galilea
y
Samaria
9:32-42
Los
que
vivían
en
Lida
y
Sarón.
.
.
se
convirtieron.
11:21-26
Un
movimiento
espiritual
y
de
salvación
en
Antioquía.
12:24
"La
palabra
del
Señor
crecía
y
se
multipli-
caba."
Esta
es
la
conclusión
de
lo
que
podríamos
llamar
la
primera
parte
del
libro
de
los
Hechos.
El
resto
del
libro
presenta
la
persecución,
los
viajes
del
apóstol
Pablo
y
otras
actividades
que
tuvieron
que
ver
con
la
"expansión"
de
la
iglesia.
Miremos
qué
sucedió
en
este
crecimien-
to
geográfico
y
numérico.
Antioquía
Muchos.
.
.
siguieron
de
Pisidia
Creyeron
todos
.
.
.
los
que
Derbe
Muchos
Galacia
Aumentaban
en
número
cada
día
Tesalónica
Gran
número
Berea
Creyeron
muchos
Corinto
Tengo
mucho
pueblo
en
esta
ciudad
Roma
Algunos
asentían
Hechos
13:43,
44
48,49
14:20,
21
16:5
17:4
17:12
18:8-11
28:24,
30,
31
Además
como
para
poner
la
decoración
final
a
este
pastel
de
celebración
de
lo
que
el
Señor
estaba
haciendo,
dice
en
Hechos
21:20
en
palabras
de
Jacobo:
"Ya
ves,
hermano,
cuántos
millares
de
judíos
i
"O~
—
Recibía
a
todos
los
que
venían
Las
Escrituras
y
Ja
voluntad
de
Dios
17
(|ue
han
creído."
Todo
esto
nos
permite
ver
el
interés
que
el
•
|i
nlor
demostró
en
hacernos
saber
los
resultados
de
la
obra
del
'.'
niir.
¿Sufriría
él
de
lo
que
algunos
llaman
"numerolatría"?
No
lo
i;
pero
de
una
cosa
estoy
seguro,
no
sufría
de
"numerofobia".
El
i
11-cimiento
cuantitativo
y
la
expansión
geográfica
son
importantes
a
la
lu/
de
lo
presentado
en
el
Nuevo
Testamento.
Recientemente,
un
crítico
de
Iglecrecimiento,
en
una
de
sus
clases,
hnlilíindo
del
relato
de
la
puerta
ancha
y
la
puerta
angosta,
dijo
•..místicamente:
"¿Por
dónde
harán
pasar
los
del
movimiento
de
Ir.lAcrecimiento
a
tanta
gente
que
pretenden
ganar,
si
es
una
puerta
,iii|',osta?"
Mi
respuesta
sería
que
si
Lucas
encontró
y
nos
mostró
a
Indos
los
que
entraron
por
esa
puerta
angosta
en
el
Libro
de
los
I
lci;lios,
no
hay
duda
de
que
el
Señor
hará
lugar
para
todos
los
que
i|iiicran
entrar
hoy
también.
Muchas
veces,
lo
más
angosto
es
la
i
n
i
M
i
t
e
de
los
que
"ni
cumplen
ni
dejan
cumplir
la
Gran
Comisión".
Una
vez
más
queremos
repetir,
Iglecrecimiento
no
tiene
un
énfasis
único
o
exclusivo
en
los
números
sino
que
está
interesado
en
el
>
linimiento
integral
de
la
iglesia.
Por
eso
ahora
queremos
ver
cómo
NO
desarrolló
el
crecimiento
"cualitativo"
de
esa
misma
Iglesia
primitiva
cuyo
crecimiento
cuantitativo
acabamos
de
considerar.
Medios
1:14
Todos
estos
perseveraban
unánimes.
2:1-4
Fueron
llenos
del
Espíritu
Santo.
2:42
Perseveraban
en
la
doctrina
de
los
apóstoles.
2:46
Perseverando
unánimes
cada
día
en
el
Templo.
4:20
Porque
no
podemos
dejar
de
decir
lo
que
hemos
visto
y
oído.
4:24
Alzaron
unánimes
la
voz
a
Dios.
4:31
Cuando
hubieron
orado,
el
lugar
en
que
estaban
congregados
tembló
y
todos
fueron
llenos
del
Espíritu
Santo.
4:32
!
3f
la
multitud
de
los
que
habían
creído
era
de
un
corazón
y
un
alma.
12:24
La
Palabra
del
Señor
crecía
y
se
multiplicaba.
13:49
La
Palabra
del
Señor
se
difundía
por
toda
aquella
provincia.
13:52
Y
los
discípulos
estaban
llenos
de
gozo
y
del
Espíritu
Santo.
16:5
Las
iglesias
eran
confirmadas
en
la
fe.
17:11
Escudriñando
cada
día
las
Escrituras.
18:8
Y
muchos
de
los
Corintios
oyendo,
creían
y
eran
bautizados.
19:20
Que
crecía
y
prevalecía
poderosamente
la
Palabra
del
Señor.
21:19
Después
de
haberles
saludado,
les
contó
una
por'una
las
cosas
que
Dios
había
hecho
entre
los
gentiles
por
medio
de
su
ministerio.
El
crecimiento
cualitativo
es
requisito
y
responsabilidad
de
cada
18
Manual
de
Iglecrecimiento
creyente.
La
cantidad
y
la
calidad
no
están
en
polos
opuestos;
se
complementan.
Son
efecto
de
la
misma
causa;
se
necesitan.
El
mismo
Señor
Jesucristo
nos
enseñó
que
El
no
se
complacía
en:
•
Salir
a
pescar
sin
recoger:
Lucas
5:4-11.
•
Mesas
vacías
en
un
banquete:
Lucas
14:15-23.
•
Siembra
sin
cosecha:
Mateo
13:3.
•
Una
higuera
sin
fruto:
Lucas
13:3-9.
•
Una
oveja
perdida
que
no
haya
sido
traída
al
redil:
Ma-
teo
18:11,
14.
•
Moneda
perdida
que
no
sea
encontrada:
Lucas
15:8-10.
•
Frutos
maduros
que
no
han
sido
cosechados:
Mateo
9:36-38.
•
Proclamación
sin
respuesta:
Mateo
10:14.
En
cada
una
de
estas
situaciones
podemos
decir
que
el
Señor
esperaba
resultados
concretos.
También
creo
que
esperaba
buena
calidad
en
esos
resultados.
Tres
característicos
del
Iglecrecimiento
Todo
movimiento
espiritual
tiene
sus
características
particulares.
El
movimiento
de
Iglecrecimiento
también
las
tiene.
Son
caracterís-
ticas
bíblicas
que
muchas
veces
iglesias
o
individuos
olvidan
o
ponen
a
un
lado.
La
primera
es
una
característica
de
obediencia.
Esta
es
la
conducta
del
reino,
por
lo
tanto
cada
creyente
debe
crecer
en
obediencia.
Es
cierto
que
la
persona
obedece
al
llamado
del
Señor
cuando
lo
acepta
como
Salvador;
pero
no
termina
allí.
Hay
un
ciclo
completo
que
debemos
seguir
y
en
el
que
tenemos
que
participar.
La
obediencia
tiene
que
ver
con
el
señorío
de
Cristo
en
nuestra
vida.
La
Palabra
es
muy
explícita
en
que
"no
todo
el
que
me
dice
Señor,
Señor,
entrará
en
el
reino
de
los
cielos,
sino
el
que
hace
la
voluntad
de
mi
Padre"
(Mateo
7:21).
El
señorío
de
Cristo
sobre
nosotros
debe
ser
más
que
algo
de
labios;
debe
ser
uno
de
obediencia
a
la
voluntad
del
Padre.
El
Señor
no
quiere
que
nadie
se
pierda
(2
Pedro
3:9).
Nosotros
somos
sus
embajadores
para
llevar
ese
mensaje
de
salvación.
Lo
hacemos
no
obedeciendo
a
un
mero
sentir
humanista,
sino
motivados
por
nuestro
sentido
de
obediencia
al
mandato
divino.
Cuando
los
hijos
de
Dios
ejercitan
la
"obediencia"
al
llevar
el
mensaje
de
las
buenas
nuevas
del
Salvador,
la
iglesia
crecerá
y
se
extenderá.
Es
el
resultado
lógico.
Si
no
hay
obediencia
no
hay
crecimiento.
Obediencia
en
seguir
al
Maestro:
"Toma
tu
cruz
y
sigúeme."
Cualesquiera
que
sean
las
consecuencias.
Debemos
ser
fieles
y
obedientes
en
proclamar
el
evangelio.
Las
Escrituras
y
Ja
voluntad
de
Dios
19
i
il
ludientes
en
buscar
y
encontrar
a
los
perdidos.
El
doctor
Donald
.
n
i
.
n
i
habla
de
la
teología
de
"buscar
y
encontrar
a
los
i"
1
.
1
u
los".
Muchas
veces
hemos
ejercitado
una
teología
de
"buscar",
i
l
l
i
nos
liemos
detenido.
Debemos
seguir
adelante
y
"encontrar".
•
l.is<!
de
obediencia
es
la
que
el
Señor
demanda
de
nosotros.
i
iluxlioncia
en
alimentar
a
los
nuevos
bebés
espirituales.
No
•
i.
i
ii
lo.-:
morir
de
hambre
en
la
sala
de
partos.
El
Señor
Jesús
después
<
!
•
nisucitar
le
dio
instrucciones
al
apóstol
Pedro,
diciéndole:
"A|ini:iunta
mis
corderos"
y
"Apacienta
mis
ovejas".
El
límite
de
lo
'
|
i
i
<
-
debemos
hacer
en
obediencia
tal
vez
nunca
lo
podamos
i
l
<
,iii/.;ir,
pero
debemos
esforzarnos
por
lograrlo.
Los
resultados
de
lo
•
|IM
11.1namos
para
el
Señor
nos
ayudarán
a
ver
el
grado
de
obediencia
i
p
i
i
-
hemos
desarrollado.
"Por
sus
frutos
los
conoceréis."
KM
las
palabras
de
McGavran
decimos:
"La
teología
de
misión,
recordando
que
Dios
es
uno,
debe
ver
el
equilibrio
entre
el
Dios
que
busca
y
el
Dios
que
encuentra.
No
se
puede
permitir
teológicamente
al
creyente
t|iiu
sus
intenciones
sean
'únicamente
de
buscar',
aunque
en
algunos
lugares
parece
que
eso
es
todo
lo
que
podemos
híicer.
.
.
Cristo
vino
a
encontrar
y
salvar
al
perdido.
Y
es
lo
i|iie
debe
hacer
la
Iglesia
de
Cristo."
2
líl
movimiento
de
Iglecrecimiento,
por
causa
de
su
sentido
de
obediencia
al
Señor,
también
se
concentra
en
el
mandato
evangelísti-
r
o
líl
nos
ordena
a
"hacer
discípulos
de
todas
las
naciones",
y
es
nuestro
deber
poner
todo
nuestro
empeño
en
persuadir
a
las
pnrsonas
a
que
crean
en
el
Señor
Jesucristo
y
lo
acepten
como
su
Snlvador
personal.
Si
este
es
nuestro
deber,
debemos
cumplirlo.
I
.a
segunda
característica
de
Iglecrecimiento
es
la
de
pragmatismo,
listo
es,
un
"pragmatismo
consagrado".
El
diccionario
define
el
pragmatismo
así:
"Método
filosófico
.
.
.
según
el
cual
el
único
criterio
válido
para
ju/.gar
de
la
verdad
de
toda
doctrina
científica,
moral
o
religiosa,
se
luí
de
fundar
en
sus
efectos
prácticos."
3
Asumo
que
todos
entendemos
lo
que
significa
"consagrado"
y
cómo
podemos
combinar
ambos
elementos
para
cumplir
con
la
tarea
divina.
"Esta
es
la
manera
en
que
Iglecrecimiento
lo
interpreta.
No
significa
esa
clase
de
pragmatismo
que
trata
a
las
personas
como
si
Inoran
objetos
y
las
deshumaniza.
No
es
un
pragmatismo
que
compromete
los
principios
doctrinales
y
éticos
de
la
Biblia
y
del
reino.
Tiene
que
ver
especialmente
con
la
metodología",
4
dice
el
doctor
Pedro
Wagner.
Es
decir,
usamos
los
métodos
más
prácticos
(dentro
de
la
voluntad
de
Dios)
para
lograr
los
fines
deseados.
Y
el
20
ManuaJ
de
Iglecrecimiento
doctor
McGavran
agrega:
"En
cuanto
a
los
métodos,
somos
unos
pragmatistas
furiosos."
5
Una
vez
más
decimos,
"pragmatismo
consa-
grado",
ya
que
lo
usamos
en
obediencia
a
Dios
y
su
propósito
final
es
el
de
dar
la
gloria
y
honra
a
Dios.
El
propio
doctor
Pedro
Wagner
habla
de
que
hay
tres
razones
de
las
que
surge
este
pragmatismo
consagrado:
"La
cultural,
la
histórica
y
la
teológica."
6
Dentro
de
la
razón
cultural,
tenemos
que
ver
que
en
general,
por
lo
menos
dentro
del
ámbito
del
continente
americano,
cada
uno
de
nosotros
tratamos
de
ser
prácticos
en
lo
que
defendemos.
Aun
los
que
critican
el
pragmatismo
de
Iglecrecimiento,
son
pragmáticos
en
sus
propias
concepciones,
aun
las
que
tienen
que
ver
con
el
"mandato
cultural".
En
cuanto
a
la
razón
histórica,
podemos
definirla
basados
en
la
experiencia.
Hemos
visto
ciertos
métodos
que
Dios
ha
bendecido
y
otros
que
no.
Aun
encontramos
métodos
que
en
su
tiempo
fueron
de
mucha
bendición,
pero
ya
no
lo
son
ahora.
Métodos
que
fueron
bendecidos
en
algunos
lugares
y,
aparentemente,
en
otros
no.
Algo
difícil
de
entender
para
las
denominaciones
y
sus
correspondientes
juntas
misioneras
es
la
razón
por
la
que
sus
programas
mundiales
no
han
tenido
el
mismo
éxito
en
todo
lugar.
Aquí
hay
no
sólo
un
aspecto
histórico
sino
que
puede
incluirse
también
el
aspecto
cultural.
En
cuanto
a
la
razón
teológica,
tenemos
referencias
bíblicas
en
cuanto
al
pragmatismo.
En
el
Antiguo
Testamento
encontramos
a
Nehemías.
En
cincuenta
y
dos
días
construyó
la
pared
de
Jerusalén
aun
estando
bajo
el
ataque
del
enemigo.
En
el
Nuevo
Testamento,
en
el
libro
a
los
Hebreos,
encontramos
que
la
crucifixión
fue
una
acción
pragmática
determinada.
El
mismo
apóstol
Pablo
en
su
meta
de
llevar
el
mensaje
de
salvación
y
cumplir
con
el
mandato
evangelísti-
co,
estaba
dispuesto
a
ser
pragmático
"para
que
de
todos
modos
salve
a
algunos"
(1
Corintios
9:19-22).
Por
supuesto
que
debemos
entender
este
pasaje
desde
un
punto
de
vista
consagrado.
Aun
cuando
leemos
la
parábola
de
la
higuera
estéril
en
Lucas
13:6-
9,
vemos
que
el
resultado
práctico
era
el
fruto.
¿Cuántas
cosas
hace-
mos
que
no
dan
fruto?
Podemos
seguir
los
pasos
de
la
parábola
y
ver
si
no
será
tiempo
de
cortar
con
ese
método
y
buscar
en
su
lugar
algo
que
dé
frutos.
La
tercera
característica
es
la
de
"optimismo".
¡Cuánto
necesita-
mos
de
este!
Parecería
que
las
huestes
("ejército
en
campaña"
dice
mi
diccionario)
del
Señor
adolecen
de
demasiado
pesimismo.
Nos
enredamos
en
tantos
argumentos
y
discusiones
que
terminamos
agotando
nuestras
energías,
consumiendo
nuestro
entusiasmo,
y
nos
Las
Escrituras
y
Ja
voluntad
de
Dios
21
m
n:;
perdedores
aun
antes
de
salir
a
la
batalla.
El
Señor
nos
dice
i
cico
16:18:
"Edificaré
mi
iglesia."
Este
es
un
sentir
de
triunfo.
'
.
e
m
i
r
saldrá
triunfador,
El
será
el
ganador,
y
yo
quiero
estar
del
l
i
i
del
(¡anador.
i
i
i
mis
cursillos
por
América
Latina,
al
llegar
a
este
punto,
•
m
í
o
quiénes
son
simpatizantes
de
tal
o
cuál
equipo
de
fútbol
(o
i|nr
sea
el
deporte
favorito
de
ese
país).
Generalmente,
me
i
n
i
l
n
.
i
i
i
dos
o
tres
equipos
de
los
que
casi
todos
son
aficionados.
"
pregunto
quién
va
ganando
el
campeonato
nacional.
Invaria-
<
M
í
e
n
l
e
,
uno
de
los
equipos
anteriormente
nombrados.
Pregunto
MI
u
va
último
en
el
campeonato.
.
.
Ninguno
de
los
presentes
MI
pal
i
xa
con
ese
equipo.
Esto
me
da
la
pauta
de
que
nadie
quiere
MI
nccor
al
equipo
perdedor.
¿Al
ganador.
.
,?¡Todos!
Cuando
se
l
a
con
la
obra
de
Dios,
yo
y
sin
duda
usted
también,
queremos
•ilenecor
al
equipo
ganador,
el
equipo
de
Aquel
que
dijo:
"Edifica-
i
n
i
iglesia."
Cultivemos
el
optimismo
basado
en
las
promesas
del
Señor
y
en
le
que
como
creyentes
debemos
ejercitar.
La
fe
que
puede
i
hir.
La
fe
que
nos
ayuda
a
creer.
Aceptemos
que
"al
que
cree
i
n
i
l
o
e
s
posible"
(Marcos
9:23).
Deseo
tener
una
fe
como
la
del
doctor
l
'
i
i
l
M
-
r
l
Schuller,
del
Estado
de
California,
EE.UU.
Para
él
la
fe
no
es
•
•
<
>
l
i
i
una
teoría.
Dios
lo
llevó
en
el
año
1955
desde
lowa
hasta
i
.ihlnniia
donde
empezó
una
iglesia
con
un
pequeño
grupo
de
i
ir'rules.
Hoy
ella
cuenta
con
10.420
miembros.
(Recomendamos
li
i
i
su
libro
Su
iglesia
tiene
posibilidades.
Aunque
no
todo
es
aplicable
al
lugar
en
que
estamos
usted
y
yo,
nos
motiva
y
ayuda
a
I
crnos
del
lado
del
ganador:
Cristo
Jesús).
Pienso
en
una
iglesia
con
esa
membresía,
con
una
concurrencia
de
IIMS
de
6.000
personas
cada
domingo
por
la
mañana,
y
con
10
pastores
además
de
Schuller.
Para
ellos,
y
como
descripción
de
su
trabajo,
ya
sea
ministro
de
evangelismo,
educación
cristiana,
con-
Nojcría,
etc.,
el
objetivo
más
enfatizado
es
el
de
"reclutar-entrenar,
mnlivar,
supervisar
y
reemplazar
a
los
líderes
laicos
para
que
ellos
liaban
la
obra
del
ministerio"
(Efesios
4:12).
También
tienen
1.500
líderes
laicos
que
participan
cada
semana
en
visitación,
consejería
y
estudios
bíblicos.
Tienen
su
propio
instituto
bíblico
donde
estos
1.500
se
preparan.
Todos
los
maestros
de
su
Escuela
Dominical
lionen
que
tomar
96
horas
de
clases
bíblicas.
De
allí
deben
completar
224
horas
en
especialización
para
recibir
su
credencial
de
ministro
IHÍCO.
He
conocido
a
muchos
de
sus
maestros
y
tienen
más
preparación
que
muchos
de
nuestros
pastores.
Y
esto
es
un
requisito;
no
es
optativo.
Así
podríamos
hablar
de
otras
cosas
que
allí
suceden
y
que
edifican
la
Iglesia
del
Señor.
22
Manual
de
íglecrecimiento
Deseo
tener
la
fe
y
el
optimismo
del
pastor
Javier
Vázquez
de
Santiago
de
Chile,
donde
después
que
se
llenan
las
bancas
de
su
iglesia,
la
gente
permanece
parada
de
a
tres
por
fila,
escuchando
atentamente.
Cosa
no
muy
fácil
cuando
la
asistencia
llega
hasta
18.000.
Hay
un
coro
de
2.000
voces,
que
emociona,
y
la
música
de
acordeones,
guitarras,
violines
y
mandolinas,
que
hacen
vibrar
el
corazón.
Tal
vez
usted
y
yo
no
estemos
de
acuerdo
con
todo
lo
que
allí
se
hace
y
cómo
se
hace.
Tal
vez
sea
una
lástima
que
por
tanta
gente
amontonada
en
los
pasillos,
no
se
pueda
hacer
un
llamamiento
a
pasar
al
altar
a
orar
por
la
salvación
y
tengan
que
arrodillarse
en
sus
bancas
para
hacerlo
y
nunca
le
puedan
dar
la
mano
al
pastor
o
evangelista.
¡Qué
problema
tan
maravilloso!
Tienen
clases
y
anexos
por
toda
la
ciudad
y
ciudades
vecinas,
una
membresía
de
más
de
100.000
personas.
Esta
es
gente
reconocida
y
que
está
haciendo
un
impacto
en
Chile.
El
pastor
Vázquez
habla
muy
confiadamente
de
que
"Chile
será
para
Cristo".
Puede
decirlo
con
justa
razón.
Tiene
más
de
100.000
buenas
razones
que
Dios
puede
usar
para
llevar
el
evangelio
a
todo
el
país.
La
estructura
y
cadena
de
comando
para
el
trabajo
evangelístico
tiene
una
efectividad
que
es
difícil
de
contradecir.
Así
podríamos
continuar
con
muchas
otras
iglesias
en
otros
países
latinoamericanos.
Podríamos
también
ir
alrededor
del
mundo
y
ver
lo
que
el
Señor
está
haciendo.
¿Qué
de
la
iglesia
del
doctor
Yonggi
Cho
en
Corea
y
sus
500.000
miembros?
Pero,
¿para
qué
ir
tan
lejos?
Sin
duda
el
Señor
está
obrando
a
la
vuelta
de
la
esquina.
El
optimismo
que
encontramos
en
este
tipo
de
iglesias
menciona-
das,
donde
no
hay
sólo
crecimiento
numérico,
sino
un
crecimiento
cualitativo
por
excelencia,
es
el
tipo
de
optimismo
que
Iglecreci-
miento
reclama
como
una
de
sus
tres
características.
Recordemos
que
la
cantidad
hace
el
largo
de
la
iglesia,
y
la
calidad
el
ancho.
Cuando
usted
multiplica
el
largo
por
el
ancho,
el
resultado
equivale
a
crecimiento
integral.
Lo
que
Dios
espera
de
nosotros
Las
Escrituras
muestran
con
mucha
claridad
la
voluntad
de
Dios
para
cada
uno
de
nosotros.
Muchas
de
las
verdades
se
las
podemos
aplicar
tanto
al
individuo
como
a
la
colectividad.
En
el
capítulo
15
del
Evangelio
de
Juan
encontramos
una
de
ellas.
Cada
uno
de
nosotros
como
parte
de
nuestro
deber
cristiano
debe
llevar
fruto.
Cuando
nuestro
fruto
es
sumado
al
de
los
demás,
y
es
puesto
en
el
granero
(la
iglesia),
podemos
ver
los
resultados.
Toda
iglesia
local
tiene
no
sólo
el
potencial
sino
también
el
deber
de
evangelizar
y
crecer.
El
mandato
del
Señor
a
la
iglesia
es
que
debe
Las
Escrituras
y
la
voluntad
de
Dios
23
niliMiderse.
Para
hacerlo
El
nos
ha
dado
a
cada
uno
de
los
miembros
luí
cuerpo
de
Cristo
los
recursos
y
los
dones
para
cumplir
con
esa
Urea.
l'¡ira
poder
llevar
fruto,
el
evangelismo
bíblico
debe
ser
el
estilo
de
ni.i
de
cada
uno
de
nosotros
y
de
toda
la
congregación.
Dios
espera
ni-
mantengamos
tal
estilo
de
vida
cristiana.
Lo
que
El
espera
de
ir.oíros
debe
ser
la
motivación
constante
de
cada
creyente
fiel.
(litando
estudiamos
este
pasaje
de
Juan
15:1-17,
encontramos
que
I
mismo
Señor
da
una
explicación,
una
interpretación
y
una
(ilir.-f/ción.
En
la
explicación,
usando
un
lenguaje
figurado,
el
Señor
x
I
Mine
la
relación
que
existe
entre
el
labrador,
la
vid,
los
pámpanos
i-I
fruto.
En
la
interpretación
identifica
a
los
personajes:
el
labrador
N
oí
Padre
celestial;
la
vid,
es
el
mismo
Señor;
los
pámpanos,
los
i
Iscípulos;
y
los
frutos
deben
ser
permanentes.
Luego
en
la
aplica-
i
i
H
I
encontramos
que
habla
claramente
del
resultado
de
esa
unión
nlro
lo
divino
y
lo
humano.
Este
resultado
es
doble:
fruto
abundante
I
n
i
lo
permanente.
Pero
es
necesario
que
vayamos
más
allá
de
la
enseñanza
para
ver
u.il
es
la
lección
importante
de
este
pasaje.
De
acuerdo
a
los
viT.sículos
2
y
8,
lo
que
al
labrador
le
interesa
es
el
fruto.
La
palabra
11111
•
sobresale
aquí
es
fruto,
(se
menciona
seis
veces).
Aun
a
riesgo
de
ler
criticado,
diría
que
el
pasaje
no
habla
de
mejorar
la
vid
ni
del
i
u
l
l
i
v
o
de
los
pámpanos.
En
otras
palabras,
no
habla
de
las
<
u.ilidades
de
los
pámpanos;
aunque
entiendo
que
eso
es
importante
v
acepto
que
eso
pudiese
estar
implicado
al
considerarse
los
11-NIi
liados.
Lo
que
sí
es
muy
claro
es
que
el
labrador
busca
fruto
en
nliiindancia.
Siendo
fruto,
se
puede
contar;
es
mensurable.
La
Ksoritura
dice,
fruto,
más
fruto,
mucho
fruto.
Indica
un
aumento
ni.iyor
cada
vez
y
en
total.
Por
supuesto
debemos
notar
que
el
fruto
—t
inseparable
y
es
el
resultado
de
unos
buenos
pámpanos.
También
i
fruto
permanente.
Esto
nos
indica
un
ciclo
completo
de
la
gracia
lo
Dios
obrando
por
medio
de
la
reproducción
de
discípulos
que
den
constantemente
fruto
permanente
y
que
este
a
su
vez
se
reproduzca.
El
doctor
George
Peter
al
referirse
a
este
pasaje
dice:
"Los
apóstoles
del
Señor
Jesucristo
pueden,
por
cierto,
ser
representados
como
'llevando
fruto
en
toda
buena
obra'.
En
ellos
se
cumplieron
las
palabras
de
Cristo
tanto
en
la
elección
soberana
de
Dios
como
en
la
responsabilidad
fiel
de
ellos,
cuando
el
Señor
les
dijo:
'No
me
elegisteis
vosotros
a
mí,
sino
que
yo
os
elegí
a
vosotros,
y
os
he
puesto
para
que
vayáis
y
llevéis
fruto,
y
vuestro
fruto
permanezca'
(Juan
15:16)."
7
24
Manual
de
Iglecrecimiento
De
acuerdo
con
esto,
debe
ser
característica
del
buen
discípulo
la
de
llevar
fruto
en
toda
buena
obra.
El
discípulo
del
Señor
tiene
una
norma
básica.
La
prueba
de
ser
un
discípulo
verdadero
es
la
de
"llevar
fruto".
Más
adelante
en
este
libro
vamos
a
hablar
de
la
misión
de
la
iglesia,
que
tiene
que
ver
con
el
mandato
evangelístico;
pero
aquí
podemos
ver
que
la
"misión
de
un
discípulo"
es
"llevar
fruto
abundante
y
permanente",
o
sea,
cumplir
con
ese
mandato
evangelístico.
No
habrá
reproducción
a
menos
que
evangelicemos.
Debemos
salir
de
las
cuatro
paredes
de
nuestros
santuarios
y
evangelizar.
La
oración
de
cada
creyente
debe
ser
la
de
poder
llevar
mucho
fruto.
.
.
y
fruto
que
permanezca.
Es
nuestro
privilegio
como
hijos
de
Dios.
Fuimos
elegidos
por
Cristo
para
permanecer
en
El,
glorificar
al
Padre
llevando
mucho
fruto
(v.
8),
y
producir
un
fruto
permanente:
reproduciendo
discípu-
los
(v.
16).
Otra
vez
me
habla
de
lo
que
puedo
hacer
para
que
haya
una
mejor
calidad
y
una
mayor
cantidad
de
fruto
en
los
graneros
celestiales.
La
meto
bíblico
La
tarea
que
nos
corresponde
—
según
acabamos
de
considerar
—
es
la
de
hacer
discípulos.
Al
leer
Mateo
28:18-20,
encontramos
que
el
imperativo
central
de
la
Gran
Comisión
es
que
hagamos
discípulos.
Esto
significa
traer
a
quienes
no
conocen
nada
de
Cristo
y
su
iglesia
a
una
relación
salvadora,
de
entrega
total
a
El
y
de
fe.
"
'Hacer
discípulos'
es
una
actividad
relacionada
con
personas.
Los
creyentes
cristianos,
responsables
y
reproductivos,
son
los
que
están
entregados
a
Cristo
y
a
su
mandato
de
hacer
que
otros
sean
también
discípulos,
y
de
relacionarlos
con
comunidades
de
cristia-
nos
llamadas
iglesias."
8
Los
otros
verbos
que
encontramos
en
la
Gran
Comisión
[en
el
original
griego]
son:
ir,
bautizar
y
enseñar.
Estos
aparecen
como
gerundios
y
deben
entenderse
como
auxiliares
del
imperativo,
en
este
caso,
"haced
discípulos".
Cada
palabra
que
ayuda
indica
una
actividad
que
debe
realizarse
para
completar
el
imperativo.
Los
discípulos
deben
ser
hechos
yendo,
bautizando
y
enseñando.
No
podemos
dejar
de
lado
ninguna
de
estas
actividades
sin
limitar
el
esfuerzo
de
hacer
discípulos.
"Este
es
un
proceso
continuo
por
el
cual
los
que
se
convierten
a
Jesucristo
se
relacionan
unos
con
otros,
y
a
su
vez
llegan
a
ser
miembros
responsables
y
reproductivos
de
la
iglesia.
'Yendo',
estos
discípulos
hacen
otros
discípulos,
'bautizándolos',
'enseñándolos'
y
relacionándolos
a
su
vez
con
la
iglesia."
9
(Ver
diagrama
1.)
Las
Escrituras
y
Ja
voluntad
de
Dios
25
"ÍR"
DIAGRAMA
1
'or
lo
tanto
la
tarea
de
la
iglesia
es
la
de
"hacer
discípulos".
(Ver
i.il'.rama
2.)
¡HACED
DISCÍPULOS!
yendo,
bautizando,
enseñando
UNA
IGLESIA
RESPONSABLE
REPRODUCTIVA
DIAGRAMA
2
En
el
Instituto
de
Evangelismo
e
Iglecrecimiento
Charles
E.
Fuller,
un
el
manual
Bases
Bíblicas
para
el
Iglecrecimiento,
hemos
diseña-
do
lo
que
llamamos
el
"Diagrama
de
ciclos
humanos".
10
Este
nos
ayuda
a
ver
que
existen
esferas
progresivas
de
actividades
que
deben
llevarse
a
cabo
si
se
ha
de
alcanzar
la
meta.
Esto
es
una
realidad
en
iiiiülquier
movimiento
de
personas
dentro
de
un
grupo.
Si
deseamos
i|ii(!
esas
personas
participen
del
proceso
activamente,
encontrare-
mos
tres
etapas:
(1)
reclutamiento
hacia
el
grupo,
(2)
unión
con
el
«rupo
y
(3)
entrenamiento
por
el
grupo
para
una
participación
activa.
Las
tres
etapas
son
necesarias
para
formar
miembros
respon-
sables
del
grupo.
Si
dejamos
una
etapa
a
un
lado,
el
crecimiento
del
i'.nipo
se
detendrá.
(Ver
la
página
siguiente.)
En
este
diagrama
tenemos
el
punto
de
vista
bíblico,
cuya
meta
es
tos
nuevos
mpleten
el
o
y
crecimiento
ón
en
el
Nuevo
s
logra
hast
u
s
eproductivos
qu
uo
de
evangelism
de
la
evangelizaci
."
11
co
5
u
-
.
O
.5
73
O)
§
§
§
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-
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C
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M
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«
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J
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.-
-
.
"DIAGRAMA
DE
CICLOS
HUMANOS"
co
3
o
o
co
o
UJ
o
1
Q
02
-a
>—
H
a
3
c
a
co
CD
PUNTO
DE
VISTA
BÍBLICO
META
=
DISCÍPULOS
RESPONSABLES
Yendo
Bautizando
PUNTO
DE
VISTA
SOCIOLÓGICO
Enseñando
META
=
HIJOS
RESPONSABLES
PUNTO
DE
VISTA
ECLESIÁSTICO
PUNTO
DE
VISTA
DE
CONDUCTA
OBJETIVA
—"-Compromiso
con
Cristo
-
META
=
MIEMBROS
RESPONSABLES
META
=
COMPROMISOS
RESPONSABLES
DE
LOS
DISCÍPULOS
»•
Compromiso
con
el
cuerpo
de
Cristo
•
Compromiso
con
la
obra
de
Cristo-
en
el
mundo
eo
rr
1
Q
Etapas
en
el
ciclo
28
Manual
de
Iglecrecimiento
1.
Hacer
cristianos
responsables
y
reproductivos.
2.
Formar
congregaciones
responsables
y
reproductivas.
DIAGRAMA
4
La
estrategia
bíblica
Las
Escrituras
no
sólo
nos
dan
una
meta
que
nos
muestra
la
voluntad
de
Dios
para
nuestra
vida
y
su
Iglesia,
sino
que
también
nos
muestra
la
estrategia
para
el
Iglecrecimiento.
Nos
permite
ver
la
estrategia
bíblica
basada
en
cuatro
parábolas:
la
de
los
talentos,
la
de
los
terrenos,
la
de
la
cosecha,
y
la
de
la
gran
cena.
Estas
enseñanzas
nos
ayudan
a
ser
prácticos.
I.
La
parábola
de
los
talentos
(Mateo
25:14-30)
nos
ayuda
a
descubrir
cómo
el
Señor
espera
que
sus
discípulos
llenos
de
poder
"inviertan"
sus
"habilidades
especiales"
(dones)
para
alcanzar
la
meta
de
un
Iglecrecimiento
máximo
y
mensurable.
Los
talentos
son
como
dinero
que
podemos
invertir.
La
manera
en
que
invirtamos
nuestro
don
o
dones
espirituales,
bajo
el
poder
y
dirección
del
Espíritu
Santo
(estrategia),
determinará
la
cantidad
del
resultado.
Estos
resultados
podrán
ser
medidos
objetiva
y
estadísticamente.
Las
personas
se
pueden
contar
al
igual
que
el
dinero
(talento),
pues
ambos
pueden
ser
evaluados
tanto
cualitativa
como
cuantitativamente.
Por
supuesto,
la
expansión
de
la
membresía
no
es
la
única
forma
de
tener
éxito.
El
uso
preciso
de
los
números
en
el
Nuevo
Testamento
es
una
manera
—
entre
otras
—
que
el
Señor
nos
ha
dado
para
medir
el
éxito
o
fracaso
de
nuestra
labor
y
si
nuestros
métodos
han
sido
buenos
o
si
necesitan
ser
cambiados.
En
el
capítulo
5
trataremos
específicamente
de
los
dones
espiri-
tuales.
Esperamos
que
este
capítulo
nos
ayude
a
desarrollar
una
estrategia
bíblica
personal
y
colectiva
que
redunde
en
crecimiento.
II.
La
parábola
de
los
terrenos:
(Mateo
13:1-23).
Nos
ayuda
a
Las
Escrituras
y
la
voluntad
de
Dios
29
•
I---.cubrir
los
tres
terrenos
que
son
resistentes
y
el
que
es
receptivo,
•
i
I
u
I
(servar
los
resultados
producidos
por
la
semilla
plantada,
i.'iirralmente
se
conoce
esta
parábola
como
la
del
sembrador.

mus,
no
obstante,
que
esta
tiene
más
bien
que
ver
con
los
terrenos
i|nr
con
el
sembrador.
líl
doctor
Qerber
al
estudiar
esta
parábola
ofrece
las
siguientes
Consideraciones
como
lecciones
obvias:
1.
Se
debe
sembrar
con
la
meta
definida
de
obtener
fruto.
2.
Sembrar
la
semilla
no
es
la
meta
final.
Esa
acción
no
es
un
fin
en
sí
mismo.
3.
El
terreno
en
que
se
siembra
la
semilla
es
de
vital
importancia
en
relación
con
los
resultados.
4.
La
cosecha
dependerá
de
lo
fértil
que
sea
el
terreno.
5.
El
esparcir
la
semilla
en
terrenos
que
se
resisten
produci-
rá
poco
o
ningún
resultado.
6.
Es
necesario
probar
los
terrenos
con
anterioridad
para
poder
determinar
si
son
fértiles
o
si
se
resistirán
a
recibir
la
semilla.
7.
La
siembra
inteligente
es
un
requisito
para
una
siega
abundante.
H.
El
terreno
se
considera
de
alta
calidad
cuando
tiene
la
capacidad
de
producir
frutos
en
gran
cantidad.
La
calidad
es
una
medida
de
la
cantidad
y
esta
a
su
vez
es
una
medida
de
aquella.
12
I
)i)bemos
recordar
que
no
tenemos
ningún
instrumento
ni
método
I
H
-
I
íucto
para
garantizar
el
nivel
de
recepción
de
la
tierra.
Ni
siquiera
lindemos
predecir
el
tiempo
que
tardará
la
semilla
en
germinar.
I
tusados
en
la
investigación
de
los
terrenos
es
que
debemos
i
misiderar
y
preguntarnos
dónde
concentrará
el
agricultor
sus
i
u
urgías.
Esto
nos
ayudará
a
determinar
nuestra
estrategia.
I
I
I
.
La
parábola
de
la
cosecha
(Mateo
9:37-38):
Esta
parábola
nos
Imilla
de
cuan
madura
está
la
cosecha,
y
de
que
lo
que
hace
falta
es
i
iln(¡ros
que
la
recojan.
l'or
supuesto
que
surgen
preguntas.
La
más
importante
tal
vez
sea,
..'•u
qué
deben
concentrarse
los
obreros?
¿Deberán
ellos
nivelar
el
(
•
•
i
unió,
cultivarlo,
cercarlo,
o
fertilizarlo?
¿Serán
estos
responsables
ilc
podar
los
árboles?
Todas
estas
actividades
pueden
ser
importan-
ir.';
a
su
tiempo,
pero
en
Juan
15
vemos
algo
esencial:
debemos
centrarnos
en
los
frutos.
La
cosecha
hay
que
recogerla.
lín
Juan
4:35
se
nos
da
la
base
bíblica
para
determinar
una
i-.lnitegia
eficaz.
El
fruto
debe
ser
recogido
cuando
está
maduro.
No
dolximos
permitir
que
el
fruto
o
la
cosecha
se
quede
y
se
pudra
en
el
30
Manual
de
IgJecrecimiento
campo.
No
debemos
permitir
que
se
pierda
por
falta
de
obreros,
maquinarias,
o
transporte.
Esto
puede
compararse
con
la
cosecha
de
almas.
Nací
en
una
región
agrícola
por
excelencia.
Mi
primer
pastorado
fue
en
esa
misma
zona.
Por
años
vi
perderse
el
precioso
fruto
(cereal)
por
el
descuido
o
la
falta
de
estrategia
o
planificación
en
la
recogida,
almacenaje
y
transportación
de
las
cosechas.
¡Qué
lástima!
Pero
es
la
realidad.
En
este
mundo
muchos
se
están
perdiendo
porque
la
iglesia
no
ve
que
los
campos
están
listos
para
la
siega.
IV.
La
gran
cena,
parábola
práctica
(Lucas
14:16-23).
¿Qué
podemos
hacer
cuando
la
gente
no
responde?
Estamos
tratando
de
ganarlos
con
el
mensaje
de
salvación
para
que
tengan
vida
eterna.
Sin
embargo,
siempre
tienen
una
excusa
que
hasta
parece
justifica-
da.
Aquí
el
Señor
nos
dice
claramente
cuál
es
su
meta:
"Que
se
llene
mi
casa."
Hubo
muchos
invitados
que
hasta
tuvieron
el
privilegio
de
ser
los
primeros
en
la
lista
(vv.
16,17).
¿No
tenemos
también
muchos
como
ellos
que
han
pasado
por
su
iglesia
y
la
mía?
Un
segundo
grupo
fue
invitado
(v.
21),
y
evidentemente
muchos
de
ellos
aceptaron
la
invitación.
Aun
así,
hubo
que
salir
a
buscar
a
otros
y
forzarlos
.a
entrar
(v.
23).
La
mayor
parte
de
las
iglesias
invierten
casi
todo
su
tiempo
trabajando
con
el
primer
grupo
(vv.
18,
21),
que
no
es
productivo.
Pero
si
tomáramos
en
serio
el
mensaje
de
esta
parábola
comenzaría-
mos
—
creo
—
a
cambiar
tanto
nuestra
actitud
como
nuestra
estrategia.
De
estas
parábolas
aprendemos
una
lección
que
nos
ayudará
a
que
sea
más
fructífero
y
bendecido
el
ministerio
que
el
Señor
nos
ha
encomendado.
Lo
escolo
de
resistencio-receptividod
Iglecrecimiento
no
ha
sido
únicamente
utilizado
por
Dios
para
proporcionar
enseñanzas
bíblicas
y
descubrir
principios
y
estrate-
gias
que
el
propio
Señor
nos
dejó
para
que
podamos
cumplir
más
eficazmente
con
la
Gran
Comisión,
sino
que
Iglecrecimiento
también
ha
descubierto
la
ayuda
que
pueden
aportarnos
las
ciencias
que
tienen
que
ver
con
la
conducta
humana.
De
estos
estudios,
surge
la
escala
o
el
eje
de
resistencia
y
receptividad.
George
Hunter,
hablando
de
este
instrumento
dice:
"Ha
sido
la
contribución
más
grande
del
movimiento
de
Iglecreci-
miento
para
la
evangelización
mundial
de
esta
generación."
13
Sí,
esta
es
una
excelente
contribución
científica.
Esta
escala
de
resistencia-receptividad
nos
ayuda
a
comprender
Las
Escrituras
y
Ja
voluntad
de
Dios
31
•
l
e
u
n
l
i
:
se
encuentra
la
gente
en
relación
a
cuan
listos
están
para
M
•
i
l
i
i
r
el
evangelio:
,.(iuál
estima
usted
sea
la
actitud
de
las
personas
en
relación
con
el
.
<
mj'.olio?
5
-4
-3
-2
-1
O
+1
+
2
+3
+4
+5
Fuertemente
opuesto
Más
o
menos
opuesto
Indiferente
Más
o
menos
favorable
Fuertemente
favorable
DIAGRAMA
5
"I.¡i
receptividad
o
la
resistencia
hacia
la
fe
cristiana
en
una
nstancia
particular
pueden
tener
diferentes
variantes",
dicen
i
y
Fraser
y
agregan
estas
cinco:
"1.
El
grado
con
el
que
Jas
personas
están
satisfechas
con
su
vida
presente.
Si
la
religión
o
persuasión
que
tienen
satisfacen
sus
inquietudes,
ellos
no
prestarán
atención
ni
considerarán
otra
alternativa
religiosa.
2.
EJ
grado
en
que
Ja
vida
de
Jas
personas
está
cambiando.
Los
nuevos
inmigrantes
o
personas
que
se
han
mudado
recientemente
de
su
tierra
natal
están
más
predispuestos
a
recibir
nuevas
ideas.
También
los
grupos
minoritarios
que
están
lejos
de
sus
comunidades
acostumbradas
y
no
están
ya
rodeados
por
los
amigos
que
retienen
su
antigua
identidad
religiosa.
3.
La
sensibiJidad
cuJturaJ
en
Ja
presentación
deJ
evange-
Jio.
Una
de
las
más
grandes
resistencias
encontrada
en
personas
alrededor
del
mundo
es
causada
por
la
insensi-
bilidad
cultural
de
los
evangelistas.
Muchas
veces
pedi-
mos
a
la
gente
que
abandonen
parte
de
su
identidad
para
que
puedan
hacerse
cristianos.
4.
EJ
agente
de
Jas
Buenas
Nuevas.
A
causa
de
su
origen
político
o
étnico,
algunas
personas
prestarán
más
aten-
ción
que
otras
al
agente
evangelizador.
¡No
siempre
la
persona
con
mayor
educación
será
el
mejor
evangelista!
5.
EJ
encaje
reJativo
de
ciertas
formas
culturales
que
están
dominando
un
grupo
social
en
el
presente
y
el
evange-
lio.
Existen
algunas
costumbres
que
el
evangelio
no
aprueba.
Los
sistemas
religiosos
supertradicionales
que
se
oponen
a
Cristo
presentarán
resistencia
al
evangelio.
Esto
también
es
cierto
de
gente
que
se
enriquece
a
costa
del
crimen.
Esto
no
quiere
decir
que
los
traficantes
de
McGavran
dice
que
las
metas
bíblicas
podrán
ser
alcanzadas
con
mayor
facilidad
si
"ganamos
a
los
que
pueden
ser
ganados".
15
La
voluntad
de
Dios
para
su
Iglesia,
de
la
que
Cristo
es
la
cabeza,
es
cumplir
con
la
Gran
Comisión
(Mateo
28:19,
20).
Por
eso
nos
ha
dado
herramientas,
metas
y
estrategias.
La
Biblia
es
clara
y
explícita.
Profundicemos
en
las
Escrituras,
cumplamos
su
voluntad.
¿Cómo
podemos
cumplir
su
voluntad?
Esperamos
que
no
sólo
este
capítulo,
sino
también
los
subsiguientes
nos
ayuden
a
hacerlo.
¿Cómo
podemos
medir
los
resultados?
Una
buena
herramienta
la
tenemos
en
el
siguiente
diagrama,
llamado
la
"Escala
de
Engel",
o
sea,
un
modelo
del
proceso
de
decisión
espiritual.
¿Hasta
qué
punto
en
esta
escala
están
llegando
las
personas
con
quienes
tenemos
contacto?
¿Existe
un
ciclo
completo
de
reproducción?
Esperemos
que
sí.
Una
escala
de
resistencia
y
receptividad
ayudará
a
planificar
la
estrategia
evangelística.
Especialmente
con
la
inflación
en
la
ma-
yoría
de
nuestros
países
latinoamericanos,
tenemos
que
usar
de
la
mejor
manera
posible
los
recursos
de
dinero
y
energía
de
que
dispongamos.
Organizaciones
como
el
Comité
de
Trabajo
de
Lausan-
na
y
MARC
(una
rama
de
Visión
Mundial),
por
medio
del
uso
de
computadoras
pueden
clasificar
a
los
grupos
de
personas
que
so'n
"muy
receptivos",
"receptivos",
"indiferentes",
"opuestos"
y
"muy
opuestos".
Este
uso
de
las
computadoras
ha
sido
criticado
por
muchos.
Yo
digo:
mi
padre
nunca
viajó
en
avión;
yo
sí.
No
entiendo
mucho
de
computadoras,
pero
mis
hijos
vivirán
en
el
futuro
relacionados
con
ellas.
¿Tengo
derecho
a
decirles
que
no
las
usen
cuando
mi
padre
nunca
tuvo
el
derecho
a
decirme
que
no
viaje
en
avión?
drogas
o
las
prostitutas
no
puedan
ser
ganados
para
el
evangelio.
Sólo
que
reconocemos
que
el
mismo
sistema
al
que
pertenecen
se
opone
a
las
demandas
del
discipu-
lado,
y
esto
crea
una
resistencia
natural
al
evangelio.
"El
poder
evaluar
la
resistencia
o
receptividad
del
evange-
lio
es
básico
para
la
estrategia
evangelizadora.
Si
la
gente
es
muy
receptiva
—
como
en
el
caso
de
Cornelio
—
están
listos
para
creer
y
sólo
esperan
las
palabras
de
vida;
en
ese
caso
cualquier
método
o
estrategia
producirá
una
gran
cosecha.
Se
pueden
cometer
errores
y
se
rectifican
y
olvidan.
Pero
si,
por
el
otro
lado,
la
gente
está
fuertemente
opuesta
a
tener
un
compromiso
con
Cristo
(aun
asumiendo
que
se
utilice
un
evangelismo
sensitivo
a
la
cultura)
entonces,
en
la
mayoría
de
los
casos
aun
la
mejor
estrategia
fracasaría."
14
32
Manual
de
ÍgJecrecimiento
«>
£
P
2.
1*
"
*<
O
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335.
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o
o
o
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(D
I
»
l
a
D
>
O
*
EVANGELISMO
o
"HACIENDO
DISCÍPULOS"
4
^
Rechazo
i
co
Conciencia
de
un
ser
supre
un
conocimiento
efectivo
d
2-3
3.0
0)
~O
13
CD
"
8
3
p-a
1
"*
Comienza
a
tener
cierta
ce
sobre
el
evangelio.
3
CD'
Q.
B)
0>
Conciencia
de
los
fúndame
evangelio.
3
i
Q.
CD.
•/
f-
1
en
Comprende
las
implicación
evangelio.
CO
0.
Cp_
*•—
i
*"
Actitud
personal
hacia
el
e
3
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0
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1
co
Reconoce
el
problema
per
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3
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X
1
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DECISIÓN
DE
ACTUAR.
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Arrepentimiento
y
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en
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3J
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"NUEVA
CRIATURA"
*
NUTRICIÓN
o
"ADIESTRANDO
DISCÍPULOS"
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de
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en
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+
co
Comienza
el
crecimiento
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de
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conducta.
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CD
5
o"
en
W
CJ
34
Manual
de
IgJecrecimiento
NOTAS
BIBLIOGRÁFICAS
1
David
Haney,
Renueva
mi
Iglesia
(Buenos
Aires,
Argentina:
Junta
Bautista
de
Publicaciones,
1974),
pág.
71.
2
Donald
McGavran,
Understanding
Church
Growth
(Grand
Ra-
pids:
Eerdmans,
rev.
ed.
1980),
pág.
40.
3
Diccionario
de
la
Real
Academia
Española
(Madrid,
España,
1984).
4
C.
Peter
Wagner,
Church
Growth
and
the
Whole
Cospel
(San
Francisco,
California.
Harper
&
Row,
1981),
pág.
71.
5
Donald
McGavran,
For
Such
a
Time
as
This
(discurso
pronuncia-
do
en
la
Escuela
de
Misión
Mundial
del
Seminario
Teológico
Fuller,
1970).
8
C.
Peter
Wagner,
op.
cit.,
pág.
72.
7
George
Peters,
A
Theology
of
Church
Growth
(Grand
Rapids,
Zondervan
1981),
pág.
118.
8
Virgilio
Gerber,
Manual
de
evangelismo
y
crecimiento
de
la
iglesia
(Maracaibo,
Venezuela,
Editorial
Libertador,
1974),
pág.
27.
9
Ibíd.,
pág.
116.
10
Instituto
de
Evangelismo
e
Iglecrecimiento,
Bases
bíblicas
para
el
Iglecrecimiento
(Pasadena,
California,
1978),
pág.
26.
11
Virgilio
Gerber,
op.
cit.,
pág.
20.
12
Ibíd.,
págs.
29,
30.
13
George
G.
Hunter,
The
Contagious
Congregation
(Nashville,
Abingdon,
1979),
pág.
104.
14
Edward
R.
Dayton
and
David
A.
Fraser,
Planning
Strategies
for
World
Evangelizaron
(Grand
Rapids,
Eerdmans,
1980),
págs.
178-
180.
15
Donald
McGavran,
op.
cit.,
pág.
290.
CAPITULO
2
LA
MISIÓN
DE
LA
IGLESIA
l'lxisten
dos
temas
por
los
que
Iglecrecimiento
ha
sido
criticado,
listos
son:
la
definición
de
la
misión
de
la
iglesia,
que
trataremos
en
oslo
capítulo,
y
la
teología
de
Iglecrecimiento,
la
cual
será
abordada
i'i
i
cada
uno
de
los
temas
que
presentaremos.
Ivstoy
firmemente
convencido
de
que
dentro
de
unos
diez
años
los
i
n.
11
entendidos
se
aclararán
e
Iglecrecimiento
será
la
norma
de
la
ir.lüsia.
Y
si
el
Señor
no
regresa
antes,
estaremos
ocupados
en
la
iniiquista
de
un
mundo
que
crece
demográficamente
de
modo
usombroso.
lin
este
capítulo
consideraremos
"la
encrucijada"
en
la
que
los
intereses
"evangelísticos"
se
encuentran
con
los
"sociales".
Tratare-
mos
de
ver
estos
dos
enfoques
desde
el
punto
de
vista
del
"mandato
i-viingelístico"
y
del
"mandato
cultural".
Este
último
lo
trataremos
ndomás
en
su
relación
a
la
misión
de
la
iglesia
en
el
capítulo
7,
o
sea,
líl
ministerio
social
y
el
íglecrecimiento.
liaste
decir
que
Iglecrecimiento
no
pasa
por
alto
la
responsabili-
'l.id
de
la
iglesia
ante
las
necesidades
del
hombre
y
de
su
mundo.
Personalmente,
siempre
he
tenido
el
cuidado
de
hacer
mi
parte.
Nací,
me
crié,
y
por
muchos
años
milité
en
una
institución
donde
el
quehacer
social
es
número
uno:
El
Ejército
de
Salvación.
Allí
l>¡irlicipé
en
todo
lo
relacionado
con
la
labor
social.
Lo
hice
con
niiior,
y
esa
compasión
por
los
necesitados
no
se
ha
apartado
de
mí,
aun
cuando
haya
dejado
esa
institución
y
mis
prioridades
hayan
inmbiado.
Creo
poder
decir
con
Pedro
Wagner:
"Ni
el
mandato
i
ullural
ni
el
evangelístico
son
optativos
para
los
hombres
y
mujeres
<|iii!
pertenecen
a
la
comunidad
del
Rey
y
para
quienes
Jesús
es
el
Señor."
1
Definiendo
lo
misión
Muchas
de
las
críticas
y
debates
nacen
de
que
no
todos
le
damos
la
misma
definición
a
una
palabra.
Los
diccionarios
y
enciclopedias
contribuyen
a
confundirnos,
pues
nos
dan
varias
definiciones
y
36
Manual
de
Iglecrecimiento
acepciones
para
una
misma
palabra.
En
nuestros
países
latinoameri-
canos
esto
se
complica
más,
ya
que
el
idioma
español
se
usa
en
diferentes
formas
y
una
misma
palabra
puede
tener
varios
signifi-
cados
en
los
distintos
países.
Por
eso,
lo
que
en
algunos
lugares
llamamos
"bebé"
en
Chile
es
"guagua",
pero
una
"guagua"
en
Puerto
Rico
es
un
"autobús",
un
"autobús"
en
México
es
un
"camión",
y
en
Argentina
un
"camión"
es
lo
que
en
México
llaman
una
"troca".
Y
así
podríamos
continuar
con
otros
ejemplos.
Por
eso
es
muy
importante
definir
con
exactitud
lo
que
queremos
decir.
"Si
hubo
una
época
en
la
que
existió
un
consenso
en
cuanto
a
la
misión
de
la
iglesia,
hace
mucho
que
esta
pasó
.
.
.
varios
escritores
toman
nota
de
la
polarización
de
conceptos
dentro
de
las
iglesias
protestantes:
Beyerhaus,
1971,
1972;
McGavran,
1977;
Stott,
1975;
Krass,
1974;
Braaten,
1977;
Costas,
1977,
1974;
Anderson,
1961;
Verkeyl,
1978.
Desarrollar
una
teología
sobre
la
evangelización
o
aun
de
la
misión
de
la
iglesia
no
se
puede
lograr
buscando
sencillamente
un
consenso
entre
los
eruditos
o
—
mucho
menos
—
entre
los
que
realizan
la
evangelización."
2
En
el
período
clásico,
generalmente
se
entendía
la
expresión
"las
misiones"
como
todo
lo
que
tuviera
que
ver
con
el
trabajo
misionero
que
se
hiciera
en
otro
país.
Pero
esto
fue
cambiando,
de
modo
que
ahora
nos
referimos
a
"la
misión"
(en
singular)
como
la
tarea
de
la
Iglesia
y
a
"las
misiones"
(en
plural]
como
el
nombre
que
se
aplica
a
las
agencias
y
actividades
que
tengan
que
ver
con
la
implementación
de
tal
tarea.
Uno
de
los
problemas
que
confrontamos
es
que
la
palabra
"misión"
no
es
una
palabra
bíblica.
Por
supuesto
que
la
encontramos
inferida
en
el
Nuevo
Testamento,
especialmente
donde
encontramos
las
referencias
a
"enviar"
o
"enviado".
En
español
proviene
del
latín
"missio"
(acción
de
enviar).
¿Qué
dice
Iglecrecimiento?
El
doctor
Donald
McGavran,
en
su
libro
Understanding
Church
Growth
(Cómo
entender
el
crecimiento
de
la
iglesia),
publicado
en
1970,
ofrece
lo
que
pudiéramos
llamar
una
definición
"estrecha"
de
"misión".
El
dice
así:
"Es
una
empresa
dedicada
a
proclamar
las
Buenas
Nuevas
del
Señor
Jesucristo,
y
a
persuadir
a
las
personas
a
que
lleguen
a
ser
sus
discípulos
y
miembros
responsables
de
su
Iglesia."
3
El
no
quiere
usar
el
término,
como
otros
lo
han
hecho,
en
el
sentido
de
que
"misión"
es
todo
lo
que
Dios
quiere
que
se
haga.
Su
definición
tiene
que
ver
específicamente
con
la
propagación
del
La
misión
de
la
iglesia
37
evangelio,
la
reconciliación
de
los
hombres
con
Dios,
y
el
ingreso
de
estos
a
la
Iglesia
del
Señor
Jesucristo.
Con
todo,
él
se
refiere
en
algunas
de
sus
conferencias
a
que
"el
evangelismo
es
un
propósito
principal
e
irrevocable
de
la
misión
cristiana".
4
Esto
permite
pensar
que
no
es
el
único
propósito,
ni
el
propósito
principal;
lo
que
da
lugar
a
otros
propósitos
dentro
de
la
definición.
Esta
tiene
tendencias
hacia
un
exclusivismo
extremo.
El
doctor
Pedro
Wagner
en
su
libro
Church
Growth
and
The
Whole
GospeJ
(Iglecrecimiento
y
el
evangelio
completo)
nos
presenta
el
siguiente
diagrama
y
su
explicación,
que
me
tomo
la
libertad
de
utilizar
en
amplitud,
ya
que
creo
ayudará
a
comprender
la
posición
de
los
defensores
del
Iglecrecimiento,
y
el
porqué
de
su
definición
de
misión.
A
1
B
mandato
cultural
mandato
evangelístico
D
DIAGRAMA
7
"Debemos
notar
que
al
ir
de
izquierda
a
derecha
del
diagrama
7
el
mandato
cultural
disminuye
y
el
mandato
evangelístico
aumenta
en
la
misma
proporción.
Hay
muchas
posiciones
intermedias
que
uno
l>uede
tomar,
pero
hay
cinco
opciones
típicas
en
las
que
pudiera
uno
involucrarse.
"Posición
A:
Mantiene
que
la
misión
de
Dios
incluye
únicamente
el
mandato
cultural
y
no
el
evangelístico.
"Posición
B:
Mantiene
que
la
misión
incluye
ambos
mandatos,
el
cultural
y
el
evangelístico,
pero
que
el
cultural
tiene
prioridad.
"Posición
C:
Mantiene
que
el
mandato
cultural
y
el
evangelístico
tienen
partes
iguales
en
la
misión.
"Posición
D:
Mantiene
que
el
mandato
evangelístico
tiene
priori-
dad
sobre
el
mandato
cultural.
"Posición
E:
Mantiene
que
la
misión
incluye
únicamente
el
mandato
evangelístico
y
no
el
cultural."
5
Podemos
usar
este
diagrama
y
decir
que
en
su
definición
de
38
Manual
de
Iglecrecimiento
"misión"
McGavran
se
encuentra
directamente
en
"E"
o
bastante
cerca.
Pero
Wagner,
discípulo
de
McGavran
y
maestro
mío,
al
calificarse
a
sí
mismo
dice
que
se
encuentra
en
"D".
Yo
también.
Además
es
esta
la
posición
del
Pacto
de
Lausana,
en
el
que
se
reconoce
la
misión
integral
y
la
prioridad
del
evangelismo;
no
un
evangelismo
integral
que
sea
diferente.
Creo
que
esta
es
una
posición
adoptada
por
muchos,
aunque
no
viene
al
caso
comprobarlo
aquí.
La
mayoría
de
las
personas
involucradas
en
el
movimiento
de
Iglecreci-
miento
están
a
favor
de
la
definición
clásica
(la
misión
integral).
Misión
integral
Comencemos
diciendo:
"No
es
todo
lo
que
Dios
quiere
hacer
en
el
mundo."
Tiene
que
ver
con
lo
que
Dios
espera
de
sus
hijos,
los
que
han
sido
redimidos,
los
que
son
enviados
desde
sus
congregaciones
para
cumplir
una
obra
específica,
especialmente
en
lo
que
tiene
que
ver
con
el
mandato
evangelístico
y
el
mandato
cultural.
Dios
hace
muchas
cosas
en
el
mundo,
"llueve
sobre
justos
e
injustos",
y
muchísimas
de
ellas
benefician
aun
al
que
dice
"No
hay
Dios";
pero
estas
no
son
misión.
Aun
muchas
cosas
que
los
hijos
de
Dios
llevan
a
cabo
y
que
son
realizadas
en
obediencia
a
El,
tales
como
adorar
y
orar
por
nuestras
necesidades
personales,
no
son
misión.
Los
especialistas
en
Iglecrecimiento
ayudan
a
ver
cómo
parte
de
esa
misión
puede
ser
cumplida
dentro
de
la
misma
cultura
del
individuo
y
cómo
lo
puede
ser
en
otra
cultura
diferente.
Una
manera
de
verlo
es
designando
letras
y
números
a
las
diferentes
actividades
que
tienen
que
ver
con
misión.
Otra
vez
pido
partes
prestadas
de
Wagner
para
compartir
con
el
lector.
M-l
(Misión
uno):
Es
la
misión
dirigida
a
quienes
tienen
la
misma
cultura
que
el
misionero.
M-2
(Misión
dos):
Misión
a
través
de
barreras
culturales
(transcul-
tural),
dirigida
a
los
de
una
cultura
diferente
pero
que
tiene
cierto
parecido
con
la
del
misionero.
M-3
(Misión
tres):
Misión
transcultural
dirigida
a
los
de
una
cultura
bastante
diferente
y
que
tiene
muy
poco
que
ver
con
la
cultura
del
misionero.
Vemos
que
es
la
cultura
y
no
la
distancia
geográfica
la
que
determina
la
diferencia.
La
misión
vista
desde
este
punto
de
vista
no
da
pie
para
hablar
de
misiones
domésticas
y
misiones
en
el
extranjero.
Personalmente,
me
encuentro
a
12.000
km
de
Rosario,
Argentina.
No
obstante,
estoy
pastoreando
a
gente
que
vivieron
a
pocas
cuadras
del
lugar
en
que
nací
en
esa
ciudad.
En
este
caso
soy
un
misionero
M-l.
No
he
tenido
que
aprender
otra
lengua,
ni
La
misión
de
la
iglesia
39
a
una
nueva
cultura
para
ministrar
a
estos
argentinos.
Siendo
que
"M"
al
indicar
misión
es
un
término
muy
amplio,
se
linn
encontrado
tres
categorías
que
ayudan
en
el
análisis:
evangelis-
M
n
i
(E),
nutrición
(N),
y
servicio
(S).
Para
los
que
aceptan
la
ili-íinición
de
misión
integral,
estas
son
partes
del
total
y
aun
cuando
limen
puntos
en
común,
describen
diferentes
tareas.
hVangeJismo:
(ya
sea
E-l,
E-2
o
E-3).
Esto
es
el
evangelio
predicado
i'i
i
el
poder
del
Espíritu
Santo
de
manera
que
las
personas
crean
en
i
i
i.slo
como
su
Salvador
y
Señor
y
se
integren
a
la
comunión
de
la
iglesia.
Es
un
mensaje
dirigido
a
los
inconversos.
La
meta
es
ganar
n
11
ñas,
ver
pecadores
salvados
por
la
gracia
de
Dios,
y
que
entren
al
ii'ino
de
Dios
como
discípulos
responsables.
Nutrición
Cristiana:
(ya
sea
N-l,
N-2
o
N-3)
es
un
ministerio
ilirigido
a
los
creyentes;
no
a
los
inconversos.
El
objetivo
es
iiyndarles
a
que
desarrollen
su
fe.
Esto
hace
posible
que
"niños"
tiNp¡rituales
que
están
propensos
a
ser
llevados
"de
todo
viento
de
i
li
ictrina"
lleguen
a
ser
perfectos
"a
la
medida
de
la
estatura
de
la
plenitud
de
Cristo"
(Efesios
4:13,
14).
El
ayudar
a
un
creyente
a
orar
m¡is
fervientemente,
leer
su
Biblia
con
mayor
inteligencia,
cantar
ni.is
melodiosamente,
testificar
más
convincentemente,
o
dar
más
Kimerosamente
no
es
hacer
evangelismo.
Es
nutrición.
Servicio:
(ya
sea
S-l,
S-2
o
S-3)
no
es
ni
evangelismo
ni
nutrición.
Kníoca
más
bien
la
implementación
del
mandato
cultural.
Ayuda
a
satisfacer
las
necesidades
físicas,
sociales
o
materiales
de
la
gente,
l'nede
incluir
a
creyentes
o
a
inconversos.
Incluye
la
acción
social
y
til
servicio
social.
Dios
puede
usar
el
servicio
realizado
para
abrir
el
corazón
y
la
mente
de
las
personas
al
mensaje
del
evangelio,
pero
puede
que
esto
no
ocurra.
El
servicio
no
puede
salvar
a
los
peca-
i
loros,
el
evangelismo
sí.
El
evangelismo
y
el
servicio
son
claramente
pnrtes
de
la
misión,
tal
como
el
término
se
entiende
comúnmente.
Cuatro
tipos
de
Iglecrecimiento
Creo
que
a
estas
alturas
sería
conveniente
para
el
estudiante
más
interesado
en
Iglecrecimiento
ver
los
cuatro
tipos
de
crecimiento
de
la
iglesia
según
el
diagrama
diseñado
por
Ralph
Winter,
quien
por
mu-
chos
años
fue
misionero
en
Guatemala,
y
es
ahora
director
del
U.S.
(,'oníer
for
World
Mission
(Centro
Estadounidense
para
la
Misión
Mundial)
de
Pasadena,
California.
Espero
que
este
diagrama,
y
mi
ex-
plicación
del
mismo
ayudarán
a
ver
cómo
desde
el
principio
los
que
participamos
en
Iglecrecimiento
no
sólo
tenemos
interés
en
un
creci-
miento
numérico
sino
que
promovemos
el
crecimiento
personal
del
Individuo
en
la
fe,
en
la
doctrina
y
en
todo
lo
que
esté
relacionado
con
oí
"perfeccionamiento"
del
cristiano.
(Ver
diagrama
8.)
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personal,
es
ento
cualitativo
ritual
o
de
nutric
CUATRO
CLASES
DE
IGLECRECIMIENTO
CRECIMIENTO
PERSONAL
E-0
CRECIMIENTO
EXPANSIVO
E-1
CRECIMIENTO
EXTENSIVO
E-1
CRECIMIENTO
POR
PUENTES
E-2
y
E-3
3
en'
oC
Q-
CD
DIAGRAMA
8
Adaptado
de
Ralph
Winter,
1974.
CD
5"
*
42
Manual
de
Iglecrecimiento
alguna.
Sí
la
tiene
el
que
los
líderes
estén
en
disposición
de
tomar
la
iniciativa
y
comenzar
nuevos
lugares
de
predicación,
haciendo
uso
de
los
dones
y
recursos
de
muchos
laicos.
Esto
resultará
en
una
bendición
para
la
iglesia.
Abordaremos
de
nuevo
este
tema
en
el
capítulo
9.
Luego
tenemos
el
"crecimiento
por
puentes",
o
sea,
como
hemos
explicado
en
relación
a
M-2
y
M-3,
el
misionero
debe
cruzar
ya
sea
una
cultura
(E-2)
o
dos
culturas
(E-3)
para
llevar
adelante
el
trabajo
"misionero".
Sin
definirlo
en
estos
términos
o
siglas,
es
básicamente
lo
que
se
ha
estado
haciendo
desde
los
días
de
William
Carey,
y
por
qué
no
desde
la
época
del
apóstol
Pablo,
bajo
la
definición
tradicional
o
clásica
de
"las
misiones".
La
diferencia
que
vemos
en
nuestros
días
es
que
el
interés
por
las
misiones
está
siendo
una
realidad
más
cercana
a
la
iglesia
local.
Gracias
a
Dios
por
este
despertar
a
la
responsabilidad
y
potencial
de
la
congregación
local.
¿Qué
significo
evongelismo
integral?
El
Pacto
de
Lausana
en
su
artículo
N°
5
afirma
que
la
acción
social
no
es
evangelismo.
Muchos
no
están
de
acuerdo
con
esto,
entre
ellos,
muchos
de
nuestros
colegas
latinoamericanos.
Estos
no
creen
que
el
evangelismo
y
el
servicio
sean
dos
partes
distintas
de
la
misión
de
la
iglesia.
El
poner
ambas
cosas
(evangelismo
y
servicio)
juntas,
es
lo
que
ahora
se
conoce
como
"evangelismo
integral".
Se
ha
acusado
al
Pacto
de
Lausana
de
estar
creando
una
dicotomía.
Se
dice
que
hacer
una
distinción
entre
evangelismo
y
ministerio
social
es
ilegal.
¡Creo
que
están
muy
equivocados!
Seis
años
después
de
Lausana,
se
llevó
a
cabo
la
Consulta
de
Pattaya,
Tailandia,
en
1980.
Allí
también
los
defensores
del
"evange-
lismo
integral"
trataron
de
presentar
su
caso.
La
declaración
enfática
de
esta
convocación
fue:
"A
pesar
de
que
el
evangelismo
y
la
acción
social
no
son
idénticos,
nosotros
afirmamos
nuestro
compromiso
con
ambos,
y
endosamos
el
Pacto
de
Lausana,
en
su
totalidad.
La
Declaración
de
Tailandia
dice
que
'sí'
a
'misión
integral'
y
que
'no'
a
'evangelismo
integral'."
7
La
prioridad
del
evangelismo
El
Pacto
de
Lausana
es
muy
claro
en
establecer
esta
prioridad.
En
el
artículo
numero
seis
dice:
"En
la
misión
de
servicio
sacrificial
de
la
iglesia,
el
evangelismo
tiene
prioridad."
Para
confirmar
y
reafir-
mar
este
pacto,
en
1980,
en
Tailandia,
se
dijo:
"Esto
no
es
para
negar
que
la
evangelización
y
la
acción
social
están
relacionadas
integral-
mente,
sino
para
reconocer
que
de
todas
las
condiciones
trágicas
de
los
seres
humanos,
ninguna
es
tan
grande
como
la
de
estar
separados
La
misión
de
Ja
igJesia
43
de
su
Creador
y
la
realidad
de
la
muerte
eterna
para
los
que
rehusan
arrepentirse
y
creer.
"No
obstante,
creo
que
tenemos
que
estar
de
acuerdo
con
la
afirmación
del
Pacto
de
Lausana
de
que
'en
la
misión
de
la
iglesia,
que
es
misión
de
servicio
sacrificado,
la
evangelización
ocupa
el
primer
lugar'
(párrafo
6).
Los
cristianos
tendrían
que
sentir
compa-
sión
y
un
agudo
dolor
de
conciencia
frente
a
la
opresión
de
otros
seres
humanos
o
cuando
se
los
descuida
en
cualquier
sentido,
ya
sea
que
se
les
niegue
libertad
civil,
respeto
racial,
educación,
atención
médica,
trabajo,
alimentación
adecuada,
vestido
o
vivienda.
Todo
lo
que
tienda
a
menoscabar
la
dignidad
humana
tiene
que
resultarnos
ofensivo.
Pero,
¿existe
algo
más
destructivo
para
la
dignidad
humana
que
la
separación
de
Dios
como
consecuencia
de
la
ignorancia
o
el
rechazo
del
evangelio?"
8
No
debemos
temer
que
al
poner
énfasis
en
el
evangelismo,
o
al
considerarlo
como
prioridad,
vayamos
a
descuidar
nuestra
responsa-
bilidad
social.
Como
hijos
de
Dios,
tenemos
una
obligación
hacia
el
mandato
cultural.
Debemos
pensar
que
cuanto
más
seamos
los
que
por
la
evangelización
pertenezcamos
a
la
familia
de
Dios,
tanto
más
fácilmente
podremos
cumplir
con
el
ministerio
social.
Viajo
constantemente
por
América
Latina
dando
cursillos
de
Iglecrecimiento.
También
soy
pastor
en
Pasadena,
California.
Me
satisface
además
plantar
iglesias
y
supervisar
parte
de
la
obra
misionera
de
mi
denominación.
Podría
decir:
"Es
más
que
suficien-
It!.
.
.
estoy
cumpliendo."
Sin
embargo,
a
la
par
de
estar
escribiendo
esto,
estoy
solucionando
algunos
problemas
de
salvadoreños
que
se
han
convertido
recientemente.
Tienen
toda
clase
de
problemas
que
requieren
una
acción
social.
Podría
decir:
"Que
lo
haga
otro,
pues
yo
ya
estoy
haciendo
mi
parte."
Pero
no;
estoy
comprometido
con
la
misión
de
la
Iglesia,
y
por
eso
lo
hago.
En
las
Escrituras
encontramos
la
idea
general
de
las
prioridades.
El
mismo
Señor
Jesucristo
y
el
apóstol
Pablo
las
plantearon
y
practica-
ron.
Descubro
que
aun
los
que
critican
la
prioridad
del
evangelismo
licnen
prioridades
establecidas
para
otros
asuntos.
La
misma
limitación
de
recursos
exige
que
se
establezcan
priorida-
des.
No
podemos
hacerlo
todo
a
la
vez.
No
tendríamos
ni
el
dinero,
ni
las
energías
ni
el
personal
necesarios.
Es
por
ello
que
se
hace
imprescindible
establecer
prioridades.
Definiendo
el
evangelismo
Sin
duda
alguna
que
el
tener
una
clara
definición
del
evangelismo
ayudará
al
lector
a
decidir
sus
prioridades.
No
podríamos
compren-
der
totalmente
la
misión
de
la
iglesia
y
su
prioridad
evangelística,
a
44
Manual
de
Iglecrecimiento
menos
que
nos
entendamos
claramente
en
este
punto.
El
Congreso
Mundial
de
Evangelismo
de
Lausana
dio
una
defini-
ción
clara
y
detallada:
"Evangelizar
es
difundir
las
buenas
nuevas
de
que
Jesu-
cristo
murió
por
nuestros
pecados
y
resucitó
de
entre
los
muertos
de
acuerdo
a
las
Escrituras,
y
que
como
el
Señor
que
reina
El
ofrece
el
perdón
de
los
pecados
y
el
don
del
Espíritu
que
liberta
a
todos
los
que
se
arrepienten
y
creen.
Nuestra
presencia
cristiana
en
el
mundo
es
indispensable
al
evange-
lismo
y
es
esa
clase
de
diálogo,
cuyo
propósito
es
el
escuchar
con
sensibilidad
para
poder
comprender.
Pero
el
evangelis-
mo
por
sí
mismo
es
la
proclamación
del
Cristo
histórico,
bíblico,
como
Salvador
y
Señor,
con
la
mira
de
persuadir
a
las
personas
a
que
vengan
personalmente
a
El
y
sean
reconciliadas
con
Dios.
Al
presentar
el
evangelio
no
tenemos
la
libertad
de
esconder
el
costo
del
discipulado.
Todavía
hoy
Jesús
llama
a
todos
los
que
quieren
seguirle
a
negarse
a
sí
mismos,
tomar
su
cruz
e
identificarse
con
la
nueva
comuni-
dad.
Los
resultados
del
evangelismo
incluyen
obediencia
a
Cristo,
incorporación
en
su
iglesia
y
servicio
responsable
en
el
mundo
(1
Corintios
15:3,
4;
Hechos
2:32-39;
Juan
20:21;
1
Corintios
1:23;
2
Corintios
4:5;
5:11,
20;
Lucas
14:25-33;
Marcos
8:34;
Hechos
2:40-47;
Marcos
10:43-45)."
9
Otra
definición
que
concuerda
con
el
sentir
de
Iglecrecimiento
es
la
del
Comité
de
Arzobispos
Anglicanos
de
1918.
Esta
dice
así:
"Evangelizar
es
presentar
a
Jesucristo
en
el
poder
del
Espíritu
Santo
para
que
los
hombres
lleguen
a
poner
su
confianza
en
Dios
a
través
de
El,
le
acepten
como
su
Salvador
y
le
sirvan
como
su
Rey
en
la
comunión
de
su
Iglesia."
10
Tanto
J.
I.
Packer
11
como
John
Stott,
12
no
están
de
acuerdo
con
esta
definición
porque
ven
que
incluye
un
fin
deseado,
ya
que
allí
dice,
"que
los
hombres
lleguen
a
poner.
.
."
Piensan
que
al
decirlo
así,
se
sugiere
que
el
evangelismo
únicamente
se
hace
cuando
las
personas
se
comprometen
con
Cristo.
Partiendo
de
esta
discusión,
el
doctor
Pedro
Wagner
comenzó
a
hablar
de
los
principios
de
las
"3-P".
¿Qué
quiere
decir
esto?
Permítanme
explicarlo.
Llamamos
Evangelismo
1-P
a
lo
que
tiene
que
ver
con
el
evangelismo
de
presencia.
Esto
es
cuando
el
cumplimiento
de
lo
que
ahora
llamamos
mandato
cultural
se
confunde
con
el
mandato
La
misión
de
la
iglesia
45
dvtmgelístico
y
donde
con
sólo
cumplir
el
primero,
estaríamos
nvangelizando.
Construir
escuelas,
hospitales,
orfanatorios,
obra
Hocial,
etc.,
le
da
visibilidad
a
la
iglesia,
pero
no
podemos
llamarlo
ovangelización.
Puede
ser
la
puerta
de
entrada,
pero
no
nos
ayuda
a
iilcanzar
la
finalidad
de
la
Gran
Comisión.
Luego
el
EvangeJismo
2-P
tiene
que
ver
con
la
proclamación
del
ovangelio.
Nos
da
ventanas
a
la
calle,
pero
se
limita
a
sembrar
y
no
a
cosechar.
Es
simplemente
hacer
oyentes,
no
discípulos.
Hasta
hace
|iocos
años
la
mayoría
de
nosotros
(y
muchos
todavía),
nos
sentía-
mos
cómodos
con
la
mera
"proclamación".
Por
supuesto
hay
que
oslar
presentes
para
proclamar.
De
allí
que
lo
que
nuestros
pioneros
evangelistas
realizaron
fue
bueno;
abrió
el
camino
a
la
proclamación.
I'oro
hay
más.
Existe
además
el
EvangeJismo
3-P,
que
tiene
que
ver
con
el
ovangeJismo
de
persuasión.
La
meta
no
es
proclamar
las
Buenas
Nuevas
solamente.
El
evangelismo
se
ha
realizado
cuando
se
ha
logrado
formar
discípulos.
No
podemos
decir
que
se
ha
evangelizado
una
ciudad,
pueblo
o
vecindario
porque
hayamos
cubierto
el
lugar
lanzando
tratados
desde
un
avión.
Esto
es
bueno,
ayuda;
pero
no
podemos
declarar
a
ese
lugar
"ya
evangelizado".
Cuando
yo
era
niño,
y
por
muchos
años
después,
sabiendo
un
poco
de
inglés,
mandaba
a
pedir
tratados
a
varios
países
que
los
publicaban.
Tan
pronto
llegaban,
acuñaba
miles
de
ellos
con
la
dirección
de
la
iglesia
donde
yo
pertenecía.
Sellaba
hasta
que
la
mano
me
dolía.
Salíamos
a
repartirlos
puerta
por
puerta
y
a
todo
aquél
que
se
cruzaba
con
nosotros.
Uno
de
los
momentos
de
más
satisfacción
era
cuando
corría
al
encuentro
de
un
sacerdote
o
una
monja
para
darles
un
tratado
o
folleto.
Recuerden
que
para
un
católico
romano
en
aquellos
años
era
pecado
leer
la
Biblia
o
algo
relacionado
con
ella.
Ahora
puedo
ver
que
en
aquellos
tiempos
estaba
"sembrando",
y
que
mucha
de
esa
semilla
cayó
sobre
caminos,
sobre
piedras,
sobre
espinos.
No
me
arrepiento.
Espero
que
parte
haya
caído
sobre
buena
tierra
y
alguien
haya
cosechado.
Pero
yo...
no
había
evangelizado
en
el
sentido
del
3-P,
pues
no
había
hecho
discípulos.
Esta
es
la
razón
por
la
que
el
evangelismo
de
las
3-P,
o
sea
persua-
I
sión,
está
de
acuerdo
con
la
definición
de
los
arzobispos
anglicanos,
ya
que
incluye
"para
que
los
hombres
lleguen".
Algunos
como
el
mencionado
J.
I.
Packer
piensan
que
esto
es
definir
evangelismo
en
términos
de
éxito,
y
por
eso
están
en
desacuerdo.
Yo
digo
que
no
es
en
términos
de
éxito
sino
de
obediencia.
Obediencia
a
la
Gran
Comisión.
Luis
Palau,
el
bien
conocido
evangelista
latinoamericano,
dijo
en
46
Manual
de
Iglecrecimiento
su
presentación
en
CLADE
II
(Congreso
Latinoamericano
de
Evange-
lización]
en
noviembre
de
1979:
"
'Persuadir'
implica
que
estemos
convencidos
de
la
centralidad
de
la
conversión
a
Jesucristo.
Sin
conversiones
no
tenemos
cristianos,
y
sin
cristianos
no
tenemos
con
quienes
bendecir
a
la
ciudad
o
a
la
nación.
Sin
conversión
no
hay
salvación
ni
perdón
ni
vida
eterna.
'Persuadir'
demanda
que
veamos
al
convertido
incorpora-
do
a
la
iglesia
local.
¡Y
cuantos
más,
tanto
mejor!
El
verdadero
amor
cristiano
lleva
a
desear,
buscar,
trabajar,
y
planear
para
que
la
mayor
cantidad
posible
de
personas
se
conviertan
a
Cristo."
13
El
doctor
Pedro
Wagner
y
su
colega,
el
doctor
John
Stott,
quienes
trabajaron
juntos
—
a
pesar
de
sus
diferencias
en
cuanto
a
definicio-
nes
—
en
el
Comité
para
la
Evangelización
Mundial
de
Lausana,
han
llegado
a
una
definición
que
los
satisface
a
ellos
y
también
a
los
que
están
por
la
defensa
de
evangelismo
de
2-P
y
3-P.
También
esta
definición
ha
sido
aceptada
por
el
Grupo
de
Trabajo
Teológico
(el
cual
Stott
preside)
y
del
Grupo
de
Trabajo
sobre
Estrategia
(que
Wagner
preside).
Dice
así:
"La
naturaleza
del
evangelismo
es
la
comunicación
de
las
Buenas
Nuevas.
"El
propósito
del
evangelismo
es
dar
a
los
individuos
y
grupos
una
oportunidad
válida
de
aceptar
a
Jesucristo.
"La
meta
del
evangelismo
es
persuadir
a
hombres
y
mujeres
para
que
lleguen
a
ser
discípulos
de
Jesucristo
y
que
le
sirvan
a
El
en
la
comunión
de
su
iglesia."
14
Por
supuesto
que
esta
definición
va
más
allá
de
Lausana.
Por
eso
han
estado
trabajando
estos
grupos
y
otros
más.
Sin
duda
que
hasta
la
fecha
es
la
que
más
se
acerca
al
mandato
evangelístico,
por
lo
menos
al
punto
de
vista
de
los
que
estamos
en
Iglecrecimiento.
El
mandato
evangelístico
De
acuerdo
con
la
tercera
parte
de
la
definición
recién
presentada,
podemos
darnos
cuenta
de
que
el
crecimiento
de
la
iglesia
está
directamente
relacionado
con
el
cumplimiento
del
mandato
evange-
lístico.
Repetimos,
un
crecimiento
integral;
no
un
crecimiento
únicamente
numérico.
Iglecrecimiento
ha
sido
acusado
infundadamente
de
poner
énfasis
sólo
en
los
números.
Los
críticos
han
tomado
la
parte
que
tiene
que
La
misión
de
Ja
igJesia
47
ver
con
la
metodología
para
hacer
sus
acusaciones.
En
otros
capítulos
tocaremos
este
tema,
pero
baste
decir
aquí
que
los
números
son
una
parte
necesaria
y
lógica
del
crecimiento
(o
de
la
merma)
de
la
iglesia.
Protestar
contra
esta
práctica
es
hacer
como
el
anciano
que
se
enoja
cuando
lo
felicitamos
por
sus
setenta
años
de
vida
(o
de
servicio
al
Señor)
y
nos
responde
que
es
malo
contar
sus
años.
La
realidad
es
que
los
tiene
y
llegó
allí
como
causa
natural
de
la
vida,
hayan
sido
éstos
buenos,
malos
o
regulares.
El
doctor
Donald
McGavran
dice:
"La
evangelización
implica
la
redención
de
las
personas
y
la
multiplicación
de
las
iglesias
de
Cristo."
15
Cuantas
más
personas
acepten
a
Cristo
como
su
Salvador,
tanta
más
necesidad
habrá
de
nuevas
congregaciones.
Por
supuesto
que
esto
no
sería
la
manera
de
pensar
de
los
evangelistas
o
teólogos
que
mantienen
una
posición
de
2-P.
Esta
actitud,
sin
embargo,
está
cambiando.
Evangelistas
mundialmente
famosos
como
Luis
Palau
y
otros
reconocen
ahora
los
beneficios
del
evangelismo
de
3-P
y
lo
dicen:
"El
crecimiento
numérico
de
las
congregaciones
y
de
las
iglesias
en
América
Latina
debe
ser
parte
fundamental
de
una
estrategia
evangelística
para
esta
década
que
ya
comienza."
16
Iglecrecimiento
tiene
interés
no
sólo
en
sembrar,
sino
también
en
la
multiplicación
del
fruto
y
en
que
la
cosecha
sea
abundante.
El
único
modo
de
poder
ver
el
crecimiento
del
reino
de
Dios
es
por
medio
de
un
crecimiento
integral
de
la
iglesia.
Dios
espera
fruto
de
nosotros.
El
capítulo
15
de
Juan
nos
habla
muy
claramente
de
las
expectativas
del
labrador
(el
Padre
Celestial):
"Fruto.
.
.
más
fruto.
.
.
mucho
fruto.
.
.
fruto
que
permanezca."
Creo
que
aun
los
que
dicen
"mejor
poco
y
bueno
que
mucho
y
malo",
o
"más
vale
calidad
que
cantidad",
están
diciendo
en
lo
profundo
de
su
corazón:
"Señor,
danos
crecimiento."
Desearían
ver
más
frutos,
y
como
no
los
tienen
se
esconden
tras
una
teología
de
"perfección"
y
de
"pequenez"
en
vez
de
abrir
sus
ojos
a
las
indicaciones
del
Señor:
"Alzad
vuestros
ojos
y
mirad
los
campos,
porque
ya
están
listos
para
la
siega"
(Juan
4:35).
Nuestra
responsabilidad,
la
esencia
del
mandato
evangelístico,
es
IH
de
cosechar,
acopiar
el
grano
o
el
fruto
del
campo
(el
mundo),
ponerlo
y
conservarlo
en
los
graneros
(la
iglesia),
y
usar
de
ese
fruto
para
sembrar
y
cosechar
más
(reproducción
espiritual).
McGavran
habla
de
"miembros
responsables
y
reproductivos".
¡He
ahí
el
secreto!
En
las
últimas
décadas,
el
agricultor
se
ha
visto
beneficiado
con
la
"semilla
híbrida".
Es
esta
un
grano
que
ha
sido
mejorado
de
cosecha
un
cosecha.
¿El
resultado?,
una
semilla
que
rinde
una
cosecha
más
abundante
y
de
mejor
calidad.
Creo
que
Dios
ha
utilizado
el
48
Manual
de
IgJecrecimiento
movimiento
de
Iglecrecimiento,
en
una
semejanza
espiritual,
para
producir
"creyentes
e
iglesias
híbridos"
que
están
produciendo
cosechas
más
abundantes
y
con
fruto
de
mejor
calidad
para
la
honra
y
gloria
de
Dios.
Recuerdo
que
hace
casi
treinta
años,
recién
graduados
del
semina-
rio,
fuimos
a
pastorear
tres
pequeñas
iglesias
en
tres
pueblos
vecinos
en
la
Provincia
de
Santa
Fe.
Esta
provincia,
ubicada
en
el
centro
del
litoral
argentino,
es
una
de
las
productoras
de
cereales
más
grandes
del
mundo.
Cuando
surgió
el
"maíz
híbrido"
fue
recibido
con
escepticismo
por
parte
de
algunos,
dudas
de
otros,
y
entusiasmo
por
unos
pocos.
Ahora,
treinta
años
más
tarde,
no
se
utiliza
otra
semilla
que
no
sea
la
"híbrida".
¡Lo
mismo
ocurrió
en
1970
con
Iglecreci-
miento!
Los
escépticos,
los
que
dudan
y
los
que
tienen
entusiasmo
están
dialogando
debido
a
los
resultados.
Dice
Pedro
Wagner,
y
concuerdo
con
él:
"Es
difícil
para
los
líderes
del
Iglecrecimiento
entender
cómo
es
que
hay
teólogos
que
puedan
sentarse
cómodamente
y
preguntarse
si
será
o
no
la
voluntad
de
Dios
que
la
iglesia
crezca."
17
Con
esto
no
queremos
decir
que
la
iglesia
sea
el
centro
del
reino
de
Dios
en
vez
de
ser
ella
la
cristocéntrica.
Tal
vez
en
el
pasado
no
se
ha
hecho
énfasis,
y
menos
aun
en
nuestros
días,
en
que
hay
una
relación
entre
el
crecimiento
de
la
iglesia
y
el
crecimiento
del
reino.
Wagner
dice:
"El
crecimiento
del
reino
es
la
tarea
final,
mientras
que
el
crecimiento
de
la
iglesia
es
la
penúltima
tarea
dentro
del
mandato
evangelístico."
18
Esto
hará
sentirse
mejor,
creo,
a
los
que
dicen
que
Iglecrecimiento
es
muy
"iglecéntrico".
También
debemos
recordar
que
la
iglesia
es
el
cuerpo
de
Cristo,
del
cual
El
es
la
cabeza.
El
interés
está
en
el
trigo
que
hay
que
recoger
y
guardar
en
los
graneros.
Alguna
cizaña
podrá
infiltrarse,
pero
nuestro
cuidado
debe
estar
en
conservar
el
fruto,
la
cosecha.
Al
fin
y
al
cabo,
es
el
Señor
—
cuando
venga
—
quien
hará
la
separación
final.
Además,
el
Señor
en
su
disertación
de
Mateo
16:18
dice:
"Sobre
esta
roca
edificaré
mi
iglesia."
Esta
es
la
iglesia
que
Iglecrecimiento
desea
ver
crecer.
El
mandato
evangelístico
tiene
como
fin
propiciar
la
multiplicación,
el
crecimiento,
de
esa
Iglesia
universal,
con
miles
de
iglesias
(congregaciones
locales)
como
los
bloques,
los
ladrillos
de
ese
edificio
del
cual
Cristo
es
el
fundamento
y
el
constructor.
Congregaciones
grandes
y
pequeñas,
en
la
ciudad
o
en
los
pueblos;
con
santuarios
suntuosos
o
bajo
un
árbol
frondoso;
con
diferencias
denominacionales
o
sin
ellas.
Todo
esto
es
relativo,
secundario.
Iglesias
como
las
del
capítulo
dos
del
libro
de
los
Hechos.
Sí,
esa
Iglesia
primitiva
que
crecía
en
su
relación
con
Dios,
en
su
relación
con
los
hermanos,
en
su
relación
con
los
vecinos.
Iglesias
a
las
que
La
misión
de
Ja
iglesia
49
I
)i<¡s
agregaba
cada
día
los
que
habrían
de
ser
salvos.
¿Será
que
Dios
un
quiere
agregar
gente
a
su
congregación?
Lo
dudo.
El
quiere
"cilificar
su
Iglesia".
O,
¿será
que
su
congregación
no
está
preparada
l>ifra
cumplir
con
el
mandato
evangelístico?
Me
inclino
a
pensar
que
.
K
|
I
I
Í
está
la
respuesta.
El
movimiento
de
Iglecrecimiento
fue
gestado
I
u
11
Dios
para
ayudarlo
a
prepararse
a
recibir
a
quienes
el
Señor
i|iiicre
añadir
a
su
congregación.
MI
mandato
evangelístico
no
deja
de
lado
lo
que
Orlando
Costas
y
uli
os
líderes
latinoamericanos
llaman
el
crecimiento
"orgánico,
con-
<:ii|)tual
y
encarnacional",
pero
este
sólo
podrá
lograrse
cuando
los
tiironversos
obedezcan
y
se
rindan
al
Señor
para
que
puedan
experi-
mrntar
el
"señorío"
de
Cristo
en
su
vida.
Luego
se
les
podrá
enseñar
v
.uní
exigir
que
como
"hijos
del
Rey"
y
"ciudadanos
del
reino"
(tingan
ese
crecimiento
"orgánico,
conceptual
y
encarnacional".
19
I
..i
"Iglesia"
que
proclama
Iglecrecimiento
es
una
iglesia
en
la
que
hay
responsabilidad
y
reproducción.
Una
iglesia
que
glorifica
a
Dios
v
no
a
los
hombres.
Una
iglesia
que
tiene
profundidad
bíblica,
•
1
me
(cimiento
teológico,
y
está
dispuesta
a
cumplir
con
el
mandato
<
v.mgelístico
y
alcanzar
las
metas
de
este.
Ms
muy
cierto
y
estoy
de
acuerdo
con
lo
que
dice
Mortimer
Arias:
'MI
crecimiento
de
la
iglesia
es
un
don
de
Dios,
que
debemos
recibir
•
i
u
i
gratitud.
.
.
Dios
da
el
crecimiento
como
El
quiere
(1
Corin-
i
n
i.-;
:í:6,
7)."
20
No
debemos
olvidar
que
Pablo
sembró,
Apolos
regó,
y
.ilj;ii¡on
tendrá
que
cosechar.
Doy
gracias
a
Dios
porque
mi
Biblia
me
muestra,
y
son
los
principios
y
base
del
movimiento
de
Iglecreci-
micnto,
que
Dios
nos
enseña
cómo
plantar
mejor,
regar
mejor
y
•
'•-.echar
mejor.
Estas
fueron
inquietudes
que
el
doctor
Donald
M<:(
iavran
tuvo
en
su
corazón
cuando
era
misionero
en
la
India.
El
Sortor
las
hizo
germinar
en
su
corazón
y
le
dio
sabiduría
y
bases
liiMicas
para
constituirse
en
el
"apóstol
del
Iglecrecimiento".
lín
las
palabras
de
Pablo
creo
ver
el
diseño
divino.
Si
no
hay
siem-
n
y
riego
no
habrá
crecimiento.
Cuanto
más
eficaz
sean
la
siembra
l
riego,
tanto
mayor
crecimiento
dará
el
Señor.
El
quiere
fruto,
fruto
(siembra,
riego,
crecimiento)
y
fruto
que
permanezca
(co-
a).
Me
hará
a
mí
también
responsable
por
la
cosecha
que
se
•
irnl.i.
No
queremos
reducir
el
reino
a
la
iglesia.
La
iglesia
es
el
anticipo,
niilesala
del
reino.
El
mandato
evangelístico
ayudará
a
la
iglesia
a
i
>
M
sentar
una
antesala
con
"mesas
llenas",
"redes
llenas"
y
"grane-
•
••-.
llenos".
La
misión
de
la
iglesia,
con
su
prioridad
en
el
evangelis-
ni».
será
cumplida.
El
mandato
cultural
será
cumplido
por
los
que
I
I
H
I
I
obedecido
el
mandato
evangelístico.
Los
discípulos,
miembros
pi
i'onsables
y
reproductivos
de
cada
iglesia
local
alrededor
del
50
Manual
de
íglecrecimiento
mundo,
estarán
disfrutando
de
la
relación
que
Dios
quiere
que
todos
los
suyos
disfruten.
NOTAS
BIBLIOGRÁFICAS
1
C.
Peter
Wagner,
Church
Growth
and
the
WhoJe
Cospel
(San
Francisco,
California,
A.
Harper
&
Row,
1981),
pág.
69.
2
Edward
Dayton
&
David
Fraser,
PJanning
Strategies
for
World
EvangeJization
(Grand
Rapids,
Eerdmands,
1980),
pág.
56.
3
Donald
McGavran,
Understanding
Church
Growth
(Grand
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pids,
Eerdmands,
rev.
ed.
1980),
pág.
26.
4
Donald
McGavran,
"What
Is
the
Church
Growth
School
of
Thought?"
in
The
Church
Growth
Movement,
Proceedings
of
the
Eleventh
Biennial
Meeting
of
the
Association
of
Professors
of
Missions,
June
12-14,
1972,
pág.
8.
5
C.
Peter
Wagner,
op.
cit,
pág.
102.
6
Rene
Padilla,
"A
Steep
Climb
Ahead
for
Theology
in
Latin
America,
in
Evangélica]
Missions
Quarterly
N°
2
Winter
1971),
págs.
102-104.
7
C.
Peter
Wagner,
op.
cit.,
pág.
97.
8
John
R.
W.
Stott,
La
misión
cristiana
hoy
(Buenos
Aires,
Argenti-
na,
Ediciones
Certeza,
1977),
pág.
45.
9
Missions
Trends,
Appendix,
pág.
241.
10
C.
Peter
Wagner,
op.
cit.,
pág.
56.
11
J.I.
Packer,
Evangelism
and
the
Sovereignty
of
God,
essay
(Inter-
Varsity
Press,
1961).
12
John
R.
W.
Stott,
op.
cit.,
pág.
48.
13
Luis
Palau,
"El
desafío
de
la
evangelización
en
la
década
del
80",
en
América
Latina
y
la
Evangelización
en
los
años
80,
CLADE
II
(Noviembre
1979),
pág.
146.
14
C.
Peter
Wagner,
op.
cit.,
págs.
56,
57.
15
Donald
McGavran,
Understanding
Church
Growth,
pág.
v.
16
Luis
Palau,
op.
cit.,
pág.
146.
17
C.
Peter
Wagner,
op.
cit.,
pág.
58.
18
Ibíd.,
pág.
59.
19
Orlando
Costas,
The
Church
and
its
Mission:
"A
shattering
critique
from
the
Third
World
(Wheaton,
Tyndale,
1974),
págs.
134-137.
20
Mortimer
Arias,
"Esperanza
y
desesperanza
en
la
crisis
continen-
tal",
en
América
Latina
y
la
Evangelización
en
los
años
80,
CLADE
II
(Noviembre
1979),
pág.
330.
CAPITULO
3
EL
PASTOR,
LA
CONGREGACIÓN
Y
EL
ÍGLECRECIMIENTO
l.ns
visitas
que
he
hecho
a
distintas
congregaciones,
y
las
conver-
n
u
mes
que
he
sostenido
con
pastores
y
líderes
de
iglesias
que
no
i
MI,
me
han
servido
para
descubrir
que
estas
presentan
—en
i
ii.i

ir
o
menor
grado
—un
síndrome
(conjunto
de
síntomas)
común.
I
)(¡
la
misma
manera,
las
iglesias
que
crecen
tanto
espiritual
como
i
n
u
mancamente
tienen
también
en
común
aspectos
que
producen
i
.
-.iillíidos.
Kn
este
capítulo
intentaremos
estudiar
algunas
de
estas
situa-
i
ii
mes.
Heñios
analizado
casos
en
que
los
pastores
o
las
congregacio-
ni".
nos
han
informado
sobre
su
situación
local
para
que
esta
¡
i
i
l
i
i
i
inación
les
sirva
de
ayuda
a
otros.
Por
supuesto,
esto
último
lo
•
•
u<;hamos
de
iglesias
que
el
Señor
está
bendiciendo
con
Iglecreci-
iniünto.
De
las
otras
no
escuchamos
mucho.
Tal
vez
sea
mejor
así.
Ya
iln
por
sí
las
iglesias
evangélicas
han
oído
demasiadas
malas
i
u
ilicias.
Es
tiempo
que
nos
concentremos
en
lo
que
el
Señor
está
Imrhmdo
para
"edificar
su
Iglesia".
Debemos
escuchar
con
entusias-
mo
y
permitir
que
ese
"pensamiento
posibilístico"
(Marcos
9:23)
sea
i
M
i
l
i
!
de
nuestro
estilo
de
vida.
Entonces
sí
el
Espíritu
de
Dios
podrá
i
il>i
¡ir
por
medio
nuestro
para
lograr
el
cumplimiento
de
nuestra
inda:
la
Gran
Comisión.
Cuatro
axiomas
del
íglecrecimiento
11
na
de
las
conferencias
que
presentamos
en
el
Instituto
de
Evan-
i-'.rl
¡smo
e
íglecrecimiento
Charles
E.
Fuller,
y
que
es
mi
favorita,
es
la
ijuí!
titulamos
Seis
pasos
para
eJ
íglecrecimiento.
Me
inspira
cada
vi-/,
que
la
presento.
La
razón
es
muy
simple:
su
presentación
i
unliene
la
esencia
de
lo
que
es
el
movimiento
de
íglecrecimiento.
Modernos
presentarla
en
cuarenta
y
cinco
minutos
o
en
doce
horas.
El
iicinpo
de
que
dispongamos
determinará
la
duración
de
la
presenta-
ción.
Es
una
introducción
al
íglecrecimiento.
No
obstante,
presenta
lo
fundamental
e
indispensable
para
realizar
un
trabajo
eficaz.
Es
un
52
Manual
de
IgJecrecimiento
aperitivo
y
al
mismo
tiempo
un
banquete.
Abre
el
apetito,
pero
también
tiene
algo
sólido
para
todos
los
gustos.
En
esa
presentación
hablamos
de
los
"cuatro
axiomas
del
Iglecre-
cimiento",
que
son:
1.
El
pastor
debe
querer
que
la
iglesia
crezca,
y
estar
dispuesto
a
pagar
el
precio.
2.
La
congregación
debe
querer
que
la
iglesia
crezca,
y
estar
dispuesta
a
pagar
el
precio.
3.
La
congregación
y
el
pastor
deben
estar
de
acuerdo
con
la
meta
evangelística
de
"hacer
discípulos".
4.
La
congregación
no
debe
padecer
de
ninguna
enfermedad
mortal.
El
axioma
tres
ya
lo
hemos
tratado
en
el
capítulo
1
en
relación
a
la
voluntad
de
Dios
y
las
Escrituras.
También
lo
hemos
visto
en
el
capítulo
2
al
abordar
la
misión
de
la
iglesia,
así
que
no
creo
que
sea
necesario
volver
sobre
el
tema.
El
cuarto
axioma,
o
sea,
que
"la
congregación
no
debe
padecer
de
ninguna
enfermedad
mortal",
ya
lo
trata
el
doctor
Pedro
Wagner
en
el
capítulo
9
("La
autopsia
de
una
iglesia")
de
su
libro
Su
iglesia
puede
crecer
1
.
Tal
vez
algún
día
sea
necesario
que
se
escriba
un
libro
exclusivamente
sobre
el
tema,
que
contenga
un
estudio
profundo
de
las
enfermedades
que
afectan
a
las
iglesias
latinoamericanas.
Algo
que
analice
la
patología
y
los
síntomas,
y
que
prescriba
los
medicamentos
para
el
tratamiento
de
estas.
Por
lo
tanto,
en
este
capítulo
nos
concentraremos
en
los
dos
primeros
axiomas,
para
ver
cómo
estos
afectan
el
crecimiento
de
la
iglesia
local
y
el
de
la
Iglesia
universal.
El
pastor
debe
desear
que
la
iglesia
crezca
¡Tanto
como
para
hacer
hincapié
en
ello...!
Debe
querer
que
la
iglesia
crezca
espiritual
y
numéricamente.
El
segundo
crecimiento
no
llegará
a
menos
que
tengamos
el
primero.
Pero
deben
o
pueden
ser
simultáneos.
Inicié
hace
tres
años
una
iglesia
(con
la
ayuda
de
mi
esposa)
en
la
ciudad
de
Pasadena,
California,
de
la
que
aún
soy
pastor.
La
asistencia
actualmente
oscila
entre
100
y
120
personas.
La
mayoría
(el
90%)
son
personas
que
han
conocido
a
Cristo
en
nuestra
iglesia.
Hay
un
10%
que
es
traslado.
Ese
90%
nunca
antes
había
estado
en
una
iglesia
evangélica.
Desconocían
la
Biblia
y
todo
lo
demás.
¿Cuánto
tiempo
debíamos
haber
esperado
—
para
que
los
primeros
de
este
grupo
creciesen
espiritualmente
—
antes
de
seguir
ganando
a
otros?
Ninguno;
hemos
hecho
ambas
cosas
simultá-
neamente.
El
pastor,
la
congregación
y
el
Iglecrecimiento
53
Hace
pocos
días,
un
hermano
que
apenas
hace
un
año
que
conoció
al
Señor
Jesús
como
su
Salvador
tuvo
una
discusión
sobre
religión
con
el
señor
que
le
alquila
la
casa.
Este
hombre,
que
tiene
varios
años
(más
de
veinte)
en
una
secta
falsa
y
es
líder
de
ella,
se
vio
desarmado
por
los
argumentos
de
su
inquilino
(quien
evidentemente
conocía
más
de
la
Biblia
que
él,
además
de
tener
un
hermoso
testimonio
de
cómo
Cristo
lo
había
cambiado).
Por
último,
disgustado,
el
dueño
de
la
casa
se
despidió
y
le
dijo
al
creyente:
"Lo
que
más
me
sorprende
es
que
usted
sepa
tanto
de
la
Biblia
en
tan
pocos
meses
de
haberla
estudiado."
Esta
ha
sido
nuestra
meta:
salvación
e
instrucción.
En
este
año
que
ha
transcurrido,
este
hermano
y
su
esposa
han
sido
instrumentos
para
guiar
a
por
lo
menos
quince
amigos
y
familiares
suyos
a
Cristo.
¿Debíamos
haberles
dicho
que
no
podían
hacer
eso
aún,
ya
que
no
sabían
suficiente
doctrina,
teología
o
Biblia?,
o
¿debíamos
haberles
estimulado
a
que
cumplieran
con
la
Gran
Comisión
a
la
vez
que
aprendían,
y
a
que
formaran
discípulos
a
medida
que
ellos
mismos
fueran
discipulados?
Esta
es
parte
de
nuestra
tarea
como
pastores
y
líderes.
Es
parte
de
querer
que
la
iglesia
crezca
y
estar
dispuestos
a
pagar
el
precio.
Mi
trabajo
hubiese
sido
mucho
más
fácil
si
en
vez
de
ganar
a
otros
quince,
estos
hermanos
se
hubiesen
conformado
con
aprender
ellos
solos.
Serían
quince
menos
por
los
que
no
tendría
que
preocuparme
ahora.
Y
los
que
ellos
ganaron
también
están
ganando
a
otros.
¿Es
que
no
tienen
consideración
de
su
pobre
pastor?
¡Gracias
a
Dios
por
ellos!
Mi
oración
es
tener
una
iglesia
llena
de
gente
así.
Por
ahora
sólo
son
aproximadamente
la
mitad.
Estamos
trabajando
con
los
demás
para
que
hagan
lo
mismo.
Sí,
el
pastor
que
desea
ver
a
su
iglesia
crecer
tendrá
que
trabajar
uertemente.
Una
iglesia
cuyo
número
disminuye
es
más
fácil
de
pastorear
cada
año.
Menos
gente
que
visitar,
menos
enfermos,
menos
estudios
bíblicos.
.
.
"El
obstáculo
más
grande
para
el
crecimiento
es
un
pastor
que
piensa
de
modo
negativo
y
que
es
pesimista
sobre
las
oportunidades
de
crecimiento.
Tal
pastor
enseña
que
la
tarea
básica
de
la
iglesia
es
tener
cuidado
de
aquellas
ovejas
que
ya
están
en
el
redil."
2
Por
cierto
que
con
esa
filosofía
no
habría
que
trabajar
muy
fuertemente.
Atender
una
iglesia
sería
una
labor
relativamente
fácil.
Cuando
llegué
a
California
para
comenzar
el
departamento
de
Iglecrecimiento,
visité
a
un
misionero
que
por
años
ha
estado
vinculado
con
la
obra
hispana.
Cuando
le
presenté
mi
plan
de
trabajo
me
felicitó,
pero
me
dijo:
"Hermano,
aquí
va
a
tener
un
trabajo
muy
difícil.
Nuestros
pastores
no
quieren
que
sus
iglesias
crezcan."
Me
explicó
por
qué
pensaba
así.
En
ese
momento
me
dije:
"Este
hermano
está
llegando
a
una
edad
en
la
que
el
pesimismo
lo
54
Manual
de
Iglecrecimiento
abruma.
Tiene
ideas
de
misionero
aun
aquí
en
su
propia
tierra."
Pero
hoy,
ocho
años
después,
tengo
que
admitir
que
él
tenía
razón.
El
ministerio
fácil
y
sin
mucho
trabajo
es
una
cosa,
pero
tener
que
trabajar
duramente,
eso
ya
es
muy
diferente.
Cuando
una
iglesia
crece,
el
pastor
deberá
ejercitar
su
iniciativa
—
la
"chispa"
del
Espíritu
de
Dios
—
para
ejercer
el
ministerio.
Siempre
habrá
gente
nueva
en
las
reuniones,
nuevos
nombres
que
aprender,
nuevas
personas
que
visitar,
nuevos
problemas
que
solucionar.
.
.
No
todo
pastor
estará
dispuesto
a
hacerlo
porque
llevará
muchas
horas
de
trabajo.
Pero
ese
trabajo
duro
será
recom-
pensado
al
ver
lo
que
Dios
hará
en
medio
suyo.
Ese
trabajo
duro
deberá
incluir
un
discipulado
continuo,
la
preparación
de
maestros,
de
programas,
de
actividades,
etc.
Es
posible
que
esto
demuestre
que
el
pastor
no
puede
realizar
todo
ese
trabajo
él
solo.
Al
recordar
el
pasado,
añoro
los
años
del
seminario.
¡Qué
lindo
era!
"¡Como
esos
maestros
ya
no
los
hay!",
decimos.
Pero
debo
admitir
que
cuando
salí
del
seminario
llevaba
un
excelente
equipaje
de
material
bíblico,
de
homilética,
de
evangelismo.
.
.
Pero
muchas
cosas
que
hoy
—
treinta
años
más
tarde
—
necesito,
no
me
las
suministraron.
¡Cuánta
falta
me
hacía
un
curso
de
cómo
ganar
amigos
e
influir
sobre
la
gente!
¡Cómo
necesitaba
saber
diagramar
el
crecimiento
de
la
iglesia!
Me
hubiese
gustado
tener
preparación
sobre
los
dones
espirituales
(cómo
ayudar
a
los
miembros
de
mi
iglesia
a
descubrir,
desarrollar
y
usar
sus
dones
espirituales).
Me
hubiese
gustado
haber
pasado
un
curso
sobre
Iglecrecimiento
y
todos
los
principios
relacionados
con
este.
Creo
que
mi
ministerio
hubiera
sido
mucho
más
fructífero.
Pero
en
aquellos
años
no
se
daban
esos
cursos.
Sin
embargo,
hoy
se
puede
hacer,
y
usted
debe
aprovechar
la
oportunidad
de
estudiarlos.
No
importa
cuándo
se
haya
usted
graduado
del
seminario
o
cuántos
cursos
haya
tomado
antes.
Lo
importante
es
que
ahora
hay
cursos
suplementarios
con
los
que
usted
puede
prepararse
mejor
para
realizar
el
ministerio
que
Dios
ha
puesto
en
sus
manos.
Usted
necesita
un
programa
dinámico
que
lo
prepare
para
guiar
a
su
congregación
a
un
mejor
y
más
abundante
discipulado.
Necesita
programas
que
lo
capaciten
para
trabajar,
adiestrar,
programar
y
todo
lo
demás.
Muchos
laicos
con
los
que
converso
se
sorprenden
de
que
sus
pastores
tengan
tan
poca
preparación
en
estos
asuntos.
Pero
no
por
ello
deben
sentirse
menoscabados,
sino
que
esto
les
debe
servir
para
motivarlos
a
prepararse
mucho
más
y
estar
mejor
dispuestos
para
llevar
a
cabo
la
Gran
Tarea.
Parte
del
precio
que
habrá
que
pagar
será
que
como
líderes
El
pastor,
Ja
congregación
y
eJ
ígJecrecimiento
55
tendremos
que
poner
en
acción
nuestro
liderazgo.
El
movimiento
de
Iglecrecimiento
se
ha
distinguido
porque
promueve
una
planifica-
ción
consciente
y
explícita.
Por
supuesto
que
parte
de
esta
planifica-
ción
es
el
proceso
cuidadoso
—
y
saturado
de
oración
—
de
establecer
metas.
La
razón
de
esto
es
que
trabajar
sin
metas
específicas
puede
ser
muy
cómodo
para
algunos,
ya
que
de
esa
forma
no
hay
posibilidades
de
fracaso;
pero
esta
no
es
la
voluntad
de
Dios.
Algunos
establecen
metas,
pero
estas
nada
tienen
que
ver
con
el
crecimiento
de
la
iglesia.
Necesitamos
metas
para
discipular.
¿Cómo
lo
haremos?
¿Cuándo
lo
haremos?
Necesitamos
planificar
la
preparación
de
nuestros
líderes
(ancianos,
diáconos,
maestros
de
la
Escuela
Dominical,
de
estudios
bíblicos,
etc.).
En
fin,
tenemos
mucho
trabajo
que
realizar.
Una
vez
que
establez-
I
camos
las
metas,
tendremos
que
anunciarlas
y
naturalmente
esto
pone
en
juego
nuestro
liderazgo.
El
éxito
o
el
fracaso
se
verá
por
los
resultados
alcanzados.
Algunos
temen
establecer
metas
y
aun
tienen
argumentos
teológicos
de
por
qué
no
debe
planificarse
el
trabajo.
Lamento
tener
que
estar
en
desacuerdo
con
ellos.
La
Biblia
enseña
que
el
Señor
sí
estaba
interesado
en
los
resultados.
Creo
que
como
pastor
debo
ser
un
buen
"gerente"
("administra-
dor",
dice
la
Biblia).
Así
es
como
deberé
tratar
con
los
líderes
de
mi
iglesia,
para
que
ellos
sean
mis
colaboradores
y
no
mis
obstáculos.
En
vez
de
levantar
un
muro
que
nos
separe,
que
sean
los
que
me
ayuden
a
hacer
el
trabajo.
Es
muy
posible
que
muchos
miembros
se
opongan
al
crecimiento,
las
metas,
al
trabajo.
Conozco
a
pastores
que
al
comenzar
a
formular
metas
de
Iglecrecimiento
hasta
han
perdido
a
miembros
de
sus
congregaciones.
A
algunos
les
han
hecho
imposible
la
vida
y
el
*ninísterio.
Más
adelante
en
este
capítulo
deseo
presentar
algunos
modelos.
En
el
primero,
trataremos
sobre
un
pastor
que
tuvo
que
pasar
por
esa
experiencia.
Además,
conozco
a
otro
pastor
en
mi
patria
quien
contaba
que
al
llegar
a
su
iglesia
la
mayoría
de
los
diáconos
y
líderes
no
aprobaban
nada
de
lo
que
él
les
presentaba.
Le
ponían
reparo
a
todo.
Finalmente,
desesperado,
comenzó
a
orar
por
cada
uno
de
ellos
y
dejarlos
en
las
manos
del
Señor.
Pues
bien.
.
.
uno
a
uno
pasaron
a
mejor
vida
y
los
problemas
de
mi
amigo
y
colega
comenzaron
a
disiparse
y
su
iglesia
a
florecer.
No
recomiendo
que
ore
por
tal
solución;
pero
una
cosa
sé:
si
usted
es
fiel
en
la
"administración"
que
Dios
ha
puesto
en
sus
manos
el
Señor
se
encargará
de
eliminar
los
obstáculos.
Corno
"buen
pastor"
cada
obrero,
o
líder
de
la
iglesia
local,
descubrirá
que
su
celo
por
el
crecimiento
de
su
congregación
estará
56
Manual
de
íglecrecimiento
relacionado
con
su
preocupación
o
pasión
por
las
almas
perdidas.
Aquí
debemos
presentar
una
palabra
de
advertencia.
Tengo
colegas
amigos
que
tienen
pasión
por
las
almas
perdidas
como
nadie
podría
tenerla.
Ganan
muchas
almas.
Sin
embargo,
sus
programas
de
discipulado
y
crecimiento
espiritual
no
les
ayudan
a
retener
los
frutos
de
la
cosecha.
Se
ha
hecho
común
decir:
"La
puerta
del
fondo
es
más
grande
que
la
del
frente."
En
otras
palabras,
perdemos
a
la
gente
en
una
proporción
tan
grande
o
mayor
de
la
que
la
ganamos.
Debemos
encontrar
medios
para
cerrar
esa
puerta
de
atrás.
El
pastor
no
sólo
debe
estar
dispuesto
a
poner
en
juego
su
liderazgo
sino
también
a
compartirlo
con
otras
personas.
Hemos
descubierto
a
través
de
nuestra
experiencia
investigativa
que
las
iglesias
que
crecen
tienen
un
liderazgo
fuerte.
No
recomendamos,
sin
embargo,
que
el
pastor
trate
de
hacerlo
todo
solo.
En
una
iglesia
pequeña
o
en
merma,
el
liderazgo
de
una
sola
persona
es
aceptable,
pero
en
una
iglesia
que
crece
el
liderazgo
debe
ser
compartido.
En
un
estudio
realizado
por
la
sede
internacional
de
la
Iglesia
del
Nazareno,
el
doctor
Raymond
Hurn
descubrió
"cuatro
características
del
liderazgo
pastoral
en
iglesias
que
crecen.
Son
características
que
describen
al
pastor
como
uno
que
(1)
puede
delegar
responsabilidad
y
autoridad
en
muchas
personas
de
la
iglesia;
(2)
estimula
a
que
su
gente
comparta
con
él;
(3)
es
considerado
como
un
líder
fuerte;
y
(4)
desarrolla
un
ministerio
pastoral
entre
sus
obreros,
sean
estos
remunerados
o
voluntarios".
Asimismo
encontró
en
su
encuesta
que
como
características
generales
ellos
"tenían
el
ministerio
de
(1)
pastores
del
rebaño;
(2)
pastores
que
mantienen
buenas
relaciones
personales
con
la
iglesia
y
la
comunidad;
(3)
pastores
que
son
respaldados
por
la
membresía
de
la
iglesia
(quienes
a
su
vez
tienen
buenas
relaciones
entre
ellos
y
la
comunidad);
y
(4)
pastores
y
miembros
que
tienen
éxito
en
desarrollar
programas
para
satisfacer
las
necesidades
de
la
comunidad".
4
Algunas
iglesias
grandes
pueden
tener
un
grupo
pastoral
"profe-
sional"
a
sueldo,
pero
en
muchos
lugares
esto
no
será
posible.
Por
lo
tanto,
ha
de
tenerse
y
usarse
a
líderes
laicos.
El
pastor
debe
adiestrar
y
poner
a
trabajar
a
estos.
Los
pastores
tradicionales
hemos
caído,
por
una
parte,
en
ese
sistema
"clerical"
en
el
que
somos
el
hombre
orquesta,
o
sea,
que
tocamos
todos
los
instrumentos
y
dirigimos
la
banda
también.
Por
la
otra,
los
laicos
se
han
acostumbrado
a
esa
situación,
y
les
complace.
La
mayoría
de
nuestra
gente
proviene
de
un
trasfondo
católico—romano.
Están
adaptados
a
que
el
sacerdote
oficiara
a
la
hora
del
nacimiento,
del
bautizo,
de
la
primera
comunión,
de
la
confirmación,
del
matrimonio
y.
.
.
de
la
sepultura.
Eí
pastor,
Ja
congregación
y
e]
íglecrecimiento
57
líu
otras
palabras,
el
sacerdote
lo
hacía
todo
por
ellos,
y
ellos
no
«leliían
—ni
podían—
hacer
nada
ni
para
el
sacerdote
ni
para
la
iglesia,
ni
para
ellos
mismos.
Esa
imagen
sacerdotal
se
transfiere
al
pnstor,
y
hay
pastores
que
la
asumen,
aumentando
así
el
problema.
En
este
punto
debemos
recordar
a
los
lectores
que
una
iglesia
grande
no
es
siempre
una
iglesia
que
crece.
Alguien
ha
dicho
que
uno
de
los
lugares
más
grandes,
y
que
crece
por
día,
es
el
cementerio;
pero
ese
"es
un
crecimiento
muerto".
¡No
permitamos
—con
la
uyuda
de
Dios
—
que
sea
ese
el
crecimiento
de
nuestras
congre-
gnciones!
Cuando
la
iglesia
crezca
se
necesitará
de
más
ayuda.
La
investiga-
ción
nos
muestra
que
cuando
una
iglesia
no
está
creciendo,
un
pastor
y
una
secretaria
pueden
atender
una
iglesia
de
hasta
trescien-
las
cincuenta
personas.
Pero
si
la
iglesia
está
en
proceso
de
ni
(¡cimiento,
el
panorama
y
las
necesidades
serán
muy
distintos.
No
ns
absolutamente
necesario
tener
"profesionales"
a
sueldo,
que
no
podrían
pagar
nuestras
iglesias
latinoamericanas.
Pero
sí
podemos
nlilizar
a
los
excelentes
laicos
que
tenemos:
hombres
y
mujeres
que
pueden
y
desean
servir
al
Señor
en
la
iglesia
local.
Esto
significaría
compartir
nuestro
liderazgo.
Pero
muchos
no
desean
dar
ese
paso.
No
están
dispuestos
a
"perfeccionar"
a
los
santos
para
la
obra
del
ministerio.
Es
necesario
desarrollar
en
cada
iglesia
un
programa
que
Contribuya
a
la
preparación
de
los
laicos.
En
el
próximo
capítulo
presentaremos
modelos
que
pueden
utilizarse
en
el
adiestramiento
de
líderes.
El
pastor
puede
y
debe
guiar
a
su
gente.
Dice
M.
Wendell
Belew,
de
los
bautistas
del
Sur
de
los
Estados
Unidos:
"Muy
poco
crecimiento
se
está
registrando
en
iglesias
donde
el
pastor
no
desempeña
la
función
principal
de
equipar
a
los
santos.
Pero
el
hecho
es
que
ellos
no
estarán
bien
equipados
a
menos
que
el
pastor
les
muestre
cómo
hacerlo.
En
casi
toda
circunstancia
de
crecimiento
exitoso
de
la
iglesia,
el
pastor
es
el
más
grande
motivador.
El
es
quien
les
informa
el
porqué,
y
les
muestra
el
dónde
y
el
cómo."
Tal
vez
el
precio
más
difícil
que
todo
pastor
tendrá
que
pagar
en
una
iglesia
que
crece
es
el
de
tener
personas
(creyentes)
que
él
no
podrá
pastorear.
Tengo
que
admitir
que
este
es
un
asunto
que
me
preocupa.
Siendo
que
mi
pastorado
—
en
orden
de
responsabilida-
des
—
está
en
tercer
lugar,
no
puedo
dedicarle
el
tiempo
que
le
dedicaría
un
pastor
de
tiempo
completo
a
la
visitación,
la
enseñanza,
la
planificación,
o
simplemente
a
la
labor
de
pastorear.
Mi
primera
responsabilidad
es
la
de
llevar
adelante
el
Departamento
de
Evange-
58
Manual
de
Iglecrecimiento
lismo
e
Iglecrecimiento
del
Instituto
Charles
E.
Fuller.
En
esa
función,
tengo
que
viajar
por
América
Latina
dando
Seminarios
y
Conferencias
sobre
la
materia
y
además
tengo
que
preparar
el
material
didáctico
para
uso
de
las
iglesias
locales.
Recibo
mi
sueldo
por
hacer
ese
trabajo.
Toda
otra
responsabilidad
es
"ad
honorem"
[latín
para
"honorífica"].
Digamos
que
lo
hago
en
mi
tiempo
libre.
Pero
cuando
hablamos
de
"prioridades"
muy
pronto
se
invierte
el
orden.
(Mejor
no
explicar
cómo,
podría
perder
mi
puesto.)
Es
muy
difícil
cuando
uno
tiene
el
llamado
y
el
don
de
pastor
pensar
en
que
no
podrá
pastorear
a
todos
sus
miembros.
Pero
es
una
realidad
y,
aunque
me
cuesta,
estoy
dispuesto
a
pagar
ese
precio
con
tal
de
ver
crecer
la
iglesia
del
Señor.
Tener
que
hacerlo
así
me
produce
desasosiego,
aunque
no
un
sentido
de
culpabilidad.
La
responsabilidad
acostumbrada
de
pastor,
a
la
manera
que
la
hemos
creído
y
practicado,
viene
más
bien
de
la
definición
de
la
palabra
pastor
que
de
las
descripciones
bíblicas
que
encontramos
en
Hechos
20
y
en
1
Pedro
5.
El
modelo
tradicional
se
presta
para
rebaños
(iglesias)
pequeños,
pero
no
para
grandes.
Un
solo
pastor
[de
ovejas]
no
podría
cuidar
tampoco
de
rebaños
grandes
o
múltiples.
Habría
otros
pastores
que
compartirían
el
trabajo.
La
experiencia
nos
enseña
que
la
mayoría
de
los
pastores
de
tiempo
completo
están
preparados
para
tener
una
congregación
de
cien
a
dos-
cientos
creyentes.
Si
la
iglesia
es
mayor
que
esto,
tendrá
que
ser
parte
de
un
equipo
en
una
iglesia
que
crece.
No
podrá
por
sí
solo
satisfacer
las
necesidades
de
toda
la
congregación.
Pero
la
congregación
les
respetará
y
aceptará
que
sean
lo
que
Lyle
Schaller
llama
"rancheros
en
lugar
de
pastores".
O
sea:
el
hombre
de
Dios
que
ejerce
liderazgo
delega
responsabilidades
y
autoridad,
y
prepara
a
sus
líderes.
Además,
el
pastor
deberá
permanecer
en
una
misma
iglesia
por
largo
tiempo.
No
hay
ninguna
regla
indicativa,
pero
uno
de
los
problemas
en
relación
al
crecimiento
de
la
iglesia
son
los
continuos
cambios
de
pastor
o
pasturados
breves.
En
el
mismo
estudio
de
la
Iglesia
del
Nazareno
se
encontró
que
los
pastores
de
iglesias
que
crecían
habían
estado
de
cinco
a
doce
años
en
esas
iglesias.
Citando
a
Elmer
L.
Towns,
el
mismo
libro
dice:
"El
promedio
de
pastorados
en
iglesias
que
crecen
era
de
veintidós
años
y
un
mes."
6
Considero
que
veintidós
años
puede
ser
demasiado
largo,
aun
para
usarlo
como
medio
comparativo.
Pero
evidentemente
así
era
en
las
iglesias
norteamericanas
en
las
que
Towns
hizo
su
estudio.
El
doctor
Pedro
Wagner,
al
hablar
sobre
el
tema,
dice
que
el
pastor
debe
"resistir
allí".
En
otras
palabras,
la
tarea
será
ardua
y
tendrá
que
capear
las
tormentas
y
dificultades
para
salir
airoso
y
ver
al
fin
los
re-
sultados
de
su
paciencia
y
trabajo.
Los
cambios
muy
frecuentes
no
El
pastor,
la
congregación
y
el
íglecrecimiento
59
permiten
ni
estimulan
la
realización
de
planes
a
largo
alcance.
Al
contrario,
tienden
a
crear
una
sensación
de
"si
voy
a
estar
aquí
por
lini
poco
tiempo,
para
qué
hacer
muchos
planes;
sigamos
tal
como
van
las
cosas".
Muchas
iglesias
acostumbran
a
llamar
a
sus
pastores
por
poco
tiempo.
En
el
pasado,
había
denominaciones
que
cambia-
ban
o
rotaban
a
sus
pastores
cada
dos
años;
muy
poco
tiempo
para
si-
(|iiiera
pensar
en
un
trabajo
eficaz.
Con
la
permanencia
vienen
los
resultados.
"Estos
pastores
están
entusiasmados
en
lo
que
hacen
y
su
ministerio
les
satisface.
Sus
miembros
y
ellos
se
aman
recíprocamen-
te).
No
se
preguntan
tampoco:
"¿Cuánto
tiempo
estaré
al
servicio
de
usía
iglesia?"
Estos
pastores
suelen
ser
de
gran
longevidad
en
el
ministerio
de
sus
respectivas
iglesias."
7
Lo
congregación
debe
desear
que
la
iglesia
crezca
Si
bien
es
cierto
que
el
pastor
es
la
clave
y
el
eje
principal
del
(.1
(¡cimiento
de
toda
congregación,
poco
podría
hacer
él
si
toda
la
congregación
no
tuviera
interés
en
tal
crecimiento.
La
verdad
es
que
en
una
situación
así,
casi
la
única
alternativa
que
queda
es
la
de
renunciar
y
buscar
una
congregación
que
tenga
interés
en
crecer.
Hace
unos
años
un
joven
seminarista
que
tenía
a
su
cargo
una
¡Klesia,
asistió
a
uno
de
nuestros
cursillos.
La
chispa
del
Iglecreci-
miento
prendió
en
su
corazón;
ávidamente
asimiló
las
enseñanzas
y
propuso
delante
del
Señor
que
las
compartiría
y
las
pondría
en
práctica
en
la
iglesia
a
su
cargo.
Cuando
regresé
al
año
siguiente,
para
el
segundo
año
del
ciclo
de
enseñanza,
me
dijo:
"Oré,
trabajé
y
traté.
.
.
pero,
¡nada!
Al
fin
después
de
unos
meses
renuncié.
Ahora
tengo
una
congregación
que
sí
desea
crecer."
De
esto
han
pasado
tres
años.
Hoy
tiene
la
iglesia
central
totalmen-
te
llena.
Han
comenzado
dos
iglesias
filiales
(con
toda
su
organiza-
ción)
y
tres
centros
de
predicación
más.
El
secreto:
encontró
una
congregación
que
deseaba
crecer
y
estaba
dispuesta
a
pagar
el
precio.
¿Cuál
es
el
precio
que
debe
pagar
una
congregación?
En
primer
lugar,
deberá
estar
dispuesta
a
seguir
el
liderazgo
de
un
pastor
que
Irriga
mentalidad
de
Iglecrecimiento.
Conozco
muchos
otros
pasto-
res
en
América
Latina,
a
quienes
pudiera
nombrar,
que
han
pasado
por
experiencias
similares.
Lamentablemente,
algunos
de
los
pastores
o
líderes
que
captan
osta
visión
en
un
seminario
o
taller
de
Iglecrecimiento
se
encuentran
con
una
barrera
infranqueable
al
regresar
a
su
congregación.
Pero
si
la
congregación
logra
despertar
a
las
posibilidades
y
sigue
a
su
líder,
compartiendo
la
misma
visión,
los
resultados
serán
bien
visibles.
Moisés
fue
un
líder
que
se
encontró
en
medio
de
mucha
gente
que
60
Manual
de
Iglecrecimiento
dudaba
y
murmuraba.
Los
resultados
vinieron
cuando
el
pueblo
le
siguió.
En
segundo
lugar,
la
congregación
debe
estar
dispuesta
a
contri-
buir
económicamente
para
el
crecimiento.
Aunque
es
cierto
que
cuando
una
iglesia
va
creciendo
genera
más
dinero
para
las
actividades,
los
edificios,
el
alcance
misionero,
y
la
obra
social,
llevará
tiempo
antes
que
esto
suceda.
Por
lo
tanto,
la
congregación
base
—
o
sea,
los
que
han
de
comenzar
a
implementar
el
programa
para
el
crecimiento
de
la
iglesia
local
—
será
la
que
tendrá
que
pagar
las
cuentas.
Al
transcurrir
el
tiempo,
habrá
más
creyentes
que
ayudarán
a
sufragar
los
gastos.
Nada
resulta
barato;
todo
cuesta.
El
lugar,
las
bancas,
los
materia-
les
de
educación
cristiana,
los
himnarios,
las
Biblias
y
todo
lo
demás
cuesta
dinero.
En
el
mundo
comercial
se
dice:
"El
dinero
produce
dinero."
En
la
iglesia:
"El
dinero
produce
discípulos."
Hay
un
precio
que
pagar.
Si
la
congregación
no
está
dispuesta
a
abrir
sus
billeteras
y
sus
carteras,
el
crecimiento
de
la
iglesia
se
detendrá
en
el
mismo
punto
de
partida.
La
congregación
necesita
una
buena
educación
sobre
la
mayordomía
cristiana
para
llegar
a
comprender
que
en
definitiva,
el
dinero
es
del
Señor
y
todo
lo
que
hacemos
nosotros
es
administrarlo.
Cuando
somos
buenos
administradores,
Dios
nos
dará
más
para
que
lo
administremos.
En
tercer
lugar,
los
miembros
de
la
congregación
tendrán
que
estar
dispuestos
a
dar
de
su
tiempo
y
energías
para
el
crecimiento.
Muchos
de
los
creyentes
están
acostumbrados
a
dar
sólo
una
o
dos
horas
por
semana
a
la
iglesia.
Es
decir
que
asisten
a
una
reunión
por
semana
(generalmente
el
domingo)
y
no
podemos
esperar
mucho
más
de
ellos.
Algunos,
haciendo
un
esfuerzo,
participan
también
de
la
Escuela
Dominical,
o
asisten
tal
vez
a
una
reunión
u
otra,
pero
todo
en
una
forma
muy
limitada.
No;
¡así
las
iglesias
no
pueden
crecer!
Por
supuesto
que
no
podemos
esperar
que
el
100%
de
la
congregación
esté
presente
en
todas
las
actividades.
Algunos
darán
más
de
su
tiempo
que
otros.
Los
de
más
experiencia
o
tiempo
en
la
iglesia
darán
también
(o
deberían
dar)
más
de
su
tiempo.
Recorde-
mos
que
siempre
en
la
iglesia
habrá
un
grupo
de
"consumidores",
o
sea,
de
aquellos
que
sólo
vienen
a
escuchar
y
no
a
hacer.
Absorben
pero
no
dan
nada.
En
una
iglesia
que
crece
descubriremos
que
la
mayoría
de
las
personas
estarán
trabajando
y
ocupadas
en
hacer
algo
en
bien
de
la
congregación.
El
mismo
entusiasmo
generado
en
la
congregación
local,
permitirá
que
los
creyentes
se
movilicen
y
estén
ocupados.
El
trabajo
en
la
iglesia
ya
no
será
aburrido
sino
que
se
sentirán
El
pastor,
la
congregación
y
el
Iglecreci,'*
ento
6
desafiados
y
motivados
por
lo
que
se
está
llevando
a
°'
resultados
los
estimularán
no
a
competir
sino
a
complí
11
ar
'
Dependiendo
del
tamaño
de
la
iglesia,
en
Iglecrecimi
nto
reco
"
mendamos
un
"equipo
de
trabajo"
que
conste
de
die:
a
vemte
hombres
y
mujeres,
que
den
de
cuatro
a
ocho
horas
por
emana
ai
trabajo
del
equipo
(y
por
ende
a
la
iglesia].
Esto
es
muy
i
a
P°
rtante
para
comenzar
bien
el
trabajo,
de
otra
manera
se
hará
mu]
S1
no
imposible.
Este
tipo
de
equipo
de
trabajo
producirá
a
ener
8
ia
adicional
necesaria.
En
cierta
ocasión
cuando
se
le
preguntó
a
Billy
Graham^
ue
nana
él
si
ejerciera
el
pastorado
en
una
iglesia
hoy,
dijo:
"Pienso
que
una
de
las
primeras
cosas
que
haría
seria
rodearme
de
un
grupo
de
ocho
a
diez
o
doce
hombres
l
ue
se
reunieran
conmigo
algunas
horas
por
semana,
dispu<
stos
a
pagar
el
precio.
.
.
Les
costaría
algo
de
tiempo
y
esí
16
,
120
'
Compartiría
con
ellos
todo
lo
que
tengo,
durante
un
p
3r
í°"°
de
un
par
de
años.
Entonces
yo
tendría
realmente
ministros
entre
los
laicos,
quienes
a
su
vez
tomarían
s
ocno
>
diez
o
doce
más
y
los
enseñarían."
8
Este
mismo
ejemplo
podemos
verlo
en
el
Señor
Jesucris
to
dorante
su
ministerio
aquí
en
la
tierra.
Tampoco
el
apóstol
Pablo
tr
1
'°
soic)i
Siempre
tuvo
a
alguien
a
su
lado
(a
quien
discipulaba
a
|
a
vez
^
Uí
este
le
ayudaba
a
realizar
la
obra
en
las
iglesias
locales).
F
n
a
^8
uno
lugares
tuvo
que
dejar
a
sus
colaboradores
para
que
hicieí
en
°
en
esa
iglesia
local
en
particular.
En
cuarto
lugar,
la
congregación
deberá
estar
dispuesta
£
sacniicar
i;l
compañerismo.
¡Cuan
difícil
parece
esto!
Por
un
lado
f
enemos
ei
ejemplo
y
la
exhortación
a
la
koinonía
cristiana,
o
lo
qur
U
aman<
inos
"compañerismo
cristiano".
Por
el
otro
tenemos
que
estar
ocupados
en
"hacer
discípulos".
¿Qué
haremos?
Creo
qu^
P°d
emO!
hacer
lo
último
sin
dejar
a
un
lado
lo
primero.
Necesitamo
8
nacer
i(
ajustes
que
lo
hagan
posible.
En
nuestra
próxima
sección
pablaremos
de
"Celebración,
congregación,
y
grupo
hogareño".
Esto
m
os
a
y
u
"
ara
a
comprender
mejor
este
punto.
Sin
duda,
muchos
estaremos
dispuestos
a
dar
nuestrc
0
dinero
y
nuestro
tiempo,
pero
dejar
la
koinonía
parece
que
es
mu
°
P
edir
'
Decimos
que
"somos
la
familia
de
Dios",
y
es
cierto/
mantener
ese
espíritu,
pero
debemos
cuidar
de
toda
la
f
ainu
^
a
'
aun
cuando
esa
familia
comience
a
crecer
y
extenderse.
Este
eí
s
un
P
unt
°
neurálgico
en
toda
iglesia
que
comienza
a
crecer.
Muchas
veces
ac
l
ul
se
detiene
el
crecimiento.
No
estamos
dispuestos
a
ver
a
muchos
desconocidos
en
1
!gl
esia
-
62
Manual
de
Iglecrecimiento
La
situación
se
reduce
a
establecer
prioridades.
¿Qué
es
más
importante,
que
todos
nos
conozcamos
o
que
alcancemos
a
los
perdidos?
El
crecimiento
de
la
iglesia
local
se
define
aquí.
De
aquí
surgen
expresiones
tales
como:
"¡Mejor
calidad
que
cantidad!"
o
"¡Mejor
pocos
y
buenos!".
Cuanto
más
grande
sea
la
membresía
y
la
asistencia,
tanto
mayor
parecerá
el
problema.
Pero
es
más
una
costumbre
que
una
realidad.
La
koinonía
puede
transformarse
en
koinonitis
(una
de
las
enfer-
medades
que
afectan
a
muchas
iglesias),
y
esto
detendrá
el
creci-
miento.
La
definición
que
damos
a
koinonitis
es
la
de
"inflamación
fraternal",
o
sea,
que
las
personas
llegan
a
ser
espiritualmente
ego-
céntricas
—
interesados
únicamente
en
sí
mismas
—
y
comienzan
a
sufrir
de
miopía
evangelística,
interesándose
sólo
en
la
satisfacción
propia.
Se
fomenta
una
mentalidad
tan
celestial,
que
no
sirven
de
mucho
aquí
en
la
tierra.
Tendremos
que
estar
dispuestos
a
sacrificar
la
koinonitis
pero
no
la
koinonía.
Para
cumplir
con
la
Gran
Comisión,
tanto
el
pastor
como
la
congregación
tienen
que
estar
dispuestos
a
pagar
el
precio.
El
Señor
nunca
dijo
que
seguirle
sería
fácil
("Toma
tu
cruz",
Marcos
8:34);
pero
sí
dijo:
"Para
que
tengan
mi
gozo
en
sí
mismos"
(Juan
17:13).
Gozo
en
amarle,
gozo
en
servirle,
gozo
en
hacer
su
voluntad,
gozo
en
el
discipulado.
Celebración
+
congregación
+
grupos
hogareños
=
iglesia
Este
concepto
es
para
las
iglesias
que
sobrepasen
los
200
miem-
bros
(o
personas
que
asistan
a
los
cultos).
Antes
de
llegar
a
ese
número,
todavía
las
personas
se
conocen
por
nombre
y
apellido,
y
si
alguien
está
ausente
en
seguida
los
demás
se
dan
cuenta.
Es
lo
que
podríamos
llamar
una
familia
grande.
Cada
uno
tiene
un
lugar
o
sector
del
santuario
donde
se
les
puede
localizar.
Si
esa
banca
está
vacía
es
porque
tal
o
cual
persona
está
ausente.
La
celebración
es
justamente
lo
que
sucede
en
una
iglesia
en
la
que
los
congregados
no
se
conocen
por
nombre;
tal
vez
sí
de
vista,
pero
ni
siquiera
esto
es
necesario.
Las
personas
se
reúnen
para
"adorar
y
alabar
el
nombre
de
Dios".
Alrededor
hay
muchas
otras
personas
que
hacen
lo
mismo.
El
sentir,
la
devoción,
la
atmósfera,
todo
nos
une,
aun
sin
conocernos.
Nos
une
la
razón
por
la
que
estamos
en
ese
lugar:
Dios.
La
membresía
total
se
reúne
para
adorar
al
Señor
individual
y
colectivamente.
A
los
latinoamericanos
nos
gustan
las
celebraciones.
En
mi
iglesia
tengo
hermanos
que
están
siempre
buscando
motivos
para
celebrar
algo.
Además
de
la
celebración
dominical,
no
falta
oportunidad
para
tener
un
banquete,
una
comida,
un
retiro
espiritual,
un
paseo.
.
.
Al
El
pastor,
la
congregación
y
el
Iglecrecimiento
63
viajar
por
América
Latina
encuentro
que
todos
somos
iguales.
¡Tenemos
más
fiestas
que
el
pueblo
de
Israel!
Pero
más
que
esto,
queremos
pensar
en
el
culto
a
Dios
como
esa
celebración
espiritual
que
nos
une,
nos
alimenta,
nos
edifica
semana
tras
semana,
ya
sea
que
conozcamos
a
quien
esté
sentado
a
nuestro
lado
o
no.
Podemos
aquí
ser
desconocidos
los
unos
de
los
otros.
La
palabra
congregación
generalmente
ha
sido
sinónimo
de
iglesia
en
nuestros
países.
En
la
forma
que
ahora
estamos
expresando
el
tér-
mino
no
es
sinónimo.
Es
un
grupo,
que
tiene
intereses
especiales,
formado
por
cuarenta
personas
como
mínimo
y
ochenta
como
má-
ximo,
que
puede
variar
de
acuerdo
a
los
países
y
a
la
cantidad
total
de
asistencia.
Puede
ser
una
clase
de
Escuela
Dominical,
el
coro,
las
sociedades
misioneras,
u
otros.
Si
el
grupo
es
grande
disfrutará
de
cierta
autonomía,
pero
siempre
bajo
el
gobierno
general
de
la
iglesia.
En
este
marco
podrán
disfrutar
del
compañerismo
deseado.
Habrá
más
roce
entre
los
participantes
al
poder
desarrollar
un
programa
que
les
una
en
más
aspectos
que
sólo
la
adoración
del
domingo.
Allí
se
reforzarán
las
raíces
espirituales;
habrá
mayor
crecimiento
por
medio
de
estudios
bíblicos.
Muchos
podrán
usar
sus
dones
espirituales
y
capacitarse
para
puestos
de
liderazgo
de
mayor
responsabilidad.
Esto
dará
mayor
oportunidad
de
servicio
y
preparación.
El
grupo
hogareño
es
una
pequeña
colectividad
de
ocho
a
doce
personas.
Dentro
del
mismo
existe
una
relación
personal
mucho
más
íntima
y
profunda
que
en
los
anteriores.
Si
se
quiere,
hay
una
intimidad
espiritual
que
une
a
ese
grupo.
Allí
vamos
a
rendir
cuenta
de
nuestra
vida
a
otros
creyentes,
que
a
su
vez
tienen
la
responsabili-
dad
de
hacer
lo
mismo
con
nosotros.
Asimismo
existe
el
deber
de
orar
y
ayudarse
recíprocamente.
Llega
a
ser
un
círculo
íntimo.
Estos
grupos
pequeños
han
sido
la
razón
de
nuestro
crecimiento
aquí
en
Pasadena.
Es
por
medio
de
ellos
que
hemos
ganado
a
nuevas
personas
para
nuestra
iglesia.
Un
90%
de
nuestra
congregación
ha
llegado
así.
La
mayoría
se
ha
decidido
por
Cristo
en
los
lugares
en
que
se
reúnen
estos
grupos
hogareños;
las
más
grandes
victorias
han
sido
ganadas
allí.
Es
a
la
vez
muy
importante
que
estos
grupos
hogareños
sean
absor-
bentes
y
no
cerrados.
Es
necesario
que
los
nuevos
visitantes
se
sien-
lan
bienvenidos,
ayudados
y
parte
del
grupo.
Que
sea
una
koinonía
abierta,
dispuesta
a
trabajar
por
el
extendimiento
de
la
obra
de
Dios.
Recomendamos
al
lector
leer
el
capítulo
7
del
libro
Su
iglesia
puede
crecer
del
doctor
Pedro
Wagner.
El
mismo
trata
exclusiva-
mente
este
asunto
aunque
es
cierto
que
algunos
enfoques
podrían
ser
diferentes
en
América
Latina.
No
obstante:
"Escudriñadlo
todo
y
retened
lo
bueno"
(1
Tesalonicenses
5:21).
64
Manual
de
Iglecrecimiento
Un
pastor,
una
iglesia
(Modelo
1)
Hace
poco
pedí
a
un
médico
y
a
su
esposa,
miembros
de
la
Iglesia
"La
Hermosa"
de
la
ciudad
de
Mexicali
en
México,
que
me
contasen
lo
que
había
sucedido
en
esa
iglesia.
El
pastor
me
lo
había
contado
ya,
y
pensé
que
exageraba.
¡Ni
yo
mismo
lo
podía
creer!
Me
dijeron:
"Hablar
ahora
de
Iglecrecimiento
no
es
nada,
pero
hace
seis
años
era
una
locura,
un
delirio
que
estaba
posesionándose
del
pastor
y
uno
que
otro
miembro.
Nos
costó
bastante
entender
lo
que
esto
involu-
craba.
Temíamos
a
las
implicaciones
de
aceptar
el
reto,
el
compromi-
so
de
llamar
a
lo
que
no
es,
como
lo
que
es."
Hice
un
esfuerzo
por
recordar.
El
pastor
Marcelino
González,
de
las
Asambleas
de
Dios,
asistió
a
un
seminario
programado
y
auspiciado
por
la
Fraternidad
de
Evangelismo
e
Iglecrecimiento
de
la
ciudad
de
México
en
1977.
Fue
la
primera
vez
que
presenté
lo
que
llamamos
el
Seminario
Intensivo
I.
Fueron
treinta
horas
de
clase
durante
cuatro
días
y
medio,
además
de
celebrarse
devocionales
y
otras
clases
sobre
evangelismo.
Casi
terminan
conmigo
como
maestro.
Nunca
más
volví
a
ver
al
pastor
González.
Tuvimos
tres
seminarios
más
en
años
consecu-
tivos,
pero
él
no
estuvo
en
ninguno
de
ellos.
En
esa
fecha
(1977)
el
había
regresado
a
su
iglesia,
había
asumido
la
tarea
pastoral
allí
hacía
pocos
meses
y
estaba
preocupado.
Una
ancianita,
miembro
de
la
iglesia,
dijo:
"Yo
siempre
he
dicho
que
cuando
los
pastores
andan
en
esas
dichosas
conferencias
de
acá
para
allá,
no
trae
nada
bueno."
Continuó
contándome
el
doctor
y
su
esposa:
"Por
fin
un
día
convocó
a
una
junta
de
oficiales,
aunque
habló
con
algunos
de
nosotros
de
antemano.
Había
unos
40
a
50
miembros
activos.
Hubo
varias
otras
reuniones,
habló
de
Iglecrecimiento,
muchos
le
hicieron
la
guerra.
Cambiamos
costumbres
viejas
y
algunos
se
rebelaron."
8
Entiendo
que
el
pastor
González
tuvo
que
desafiarles
con
una
decisión.
"Si
ustedes
no
quieren
crecer
—
les
dijo
—,
he
decidido
irme
a
otro
lugar".
Gracias
a
Dios
la
tormenta
pasó.
Hoy,
cinco
años
más
tarde,
la
historia
de
esta
iglesia
puede
verse
en
el
diagrama
9.
Ahora
el
crecimiento
ha
aminorado,
no
hay
suficientes
salones
de
Escuela
Dominical,
no
hay
más
bancas
o
sillas
disponibles.
¿Por
qué?
De
aquellos
pocos
que
eran,
hoy
en
el
informe
de
1981
tienen
450
personas
de
asistencia
en
los
cultos
y
una
membresía
de
210.
La
asistencia
a
la
Escuela
Dominical
es
de
250.
Toda
esta
información
nos
da
una
membresía
compuesta
de
303.
(Ver
los
diagramas
9
y
10.)
¿Será
este
un
crecimiento
únicamente
numérico?
Contesto
a
la
pregunta
compartiendo
una
síntesis
del
plan
y
de
las
metas
presentados
por
el
pastor
Marcelino
González
a
sus
líderes.
Se
El
pastor,
Ja
congregación
y
el
IglecrecLiento
65
reunieron
en
un
seminario
de
dos
semanas
de
duracióicon
una
asistencia
promedio
de
70
miembros.
Objetivos:
1.
En
cuanto
a
lo
económico,
adquirir
una
casa
pótoral
independiente
del
templo,
y
construir
salones
de
E:uela
Dominical.
Con
respecto
a
misiones,
invertir
unamma
determinada
para
la
construcción
de
una
nueva
igleia
en
el
distrito.
2.
En
cuanto
a
lo
evangelístico,
añadir
cien
nuevos
coFerti-
dos
y
elevar
la
asistencia
a
quinientos
congregantes:!
día
domingo,
y
establecer
diez
misiones
de
barrio.
3.
En
cuanto
a
la
educación
cristiana,
capacitar
los
miiste-
rios
de
la
iglesia,
con
cursos
especiales
y
definidosEn
la
esfera
infantil,
apoyar
los
programas
denominacioales
dentro
de
la
iglesia.
4.
En
cuanto
a
lo
espiritual,
mantener
un
espíritu
contante
de
adoración,
humildad
y
suplicante
oración
anteDios,
en
todas
las
actividades
de
la
iglesia.
Que
en
su
miseicor-
dia,
llene
de
poder
a
todos
sus
hijos.
5.
En
cuanto
a
la
visitación,
contar
con
un
equip
de
ayudantes
en
esta
labor
pastoral.
Métodos:
1.
En
lo
económico,
promover
más
el
sistema
bíblicosntre
la
iglesia.
Definir
sobre
posibilidades
de
inversiaes
a
favor
de
la
iglesia.
Proporcionar
ayuda
a
los
equips
de
visitación
y
evangelístico.
2.
En
lo
evangelístico,
usar
más
hogares
para
cults
de
barrio.
La
reproducción
de
los
grupos
hogareña
ya
existentes
y
en
los
domingos
cultos
evangelísticos.cada
miembro
ganando
a
uno
para
Cristo.
La
celebracim
de
cultos
evangelísticos
con
películas
al
aire
libre,
dirante
dos
semanas,
en
las
colonias
(barrios)
donde
ya
teñen
misión.
Una
campaña
evangelística
bien
planeara
en
todos
sus
detalles,
celebrada
anualmente.
3.
En
la
educación
cristiana,
establecer
especialmente
m
día
para
estudios
definidos.
Planificar
la
Escuela
Dominial,
y
establecer
cultos
congregacionales,
en
todos
los
nivele,que
fomenten
más
el
conocimiento
de
las
Escrituras.
Un
mes
al
año,
un
curso
de
dos
días
para
los
miniserios
definidos
de
la
iglesia.
A
continuación
de
ello,
roütiva
mente
un
curso
para
cada
ministerio
con
duracidí
de
_
66
Manual
de
Iglecrecimiento
Centro
Evangelístico
"LA
HERMOSA"
MEXICALI,
MÉXICO
250
MIEMBROS
DIAGRAMA
9
EJ
pastor,
la
congregación
y
el
Iglecrecimiento
67
Gráfica
de
la
Membresía
compuesta
del
Centro
Evangelístico
"LA
HERMOSA"
MEXICALI,
MÉXICO
500-
450-
400-
300-
200-
150-
100-
74
75'
76
77
78
79
'80
'81
(D
CULTO
DE
ADORACIÓN
(2;
MEMBRESIA
COMPUESTA
§
ESCUELA
DOMINICAL
®
MEMBRESIA
EN
PLENA
COMUNIÓN
DIAGRAMA
10
68
Manual
de
cinco
horas.
Además
cada
mes
y
también
en
forma
rotativa
los
cultos
de
alguna
sociedad
para
adoctrina-
miento
a
la
iglesia-
Todos
los
sábados
se
establecerá
un
curso
permaneí
1
*
6
de
doctrina
e
Iglecrecimiento.
4.
En
lo
espiritual»
grupos
de
oración
y
comunión
inter-
colonias.
Mayo?
promoción
a
la
vida
espiritual
de
todos
los
cultos.
Segí
1
*
1
promoviendo
a
más
altura
y
mejores
logros
en
los
cultos
de
oración.
Retiros
espirituales.
Velada
de
oración
mensual.
Día
de
ayuno
y
oración
mensual,
con
celebración
de
la
Santa
Cena
el
primer
domingo
de
cada
mes.
Bajo
el
lema:
"Ven
con
nosotros
y
te
haremos
bien",
el
pastor
González
y
su
congreg
ac
i°
n
continúan
trabajando
arduamente.
"La
conciencia
que
se
creó
-—
nos
dicen
—
en
cada
uno
de
nosotros
sobre
los
problemas
que
enfr
en
t
arnos
>
es
netamente
positiva
hacia
la
victoria,
pues
una
iglesia
como
la
nuestra
(que
crece)
ha
aprendido
a
luchar
por
superar
1&
S
dificultades
y
a
tomar
las
crisis
como
generadoras
de
resonantes
victorias."
Este
resumen,
presentado
a
grandes
rasgos,
nos
hace
ver
lo
que
puede
hacer
una
iglesia
y
un
pastor
que
están
dispuestos
a
pagar
el
precio
para
que
la
iglesia
crezca.
Además
de
todas
las
cosas
presentadas
aquí,
tienen
hermanos
que
están
trabajando
en
el
mandato
cultural
también,
especialmente
los
médicos
y
estudiantes
de
medicina
que
tiene
1
a
congregación.
Asimismo
han
construido
un
instituto
bíblico
en
la
ciudad
no
sólo
para
preparar
a
sus
jóvenes,
sino
también
a
los
que
deseen
venir
de
otras
iglesias
hermanas.
Nuestras
oraciones
van
con
estos
hermanos.
Otro
postor,
otro
iglesia
(Modelo
2)
La
Iglesia
Nacional
Presbiteriana
"San
Pablo"
de
la
ciudad
de
México,
celebró
sus
bodas
de
plata
en
julio
de
1984
bajo
la
dirección
de
su
pastor,
el
reverendo
Vidal
Valencia.
Este
pastor
llegó
a
esa
iglesia
como
estudiante
seminarista
en
1952
para
dirigirán
grupo
de
17
adultos
y
10
niños-
Acaba
de
cumplir
treinta
y
dos
años
de
ministerio
allí.
En
julio
de
1959
se
organizaron
en
iglesia
con
75
personas
bautizadas
(sin
contar
los
niños).
Desde
entonces
el
templo
ha
sido
ampliado
7
veces
y
ahora
celebran
2
cultos
similares
cada
domingo
por
la
mañana.
En
julio
de
1981
alcanzaron
la
cifra
de
2.000
congregantes
(con
sus
hijos),
distribuidos
en
la
iglesia,
las
congrega-
ciones
y
los
grupos
hogareños
(misiones).
En
1977
se
establecieron
metas,
que
tuvieron
como
fecha
final
el
aniversario
de
sus
Bodas
de
Plata
en
1984.
Metas
muy
ambiciosas
si
El
pastor,
la
congregación
y
el
íglecrecimiento
69
se
quiere.
Problemas
para
alcanzarlas
por
muchas
circunstancias.
Pero
las
presentaron
después
de
mucho
estudio
y
oración.
En
esa
fecha
eran
558
miembros
en
plena
comunión.
En
Diciembre
de
1978,
mi
esposa
—
que
no
sólo
me
ayuda
en
nuestra
iglesia
en
Pasadena,
sino
que
también
es
mi
mano
derecha
en
las
oficinas
del
Instituto
Charles
E.
Fuller,
y
ha
cursado
estudios
y
laborado
en
Iglecrecimiento
—
hizo
un
estudio
de
la
Iglesia
Presbite-
riana
San
Pablo.
En
ese
análisis
se
midieron
el
potencial
y
los
obstáculos.
La
verdad
es
que
las
metas
podrían
haber
sido
inalcanza-
bles.
Pero
justamente,
un
estudio
así
ayuda
a
poder
darnos
cuenta
de
la
realidad
y
a
ver
los
pasos
que
habrá
que
dar
para
alcanzar
esas
metas.
(Un
estudio
similar
es
muy
recomendado
para
toda
iglesia
que
desee
crecer.
Las
gráficas
aquí
presentadas
de
la
Iglesia
San
Pablo
pertenecen
a
ese
estudio
realizado
por
mi
esposa.)
La
meta
en
cuanto
a
membresía
era
de
más
del
doble
de
lo
que
se
había
realizado
en
los
diez
años
anteriores
(ver
diagrama
11).
La
meta
de
llegar
a
2.058
miembros
en
plena
comunión,
con
un
gran
total
de
3.000
contando
congregaciones
y
niños
para
1984,
parecería
difícil.
Los
obstáculos
más
enormes
eran:
la
adquisición
del
terreno,
la
construcción
de
los
edificios
y
la
del
estacionamiento
para
autos.
Miremos
momentáneamente
las
metas
que
establecieron
en
1977:
PLAN
PARA
7
AÑOS
Metas
desde
julio
de
1977
hasta
julio
de
1984
Tener
con
la
ayuda
de
Dios:
1.
5
iglesias
con
templo
y
pastor.
2.
25
congregaciones,
algunas
con
terreno.
3.
50
centros
de
estudios
bíblicos
permanentes
(en
hogares).
4.
250
centros
de
estudios
bíblicos
flotantes
(en
hogares).
5.
1
escuela
teológica
con
50
alumnos
en
las
siguientes
esferas.
a.
Teología.
b.
Discipulado.
c.
Magisterio.
d.
Evangelismo.
e.
Música.
f5
para
las
iglesias
6.
7
pastores:
i
1
para
la
Iglesia
San
Pablo
I
1
emérito
7.
300
maestros
capacitados,
incluso
los
egresados
de
nuestra
escuela
teológica
8.
El
siguiente
personal
de
tiempo
completo:
a.
Coordinador
para
M.T.P.E.
(Movilización
Total
y
Perma-
nente
de
Evangelismo).
70
Manual
de
íglecrecimiento
Crecimiento
Previo
y
Proyección
de
Fe
Iglesia
Presbiteriana
"SAN
PABLO"
2000
MIEMBROS
DIAGRAMA
11
El
pastor,
Ja
congregación
y
el
íglecrecimiento
71
Perspectiva
de
acuerdo
con
la
Proyección
de
Fe
Iglesia
Presbiteriana
"SAN
PABLO"
DIAGRAMA
12
72
Manual
de
Iglecrecimiento
b.
Coordinador
para
Educación
Cristiana.
c.
Administrador.
d.
Director
de
la
Escuela
Teológica.
e.
Ministro
de
Música.
f.
Director
de
Discipulado.
g.
5
obreros
de
medio
tiempo
o
de
tiempo
completo
para
las
congregaciones.
h.
Grupo
secretarial.
9.
Iniciar
la
construcción
de
un
auditorio
para
más
de
3.000
personas.
10.
Consagración
del
primer
misionero
al
extranjero,
y
tener
3
misioneros
trabajando
en
el
país.
i
Miembros
en
plena
comunión
11.
Tener
3.000
miembros.
J
Miembros
congregantes
y
sus
L
niños.
12.
El
nombramiento
de
Pastor
Emérito
del
reverendo
Vidal
Valen-
cia
A.,
retirándole
el
85%
de
su
trabajo
normal.
En
julio
de
1984,
tuvimos
el
privilegio
(mi
esposa
y
un
servidor)
de
asistir
al
primer
domingo
—
de
una
serie
de
cuatro
—
en
que
celebraron
sus
Bodas
de
Plata.
Allí
se
nos
entregó
el
informe
de
lo
que
se
logró
(de
las
metas
arriba
mencionadas).
El
lector
puede
seguir
la
numeración
correspondiente
para
hacer
la
comparación.
(Además
se
puede
comparar
con
el
diagrama
11.)
1.
Se
alcanzó
parte.
Tienen
seis
templos
y
una
iglesia
organizada.
2.
No
se
alcanzó.
Sólo
lograron
cuatro.
3.
Sólo
en
parte.
Lograron
34
misiones
en
vez
de
50.
4.
Se
sobrepasó
la
meta.
Llegaron
a
tener
638
estudios
(cursos)
bíblicos.
5.
También
fue
más
allá.
Tienen
80
alumnos.
6.
Se
alcanzó.
Cinco
pastores
y
cinco
ancianos
gobernantes
que
fungen
como
pastores
en
las
misiones.
7.
Alcanzaron
la
meta.
Tienen
306
maestros.
8.
Obtenida
en
personal.
Aunque
no
todos
de
tiempo
completo
de
la
misma
manera
que
se
había
planificado.
9.
No
se
logró
el
nuevo
edificio.
Dada
las
circunstancias
económi-
cas
no
se
pudo
hacer,
pero
con
la
ofrenda
especial
de
las
Bodas
de
Plata
se
espera
una
futura
ampliación
o
compra
del
terreno.
10.
Dios
premió
el
esfuerzo.
El
énfasis
misionero
es
una
realidad.
11.
Una
meta
difícil.
Pero
el
Señor
les
ha
dado
3.060
miembros
en
plena
comunión,
miembros
congregantes
y
sus
hijos.
12.
Otra
meta
realizada.
Al
tener
esta
celebración,
su
pastor
pasó
a
la
posición
de
Emérito,
habiéndosele
retirado
el
85%
de
su
trabajo.
El
pastor,
la
congregación
y
el
Iglecrecimiento
73
Vemos
por
estas
metas
logradas,
(algunas
parcialmente),
eviden-
cias
de
que
se
han
dado
pasos
firmes
en
la
dirección
correcta.
Está
llegando
a
ser
una
iglesia
grande
y
con
la
calidad
de
trabajo
que
a
Dios
le
agrada.
Lo
que
se
ha
alcanzado,
no
ha
sido
simplemente
al
azar
o
por
el
carisma
del
pastor
Valencia
(aun
cuando
tiene
mucho
de
esto
último),
sino
porque
al
trazar
los
planes
originales
se
contemplaron
todos
los
aspectos
de
un
ministerio
total
al
hombre
completo.
Su
estructura
congregacional
es
sólida
y
organizada.
Una
de
las
mejores
ventajas
del
reverencio
Vidal
Valencia
para
seguir
adelante
es
la
de
que
mantiene
una
buena
comunicación
con
sus
ayudantes.
Se
reúnen
con
frecuencia
y
han
tenido
(y
tienen)
muy
buenas
relaciones
entre
ellos.
Sus
metas
principales
son:
'Que
la
iglesia
eche
raíces
profundas
que
la
hagan
permanecer
firme
a
través
de
los
años
(o
de
los
siglos).
Para
esto
se
crea
Una
conciencia
de
responsabilidad
en
cada
nuevo
convertido
en
cuanto
a
la
obra
evangelística,
al
estudio
de
la
Palabra
y
a
la
práctica
de
la
oración,
a
la
vez
que
se
le
brindan
oportunidades
de
liderazgo.'
El
20
de
septiembre
de
1970
se
organizó
el
grupo
de
"Movilización
Total
y
Permanente
de
Evangelismo".
Todos
los
colaboradores
son
laicos
de
la
iglesia.
Una
frase
que
me
llamó
la
atención,
al
leer
sobre
este
movimiento,
fue:
"Tal
movimiento
sólo
terminará
cuando
aparezca
Cristo
en
su
segunda
venida."
El
pastor
Valencia
preparó
dos
cursos
para
discipular
a
todos
los
creyentes.
Uno
es
el
Curso
básico
de
doctrina
bíblica,
para
preparar
a
los
nuevos
convertidos
para
el
bautismo,
y
otro
que
les
enseña
Cómo
ganar
almas.
La
utilización
de
estos
dos
estudios
hace
que
se
discipulen
unos
a
otros.
Hay
varios
grupos
u
organizaciones
que
se
desprenden
de
este
movimiento.
Ellos
son:
En
las
esferas
del
evangelismo
1.
En
el
templo.
Hechos
2:46.
Su
objetivo
es:
Dar
a
conocer
a
las
gentes
a
Jesucristo
como
único
y
suficiente
Salvador
a
través
de
la
proclamación
desde
el
pulpito.
2.
En
las
casas.
Filemón
2.
Su
objetivo
es:
Tener
hogares
y
misiones
en
los
que
el
evangelio
se
predique
regularmente,
y
se
invite
a
gente
nueva
a
cada
culto.
3.
En
las
calles.
Hechos
8.
Su
objetivo
es:
Dar
a
conocer
el
evangelio
y
su
mensaje,
predicando
y
cantando
en
los
Vnual
de
Iglecrecimiento
^arques
y
calles
(y
actividades
esporádicas
en
hospitales,
Wceles,
etc.).
V
Por
correspondencia.
1
Juan
5:13.
Su
objetivo
es:
Dar
a
Conocer
el
evangelio
y
alcanzar
nuevas
almas
por
medio
de
%
correspondencia.
kn
ocho
comisiones
de
apoyo
1.
Visitación.
Su
objetivo
es:
Visitar
toda
clase
de
personas.
.
Literatura.
Su
objetivo
es:
Consecución
y
preparación
de
iaterial
literario
evangelístico.
1
Oración.
Su
objetivo
es:
Impulsar
a
la
iglesia
a
orar
por
las
jtistintas
esferas
del
trabajo
evangelístico
y
por
el
trabajo
de
'as
comisiones.
V
Finanzas.
Su
objetivo
es:
Tener
los
fondos
necesarios
para
Vie
se
ejecute
el
plan.
»;
Publicidad.
Su
objetivo
es:
Mantener
bien
informada
a
la
|glesia.
V
Música.
Su
objetivo
es:
Tener
lista
la
música
adecuada
taara
todo
requerimiento
del
plan.
"*.
Promoción
misionera.
Su
objetivo
es:
Motivar
a
cada
Cristiano
a
evangelizar
y
apoyar
el
plan
a
cualquier
hora
y
en
Cualquier
lugar.
%.
EvangeJismo
infantil.
Su
objetivo
es:
Hacer
uso
del
plan
a
tiivel
infantil,
para
llevar
a
los
niños
a
los
pies
de
Jesucristo.
Cuentan
también
con
una
buena
organización
de
educa-
V:ión
cristiana.
Los
objetivos
generales
son:
Lograr
que
los
^miembros
de
la
Iglesia
San
Pablo
tengan
un
pleno
desarrollo
Vomo
cristianos,
al
proporcionárseles:
A.
Bases
sólidas
a
través
de
la
enseñanza
de
los
aspectos
básicos
relacionados
con
la
fe
cristiana
en
general
y
los
postulados
que
sustenta
la
Iglesia
Presbiteriana
en
particular.
B.
Conocimiento
bíblico
en
forma
graduada,
así
como
un
conocimiento
histórico
de
la
iglesia.
C.
Una
serie
de
herramientas,
por
medio
de
materias
especiales
para
la
vida
práctica
del
individuo
(como
cristiano)
en
los
diferentes
medios
en
que
este
se
desenvuelve.
La
función
principal
del
departamento
de
educación
cristiana
es
la
de
coordinar
las
actividades
de
la
misma
así
.
como
proveerlas.
Para
ello,
el
comité
ejecutivo
ha
hecho
seis
*
grandes
divisiones.
I.
Niños.
A.
Integrar
lo
que
tradicionalmente
ha
funcionado
en
EJ
pastor,
Ja
congregación
y
eí
Iglecrecimiento
75
forma
separada
como
Escuela
Bíblica
Dominical
y
clases
de
las
11:30
horas,
así
como
la
Escuela
Bíblica
de
Vacaciones
yotros
horarios
en
que
se
imparte
enseñanza.
B.
Impartir
conocimientos
sólidos
a
los
niños
para
que
sepan
qué
es
lo
que
han
creído
y
tengan
base
para
enfrentarse
a
las
diversas
etapas
de
la
vida
y
a
las
diferentes
corrientes
ideológicas
que
pretendan
so-
cavar
su
fe.
C.
Orientarlos,
en
lo
posible,
para
que
puedan
resolver
sus
problemas
y
para
que
vivan
de
acuerdo
a
la
fe.
II.
Pulpito.
Relacionar,
si
ello
es
posible,
las
predicaciones
y
estudios
desde
el
pulpito
con
la
enseñanza
impartida
a
través
de
las
otras
divisiones.
III.
Música.
A.
Estimular
a
los
congregantes
a
participar
en
la
alabanza,
desarrollando
sus
aptitudes
musicales.
B.
Formar
grupos
musicales
y
promoverlos.
C.
Dar
una
enseñanza
fundamental
a
la
congregación,
en
el
aspecto
musical.
D.
Cubrir
las
necesidades
de
la
iglesia
en
este
aspecto
con
una
Escuela
de
Música.
Esta
escuela
ofrece
sus
clases
los
fines
de
semana.
IV.
Agencias
educativas.
Preparar
al
joven
y
al
adulto
en
forma
gradual
para
que
lleguen
a
ser
cristianos
maduros
en
fe,
conocimiento
y
práctica.
V.
Especiales.
Promover
y
desarrollar
actividades
fuera
de
los
locales
del
templo
para:
A.
Involucrar
a
los
hogares
en
Educación
Cristiana,
organizando
en
las
casas
actividades
especiales
como:
charlas
matrimoniales,
estudios
bíblicos,
campañas,
etc.
B.
Organizar
retiros
e
institutos
especialmente
para
ancianos
gobernantes,
diáconos
y
líderes
para
capa-
citarlos
y
motivarlos
a
desarrollar
mejor
sus
funciones.
C.
Organizar
campamentos
en
los
que
se
desarrollen
actividades
que
formen
hábitos
positivos.
76
Manual
de
Iglecrecimiento
VI.
Organizaciones.
Establecer
conciencia
en
las
diferentes
organizaciones
(Esfuerzo
Cristiano,
Sociedad
Femenil,
Sociedad
de
Varones,
etc.)
de
que
su
actividad
principal
no
debe
ser
realizar
un
culto
de
una
hora
los
domingos
o
cualquier
otro
día
sino
la
de
servir
a
sus
hermanos
en
Cristo.
13
¿Metas
ambiciosas?
¡Sí!
¿Son
estas
las
únicas
iglesias
que
lo
están
haciendo?
¡No!
Pero
de
estas,
por
razones
de
amistad
y
circunstan-
cias
hemos
tenido
estudios
e
información
extensa.
Algún
día
alguien
escribirá
un
libro
que
pudiera
titularse:
Los
hechos
de
las
grandes
iglesias.
Eso,
si
el
Señor
no
viene
antes.
Otras
iglesias
tendrán
diferentes
circunstancias,
estructuras
y
modelos.
Recordemos
que
lo
importante
es
que
nuestra
meta
debe
ser
la
de
cumplir
con
la
Gran
Comisión.
Nosotros
podemos
plantar
y
regar,
y
el
Señor,
como
premio
a
nuestra
fidelidad,
nos
dará
el
crecimiento
para
que
cosechemos.
Esperamos
que
los
modelos
y
estructuras
de
las
dos
iglesias
aquí
presentadas
puedan
servir
de
guía
para
otros
que
necesitan
ayuda.
Son
modelos
y
no
métodos,
tómelos
como
tales
y
utilice
las
ideas
que
se
adapten
a
su
situación
local.
El
pastor
y
la
congregación
deben
querer
que
la
iglesia
crezca
y
estar
dispuestos
a
pagar
el
precio.
Es
la
clave
para
cumplir
con
la
Gran
Comisión.
Podemos
ver
muchos
pastores
e
iglesias
latinoamericanas
que
están
trabajando
arduamente
y
Dios
les
está
bendiciendo
con
fruto,
más
fruto,
y
fruto
que
permanece.
En
la
mezcla
y
el
uso
de
los
dones
espirituales
de
los
creyentes
en-
contraremos
la
fórmula
para
el
desarrollo
de
un
plan
de
Iglecre-
cimiento.
Dios
determinó
que
así
fuese.
Podría
haberlo
hecho
El
solo
o
de
alguna
otra
manera,
pero
nos
dio
la
oportunidad
de
ser
partí-
cipes
de
la
obra
más
grande
del
mundo
para
el
ser
humano:
la
redención
de
la
humanidad.
EJ
pastor,
la
congregación
y
el
íglecrecimiento
77
3
Wendell
M.
Belew,
Churches
And
How
They
GTQ
W
(Nashville
Broadman
Press,
1971),
pág.
40.
6
Paul
Orjala,
op.
cit.,
pág.
97.
7
C.
Peter
Wagner,
op.
cit.,
8
75.
Billy
Graham,
citado
en
Señor,
¡haz
de
mi
vida
un
milagro.'
Rav
Ortlund
(Barcelona,
Editorial
CLIE,
1977),
pág.
6fc.
9
Entrevista
con
el
Dr.
y
la
Sra.
Marco
Ángulo,
Noviembre
de
1981,
en
Mexicali,
México.
0
Marcelino
González,
Proyecto
de
Trabajo
Anual
del
Centro
Evan-
gelístico
La
Hermosa,
1981,
Mexicali,
México,
mEmual
mimeo-
grafiado.
1
Plan
de
7
años:
julio
de
1977
a
julio
de
1984,
Material
de
promoción
mimeografiado
por
la
Iglesia
Presbiteriama
San
Pablo.
Informe
anual
sobre
metas
alcanzadas,
julio
de
1S)84.
3
María
Miranda,
El
retrato
de
una
gran
iglesia
(Pasadena
Califor-
nia
1978),
inédito.
NOTAS
BIBLIOGRÁFICAS
1
C.
Peter
Wagner,
Su
iglesia
puede
crecer
(Barcelona,
Editorial
CLIE,
1980),
pág.
155.
2
Ibíd.,
págs.
59,
60.
3
Paul
Orjala,
Get
Ready
To
Grow
(Kansas
City,
Mo.
Beacon
Hill
Press,
1978),
pág.
96.
4
Ibíd.,
pág.
96.
CAPITULO
4
ADIESTRANDO
LA
IGLESIA
LOCAL
En
1972
presenté
mi
tesis
de
graduación
para
obtener
el
doctorado
en
teología.
El
tema
de
esta
fue:
Un
análisis
de
algunas
instituciones
de
educación
teológica
en
América
Latina.
Entre
las
muchas
cosas
interesantes
que
creo
haber
descubierto,
hay
una
que
me
ha
preocupado
muchísimo:
que.por
una
parte
las
360
instituciones
teológicas
de
América
Latina
gradúan
—
como
promedio
—
sólo
unos
1.000
alumnos
por
año
(y
no
todos
entran
al
pasturado);
cuando
por
la
otra
se
forman
aproximadamente
unas
5.000
nuevas
congrega-
ciones
cada
año.
"Estimamos
que
hay
75.000
congregaciones
[información
de
1970]
evangélicas
en
América
Latina.
La
mayor
parte
de
estas
no
están
bajo
el
cuidado
pastoral
de
ministros
que
sean
graduados
de
instituciones
teológicas.
Además,
al
ritmo
actual
de
crecimiento,
se
forman
aproximadamente
5.000
nuevas
congregaciones
cada
año.
Si
todos
los
estudiantes
de
las
360
instituciones
de
preparación
teológica
existentes
se
convirtieran
en
pastores
después
de
su
graduación,
habría
todavía
un
insuficiente
abastecimiento
de
pastores,
tan
sólo
por
las
nuevas
congregaciones,
sin
decir
nada
de
las
ya
existentes.
Como
sólo
una
fracción
de
los
graduados
ingre-
san
finalmente
al
ministerio,
hay
poca
esperanza
de
que
el
sistema
actual
provea
de
suficientes
líderes
adiestrados
que
satisfagan
la
necesidad
existente."
1
A
esto
podemos
agregar
el
pensamiento
y
análisis
de
un
bautista
(Donald
R.
Kammerdiener):
"El
caso
de
las
iglesias
bautistas
es
típico
del
problema.
En
América
Latina
hay
aproxidamente
3.000
iglesias
bautistas
y
5.000
anexos
o
misiones.
Para
servir
a
estas
congregaciones
hay
menos
de
2.300
pastores.
Esto
significa
que
la
mayor
parte
de
las
congregaciones
o
están
sin
pastor
o
tienen
que
compartir
al
suyo
con
otras
iglesias."
2
Adiestrando
la
iglesia
local
79
¿Problemas
o
soluciones?
¿Cómo
solucionaremos
este
problema?
Parece
una
meta
inalcanza-
ble.
Este
dilema
nos
presenta
otros
problemas.
Surgen
crisis
que
tienen
que
ver
con
el
pastor,
la
congregación,
las
instituciones
teológicas
y
por
qué
no
decirlo,
hasta
las
denominaciones
mismas.
En
un
artículo
aparecido
en
la
revista
World
Vision
en
1969,
Pedro
Wagner
escribió
sobre
las
cuatro
crisis
que
los
protestantes
evangéli-
cos
enfrentaban
respecto
a
la
educación
teológica
en
América
Latina:
"1.
La
crisis
del
adiestramiento
a
un
alto
nivel.
2.
La
crisis
de
la
formulación
teológica.
3.
La
crisis
del
problema
de
la
'ordenación
ministerial'.
4.
La
crisis
de
las
asociaciones
internacionales
de
acreditación."
3
Sin
ir
más
lejos,
estas
últimas
semanas
he
estado
asesorando
a
dos
denominaciones
históricas
que
no
saben
qué
hacer
en
cuanto
a
conferir
credenciales
ministeriales
a
sus
pastores
latinoamericanos
que
ahora
ejercen
el
pasturado
en
los
Estados
Unidos.
Los
requisitos
exigidos
en
Norteamérica
no
podrían
ser
alcanzados
por
ellos
a
menos
que
dedicaran
muchos
años
al
estudio.
¿Se
les
debe
exigir
a
estos
que
lo
hagan?
¿Qué
sucedería
si
no
lo
hicieran?
¿Se
molestarán
los
que
tienen
más
estudios?
¿Cuáles
son
los
requisitos
de
Dios
para
ser
ordenado
o
para
ministrar
sin
haberlo
sido
aún?
El
doctor
Donald
McGavran
escribió:
"En
muchos
de
los
campos
misioneros
del
mundo
existe
una
demanda
por
tres
clases
de
niveles
de
liderazgo:
(1J
líderes
bien
instruidos
para
las
zonas
en
que
los
requisi-
tos
culturales
y
económicos
sean
elevados;
(2)
pastores
a
quienes
su
forma
de
vivir
y
educación
los
califica
para
trabajar
con
las
masas;
(3)
laicos
que
sin
percibir
salario
pro-
porcionen
un
liderazgo
vital
en
el
programa
de
extensión
de
la
iglesia
local.
Estas
tres
clases
de
líderes
deben
ser
competentes
en
los
campos
de
la
cosecha."
4
Todo
esto
debe
hacernos
pensar
que
si
hemos
de
alcanzar
la
meta
de
la
Gran
Comisión,
tendremos
que
buscar
soluciones
a
este
problema.
Creemos
que
las
instituciones
teológicas
han
hecho
todo
lo
que
han
podido
para
preparar
a
líderes
que
algunos
llaman
"profesionales"
o
"clericales".
Pero
es
evidente
que
por
mucha
preparación
y
buenos
deseos
que
estos
puedan
tener,
no
alcanzarán
a
completar
la
tarea.
Estamos
muy
lejos
de
poder
hacerlo.
Debemos
descubrir
otras
alternativas
para
poder
suplir
los
que
han
de
ocupar
un
pulpito.
Este
será
el
precio
que
habrá
que
pagar
en
aras
del
Iglecrecimiento.
Trabajemos
buscando
solucionar
este
problema.
80
Manual
de
Iglecrecimiento
Cinco
clases
de
líderes
El
doctor
McGavran
en
su
libro
How
To
Grow
a
Church
(Cómo
hacer
que
una
iglesia
crezca),
5
nos
legó
uno
de
los
principios
más
claros
de
cómo
la
iglesia
deberá
trabajar
para
hacer
la
voluntad
de
Dios.
Estas
definiciones
han
sido
presentadas
y
usadas
—
y
lo
seguirán
siendo
—
por
muchos
alrededor
del
mundo.
Son
pocos
los
libros
sobre
el
Iglecrecimiento
que
no
planteen
este
postulado.
Lástima
que
tan
pocos
de
esos
libros
hayan
sido
vertidos
al
español.
Con
todo,
estamos
progresando
al
respecto
(ver
bibliografía
general).
Estas
cinco
clases
de
líderes
que
la
iglesia
necesita
se
presentan
desde
un
aspecto
denominacional.
Como
veremos
luego,
la
iglesia
local
no
tendrá
necesidad
de
líderes
u
obreros
de
clase
5,
ya
que
ellos
saldrán
de
las
propias
iglesias
locales.
A.
Clase
1
Estos
son
líderes
no
pagados
cuyo
trabajo
se
realiza
dentro
de
la
iglesia
local
ya
existente.
Aquí
están
incluidos
la
mayoría
de
los
creyentes
activos:
maestros
de
Escuela
Dominical,
ancianos,
diáco-
nos,
miembros
del
coro,
ujieres,
los
que
decoran
la
iglesia,
los
que
visitan
a
los
enfermos,
etc.
La
razón
del
esfuerzo
y
participación
de
este
ejército
de
creyentes
es
que
aman
al
Señor
y
a
la
familia
de
Dios
aquí
en
la
tierra.
Podríamos
decir
que
llevan
a
cabo
un
ministerio
de
ayuda
de
todos
para
todos.
Al
mismo
tiempo,
descubren,
desarrollan
y
usan
sus
dones
espirituales.
Las
iglesias
no
podrían
subsistir
sin
tales
líderes.
Son
esenciales
a
la
vida
de
la
iglesia.
D.
Clase
2
Estos
son
líderes
voluntarios
que
trabajan
fuera
de
la
iglesia.
Trabajan
arduamente
para
alcanzar
a
otros
que
necesitan
a
Cristo
en
la
comunidad.
Se
los
ve
ir
de
dos
en
dos
haciendo
visitas,
invitando
a
personas
a
asistir
a
un
estudio
bíblico,
o
haciendo
un
sinnúmero
de
cosas
para
guiar
a
otras
personas
al
conocimiento
de
Cristo.
Nadie
les
paga;
al
contrario,
gastan
de
su
dinero
en
muchos
casos.
Visitan
los
hospitales
y
las
cárceles.
Poseen
también
dones
espe-
ciales
que
usan
de
esta
manera.
Muchas
veces
ni
se
sabe
lo
que
hacen
ya
que
trabajan
en
silencio.
Generalmente,
hallamos
que
no
sólo
trabajan
como
obreros
de
clase
2
sino
que
también
lo
hacen
como
si
fueran
de
clase
1,
trayendo
nuevas
personas
al
seno
de
la
iglesia.
Lamentablemente,
el
número
es
generalmente
mucho
menor
que
los
de
la
clase
1.
Ambas
clases
no
son
suficientes
para
dar
abasto
en
una
tarea
como
la
que
demanda
el
Señor.
Adiestrando
la
iglesia
local
81
C
Clase
3
Estos
son
los
obreros
que
se
dedican
a
trabajar
fuera
de
la
iglesia.
En
otras
palabras,
son
los
líderes
de
iglesias
pequeñas.
Tal
vez
cinco
o
seis
familias
que
se
reúnen
regularmente.
Tal
vez
sean
remunera-
dos
financieramente,
tal
vez
no.
A
veces
es
una
ayuda
parcial.
Dirigen
grupos
pequeños
de
creyentes
hasta
que
se
organizan
como
misión
y
luego
como
iglesia.
Quizá
permanezcan
como
pastores
de
esas
congregaciones
—
después
de
organizadas
—,
quizá
no.
En
algunos
casos
se
les
reconoce
con
determinado
título:
obrero,
pastor
local,
anciano,
etc.,
aunque
generalmente
no
son
ordenados
como
"clérigos".
No
son
graduados
de
ningún
seminario
o
instituto
bíblico,
pero
generalmente
han
tomado
algunos
cursos
que
les
capacitan
para
el
trabajo
que
desempeñan.
Su
labor
se
desarrollará
mayormente
basada
en
los
dones
espirituales
que
ellos
posean.
También
estos
líderes
surgen
de
la
misma
cultura
de
la
gente
a
quienes
van
a
servir,
y
en
la
mayoría
de
los
casos
han
surgido
del
mismo
grupo
de
la
iglesia
que
los
enviará.
La
edad
no
tiene
importancia
y
pueden
ser
personas
jóvenes
o
adultas.
Depende
más
de
a
qué
edad
conocieron
a
Cristo
como
su
Salvador
y
cuan
rápido
se
han
desarrollado
dentro
de
la
iglesia
y
cuánta
experiencia
han
tenido
dentro
de
las
clases
1
ó
2.
Dependerá
también
de
la
actitud
y
planificación
de
los
pastores
que
hayan
tenido
como
líderes,
y
en
qué
medida
estos
practicaron
el
"perfeccionamiento
de
los
santos"
y
el
usar
a
las
personas
de
acuerdo
a
sus
dones
espirituales.
D.
Clase
4
Estos
son
los
líderes
"profesionales",
a
sueldo,
de
congregaciones
numerosas
o
de
las
que
por
lo
menos
en
alguna
forma
pueden
sostener
a
un
pastor
de
tiempo
completo.
El
trabajo
de
ellos
generalmente
es
para
adentro.
Los
miembros
esperan
que
él
lo
haga
todo.
"Para
eso
le
pagamos",
dicen.
A
los
de
esta
clase
no
sólo
se
les
pide
que
pongan
en
funciona-
miento
sus
dones
sino
que
también
parecería
que
tienen
que
cumplir
las
funciones
de
todos
los
demás,
ya
que
nadie
quiere
hacer
nada.
En
todo
caso,
si
se
cuenta
con
suficiente
dinero,
se
emplea
a
otros
pastores,
y
así
ellos
harán
el
trabajo.
Tanto
en
América
Latina
como
en
otros
lugares
del
mundo
encontra-
mos
que
hay
un
sentido
de
competencia
entre
las
iglesias
para
obtener
los
servicios
de
los
que
estén
mejor
preparados
y
que
den
su
tiempo
completo.
De
otro
modo
puede
ser
un
desprestigio.
Esto
ha
sido
punto
de
conflicto
en
lugares
donde
la
membresía
de
la
iglesia
es
de
la
clase
trabajadora
y
tal
vez
no
puede
pagar
mejor
que
otras.
82
Manual
de
Iglecrecimiento
Los
seminarios
parecen
dedicados
a
preparar
obreros
de
esta
clase.
Hacen
falta,
pero
se
ven
confrontados
con
la
realidad
de
que
no
están
preparados
o
capacitados
para
"equipar
a
los
santos"
—
sobre
todo
de
la
clase
3
—
y
a
la
vez
temen
la
competencia,
no
en
la
educación
pero
sí
en
la
práctica
y
en
el
éxito.
Puedo
tener
toda
la
experiencia
académica
teológica
requerida,
pero
si
no
estoy
trabajando
y
llevando
adelante
mi
ministerio
de
acuerdo
al
modelo
bíblico,
estoy
fracasando.
Si
no
logro
la
reproduc-
ción
de
otros
que
puedan
a
su
vez
realizar
la
tarea
pastoral
(si
no
tengo
mis
Timoteos)
no
estoy
practicando
lo
que
enseño
y
predico.
E.
Clase
5
En
este
grupo
encontramos
por
lo
general
a
los
líderes
denomina-
cionales,
o
líderes
distritales.
Supervisores,
obispos,
profesores
de
seminarios,
personas
que
viajan
(ya
sea
dando
conferencias,
o
representando
a
sus
iglesias
en
asuntos
nacionales
o
internacio-
nales).
En
realidad,
todas
estas
categorías
son
necesarias
para
el
funciona-
miento
de
una
denominación.
Lo
importante
es
la
relación
propor-
cional
que
exista
entre
ellas.
Por
supuesto,
queremos
concentrarnos
en
la
iglesia
local,
así
que
nuestro
interés
está
en
las
clases
1,
2
y
3.
En
la
mayoría
de
las
iglesias
la
clase
4,
o
sea,
el
pastor
a
sueldo,
pueda
ser
que
esté
o
no;
la
diferencia
es
que
la
iglesia
puede
funcionar
con
él
o
sin
él.
Todo
depende
de
las
clases
1,
2,
y
3
y
su
preparación.
No
estoy
abogando
para
que
las
iglesias
dejen
de
tener
pastores
bien
preparados.
¡No!
Creo
que
lo
importante
es
que
los
que
hemos
tenido
una
educación
formal
la
utilicemos
para
ayudar
a
otros
y
no
para
limitar
el
servicio
de
ellos.
En
mi
ministerio
(y
esto
lo
aprendí
cuando
tuve
mi
propio
negocio
de
ventas
de
artículos
del
hogar)
siempre
busco
la
oportunidad
de
hacerme
relevar.
En
otras
palabras,
cuando
hay
alguien
que
pueda
realizar
lo
que
yo
estoy
haciendo,
ya
es
hora
de
que
deje
a
esa
persona
y
me
ocupe
en
otra
tarea
que
otros
no
pueden
hacer.
Esto
permitirá
que
mi
trabajo
sea
más
fructífero
y
que
otros
usen
sus
dones
espirituales.
Veamos
en
una
forma
gráfica
lo
que
esta
clasificación
representa-
ría
comparándola
con
tres
iglesias
o
denominaciones.
Sólo
que
aquí
hemos
agregado
una
columna
más,
pero
no
es
que
sea
otra
clase
de
obreros.
Al
contrario,
representan
a
la
parte
de
la
congregación
que
no
hace
nada,
en
Iglecrecimiento
los
llamamos
"consumidores".
Podríamos
darles
otros
nombres,
pero
este
es
el
más
indicativo
sin
que
nadie
se
ofenda.
Sí,
consumen,
pero
no
hacen
nada.
Ni
por
ellos
Adiestrando
la
iglesia
local
83
VIDA
EN
EL
CUERPO
Y
EL
IGLECRECIMIENTO
Las
cinco
clases
Sin
salario
de
"obreros"
dentro
de
la
de
McGavran
iglesia
Inactiva
Nominal
Mermando
II
III
IV
V
Sin
salario
Parcialmente
Grupo
Obispos
fuera
de
la
pagados-iglesias
profesional
ejecutivos
iglesia
pequeñas
-0-
Consumidores
Activa
Creciendo
Reproduciéndose
DIAGRAMA
13
ni
por
otros.
Asisten
a
la
iglesia,
por
lo
regular
a
un
solo
servicio,
tal
vez
sean
miembros,
pero
su
actitud
no
cambia.
Cuando
miramos
a
la
proporción
de
líderes,
encontramos
que
en
la
iglesia
"A",
tenemos
un
gran
número
de
líderes
de
clase
1,
no
hay
nadie
de
clase
2
y
menos
de
clase
3.
Esto
es
lo
que
vemos
en
una
iglesia
inactiva,
nominal,
en
merma.
Esto
hace
que
sea
necesario
tener
personal
de
las
clases
4
y
5
para
que
hagan
el
trabajo
de
mantenencia.
En
este
grupo
de
iglesias
tenemos,
obviamente,
una
abundancia
de
"consumidores"
que
explica
en
parte
el
panorama
general
de
esa
iglesia.
En
la
iglesia
"B",
la
situación
es
algo
diferente.
Es
una
iglesia
que
al
menos
está
sobreviviendo,
es
típica
de
la
mayoría
y
tiene
cierta
actividad;
que
al
menos
ha
reducido
el
número
de
"consumidores".
Un
pequeño
porcentaje
de
la
iglesia
está
trabajando
fuera
y
trayendo
a
algunos
al
seno
de
la
iglesia.
Esto
ha
hecho
que
a
su
vez
la
clase
1
aumente
y
se
vuelva
aun
más
activa.
Miremos
ahora
la
iglesia
"C",
que
podría
ser
un
modelo
que
puede
y
debe
mejorarse
(y
esperamos
que
así
lo
sea).
Esta
es
una
iglesia
que
crece.
Más
creyentes
están
activos
en
la
clase
1.
Muchos
más
están
84
Manual
de
Iglecrecimiento
ocupados
saliendo
de
la
iglesia
y
finalmente
encontramos
un
porcentaje
que
al
aumentar
reduce
las
clases
4
y
5,
permitiendo
un
desarrollo
de
los
creyentes
en
la
obra
del
ministerio.
Y
tal
vez
lo
más
sorprendente
es
que
nuestro
grupo
de
"consumidores"
ha
comenza-
do
a
disminuir
para
pasar
a
ingresar
a
las
filas
de
los
"distribuido-
res",
o
en
términos
más
evangélicos:
"discípulos
que
están
haciendo
discípulos";
que
están
cumpliendo
la
Gran
Comisión.
Evidentemente,
existe
una
relación
entre
el
crecimiento
y
el
porcentaje
de
líderes
de
las
clases
2
y
3.
El
doctor
Eduardo
Murphy
cita
al
doctor
Donald
McGavran
sobre
este
tema:
"Una
denomina-
ción
que
crece
tendrá
muchos
líderes
de
la
clase
3.
Por
cada
iglesia
de
150
miembros
habrá
10
iglesias
más
pequeñas
con
una
membresía
entre
30
y
50
personas.
Donde
esto
ocurre,
se
descubre
una
denominación
creciente."
6
El
mismo
agrega,
"La
iglesia
'A'
no
logra
cumplir
su
misión.
La
iglesia
'C'
avanza
en
la
realización
de
su
misión".
7
El
pastor,
si
se
quiere
"profesional",
tiene
aquí
un
ministerio
especial,
más
interesante,
productivo
y
emocionante
que
lo
que
pueda
haber
realizado
hasta
ese
momento.
Su
trabajo
desde
el
pulpito
y
fuera
de
este
es
el
de
preparar
("equipar")
líderes
y
obreros
de
clases
1,
2
y
3
y,
por
ende,
reducir
los
"consumidores".
Debemos
fomentar
un
promedio
saludable
entre
las
tres
clases.
Algunos
se
irán
graduando
de
una
clase
a
la
otra
y
otros
estarán
activos
en
más
de
una
a
la
vez.
"Perfeccionando
["equipando"]
a
los
santos
para
la
obra
del
ministerio"
(Efesios
4:12).
Se
habrán
de
efectuar
ciertos
cambios
y
se
tendrá
que
hacer
una
reorganización
de
la
iglesia
local
misma.
En
vez
de
un
comité
nominativo
necesitaremos
un
comité
selectivo.
Este
tendrá
a
su
cargo
el
seleccionar
y
preparar
a
los
creyentes,
según
sus
dones
espirituales,
para
que
lleven
a
cabo
la
obra
que
Dios
les
ha
capacitado
a
realizar
dentro
del
cuerpo
de
Cristo
(la
iglesia).
La
pregunta
que
ha
surgido
siempre
es:
¿cómo
hacerlo?
Tratare-
mos
ahora
de
sugerir
principios
que
nos
ayuden
en
la
tarea.
Como
hemos
dicho
en
relación
a
otros
principios:
será
necesario
adap-
tarlos,
ajusfarlos,
etc.,
de
acuerdo
a
las
circunstancias
y
recursos
particulares
y
locales.
Pero
por
algo
tenemos
que
comenzar.
Sí,
tenemos
un
desafío
tremendo.
Muchos
tal
vez
critiquen
el
hecho
de
que
tantos
pastores
no
tengan
una
preparación
adecuada.
Necesitamos
buscar
soluciones,
y
las
críticas
no
solucionan
nada.
Vayamos
a
lo
concreto,
es
un
problema
mundial.
"Si
—
como
dice
el
doctor
Ralph
Winter—
existen
en
América
Latina
unas
60.000
iglesias
con
líderes
de
preparación
inadecuada,
quiere
decir
que
en
el
mundo
tenemos
250.000
de
tales
iglesias."
8
El
mismo
escritor
nos
Adiestrando
Ja
iglesia
local
85
sacude
con
el
desafío
presentado
para
el
futuro.
"El
problema
de
la
crisis
del
liderazgo,
que
ya
es
muy
seria,
llegará
a
ser
más
crítica
á
medida
que
las
iglesias
comiencen
a
extenderse
y
crecer.
Las
iglesias
de
las
Filipinas
han
establecido
una
meta
de
50.000
nuevas
congregaciones
para
el
año
2000
(ahora
hay
10.000).
Clifton
Holland
sugiere
una
meta
para
Centroamérica
de
1
iglesia
por
cada
1.000
habitantes."
9
La
solución
es
muy
sencilla.
¿Cómo
no
se
nos
ocurrió
antes?
No
plantemos
más
iglesias,
no
hagamos
más
discípulos,
esto
lo
solucio-
naría
todo.
Hasta
podríamos
cerrar
las
que
no
tienen
un
liderazgo
capacitado.
Pero.
.
.
¿es
esto
lo
que
el
Señor
desea?
¿Es
esto
lo
que
nos
ordena
hacer
la
Gran
Comisión?
No
creo
que
haga
falta
contestar
estas
preguntas.
Usted
y
yo
sabemos
las
respuestas.
Tal
vez
nuestro
problema
sea
que
no
hemos
podido
proveer
la
cantidad
y
calidad
de
obreros
necesarios.
Para
llegar
a
tener
obreros
de
las
clases
1,
2
y
3
es
necesario
que
nos
ocupemos
en
prepararlos.
También
tendremos
que
utilizar
todo
lo
que
tenemos
a
mano
para
capacitar
a
los
líderes
laicos.
Estos
podrán
realizar
la
tarea
que
nosotros
(los
"profesiona-
les")
no
hemos
podido
llevar
a
cabo
debido
a
que
la
demanda
ha
sido
mayor
que
la
oferta.
Adiestrando
según
el
modelo
de
Cristo
A
pesar
de
que
los
relatos
en
los
cuatro
evangelios
son
demasiado
breves,
podemos
ver
que
el
Señor
Jesucristo
elaboró
y
puso
en
práctica
un
sistema
de
capacitación
mientras
estuvo
aquí
en
la
tierra.
En
primer
lugar,
El
encontró
personas
a
quienes
ministrar.
Dice
la
Escritura
en
Juan
1:43:
"Halló
a
Felipe,
y
le
dijo:
Sigúeme."
El
estaba
siempre
en
disposición
de
buscar
y
encontrar
a
los
que
El
pudiese
servir.
En
segundo
lugar,
hubo
otros
a
los
que
tuvo
que
desanimar
a
que
lo
siguieran,
ya
que
no
podían
cumplir
con
los
requisitos
del
trabajo
que
tendrían
que
realizar
en
el
futuro
(Lucas
9:57-62).
El
Señor
Jesucristo
"equipó"
a
algunos
manifestándoles
su
amor
para
que
pudieran
servir
a
los
demás
(Juan
13:1);
a
otros,
enseñándo-
los
(Mateo
5:2);
orando
por
ellos
(Lucas
22:39);
y
capacitándolos
por
medio
del
trabajo
(Mateo
10:5
y
Lucas
10:1).
Nunca
cejó
en
su
empeño
de
capacitar
a
otros
para
que
ministraran.
La
misión
de
los
doce
y
de
los
setenta
nos
dan
ideas
muy
importantes.
Mateo
10:5
dice:
"A
estos
doce
envió
Jesús,
y
les
dio
instrucciones."
Lucas
escribe:
"Después
el
Señor
designó
a
otros
setenta
a
quienes
envió
de
dos
en
dos
delante
de
El."
Aquí
los
envió
a
hacer
un
ministerio
por
cuenta
de
ellos,
luego
El
iría
detrás.
Podemos
observar
junto
con
el
doctor
Bob
Munger,
cinco
factores
relacionados
con
la
manera
en
que
el
Señor
Jesús
capacitó
a
los
doce.
86
Manual
de
Iglecrecimienío
Factores
que
pueden
darnos
ideas
de
cómo
capacitar
discípulos
hoy.
1.
Jesucristo
confió
las
responsabilidades
más
grandes
a
personas
que
no
eran
profesionales.
2.
Jesucristo
enseñó
cuidadosamente
a
sus
discípulos.
3.
Jesucristo
adiestró
a
sus
discípulos.
a.
Habiendo
enseñado
cuidadosamente
la
substancia
de
la
Palabra
a
Israel,
les
mostró
la
manera
de
hacerla
conocer.
b.
Jesucristo
reconoció
la
necesidad
de
una
experiencia
de
laboratorio
para
adiestrar
a
los
doce.
c.
Jesucristo
sirvió
como
modelo
en
la
conducta
y
actitudes
que
El
deseaba
desarrollar
en
ellos.
4.
Jesucristo
les
dedicó
gran
parte
de
su
tiempo.
5.
Jesucristo
les
dio
el
don
del
Espíritu
Santo.
10
Podríamos
decir
que
el
Señor
Jesucristo
tuvo
un
instituto
bíblico
ambulante,
sin
notas
mimeografiadas
ni
biblioteca
de
consulta.
Recordemos
que
ambas
cosas
pertenecen
más
a
nuestro
sistema
de
vida
que
al
de
aquella
época.
Por
lo
tanto
sus
recursos
eran
diferentes,
pero
podemos
aplicarlo
en
lo
personal.
Tal
vez
Enseñan-
za
teológica
por
extensión
se
parezca
más.
Ya
hablaremos
de
esto
más
adelante.
Un
excelente
libro
es:
"El
plan
supremo
de
la
evangelización",
por
Robert
E.
Coleman.
He
aquí
un
bosquejo
de
sus
capítulos
que
nos
ayudarán
a
captar
algunas
ideas
más
de
cómo
Jesucristo
adiestró
a
los
suyos.
1.
Selección:
2.
Asociación:
3.
Consagración:
4.
Dádiva:
5.
Demostración:
6.
Delegación:
7.
Supervisión:
8.
Reproducción:
Su
método
eran
hombres
El
se
quedó
con
ellos
El
exigió
obediencia
Se
dio
a
sí
mismo
Les
dijo
cómo
vivir
Les
asignó
las
tareas
Los
controlaba
Esperaba
que
se
repro-
dujeran.
"Escogió
a
doce
de
ellos"
(Lucas
6:13).
"Yo
estoy
con
vosotros
siempre"
(Mateo
28:20).
"Llevad
mi
yugo
sobre
vo-
sotros"
(Mateo
11:29).
"Recibid
el
Espíritu
San-
to"
(Juan
20:22).
"Ejemplo
os
he
dado"
(Juan
13:15).
"Os
haré
pescadores
de
hombres"
(Mateo
4:19).
"¿No
entendéis
ni
compren-
déis?"
(Marcos
8:17).
"Id
y
llevad
frutos"
(Juan
15:16)."
Tenemos
muchas
lecciones
que
aprender
de
cómo
los
doce
fueron
adiestrados.
El
estudio
nos
permitirá
ver
la
forma
en
que
esos
Adiestrando
la
iglesia
Jocal
87
modelos
se
aplican
a
nuestra
propia
vida
para
adiestrar
a
otros;
ya
se
trate
de
uno
sólo
o
de
doce.
Adiestrando
según
el
modelo
de
Pobló
El
apóstol
no
sólo
escribió
al
respecto
sino
que
él
mismo
practicó
un
ministerio
de
"equipar"
a
los
creyentes.
Siempre
estuvo
acompa-
ñado
por
los
que
después
podrían
hacer
el
trabajo
por
su
cuenta.
En
Listra,
encontró
a
Timoteo
y
lo
invitó
a
que
lo
acompañara
(He-
chos
16:3).
Luego
también
"le
acompañaron
hasta
Asia,
Sópater
de
Berea,
Aristarco
y
Segundo
de
Tesalónica,
Gayo
de
Derbe,
y
Timoteo;
y
de
Asia,
Tíquico
y
Trófimo".
Podríamos
decir
que
aquí
había
una
pequeña
congregación
que
acompañaba
a
Pablo
mientras
viajaba.
En
este
grupo
también
estaba
incluido
Lucas,
según
se
infiere
de
la
Escritura.
Se
agregaron
luego
al
mismo
Crescente
y
Demás.
Este
último
abandonó
a
Pablo
"amando
las
cosas
del
mundo"
(2
Timoteo
4:10).
Pablo
no
pudo
retener
a
todos
sus
discípulos
y
sin
duda
este
hecho
lo
entristecía.
Marcos
(quien
había
ido
con
él
en
su
primer
viaje)
también
lo
abandonó
por
otros
motivos
que
Demás,
pero
con
el
tiempo
regresó
a
su
maestro
(2
Timoteo
4:11).
A
medida
que
Pablo
viajaba
y
predicaba
los
iba
"perfeccionando"
o
"equipando"
para
la
obra
del
ministerio.
Aprendían
mientras
viajaban.
Después
los
enviaba
al
(o
dejaba
en
el)
lugar
donde
servirían.
Sus
palabras
a
Timoteo
nos
dan
evidencias
de
que
él
preparaba
estos
líderes
en
un
seminario
práctico
"sobre
la
marcha".
¿Estoy
yo
acaso
promoviendo
un
nuevo
tipo
de
instrucción?
¡No!
Es
pues
necesario
que
estemos
alerta
a
las
posibilidades
y
al
potencial.
La
evidencia
nos
muestra
que
se
debe
adiestrar
a
muchas
personas
más
y
no
sólo
a
las
que
habrán
de
dedicarse
de
tiempo
completo
al
ministerio.
Podemos
promover
seminarios
porque
nos
hemos
graduado
de
un
seminario.
Pablo
promovía
el
"equipar"
a
los
discípulos
porque
él
mismo
tuvo
en
Bernabé
a
uno
que
lo
discipulara
y
"equipara"
a
la
hora
en
que
dio
sus
primeros
pasos,
llegando
incluso
al
punto
de
defenderlo
cuando
los
demás
discípulos
desconfiaban
de
él
por
cuanto
había
perseguido
a
la
iglesia.
La
iglesia
de
Tesalónica
es
un
ejemplo.
El
sistema
de
Pablo
era
predicar
unos
meses
y
luego
seguir
viaje.
No
era
que
los
creyentes
ya
no
tuvieran
necesidad
de
instrucción,
sino
que
ya
eran
capaces
de
crecer
y
desarrollarse
por
sí
solos.
El
predicó
en
Listra
durante
seis
meses
y
estuvo
ausente
de
esa
región
dieciocho
meses.
Luego
estuvo
con
ellos
por
un
mes
o
dos
por
última
vez
(después
de
tres
años
de
ausencia).
Sin
embargo,
cuando
les
escribe
dice:
"A
la
iglesia
de
los
88
Manual
de
Iglecrecimiento
Tesalonicenses"
(1
Tesalonicenses
1:1),
y
los
pone
al
mismo
nivel
de
"las
iglesias
en
Judea"
(1
Tesalonicenses
2:14).
¿Cómo
pudo
el
apóstol
Pablo
adiestrar
a
sus
convertidos
y
dejarlos
solos
después
de
tan
poco
tiempo?
¿Qué
enseñaba
el
apóstol
Pablo?
¿Cuál
era
su
curso
de
estudio?
¿Cómo
eran
estas
personas
ordenadas
al
ministerio
sólo
después
de
haberse
convertido
de
los
ídolos?
William
Hendriksen
nos
dice
que
las
cartas
a
los
Tesalonicenses
"son
una
guía
indispensable
para
estudiar
a
Pablo
como
hombre
y
también
constituyen
un
capítulo
de
un
'Manual
para
misioneros'
",
12
y
William
Neil
dice:
".
.
.no
hay
mejor
libro
que
estas
epístolas
para
comprender
la
personalidad
y
métodos
de
Pablo."
13
Sugerimos
al
lector
que
desee
explorar
más
respecto
a
los
métodos
de
Pablo,
que
haga
un
estudio
profundo
de
estas
dos
epístolas.
Consideraciones
bíblicas
sobre
el
ministerio
del
laico
La
verdad
es
que
no
tenemos
en
el
Nuevo
Testamento
una
palabra
que
corresponda
a
nuestras
palabras
"clero"
y
"laico".
En
la
"Enciclopedia
de
la
lengua
castellana"
dice
Lego:
"Que
no
tiene
órdenes
sagradas."
14
Asimismo,
el
"Diccionario
de
sinónimos"
15
nos
dice:
"Lego"
y
"laico":
"Lego"
y
"clérigo":
"Laico"
y
"clérigo":
sinónimos
antónimos
Aunque
el
término
(clérigo)
no
se
acepta
muchas
veces
como
refiriéndose
a
la
función
del
ministerio,
sin
embargo,
ha
llegado
a
ser
comúnmente
usado
de
esta
manera.
Creo
que
podemos
dejar
el
conflicto
de
terminología
para
ver
el
uso
bíblico.
La
palabra
griega
laós
de
la
que
obtenemos
la
transliteración
"laicos"
ha
sido
utilizada
en
una
de
tres
maneras:
ya
(1)
como
gente
en
general,
(2)
el
pueblo
de
Dios
(Israel)
o
(3)
para
describir
la
iglesia
en
general.
No
hay
mención
de
sacerdotes
cristianos
a
menos
que
sea
en
relación
al
sacerdocio
del
creyente
con
Cristo,
quien
es
el
Sumo
Sacerdote.
La
otra
palabra
griega:
kJeros
(de
la
cual
viene
la
palabra
"clero"),
nunca
estuvo
identificada
con
un
oficio
en
la
iglesia.
Lamentable-
mente
hoy
usamos
erróneamente
la
palabra
"laico"
como
una
persona
inexperta
o
incapaz
en
cuestiones
eclesiásticas
o
como
opuesto
a
"clérigo"
que
es
el
experto.
La
universalidad
del
ministerio
tal
como
lo
expresa
la
Biblia
es
evidente
en
los
dones
del
Espíritu
que
son
dados
a
cada
miembro
de
la
iglesia
para
el
ministerio
(1
Corintios
12:7).
Cada
uno
contribuye
con
su
don
al
trabajo
total
de
la
iglesia.
Adiestrando
la
iglesia
local
89
El
movimiento
cristiano
es
un
movimiento
laico.
El
mismo
Señor
Jesús
—
podemos
decir
—
era
un
laico.
No
tuvo
una
herencia
sacerdotal
que
lo
calificase.
No
pertenecía
a
la
tribu
sacerdotal
de
Leví.
La
iglesia
en
sus
comienzos
fue
guiada
por
laicos.
En
general,
el
pastorado
del
rebaño
y
la
extensión
del
evangelio
fue
llevado
adelante
por
personas
que
no
eran
profesionales;
hombres
y
mujeres
ocupados
en
trabajos
seculares.
No
existía
ninguna
diferencia
en
la
meta
del
ministerio
entre
creyente
y
creyente.
Había
una
meta
común:
sembrar
las
Buenas
Nuevas.
Todo
creyente
tenía
la
misma
responsabilidad.
La
iglesia
es
un
equipo
de
obreros
dirigidos
por
Cristo
(quien
es
la
cabeza
de
esta).
Alguien
ha
dicho
algo
así:
"La
única
diferencia
entre
un
laico
y
un
ministro
es
la
actividad
profesional.
No
hay
ninguna
diferencia
esencial
entre
estas
dos
personas.
El
laico
podrá
hacer
menos,
pero
no
debe
ser
menos."
Lamentablemente,
"los
laicos"
en
algún
punto
de
la
historia
que
es
difícil
señalar
comenzaron
a
emplear
clérigos
que
hiciesen
el
trabajo
de
ellos.
Gracias
a
Dios,
hoy
el
"poder
laico"
está
creciendo
dentro
y
fuera
de
la
iglesia.
Un
laicado
disciplinado
y
cristianamente
dedicado
constituye
uno
de
los
más
grandes
recursos
de
la
iglesia.
Por
supuesto,
debemos
tener
cuidado
de
que
laicos
cristianos
indisciplinados
no
arruinen
la
iglesia.
Los
cristianos
deben
ser
motivados
a
alcanzar
unidad
en
sus
propósitos.
La
iglesia
llega
a
ser
nuevamente
una
asamblea
del
"pueblo
de
Dios"
y
no
de
"clérigos
y
laicos".
Al
ser
esto
una
realidad
veremos
la
iglesia
crecer.
Es
evidente
que
tenemos
que
reconocer
el
lugar
del
laico
en
la
iglesia.
Cuando
alguien
acepta
a
Cristo
como
su
Salvador,
pasa
a
ser
una
parte
inseparable
de
la
Iglesia
viviente
de
Cristo
Jesús.
Se
convierte
en
un
hijo
de
Dios.
Se
espera
que
realice
una
labor
y
nadie
lo
puede
substituir.
El
Espíritu
le
da
el
poder
para
realizarla.
La
Iglesia
de
Cristo
está
compuesta
de
individuos
como
ellos.
El
testimonio
de
un
laico
es
más
eficaz
que
el
de
un
ministro.
La
gente
piensa
acerca
del
pastor
como
de
un
profesional
a
quien
se
le
paga.
El
testimonio
del
laico
es
voluntario.
Mientras
que
un
pastor
tiene
más
oportunidad
de
estudiar
las
enseñanzas
de
la
Biblia,
el
laico
tiene
más
oportunidades
de
compartirlas.
Todo
creyente
tiene
la
responsabilidad
de
proclamar
las
Buenas
Nuevas
a
los
inconversos,
ayudarlos
a
recibir
a
Cristo
como
su
Salvador
y
Señor,
e
incorporarlos
a
la
comunión
de
la
iglesia
local.
Este
trabajo
no
es
monopolio
de
los
pastores.
Es
trabajo
de
cada
miembro
de
la
iglesia.
El
apóstol
Pablo
reconoció
su
propio
ministerio
e
importancia,
pero
nunca
menoscabó
el
servicio
de
otros.
El
apóstol
Pedro
dijo:
"Mas
vosotros
sois
linaje
escogido,
real
90
Manual
de
IgJecrecimiento
sacerdocio,
nación
santa,
pueblo
adquirido
por
Dios"
(2
Pe-
dro
2:9,
10).
Como
vimos
anteriormente,
el
Señor
no
se
contentó
con
adiestrar
a
los
doce.
Al
poco
tiempo
comenzó
a
adiestrar
y
envió
a
setenta
más,
que
evidentemente
aprendieron
bien
la
lección:
"Volvieron
con
gozo
diciendo:
'Señor,
aun
los
demonios
se
nos
sujetan
en
tu
nombre'
"
(Lucas
10:7).
Eran
hombres
sencillos
y
simples
que
evangelizaban
los
pueblos.
Hoy
Cristo
está
llamando
a
los
laicos
de
la
iglesia
a
predicar
el
evangelio.
Por
mucho
tiempo
los
laicos
han
estado
esperando
que
los
"pastores"
los
llamen
y
les
den
una
comisión
especial.
General-
mente,
los
pastores
son
considerados
profesionales
y
los
laicos
amaíeurs.
Los
amateurs
le
dejan
el
campo
libre
a
los
profesionales.
Pero
hay
un
solo
ministerio,
y
una
sola
misión
y
un
solo
Señor.
Tanto
los
pastores
como
los
laicos
están
ocupados
en
la
misma
tarea.
Son
colaboradores.
El
tiempo
ha
llegado
—
e
Iglecrecimiento
lo
está
enfatizando
—
en
que
el
pastor
y
el
laico
deben
trabajar
juntos.
Si
un
pastor
sigue
el
ejemplo
de
Jesucristo,
pasa
a
ser
siervo
de
los
demás.
Si
un
laico
sigue
el
ejemplo
de
Jesucristo,
pasa
a
ser
un
esclavo
de
Jesucristo,
y
un
siervo
de
los
otros.
El
primer
mártir
cristiano
fue
un
"laico",
un
"diácono"
(Esteban)
"lleno
de
gracia
y
poder".
Su
testimonio
sembró
la
semilla
en
el
corazón
de
Pablo.
Dios
puso
la
salvación
a
nuestro
alcance
no
para
hacernos
"pastores"
o
"laicos"
sino
para
hacernos
sus
discípulos,
siervos
de
Jesucristo.
La
dádiva
del
Señor
a
su
Iglesia
es
la
de
cristianos
investidos
con
poder
para
servirle.
Apóstoles,
profetas,
evangelistas,
pastores
y
maestros,
simples
creyentes,
fuimos
todos
llamados
para
"la
obra
del
ministerio"
(Efesios
4:12).
La
iglesia
total
es
llamada
para
servir
al
Señor
y
servirse
unos
a
otros.
Somos
el
pueblo
de
Dios.
La
base
del
evangelismo
es
la
Biblia.
El
corazón
del
evangelismo
es
Jesucristo
(Hechos
11:20).
El
poder
del
evangelismo
es
el
Espíritu
Santo
(Hechos
1:8).
El
resultado
del
evangelismo
es
el
crecimiento
de
la
Iglesia
(Hechos
11:21).
Los
heraldos
del
evangelismo
son
los
laicos
(Hechos
8:35).
El
movimiento
de
Iglecrecimiento
reconoce
este
proceso.
Reco-
noce
la
necesidad
de
adiestrar
a
los
laicos
de
forma
que
estén
equipados
para
la
obra
del
ministerio.
Los
laicos
deben
estar
bien
preparados.
Tenemos
que
dar
prioridad
a
este
adiestramiento.
Cada
laico
tendrá
que
saber
cómo
guiar
un
alma
a
Cristo
y
guiarle
a
la
iglesia
donde
pueda
madurar
y
ser
dicipulada.
Debe
saber
cómo
or-
ganizar
clases
bíblicas
y
reuniones
en
los
hogares,
cómo
plantar
y
organizar
iglesias.
¿Podrán
todos
hacer
esto?
¡No!,
pero
con
los
Adiestrando
Ja
iglesia
local
91
dones
que
Dios
les
ha
dado
podrán
colaborar
en
el
proceso.
Los
laicos
pueden
ser
adiestrados
por
pastores
o
por
otros
laicos.
Los
pastores
no
podrán
hacerlo
solos.
Evidentemente,
esto
sucedió
en
la
iglesia
primitiva;
debe
suceder
hoy
también.
Lo
importante
es
que
la
iglesia
local
sea
el
centro
de
todas
estas
actividades.
El
doctor
Fred
Holland
en
su
libro:
Disciplíng
Disciplers
(Discipu-
lando
a
los
discipuladores)
dice:
"Una
persona
selecta
(élite)
sagradamente
ordenada,
no
es
apartada
para
hacer
el
trabajo
del
ministerio;
sino
que
es
ese
clero
el
que
debe
equipar
ai
cuerpo
para
ministrar.
.
.
El
propósito
de
la
educación
teológica
es
producir
líderes,
personas
que
muestren
y
emprendan
el
camino."
16
Luego
nos
presenta
el
siguiente
diagrama
y
modelo,
enfatizando
la
necesi-
dad
de
que
todo
el
cuerpo
de
creyentes
participe
en
el
ministerio.
-Ministerios
Ministerios
para
laicos
solamente
Mir
apropiados
para
los
laicos-
-Ministerios
apropiados
para
el
pastor
••-Ministerios
apropiados
para-*
los
laicos
y
pastores
juntos
isterios
de
todo
el
pueblo
de
[
Ministerios
para
pastores
solamente
ios
DIAGRAMA
14
¿Cómo
lo
haremos,
aun
después
de
que
sepamos
quién
debe
hacerlo?
Vamos
a
tratar
de
analizar
algunos
recursos
antiguos
y
algunos
nuevos
que
podrían
ayudarnos
a
cumplir
la
tarea
tal
como
el
Señor
desea
que
la
realicemos.
A.
Instituciones
teológicos
Necesitamos
adiestrar
a
los
laicos,
tenemos
que
hacerlo
pronto
y
de
acuerdo
a
los
modelos
que
nos
han
sido
dados
en
el
Nuevo
Testamento.
Tengamos
en
mente
que
hasta
el
presente
el
adiestra-
miento,
tanto
de
pastores
como
de
laicos
ha
estado
en
manos
de
seminarios,
escuelas
e
institutos
bíblicos.
La
situación
presente
requiere
que
hagamos
todos
los
cambios
que
sean
necesarios
para
que
logremos
alcanzar
la
meta
de
la
Gran
Comisión
en
el
menor
tiempo
posible.
92
Manual
de
Iglecrecimiento
Estas
instituciones
son
ya
parte
permanente
de
los
programas
misioneros
y
sin
duda
que
permanecerán
así.
Las
necesitamos
para
preparar
lo
que
podríamos
llamar
líderes
de
alto
nivel
(o
si
lo
pre-
fieren:
"pastores
profesionales").
En
la
gran
cantidad
de
instituciones
teológicas
tenemos
la
maqui-
naria,
los
recursos
y
el
potencial
para
desarrollar
un
programa
que
se
adapte
a
las
necesidades
de
la
iglesia
local.
En
el
pasado,
los
seminarios
han
sido
la
"cúspide"
y
su
nivel
de
enseñanza
ha
estado
muy
por
encima
del
nivel
del
laico
que
necesita
preparación
para
desempeñar
su
ministerio.
No
estoy
proponiendo
la
eliminación
de
estas
instituciones.
Las
amo.
Son
lo
que
llamaría
"mi
primer
amor".
He
enseñado
en
varios
y
fui
director
de
un
seminario
por
muchos
años.
Sólo
propongo
que
revisemos
nuestros
programas
de
estudio
para
que
estos
sirvan
para
"equipar"
mejor
al
pastor
para
que
él
a
su
vez
"equipe"
a
otros;
y
que
se
ofrezcan
cursos,
asesoramiento,
y
recursos
que
estén
al
alcance
de
los
que
nunca
podrán
dedicarse
al
ministerio
de
tiempo
completo.
Necesitamos
flexibilidad
y
creatividad.
Las
cosas
pueden
ser
hechas
mucho
mejor.
"Necesitamos
cientos
de
líderes
y
las
escuelas
bíblicas
deben
prepararse
para
producirlos."
17
B.
Educación
teológica
por
extensión
Con
puntos
en
favor
y
puntos
en
contra,
parecería
que
la
educación
teológica
por
extensión
ha
sido
uno
de
los
métodos
más
recientes
para
ayudar
especialmente
al
predicador
laico
y
también
al
que
luego
ingresará
en
un
seminario.
El
adiestramiento
puede
ser
dado
al
mismo
tiempo
que
se
practica
y
usa
lo
aprendido.
Existe
abundante
material
sobre
el
tema,
y
gran
cantidad
de
manuales
para
llevar
a
cabo
la
enseñanza.
Este
sistema
no
debe
competir
sino
complementar
a
los
seminarios
de
alumnado
interno.
Muchos
ya
han
tenido
éxito
al
utilizar
el
sistema
de
extensión,
logrando
proporcionar
estudios
a
alumnos
tanto
de
la
ciudad
como
del
campo.
Además,
es
una
gran
oportuni-
dad
para
preparar
a
los
laicos
que
por
razones
de
trabajo,
familia
o
distancia
no
podrían
asistir
a
un
seminario.
Alcanza
a
satisfacer
las
necesidades
de
la
iglesia
local
dentro
de
sus
propias
cuatro
paredes.
El
alumno
no
va
al
seminario,
el
seminario
va
al
alumno.
Es
mucho
más
económico
pues
adiestra
al
alumno
a
la
par
que
este
realiza
el
trabajo.
Necesitamos
aprender
de
las
experiencias
del
pasado
para
que
este
programa
sea
lo
que
deseamos
que
sea.
Debemos
considerar
que
este
es
un
programa
serio
que
requiere
dedicación
y
seriedad.
No
debemos
caer
en
los
errores
del
pasado
sino
aprender
de
ellos
para
mejorar.
Adiestrando
la
iglesia
local
93
El
movimiento
de
Iglecrecimiento
está
animando
a
los
líderes
de
la
educación
teológica
por
extensión
a
que
realicen
el
trabajo
para
el
que
este
sistema
educativo
fue
concebido:
la
preparación
de
buenos
líderes,
predicadores,
maestros
de
la
Palabra,
etc.
que
puedan
ayudar
al
cumplimiento
de
una
comisión
que
no
será
alcanzada
por
el
"profesional"
únicamente.
No
debe
ser
considerado
como
un
progra-
ma
de
educación
cristiana
sino
como
un
programa
teológico.
No
todos
los
miembros
de
la
iglesia
local,
o
los
que
pueden
venir
porque
tienen
tiempo,
deben
participar;
sólo
deben
hacerlo
quienes
hayan
recibido
dones
espirituales
para
llevar
adelante
la
obra
de
Dios.
Si
se
estructura
bien
el
programa
de
estudios,
producirá
el
tipo
de
líderes
que
requiere
el
plan
de
Dios.
Hoy
tenemos
muchas
opciones
para
tener
un
buen
programa.
En
las
diferentes
circunstancias
donde
este
sistema
sea
utilizado
habrá
requisitos
o
limitaciones
que
deben
considerarse.
Seamos
tan
"pragmáticos"
en
cuanto
a
esto
como
lo
somos
en
los
programas
de
alumnado
interno.
C.
El
ministro
que
adiestro
a
lo
vez
que
discípulo
He
deseado
presentar
esta
alternativa
por
una
razón
muy
simple.
Encuentro
en
mis
viajes
por
toda
América
Latina
a
muchos
colegas
que
no
están
satisfechos
con
las
instituciones
teológicas
existentes.
No
lo
están
tampoco
con
la
educación
teológica
por
extensión
y,
por
lo
tanto,
no
hacen
nada.
Ante
tales
sentimientos
les
recomiendo
que
comiencen
su
propio
plan
de
discipulado.
No
quiere
decir
que
cada
uno
de
ellos
vuelva
a
inventar
la
rueda;
no
hay
necesidad
de
esto.
De
tal
modo
todo
lo
que
lograrían
sería
una
infinidad
de
pequeñas
instituciones
idénticas
a
las
antes
mencionadas
con
las
que
no
habían
estado
de
acuerdo.
Lo
que
recomiendo
es
que,
dado
el
caso
de
que
no
estén
satisfechos
con
ninguno
de
los
modelos
anteriores,
igualmente
puedan
reproducir-
se
al
discipular
a
otros
por
medio
de
su
propio
programa.
Que
como
el
Señor
Jesús
y
como
Pablo,
tengamos
nuestros
seguidores
a
quienes
preparemos
para
hacer
el
trabajo
de
expansión
y
extensión.
Que
los
preparemos
basándonos
en
nuestra
enseñanza
y
ejemplo.
En
grupos
pequeños
o
individualmente.
Con
un
plan
estructurado
y
con
direc-
ción
fija.
Aunque
aparentemente
sea
lo
más
fácil
y
seguro,
nos
sorprenderá
las
complicaciones
que
esto
pueda
tener.
En
primer
lugar,
este
pequeño
grupo
de
preparación
de
laicos
cambiará
nuestras
prioridades.
Tendremos
que
dedicarles
más
de
nuestro
tiempo.
Segundo,
tendremos
que
compartir
nuestro
ministe-
rio,
pues
a
medida
que
vayan
aprendiendo,
tendrá
que
llevárseles
en
las
visitas
que
se
hagan.
También
tendrá
que
pedírseles
que
dirijan
estudios
bíblicos,
tanto
en
hogares
como
en
la
iglesia.
Vendrán
a
ser
94
Manual
de
íglecrecimiento
lo
que
alguien
ha
llamado
"los
pastorcitos"
(en
el
buen
sentido
de
la
palabra).
Tercero,
tendrá
que
depositarse
confianza
en
el
Espíritu
Santo
para
que
El
guíe
a
esta
gente.
Tomarán
más
y
más
responsabili-
dad;
usted
tendrá
que
delegarla
y
confiar
en
el
resultado
final.
Cuarto,
tendrá
que
remover
el
velo,
y
lo
que
antes
solo
usted
estaba
facultado
para
hacer,
tendrá
que
permitir
que
ellos
lo
hagan.
Los
pequeños
"secretos
del
oficio"
tendrán
que
compartirse.
Usted
llegará
a
ser
transparente
con
sus
laicos.
Pero
como
resultado
tendrá
un
grupo
que
colabora
y
se
preocupa
por
usted.
Quinto,
le
hará
a
usted
flexible
en
su
horario.
Su
ministerio
tendrá
prioridades
distintas,
tanto
en
las
responsabilidades
como
en
la
recompensa.
El
pastor
deberá
orar
por
estas
personas
que
Dios
está
llamando.
Esto
le
permitirá
seleccionar
a
hombres
y
mujeres
que
harán
la
obra
del
ministerio.
Usted
compartirá
su
vida
con
ellos,
y
ellos
aprende-
rán
por
el
ejemplo;
usted
será
el
modelo.
Tendrá
que
pasar
un
tiempo
específico
con
ellos
cada
semana.
Compartirán
primeramen-
te
de
la
Palabra,
pero
también
necesitan
que
se
les
enseñe
doctrina
(teología),
algo
de
homilética
y
otras
asignaturas
que
sean
apropiadas
a
cada
individuo.
En
esta
forma
sus
visitas
serán
más
eficaces,
compartirán
el
pulpito
con
resultados,
y
ellos
también
compartirán
la
responsabilidad
de
"equipar
a
otros
para
el
ministerio".
Algunos
tal
vez
no
puedan
seguir
adelante
con
este
programa,
será
demasiado
para
ellos.
No
sobrevivirán
y
pedirán
que
se
les
relegue
nuevamente
al
rango
de
simple
miembros
de
la
iglesia,
pero
a
medida
que
la
reproducción
continúe,
ellos
crecerán
y
la
iglesia
también
crecerá.
Cuando
haya
un
grupo
de
líderes
laicos,
será
necesario
adoptar
un
plan
evangelístico
de
extensión,
estudios
bíblicos
en
los
hogares,
de
evangelismo
por
las
calles
y
las
plazas,
y
otros
más
de
modo
que
estos
líderes
se
vayan
fogueando
y
practiquen
lo
aprendido.
Muchos
quieren
aprender
para
ocupar
el
pulpito
de
la
iglesia
central
desde
el
principio,
pero
no
debe
ser
así,
deben
dar
sus
primeros
pasos
dentro
de
la
estructura
del
programa.
Tenemos
varios
libros
en
español
que
pueden
ayudar.
La
iglesia
resucita,
el
Plan
supremo
de
evangeJización
y
otros
que
usted
podrá
encontrar
en
su
librería
denominacional.
"Los
Navegantes"
tienen
también
buenos
materiales.
El
Manual
para
ministros
laicos
(por
F.
Burleigh
Willard,
de
publicaciones
Luz
y
Vida),
trata
sobre
un
plan
para
adiestrar
a
laicos.
Aunque
está
dirigido
a
los
metodistas
libres,
tiene
excelente
material
para
cualquier
denominación.
Me
permitiré
brevemente
presentar
lo
que
sucedió
en
la
vida
de
un
colega
compatriota,
Bruno
Radzizevski.
Tal
vez
este
sea
un
caso
extremo
en
el
que
esperamos
no
se
encuentren
muchos.
Pero
creo
que
ilustra
y
presenta
un
desafío
que
cualquiera
de
nosotros
puede
aceptar.
Adiestrando
la
iglesia
local
95
Su
problema
llegó
a
hacer
crisis
en
1973
y
eso
determinó
el
futuro
de
lo
que
he
denominado
el
"Plan
Bruno".
En
ese
tiempo
su
iglesia
había
decaído
hasta
tener
sólo
una
asistencia
de
35
personas
(de
una
membresía
de
70).
Pasó
por
lo
que
él
llama
"diez
y
ocho
meses
de
crisis".
Durante
ese
tiempo
asistían
a
las
reuniones
sólo
el
50%
de
los
miembros
y
únicamente
un
10%
diezmaba.
Debido
a
que
los
ingresos
de
la
iglesia
local
eran
tan
bajos,
la
denominación
le
enviaba
una
ayuda
pero
esta
no
le
alcanzaba
para
sostener
a
su
familia
y
se
vio
en
la
necesidad
de
trabajar
secularmente.
Además,
la
casa
pastoral
necesitaba
muchos
arreglos.
Una
misión
que
había
comenzado
hacía
20
años
todavía
era
de
ladrillos
de
adobe.
La
iglesia
tenía
dos
líderes,
una
hermana
de
80
años
y
un
hermano
de
55.
No
tenía
salones
para
la
Escuela
Dominical.
Como
pastor,
Bruno
se
sentía
atado
con
una
iglesia
como
la
de
Laodicea.
La
crisis
estaba
terminando
con
él.
Pensaba
en
un
cambio
pastoral;
se
sentía
desanimado.
Trató
con
los
miembros
de
la
iglesia
el
asunto
pero
no
hubo
cambio
alguno.
No
había
entusiasmo.
Hizo
su
carta
de
renuncia,
pero
algo
impidió
que
la
enviara
y
como
el
cuidador
de
la
higuera
de
la
Biblia,
decidió
esperar
un
año
más.
El
cambio
comenzó
cuando
él
habló
a
solas
con
dos
líderes
laicos.
Comenzó
a
reunirse
con
ellos
solos
en
oración.
Luego
les
enseñó
todo
lo
que
pudo
de
homilética,
teología,
y
demás
asignaturas
relacionadas.
Les
pedía
que
lo
acompañaran
cuando
salía
a
visitar.
Pasó
muchas
horas
estudiando
planes
evangelísticos
y
absorbió
todo
de
lo
poco
que
existía
en
aquellos
días
sobre
íglecrecimiento.
Se
vinculó
al
Plan
Rosario,
asistiendo
a
seminarios
y
talleres.
Allí
le
conocí
y
supe
de
su
crisis
y
de
su
nuevo
plan.
La
iglesia
local
nombró
a
estos
hermanos
como
"pastorcitos",
o
asistentes
directos
del
pastor.
Bruno
pidió
que
se
les
considerara
como
tales
cuando
iban
en
misión
o
representación
de
la
iglesia.
Más
tarde
se
reunieron
con
otras
cuatro
personas.
La
reproducción
comenzó
y
la
iglesia
principió
a
crecer.
Al
poco
tiempo
tenían
15
"pastorcitos".
Los
jóvenes
comenzaron
a
colaborar.
Se
formó
un
grupo
musical
de
20
integrantes.
Comenza-
ron
a
salir
por
las
calles
y
plazas
con
su
música.
Enseguida
dieron
inicio
a
la
construcción
de
salones
para
la
Escuela
Dominical.
Una
nueva
capilla
reemplazó
la
de
adobe.
El
secreto
más
grande
del
crecimiento
ha
sido
la
organización
de
iglesias
en
los
hogares.
Bruno
aprendió
el
secreto
de
"perfeccionar
a
los
santos
para
la
obra
del
ministerio"
(Efesios
4:12).
Antes
trató
de
hacerlo
todo
él
solo
(clericalismo).
Luego
tuvo
quince
en
su
grupo
haciendo
el
trabajo
y
a
su
vez
equipando
a
otros.
Tienen
un
plan
sistemático
de
plantar
iglesias
filiales
a
través
de
los
grupos
hogareños
de
oración.
96
Manual
de
IgJecrecimiento
Continúan
trabajando
fuertemente
y
están
viendo
cómo
el
Señor
añade
cada
día
los
que
han
de
ser
salvos.
En
1976,
tres
años
después
de
la
crisis,
la
iglesia
central
había
llegado
a
tener
más
de
250
miembros.
Esto
continuó
adelante.
No
tengo
dudas
de
que
el
Señor
continúa
derramando
sus
bendiciones
en
ese
lugar,
aunque
Bruno
ha
estado
viajando
compartiendo
sus
experiencias
y
enseñando
a
otros
pastores
y
líderes
en
lo
que
podríamos
llamar
un
ministerio
aun
más
amplio
que
el
de
esa
iglesia
local.
Podemos
resumir
mucho
de
esto
en
la
manera
que
lo
expresa
Chuck
Miller:
Foses
del
desarrollo
del
liderazgo
1.
Yo
lo
hago
(Marcos
2).
2.
Yo
lo
hago,
ustedes
están
conmigo
(Marcos
4).
3.
Ustedes
lo
hacen,
yo
estoy
con
ustedes.
4.
Ustedes
lo
hacen,
yo
les
animo
desde
lejos
(Marcos
9)
No
permita
que
los
líderes
pasen
a
la
fase
4
hasta
que
no
estén
completamente
listos
para
llevar
toda
la
responsabilidad
ellos
solos.
18
Las
posibilidades
y
alternativas
son
muchas.
Sin
duda
hay
otras
que
no
hemos
abordado
en
este
capítulo.
El
Señor
no
tiene
límites
en
los
recursos
que
puede
darnos
si
estamos
dispuestos
a
cumplir
su
mandato
y
voluntad.
En
el
programa
de
Lima
al
encuentro
con
Dios
que
veremos
en
el
capítulo
seis,
ellos
han
desarrollado
un
esquema
(ver
diagrama
15)
que
lleva
al
nuevo
convertido
por
distintas
etapas.
Combinan
el
ministerio
de
la
enseñanza
de
la
iglesia
local,
con
el
de
la
educación
teológica
por
extensión
y
luego
el
seminario.
Este
último
es
nocturno
y
flexible,
pero
de
esa
combinación
es
la
que
están
surgiendo
los
obreros
para
la
extensión,
los
líderes
para
la
expansión,
y
el
crecimiento
integral
de
las
iglesias.
No
debe
dejar
de
lado
el
lector,
la
consideración
de
cómo
pueden
ayudarle
personalmente
y
a
sus
líderes,
los
seminarios
de
Iglecreci-
miento.
El
Instituto
de
Evangelismo
e
Iglecrecimiento
Charles
E.
Fuller,
está
muy
dispuesto
a
ayudar
a
grupos
de
denominaciones
o
grupos
de
iglesias
que
deseen
auspiciar
estos
seminarios.
Además
en
algunos
de
los
cursos
están
disponibles
los
manuales
del
maestro
y
del
alumno,
y
esto
por
supuesto
elimina
los
gastos
de
llevar
a
un
maestro
de
un
extremo
al
otro.
Tal
vez
no
sea
lo
mismo,
pero
es
un
buen
sustituto.
Para
mayor
información
deberá
escribir
a:
Instituto
de
Evangelismo
e
Iglecrecimiento
Charles
E.
Fuller
P.O.
Box
989
Pasadena,
California
91102,
E.U.A.
Adiestrando
]a
iglesia
local
97
Lo
importante
no
es
encontrar
qué
hacer
si
no
hacer
lo
que
tenemos
a
nuestro
alcance.
Dios
bendecirá
lo
que
hagamos,
siempre
y
cuando
estemos
de
acuerdo
con
la
meta
evangelística
de
"Id
y
haced
discípulos".
NOTAS
BIBLIOGRÁFICAS
1
William
R.
Read,
Víctor
M.
Monterroso
y
Harmon
A.
Johnson,
Avance
Evangélico
en
América
Latina
(El
Paso,
Texas.
Casa
Bautista
de
Publicaciones,
1971),
pág.
302.
2
Donald
R.
Kammerdiener,
El
Crecimiento
de
la
Iglesia,
¿Qué
es
y
cómo
lograrlo?
(Casa
Bautista
de
Publicaciones,
1975.
El
Paso,
Texas),
pág.
43.
3
C.
Peter
Wagner,
Latin
American
Evangelicals,
"World
Vision"
Magazine
(November,
1969),
pág.
12,
13.
4
Clark
A.
Scanlon,
Church
Growth
Through
Theological
Educa-
tion
(Eugene,
Oregon,
Institute
of
Church
Growth,
1962),
pág.
33
citando
a
Donald
McGavran,
How
Churches
Grow
(London:
World
Dominion
Press,
1959),
pág.
142.
5
Donald
McGavran,
How
to
Grow
a
Church
(Regal
Books,
Glenda-
le,
California,
1974),
pág.
89-97.
6
Edward
Murphy,
Citando
al
doctor
McGavran
en
un
bosquejo
de
una
conferencia
dictada
en
Rosario,
Argentina
en
1974.
7
Ibíd.
8
David
Rambo,
Patterns
of
Bible
Institute
Training
Overseas,
conferencias
3,
4
presentadas
en
el
Seminario
Teológico
Fuller,
en
Pasadena,
California,
Nov.
1981,
pág.
1.
9
Ibíd.,
pág.
1.
10
Robert
Munger,
"Training
the
Laity
for
Ministry,"
Theology
News
and
Notes
(Fuller
Theological
Seminary,
Pasadena,
California).
June,
1973,
pág.
1.
11
Robert
Coleman
Plan
supremo
de
la
evangelización
(El
Paso,
Texas:
Casa
Bautista
de
Publicaciones),
pág.
8.
12
William
Hendriksen,
New
Testament
Commentary:
Exposition
of
1
and
2
Thesalonians
(Grand
Rapids:
Baker
Book
House,
1955).
13
William
Neil,
The
Epistle
of
Paul
to
the
Thessalonians
(New
York:
Harper
&
Brothers.,
1950),
pág.
XXVII.
14
Diccionario
enciclopédico
ilustrado
Mentor
(Editorial
Sopeña,
Argentina,
1965).
5
Diccionario
de
sinónimos
y
antónimos
(Editorial
Teide,
Barcelo
na,
1976).
16
Fred
Holland,
Discipling
the
Discipler,
tal
como
fue
citado
por
98
Manual
de
íglecrecimiento
<D
g
2
Q.
£
I
3
m
5
<D
T3
O)
O
.
15
F;
9>~°
I
I0>
u.
i§
8§
o
(O
(U
Q
en
<¿
•o
I
Adiestrando
Ja
iglesia
local
99
David
Rambo
en
una
conferencia
en
el
Seminario
Fuller,
noviem-
bre
de
1981.
17
David
Rambo,
op.
cit.,
pág.
16.
18
Chuck
Miller,
Una
conferencia
sobre
el
discipulado
en
un
Seminario
de
Renovación
de
la
Iglesia
en
el
Seminario
Teológico
Fuller,
Pasadena,
California,
1978.
CAPITULO
5
LOS
DONES
ESPIRITUALES
PUEDEN
AYUDARLE
No
podemos
hablar
de
Iglecrecimiento
sin
ocuparnos
de
los
dones
espirituales,
tal
como
los
menciona
el
apóstol
Pablo.
Sería
lo
mismo
que
pensar
en
construir
un
edificio
de
muchos
pisos
y
no
pensar
en
el
cemento.
Los
hombres
nos
hemos
propuesto
muchas
maneras
de
llevar
adelante
la
obra
de
Dios,
pero
el
Señor
determinó
que
los
dones
fueran
la
manera
por
excelencia
para
llevar
adelante
el
trabajo
de
la
iglesia
local.
¿Qué
significa
pertenecer
a
la
iglesia?
¿Es
la
iglesia
una
mera
organización
o
sociedad
religiosa
a
la
que
las
personas
se
unen?
¿Qué
es
lo
que
nos
motiva
a
ayudar
a
las
personas
en
sus
necesidades?
La
única
forma
de
poder
contestar
a
estas
preguntas
es
entendiendo
las
definiciones
bíblicas.
En
el
Nuevo
Testamento
encontramos
que
se
usan
varias
metáfo-
ras
para
describir
la
naturaleza
y
función
de
la
iglesia.
Algunas
son
simples,
otras
complejas.
La
metáfora
del
cuerpo,
la
del
edificio
y
la
de
la
esposa
de
Cristo,
en
los
escritos
del
apóstol
Pablo,
son
las
mejores
ilustraciones
de
la
función
y
de
la
fidelidad
de
la
iglesia.
Veamos
cómo
el
orden
de
Dios
puede
ayudarnos
a
crecer.
Lo
iglesia
como
cuerpo
de
Cristo
Al
leer
la
carta
del
apóstol
Pablo
a
los
Efesios
encontramos
que
él
al
hablar
de
la
iglesia
lo
hace
como
si
se
tratara
esta
de
un
organismo
y
no
de
una
organización.
Esto
último
es
a
lo
que
nosotros
estamos
más
acostumbrados
en
nuestros
días,
pero
las
evidencias
bíblicas
no
apoyan
este
concepto.
La
iglesia
es
básicamente
un
organismo:
el
cuerpo
de
un
Cristo
vivo,
del
cual
El
es
la
cabeza
(Efesios
1:22,
23).
En
ese
cuerpo
existe
la
unidad
de
un
organismo,
pues
Cristo
es
el
que
le
da
dirección
y
unidad.
El
es
la
cabeza
de
ese
cuerpo.
Cristo
es
el
centro
(cerebro)
que
controla
el
cuerpo
y
por
lo
tanto
es
función
del
cuerpo
(la
iglesia)
obedecer
al
Señor
llevando
adelante
su
obra
en
el
mundo.
El
Los
dones
espirituales
pueden
ayudarle
101
es
Señor
y
ese
señorío
debe
ser
el
estilo
de
vida
del
cuerpo.
Podemos
ver
todo
lo
que
está
implicado
en
la
unidad
del
cuerpo.
Pablo
en
Efesios
4:12
nos
habla
de
que
debemos
tener
unidad
de
pro-
pósito.
Unidad
en
esperanza,
fe,
bautismo
y
creencia
(Efesios
4:4-6).
Aun
en
Hebreos
13:3
se
nos
habla
de
la
unidad
con
los
que
sufren
o
con
los
que
se
gozan.
En
Romanos
8:23
la
unidad
en
una
esperanza
futura
de
completa
redención.
Siendo
que
esta
unidad
dentro
del
cuerpo
es
tan
importante,
Pablo
nos
exhorta
expresamente
a
que
seamos
"solícitos
en
guardar
la
unidad
del
Espíritu"
(Efesios
4:3).
Cuando
les
escribe
a
los
Corintios
les
dice
explícitamente
que
se
cuiden
de
las
divisiones
(1
Corintios
12:13).
Aquí
encontramos
la
doctrina
de
la
unidad
del
cuerpo
de
Cristo.
Nuestra
unidad
está
en
Cristo
como
cabeza,
siendo
el
Espíritu
Santo
el
que
coloca
a
cada
creyente
dentro
de
ese
cuerpo
para
unificarlos.
"El
propósito
de
los
dones
no
se
realiza
definitivamente
hasta
que
se
logren
los
objetivos
finales
señalados
en
el
versículo
.13.
Estos
objetivos
—
según
la
construcción
gramatical,
en
griego
—
son
tres,
introducidos
cada
uno
de
ellos
por
la
preposición
eis:
(1)
"la
unidad
de
la
fe
y
del
conocimiento
del
Hijo
de
Dios";
(2)
"a
un
varón
perfecto";
(3)
"a
la
medida
de
la
estatura
de
la
plenitud
de
Cristo".
En
otras
palabras,
hay
tres
metas
que
todo
cristiano
debe
tratar
de
alcanzar
sin
cejar
en
su
empeño
jamás
hasta
que
las
mismas
hayan
sido
logradas.
Una
de
ellas
es,
la
unidad
de
la
fe
y
el
conocimiento
del
Hijo
de
Dios;
la
otra
es,
un
varón
perfecto;
y
la
última,
la
medida
de
la
estatura
de
la
plenitud
de
Cristo.
Esto
es
lo
que
Dios
espera
de
cada
uno
de
sus
hijos,
de
sus
discípulos,
los
miembros
responsables
y
reproductivos
de
cada
iglesia
local."
1
Lo
diversidod
en
el
cuerpo
Cuando
examinamos
estos
pasajes
sobre
la
unidad
en
el
cuerpo,
encontramos
que
dentro
de
este
hay
tanto
unidad
como
diversidad.
Vamos
a
tratar
de
ver
ahora
como
en
la
unidad
todos
nos
pertenece-
mos
y
como
en
la
diversidad
todos
nos
necesitamos.
En
Efesios
4:4,
7
y
11-16
Pablo
muestra
cómo
es
que
existe
diversidad
en
la
iglesia
que
es
el
cuerpo
de
Cristo.
En
el
versículo
4
menciona
"un
cuerpo"
pero
luego
en
los
versículos
7,
11
y
12
dice
que
Cristo
suple
a
su
cuerpo
con
una
variedad
de
dones
para
que
lleven
adelante
su
ministerio:
".
.
.gracia
fue
dada
a
cada
uno
de
nosotros
conforme
a
la
medida
del
don
de
Cristo
.
.
.
pastores
y
maestros
para
perfeccionar
a
los
santos
para
la
obra
del
ministerio,
para
la
edificación
del
cuerpo
de
Cristo."
Desde
Pentecostés,
todo
el
cuerpo
de
Cristo
se
ve
como
una
unidad
compuesta
por
personas
que
son
iguales
y
con
líderes
que
existen
con
el
propósito
de
adiestrar
y
servir,
y
no
para
ser
102
Manual
de
Iglecrecimiento
puestos
por
encima
y
aparte
de
los
laicos.
Quien
gobierna
y
controla
es
Cristo
y
no
el
pastor.
La
responsabilidad
de
los
líderes
es
la
de
perfeccionar
(edificar)
a
los
laicos
para
el
trabajo
que
tienen
que
hacer
en
el
ministerio.
Para
llevar
adelante
este
ministerio,
cada
creyente
pasa
a
ser
parte
del
cuerpo
de
Cristo
y
puede
recibir
uno
o
más
dones
con
los
que
habrá
de
desempeñar
su
trabajo
(1
Corintios
12:13).
¿Qué
es
un
don?
"Un
don
.
.
.
es
una
capacidad
o
función
específica.
Un
ministerio
es
la
esfera
en
la
que
un
don
puede
obrar
entre
cierto
grupo
de
personas,
o
en
una
zona
geográfica
determinada."
2
Ya
sea
que
tengamos
uno
o
más
dones,
todos
los
dones
son
dados
por
el
Espíritu
Santo
para
edificar
el
cuerpo
de
Cristo.
A
la
vez
que
Pablo
presenta
la
descripción
de
la
variedad
de
dones
disponibles
para
el
ministerio,
nos
muestra
que
habrá
diferencias
en
la
forma
de
usar
los
dones
y
cuáles
serán
los
resultados
que
podemos
esperar
al
usarlos.
En
1
Corintios
12:4-6
nos
da
tres
diferentes
divisiones
de
cómo
cada
miembro
del
cuerpo
es
afectado
en
relación
a
los
dones
espirituales.
En
primer
lugar,
porque
existe
la
diversidad
de
dones,
cada
miembro
del
cuerpo
de
Cristo
tiene
que
cumplir
una
función
específica,
aunque
diferente
(12:4).
También
hay
diferencia
en
los
ministerios
(12:5).
Esta
diferencia
no
está
en
el
don
mismo,
sino
en
el
lugar
en
que
será
utilizado
este.
Por
ejemplo
un
creyente
puede
tener
el
don
de
evangelismo
para
usarlo
desde
el
pulpito.
Otro
creyente
puede
también
tener
el
don
de
evangelismo
y
usarlo
para
la
obra
personal.
Luego
en
(12:6)
encontramos
una
diferencia
en
operaciones
y
esto
tiene
que
ver
con
la
variedad
de
resultados.
Por
eso
es
que
dos
creyentes
con
el
mismo
don
y
ministrando
en
la
misma
zona
tendrán
un
impacto
completamente
diferente.
Esta
diferencia
está
propiciada
por
el
Espíritu
de
Dios
(1
Corintios
12:11)
y
por
lo
tanto
ningún
creyente
debe
sentirse
superior
o
inferior
a
otro.
Un
buen
libro
para
comprender
todas
estas
implicaciones
(y
muchas
otras
más)
es:
La
iglesia
resucita,
por
el
doctor
Ray
C.
Stedman.
Cada
creyente
haciendo
su
parte
donde
Dios
quiere
que
esté.
"Las
enseñanzas
sobre
los
dones
espirituales
enfatizan
el
valor
y
las
contribuciones
de
cada
individuo,
y
en
esta
época
donde
somos
constantemente
despersonalizados,
es
imperativo
que
mantengamos
ese
énfasis."
3
La
razón
de
esto
es
que
como
mencionamos
anteriormente,
"nos
necesitamos
en
la
diversidad".
En
otras
palabras,
nos
necesitamos
en
la
relación
que
cada
miembro
tiene
dentro
del
cuerpo
de
Cristo.
Siendo
que
hay
una
variedad
de
dones
espirituales,
cada
miembro
necesita
del
otro
para
recibir
estímulo,
tener
comunión,
crecer
y
Los
dones
espirituales
pueden
ayudarle
103
servir.
En
Efesios
4:16
Pablo
lo
pone
en
sus
propias
palabras:
"De
quien
todo
el
cuerpo,
bien
concertado
y
unido
entre
sí
por
todas
las
coyunturas
que
se
ayudan
mutuamente,
según
la
actividad
propia
de
cada
miembro,
recibe
su
crecimiento
para
ir
edificándose
en
amor."
"No
sólo
tienen
los
dones
espirituales
su
fuente
común
en
la
soberanía
del
Espíritu,
sino
que
también
capacitan
a
los
miembros
del
cuerpo
para
que
puedan
funcionar
en
este.
Aquí
sobresale
una
interdependencia
magnífica.
En
el
capí-
tulo
12
de
1
Corintios,
Pablo
usa
la
analogía
del
cuerpo
humano
para
pintar
el
cuadro.
Por
su
propia
naturaleza
un
cuerpo
no
es
un
agregado
de
las
partes
requeridas;
sino
que
esas
partes
están
relacionadas
unas
con
otras
como
un
organismo
completo.
La
diversidad
es
esencial
para
mante-
ner
vida
propia.
Si
todos
los
miembros
cumplen
sus
funcio-
nes,
el
cuerpo
prospera;
si
no,
sufre
o
deja
de
existir."
4
Como
miembros
del
cuerpo
debemos
reconocer
y
aceptar
esa
interdependencia.
Esto
nos
ayudará
a
ver
la
iglesia
como
un
organismo
vivo,
que
se
va
desarrollando
por
medio
de
un
crecimien-
to
desde
adentro,
y
no
como
una
organización
estática.
Una
organización
o
institución
perpetúa
su
tradición
o
influencia
presen-
te,
pero
un
cuerpo
vivo
crece
desde
adentro
por
la
multiplicación
de
sus
células.
Es
por
eso
que
la
iglesia
como
organismo
crece
por
la
transformación
desde
adentro
por
medio
de
las
nuevas
criaturas
que
nacen
en
Cristo.
Siendo
que
Cristo
es
la
cabeza,
la
iglesia
debe
buscar
su
sentido
de
dirección
en
El.
Como
líderes
debemos
estudiar
las
Escrituras
para
funcionar
de
acuerdo
al
modelo
y
directivas
que
encontramos
en
ellas.
Como
miembros
de
la
iglesia,
debemos
reconocer
que
el
Espíritu
da
los
dones
en
diversidad.
No
todos
los
miembros
pueden
hacer
todos
los
trabajos,
pero
cada
miembro
es
de
igual
importancia
en
el
cuerpo.
Por
eso
los
líderes
deberán
ayudar
a
los
demás
en
el
desarrollo
de
los
dones
espirituales,
"equiparlos"
para
usarlos
mejor
y
ayudarlos
a
llegar
a
una
madurez
en
Cristo
a
medida
que
ejercitan
sus
dones
como
una
parte
de
su
ministerio
al
cuerpo
total.
"No
podemos
funcionar
como
iglesia
fructífera
en
el
Espíritu
Santo
y
la
Palabra
de
Dios,
si
no
nos
ejercitamos
en
los
dones
que
el
Espíritu
nos
da.
.
."
5
Lo
que
son
los
dones
espirituales
y
lo
que
no
son
I.
Si
bien
es
cierto
que
en
lo
ya
mencionado
hemos
inferido
lo
que
son
los
dones
espirituales,
creo
que
necesitamos
una
definición
que
104
Manual
de
Iglecrecimiento
a
la
vez
aclare
con
exactitud
el
modo
en
que
el
movimiento
de
Iglecrecimiento
interpreta
este
asunto
de
los
dones.
A
ese
respecto,
el
libro
de
Pedro
Wagner,
Sus
dones
espirituales
pueden
ayudar
a
su
iglesia
a
crecer,
sirve
como
un
estudio
práctico
y
funcional.
Wagner
define
un
don
espiritual
así:
"Un
don
espiritual
es
un
atributo
especial
que
el
Espíritu
Santo
da
a
cada
miembro
del
cuerpo
de
Cristo
según
la
gracia
de
Dios
para
usarlo
dentro
del
contexto
de
su
cuerpo."
8
No
trataremos
de
presentar
aquí
una
exégesis
de
la
terminología
griega
ni
de
los
pasajes
que
nos
hablan
al
respecto.
Ya
tenemos
varios
libros
que
tratan
exclusivamente
del
tema.
Aun
varios
de
ellos
con
distintos
énfasis
denominacionales.
Pero
sí
queremos
enfatizar
el
aspecto
práctico
de
los
dones
y
el
lugar
que
les
corresponde
dentro
del
crecimiento
cualitativo
y
cuantitativo
de
la
Iglesia
del
Señor.
Después
de
todo,
el
plan
es
del
Señor
y
no
nuestro.
Muchos
creyentes
desconocen
lo
que
Dios
quiere
hacer
a
través
de
ellos
porque
no
tienen
buena
información
en
cuanto
a
los
dones.
Esto
era
evidente
aun
en
los
días
del
apóstol
Pablo,
cuando
los
corintios
tenían
el
mismo
problema:
"No
quiero,
hermanos,
que
ignoréis
acerca
de
los
dones
espirituales"
(1
Corintios
12:1).
De
aquí
su
importancia
y
que
necesitemos
comprender
la
naturaleza
y
función
de
los
dones
espirituales.
Es
muy
valioso
comprender
que
los
dones
espirituales
son
dados
"por
el
mismo
Espíritu
.
.
.
como
El
quiere"
(1
Corintios
12:11).
Es
su
prerrogativa;
El
los
distribuye
de
acuerdo
a
cómo
serán
usados
en
el
cuerpo.
El
ve
al
cuerpo
desde
su
perspectiva
y
sabe
dónde
deben
ser
usados
los
dones.
Dice
el
doctor
Wagner:
"Ningún
seminario
teológico
ni
junta
de
iglesia
o
directo-
res
de
misión
tienen
la
facultad
de
otorgar
dones.
Ellos
son
responsables
de
ayudar
a
otros
creyentes
a
descubrir
sus
dones,
desarrollarlos
en
toda
manera
posible,
y
ver
que
se
les
presenten
oportunidades
para
que
los
usen.
Pero
ellos
no
pueden
decidir
quién
tendrá
este
o
aquel
otro
don."
7
En
el
proceso
de
la
distribución
de
los
dones
encontramos
la
Trinidad
en
acción:
En
primer
lugar
el
Padre
proporciona
el
poder,
el
Hijo
determina
el
servicio,
y
el
Espíritu
da
los
dones.
¡Qué
maravilloso!
Un
creyente
puede
desear
tener
un
don
particular
(1
Timoteo
3:1),
pero
esto
no
le
asegura
que
lo
podrá
obtener.
Los
pasajes
que
nos
dicen
"procurad
los
mejores
dones"
(1
Corintios
12:31)
y
"procurad
los
dones
espirituales"
(1
Corintios
14:1)
son
mandatos
colectivos
que
se
relacionan
con
la
comunidad
cristiana
en
total.
En
otras
Los
dones
espirituales
pueden
ayudarle
105
palabras,
es
correcto
querer
que
el
cuerpo
tenga
todas
las
partes
necesarias
para
un
desarrollo
uniforme
y
suave.
Lo
importante
es
que
cada
creyente
tenga
en
su
corazón
el
deseo
de
recibir
(o
descubrir),
desarrollar
y
usar
los
dones
espirituales.
Luego,
cada
parte
del
rompecabezas
irá
cayendo
en
su
lugar.
II.
Habiendo
visto
a
grandes
rasgos
lo
que
son
los
dones,
es
muy
importante
ver
"lo
que
no
son".
Lamentablemente
hay
mucha
confusión
y
mala
interpretación
en
este
asunto.
Hay
intérpretes
que
tienen
muy
buena
voluntad
pero
se
equivocan
a
la
hora
de
interpretar
las
Escrituras.
A.
No
debemos
confundir
los
dones
espirituales
con
los
talentos
naturales.
Todas
las
personas
nacen
con
talentos
naturales,
algunos
los
desarrollan,
otros
no.
Algunos
los
usan
para
bien,
otros
para
mal.
La
variedad
de
talentos
es
amplia.
Podemos
tener
talentos
sea
que
seamos
creyentes
redimidos
o
no.
Pero
no
podemos
tener
les
dones
espirituales
a
menos
que
pertenezcamos
a
la
familia
de
Dios.
Los
talentos
naturales
y
su
uso
dependen
del
individuo
mismo,
pero
los
dones
espirituales
dependen
de
la
obra
del
Espíritu
Santo.
Los
talentos
son
para
beneficio
del
individuo
o
para
quien
este
desee
beneficiar.
Los
dones
espirituales
son
para
la
edificación
del
cuerpo
de
Cristo.
B.
En
segundo
lugar,
no
debemos
confundir
los
dones
espirituales
con
el
fruto
del
Espíritu
según
lo
encontramos
en
Calatas
5:22,
23.
Este
fruto
del
Espíritu
se
refiere
al
carácter
del
cristiano
—
su
madurez
o
crecimiento
en
Cristo
—,
mientras
que
los
dones
tienen
que
ver
con
el
ministerio
de
Cristo;
son
dádivas
de
Dios.
Hasta
me
atrevo
a
decir
que
usted
mismo
pudiera
tener
todos
los
dones
que
encontramos
en
Romanos
12,
1
Corintios
12
y
Efesios
4,
y
sin
embargo
si
no
tiene
el
fruto
del
Espíritu
eso
no
le
valdría
para
nada.
Sus
dones
estarían
paralizados
por
la
falta
del
fruto.
El
fruto
es
requisito
indispensable
para
el
ejercicio
eficaz
de
los
dones.
Consi-
dere
usted
el
problema
de
la
iglesia
de
Corinto
y
me
dará
la
razón.
C.
En
tercer
lugar,
no
debemos
confundir
los
dones
espirituales
con
la
función
del
cristiano.
Esta
es
una
diferencia
muy
importante.
Las
funciones
del
creyente
son
algo
que
se
espera
de
cada
uno
de
nosotros
como
nuestro
estilo
de
vida.
Mi
función
es
la
de
tener
fe
para
mi
salvación,
mi
diario
vivir:
"Sin
fe
es
imposible
agradar
a
Dios"
(Hebreos
11:6).
Pero
no
es
el
don
de
fe
que
puede
mover
montañas.
También
hay
quienes
tienen
el
don
de
repartir,
sin
embargo
todos
tenemos
la
función
de
dar
diezmos
y
ofrendas
para
el
sostenimiento
y
avance
de
la
obra
de
Dios.
No
todos
tenemos
el
don
de
evangelistas
pero
todos
tenemos
la
función
de
testigos.
Lo
mismo
podríamos
decir
en
cuanto
a
la
oración,
la
hospitalidad
y
otros
l
de
IgJecrecimiento
Ves.
Creo
que
podemos
encontrar
funciones
correlativas
a
cada
%
de
los
dones.
¿Es
que
acaso
los
líderes
de
las
iglesias
tienen
todos
los
dones?
%1
Únicamente
tienen
los
dones
que
Dios
les
ha
dado
y
son
^conocidos
por
ellos.
Sin
embargo,
debido
a
que
son
líderes
muchas
tees
se
les
llama
a
que
cumplan
diversas
funciones.
D.
En
cuarto
lugar,
creo
que
sin
entrar
a
juzgar
al
individuo,
Vque
Dios
se
encarga
de
eso,
debemos
tener
cuidado
de
no
Vfundir
los
dones
legítimos
con
los
dones
falsos.
Cada
don
dado
ÍOr
el
Espíritu
Santo
puede
ser
falsificado
por
Satanás
y
puede
^fluenciar
a
creyentes
y
a
inconversos.
Hasta
hay
dones
que
son
más
fáciles
de
falsificar
que
otros.
Las
Venturas
son
muy
explícitas
en
decir
que
en
los
últimos
días
fundaría
lo
falso.
Pueden
existir
falsificaciones
demoniacas
y
Vnbién
humanas.
¡Cuidado!
La
iglesia
(el
cuerpo
de
Cristo)
tiene
que
estar
muy
consciente
de
to
y
no
permitir
que
las
emociones
o
el
sensacionalismo
sean
^ortunidades
para
que
el
enemigo
destruya
la
obra
que
se
desea
Minear.
Hay
que
ejercitar
discernimiento
en
cuanto
al
uso
o
abuso
'e
los
dones.
tCuáles
son
los
dones
espirituales?
Tal
vez
esta
sección
—
más
que
cualquier
otra
parte
del
libro
—
'ea
motivo
de
críticas
(de
un
bando)
o
de
alabanzas
(del
contrario),
todo
dependerá
de
cuánto
concuerde
(o
disienta)
usted
conmigo.
Quizás
en
vez
de
preguntar
¿cuáles
son?,
podríamos
haber
pregunta-
do
¿cuántos
son?
No
tendría
yo
más
simpatizantes
de
todos
modos.
lo
deseo
establecer
pautas
o
defender
mi
pensar,
tal
es
así
que
no
me
Apresaré
aquí
de
convicciones
personales
sino
más
bien
en
termi-
tas
generales.
La
razón:
deseo
que
usted
lea
esto
con
una
mente
Abierta
y
un
corazón
dispuesto.
Hace
poco,
mientras
daba
un
seminario
sobre
los
dones
y
el
Jglecrecimiento,
había
dos
personas
que
estaban
listas
a
devorarme
«n
pronto
introduje
el
tema.
Evidentemente,
sus
convicciones
no
Van
iguales
a
las
mías.
Les
pedí
que
por
favor
me
permitieran
Continuar
y
que
después
que
hubiesen
pasado
tres
de
las
seis
horas
Deparadas
para
este
tema,
les
preguntaría
cómo
se
sentían
al
Respecto.
Aceptaron,
lo
hice
y
me
dijeron
al
final:
"Sí,
ahora
Entendemos
y
vemos
que
hemos
tenido
una
mente
cerrada
en
cuanto
^1
asunto."
Ahora
los
hermanos
de
esa
misma
denominación
acaban
tie
pedirme
que
les
envíe
25
manuales
del
maestro
y
500
del
alumno
^n
esta
misma
semana.
Esto
por
supuesto,
además
de
los
que
Recibieron
hace
unos
meses.
Esta
es
una
experiencia
que
se
repite
en
Los
dones
espirituales
pueden
ayudarle
107
casi
todos
los
seminarios
que
realizamos
en
América
Latina.
Nuestra
lista
sobre
los
dones
espirituales
es
abierta,
o
sea
que
no
ponemos
límites
a
lo
que
Dios
puede
dar
como
dones
en
diferentes
etapas
de
la
Iglesia,
según
las
necesidades
geográficas
o
de
la
época.
Podemos
encontrar
diferentes
clasificaciones
y
cantidades.
El
doctor
Patricio
Cárter
del
Seminario
Internacional
Bautista
de
México,
en
su
libro
Vivamos
en
el
Espíritu
cada
día,
dice:
"Eliminando
los
casos
de
repetición,
llegamos
a
un
total
de
veinte
dones
del
Espíritu."
8
El
doctor
W.
T.
Purkiser,
de
la
Iglesia
del
Nazareno,
habla
de
dos
listas
(la
de
Romanos,
y
la
de
1
Corintios)
y
cita
quince
dones
aunque
no
les
da
un
nombre
específico
sino
que
más
bien
los
define.
9
También
en
el
libro
Los
dones
del
Espíritu
de
Hiram
Almirudis,
encontramos
una
lista
de
18.
10
El
doctor
Myer
Pearlman
de
las
Asambleas
de
Dios,
en
su
libro
Teología
bíblica
y
sistemática,
nos
dice:
"Pablo
enumera
nueve
de
esos
dones
en
1
Corintios
12:8-10,
los
cuales
pueden
clasificarse
en:
'Los
que
imparten
poder
para
saber
en
forma
sobrenatural',
'Los
que
imparten
poder
para
actuar
en
forma
sobrenatural',
y
'Los
que
imparten
poder
para
hablar
en
forma
sobrenatural'."
11
Algunos
los
clasifican
como
"ministerios"
y
"ope-
raciones".
Otros,
"espirituales"
y
"ministeriales".
Otros,
"ministe-
rios"
y
"señales".
Otros,
"permanentes"
y
"temporales".'
Otros,
"motivacionales"
(Romanos
12);
"manifestaciones"
(1
Corintios
12);
y
"ministerios"
(Efesios
4).
Lo
importante
no
es
cómo
usted
los
clasifique
o
cuántos
tenga
en
la
lista,
el
asunto
es
que
usted
use
los
que
Dios
le
haya
dado
para
el
funcionamiento
del
cuerpo
de
Cristo.
Las
tres
listas
que
encontramos
en
Romanos
12,
1
Corintios
12
y
Efesios
4,
nos
dan
un
total
de
20
dones:
1.
Profecía
Romanos
12:6
2.
Servicio
12:7
3.
Enseñanza
12:7
4.
Exhortación
12:8
5.
Distribución
12:8
6.
Liderazgo
12:8
7.
Misericordia
12:8
8.
Palabra
de
sabiduría
1
Corintios
12:8
9.
Palabra
de
ciencia
12:8
10.
Fe
12:9
11.
Sanidades
12:9
12.
Milagros
12:10
13.
Discernimiento
de
espíritus
12:10
12:10
12:10
12:28
12:28
12:28
Efesios
4:11
4:11
108
Manual
de
Iglecrecimiento
14.
Lenguas
15.
Interpretación
de
lenguas
16.
Apóstoles
17.
Ayudas
18.
Administración
19.
Evangelistas
20.
Pastores
y
maestros
Estamos
de
acuerdo
con
otros
autores
que
ninguna
de
estas
tres
listas
está
completa
por
sí
sola.
En
nuestros
seminarios
de
dones
espirituales
identificamos
cinco
más:
21.
Celibato
22.
Hospitalidad
Martirio
Misionero
Oración
intercesora
23.
24.
25.
1
Corintios
7:7
1
Pedro
4:9
1
Corintios
13:3
Efesios
3:1-8
Romanos
8:26,
27
y
Efesios
6:18
Además,
en
los
últimos
tiempos
se
ha
agregado
a
la
lista
los
dones
de:
pobreza
voluntaria
y
exorcismo.
También
hemos
encontrado
denominaciones
que
no
aceptan
ciertos
dones,
sin
embargo
recono-
cen
otros
que
se
ejercían
en
el
tiempo
del
Antiguo
Testamento,
tales
como
el
de
la
música
y
el
de
la
artesanía
especializada
(Éxodo
31:1-
11).
No
me
cabe
la
menor
duda
de
que
podríamos
agregar
más.
¿Quién
soy
yo
para
limitar
los
dones
que
Dios
quiera
agregar
a
esta
lista?
Definiciones
de
los
dones
espirituales
Las
siguientes
páginas
contienen
definiciones
sugeridas
en
cuanto
a
los
dones
espirituales.
Mientras
que
no
pretenden
ser
dogmáticas
o
finales,
estas
definiciones
y
los
pasajes
de
la
Escritura
que
las
acompañan,
corresponden
a
las
características
de
los
dones
como
está
expresado
en
el
Cuestionario
Modificado
de
Houts.
A.
PROFECÍA.
El
don
de
profecía
es
una
habili-
dad'
que
Dios
da
a
ciertos
miembros
del
cuerpo
de
Cristo
para
recibir
y
comunicar
un
mensaje
inmediato
de
Dios
a
su
pueblo
por
medio
de
un
pronunciamiento
ungido
divinamente.
B.
PASTOR.
El
don
de
pastor
es
una
habilidad
especial
que
Dios
da
a
ciertos
miembros
del
1
Corintios
12:10,
28
Efesios
4:11-14
Romanos
12:6
Lucas
7:26
Hechos
15:32
Hechos
21:9-11
Efesios
4:11-14
1
Timoteo
3:1-7
Los
dones
espirituales
pueden
ayudarle
109
cuerpo
de
Cristo
para
asumir
una
responsabili-
dad
personal
de
largo
alcance
para
bienestar
espiritual
de
un
grupo
de
creyentes
C.
ENSEÑANZA.
El
don
de
enseñanza
es
una
habilidad
especial
que
Dios
da
a
ciertos
miem-
bros
del
cuerpo
de
Cristo
para
comunicar
importante
información
que
tiene
que
ver
con
la
salud
y
ministerio
del
cuerpo
y
sus
miem-
bros,
en
una
forma
que
otros
aprendan
D.
SABIDURÍA.
El
don
de
sabiduría
es
una
habili-
dad
especial
que
Dios
da
a
ciertos
miembros
del
cuerpo
de
Cristo
para
percibir
al
Espíritu
Santo
en
una
forma
que
pueda
recibirse
cono-
cimiento
en
profundidad,
y
poder
dar
"sabidu-
ría",
que
pueda
ser
aplicada
en
la
mejor
manera
en
necesidades
específicas
del
cuerpo
de
Cristo.
E.
CIENCIA.
El
don
de
ciencia
es
una
habilidad
especial
que
Dios
da
a
ciertos
miembros
del
cuerpo
de
Cristo
para
descubrir,
acumular
analizar
y
aclarar
información
e
ideas
relacio-
nadas
con
el
crecimiento
y
bienestar
del
cuerpo.
F.
EXHORTACIÓN.
El
don
de
exhortación
es
una
habilidad
especial
que
Dios
da
a
ciertos
miem-
bros
del
cuerpo
de
Cristo
para
ministrar
pala-
bras
de
ayuda,
consuelo,
ánimo
y
consejo
a
otros
miembros
del
cuerpo,
en
tal
manera
que
se
sientan
ayudados
y
sanados
espiritualmen-
te.
G.
DISCERNIMIENTO
DE
ESPÍRITUS.
El
don
de
discernimiento
de
espíritus
es
una
habilidad
especial
que
Dios
da
a
ciertos
miembros
del
cuerpo
de
Cristo
para
saber
con
seguridad
si
cierto
comportamiento
que
se
supone
ser
de
Dios,
es
en
realidad
divino,
humano
o
sa-
tánico.
H.
REPARTIR.
El
don
de
repartir
es
una
habilidad
especial
que
Dios
da
a
ciertos
miembros
del
cuerpo
de
Cristo
para
contribuir
de
sus
pro-
pios
recursos
materiales
a
l
a
obra
del
Señor,
haciéndolo
con
gozo
y
liberalidad
I.
AYUDAS.
El
don
de
ayudas
es
una
habilidad
Juan
10:1-18
1
Pedro
5:1-3
1
Corintios
12:28
Efesios
4:11-14
Romanos
12:7
Hechos
18:24-
28;
20:20,
21
1
Corintios
2:1-
13;
12:8
Hechos
6:3,
10
Santiago
1:5-6
2
Pedro
3:15
1
Corintios
2:14;
12:8
Hechos
5:1-11
Colosenses
2:2,
3
2
Corintios
11:6
Romanos
12:8
1
Timoteo
4:13
Hebreos
10:25
Hechos
14:22
1
Corintios
12:10
Hechos
5:1-11;
16:16-18
1
Juan
4:1-6
Mateo
16:21-23
Romanos
12:8
2
Corintios
8:1-
7;
9:2-8
Marcos
12:41-
44
1
Corintios
110
Manual
de
Iglecrecimiento
especial
que
Dios
da
a
ciertos
miembros
del
cuerpo
de
Cristo
para
invertir
los
talentos
que
ellos
tienen
en
la
vida
y
ministerio
de
otros
miembros
del
cuerpo,
permitiendo
así
a
las
personas
ayudadas
a
que
aumenten
la
eficacia
de
su
propio
don
espiritual.
J.
MISERICORDIA.
El
don
de
misericordia
es
una
habilidad
especial
que
Dios
da
a
ciertos
miem-
bros
del
cuerpo
de
Cristo
para
sentir
una
genuina
compasión
y
simpatía
por
las
personas,
sean
cristianos
o
no,
que
estén
sufriendo
dolor
físico,
mental
o
problemas
emocionales,
y
el
poder
transferir
esa
compasión
en
obras
de
gozo
que
reflejen
el
amor
de
Cristo
y
alivien
a
los
que
sufren.
K.
MISIONERO.
El
don
de
misionero
es
la
habili-
dad
especial
que
Dios
da
a
ciertos
miembros
del
cuerpo
de
Cristo
para
ministrar
con
otros
dones
que
también
puedan
tener
en
una
segun-
da
cultura.
L.
EVANGELISTA.
El
don
de
evangelista
es
una
habilidad
especial
que
Dios
da
a
ciertos
miem-
bros
del
cuerpo
de
Cristo,
para
compartir
el
evangelio
con
los
no
creyentes,
en
una
manera
que
hombres
y
mujeres
lleguen
a
ser
discípulos
y
miembros
responsables
de
la
iglesia
local.
M.
HOSPITALIDAD.
El
don
de
hospitalidad
es
una
habilidad
especial
que
Dios
da
a
ciertos
miembros
del
cuerpo
de
Cristo
para
proveer
una
casa
abierta
y
una
calurosa
bienvenida
para
los
que
tiene
necesidad
de
comida
y
alojamiento.
N.
FE.
El
don
de
fe
es
una
habilidad
especial
que
Dios
da
a
ciertos
miembros
del
cuerpo
de
Cristo
para
discernir
con
extraordinaria
confi-
dencia
la
voluntad
y
el
propósito
de
Dios
con
relación
al
futuro
de
su
obra.
O.
LIDERAZGO.
El
don
de
liderazgo
es
una
habi-
lidad
especial
que
Dios
da
a
ciertos
miembros
del
cuerpo
de
Cristo
para
establecer
metas
de
acuerdo
con
el
propósito
de
Dios
para
el
12:28
Romanos
16:1,
2
Hechos
9:36
Lucas
8:2,
3
Marcos
15:40,41
Romanos
12:8
Marcos
9:41
Hechos
16:33,34
Lucas
10:33-35
Mateo
20:29-
34;
25:34-40
Hechos
11:28-
30
1
Corintios
9:19-23
Hechos
8:4;
13:2,
3;
22:21
Romanos
10:15
Efesios
4:11-14
2
Timoteo
4:5
Hechos
8:5,
6;
8:26-40;
14:21;
21:8
1
Pedro
4:9
Romanos
12:9-
13;
16:23
Hechos
16:14,
15
Hebreos
13:1,
2
1
Corintios
12:9
Hechos
11:22-
24;
27:21-25
Hebreos
11
Romanos
4:18-
21
1
Timoteo
5:17
Hechos
7:10;
15:7-11
Romanos
12:8
Los
dones
espirituales
pueden
ayudarle
111
futuro,
y
el
comunicar
esas
metas
a
otros
de
tal
modo
que
ellos
trabajen
juntos
voluntariamen-
te
y
en
armonía
para
alcanzar
esas
metas
para
la
gloria
de
Dios.
P.
ADMINISTRACIÓN.
El
don
de
administración
es
una
habilidad
especial
que
Dios
da
a
ciertos
miembros
del
cuerpo
de
Cristo
para
compren-
der
claramente
las
metas
de
largo
y
corto
plazo
de
una
unidad
específica
del
cuerpo
de
Cristo,
y
el
diseñar
y
ejecutar
los
planes
para
alcanzar
esas
metas.
Q.
MILAGROS.
El
don
de
milagros
es
una
habili-
dad
especial
que
Dios
da
a
ciertos
miembros
del
cuerpo
de
Cristo
para
servir
como
interme-
diarios
humanos
a
través
de
quienes
Dios
se
complace
con
hechos
que
cambian
el
curso
ordinario
de
la
naturaleza.
Hebreos
13:17
Lucas
9:51
1
Corintios
12:28
Hechos
6:1-7;
27:11
Lucas
14:28-30
1
Corintios
12:10-28
Hechos
9:36-
42;
19:11-20;
20:7-12
Romanos
15:18,
19
2
Corintios
12:12
1
Corintios
12:9,
28
Hechos
3:1-10;
5:12-16;9:32-
35;
28:7-10
R.
SANIDAD.
El
don
de
sanidad
es
una
habilidad
especial
que
Dios
da
a
ciertos
miembros
del
cuerpo
de
Cristo
para
servir
como
intermedia-
rios
humanos
a
través
de
quienes
Dios
se
complace
en
sanar
enfermedades
y
restaurar
la
salud
sin
contar
con
la
ayuda
de
medios
naturales.
S.
LENGUAS.
El
don
de
lenguas
es
una
habilidad
especial
que
Dios
da
a
ciertos
miembros
del
cuerpo
de
Cristo
para:
(1)
hablar
a
Dios
en
un
lenguaje
que
la
persona
nunca
antes
aprendió
y,
o
(2)
recibir
y
comunicar
un
mensaje
de
Dios
a
su
pueblo,
por
medio
de
lenguaje
divinamen-
te
inspirado,
que
nunca
antes
aprendió.
T.
INTERPRETACIÓN
DE
LENGUAS.
El
don
de
interpretación
de
lenguas
es
una
habilidad
especial
que
Dios
da
a
ciertos
miembros
del
cuerpo
de
Cristo
para
dar
a
conocer
en
el
idioma
conocido
por
todos
el
mensaje
del
que
habla
en
lenguas.
U.
APÓSTOL.
El
don
de
apóstol
es
una
habilidad
1
Corintios
especial
que
Dios
da
a
ciertos
miembros
del
12:28
cuerpo
de
Cristo
para
asumir
y
ejercitar
un
2
Corintios
1
Corintios
12:10,
28;
14:13-19
Hechos
2:1-13;
10:44-46;
19:1-7
Marcos
16:17
1
Corintios
12:10,
30;
14:13;
14:26-28
112
Manual
de
Iglecrecimiento
liderazgo
general
sobre
un
número
de
iglesias,
con
una
extraordinaria
autoridad
en
asuntos
espirituales,
la
cual
es
espontáneamente
reco-
nocida
y
apreciada
por
esas
iglesias.
V.
CELIBATO.
El
don
de
celibato
es
una
habili-
dad
especial
que
Dios
da
a
ciertos
miembros
del
cuerpo
de
Cristo
para
permanecer
sin
casarse
y
no
sufrir
tentaciones
sexuales
a
causa
de
ello.
W.
INTERCESIÓN.
El
don
de
intercesión
es
una
habilidad
especial
que
Dios
da
a
ciertos
miem-
bros
del
cuerpo
de
Cristo
para
orar
por
perío-
dos
largos
en
forma
regular
y
ver
con
frecuen-
cia
contestación
específica
a
sus
oraciones
a
un
grado
mucho
más
grande
del
que
se
espera
de
otros
creyentes
sin
este
don.
X.
MARTIRIO.
El
don
de
martirio
es
una
habili-
dad
especial
que
Dios
da
a
ciertos
miembros
del
cuerpo
de
Cristo
para
soportar
sufrimien-
tos
por
la
fe
aun
hasta
la
muerte,
mostrando,
no
obstante,
una
actitud
de
gozo
y
victoria
que
traiga
gloria
a
Dios.
Y.
SERVICIO.
El
don
de
servicio
es
una
habilidad
especial
que
Dios
da
a
ciertos
miembros
del
cuerpo
de
Cristo
para
reconocer
las
necesida-
des
no
satisfechas,
en
una
tarea
relacionada
con
la
obra
de
Dios,
y
el
usar
los
recursos
disponibles
para
satisfacer
esas
necesidades
y
ayudar
a
alcanzar
las
metas
deseadas.
12:12
Efesios
3:1-9;
4:11,
14
Hechos
15:1,
2
Calatas
2:7-10
1
Corintios
7:7,8
Mateo
19:10-12
Santiago
5:14-
16
1
Timoteo
2:1,
2
Colosenses
1:9-
12;
4:12,
13
Hechos
12:12
Lucas
22:41-44
1
Corintios
13:3
Hechos
5:27-
41;
7:54-60;
12:1-5
2
Corintios
11:21-30;
12:9,
10
2
Timoteo
1:16-
18
Romanos
12:7
Hechos
6:1-7
Tito
3:14
Calatas
6:2,
10
Descubriendo
los
dones
espirituales
Queremos
sugerir
cinco
pasos
que
le
ayudarán
a
descubrir
sus
dones
espirituales.
Una
vez
más,
debemos
mucho
de
esto
a
la
pluma
del
doctor
Pedro
Wagner.
Antes
de
tomar
estos
pasos
es
importante
asegurarnos
de
cuatro
requisitos
fundamentales:
(a)
la
persona
tiene
que
haber
nacido
de
nuevo;
(b)
tiene
que
creer
en
los
dones
espirituales;
(c)
tiene
que
estar
dispuesta
a
trabajar
en
el
cuerpo
de
Cristo;
(d)
tiene
que
orar.
Ahora
sí
que
estamos
listos
para
comenzar
con
los
cinco
pasos.
1.
Explore
las
posibilidades.
Es
bueno
comenzar
con
una
buena
Los
dones
espirituales
pueden
ayudarle
113
bibliografía
además
de
su
Biblia.
Ya
tenemos
en
español
varios
libros
sobre
el
tema
que
deben
formar
parte
de
su
biblioteca.
Puede
comenzar
un
estudio
bíblico
profundo
y
concienzudo.
Si
usted
es
persistente
en
el
estudio
de
su
Biblia,
conoce
la
postura
de
su
iglesia,
lee
extensamente,
se
relaciona
con
otras
personas
que
saben
cuáles
son
sus
dones,
y
permite
que
los
dones
sean
la
base
de
su
conversación,
usted
progresará
al
punto
que
se
sorprenderá
a
sí
mismo.
2.
Experimente
con
tantos
como
sea
posible.
Debe
exponerse
a
los
diferentes
dones.
Por
supuesto
hay
algunos
que
no
recomendamos
probarlos,
especialmente
el
de
martirio.
Ese
es
un
don
que
se
puede
usar
una
sola
vez.
El
de
milagros
y
el
de
exorcismo
pueden
resultar
peligrosos.
Necesitamos
hacer
un
esfuerzo
en
oración
para
descubrir
los
dones
que
tenemos
y
los
que
no.
Muchos
podemos
pensar
que
sabemos
lo
que
queremos
hacer,
pero
no
sabemos
si
tenemos
el
don
para
hacerlo.
Pero
podemos
comenzar
a
testificar,
predicar,
exhortar,
enseñar,
y
trabajar
en
diferentes
comisiones
donde
podamos
poner
en
práctica
nuestros
posibles
dones.
3.
Examine
sus
sentimientos.
Un
buen
punto
para
saber
si
tiene
un
don
o
no,
es
ver
cómo
se
siente
cuando
hace
tal
o
cuál
cosa.
Si
se
siente
con
gozo,
es
buen
indicio;
si
se
siente
satisfecho,
está
en
buen
camino.
Analice
Romanos
12:2
y
aplíquelo
a
lo
que
usted
esté
haciendo,
le
ayudará
para
comprender
sus
propios
sentimientos.
Personalmente,
me
siento
contento,
feliz,
cuando
estoy
enseñando,
pastoreando
o
administrando
en
la
obra
del
Señor.
Pero
si
usted
me
invita
a
que
predique
en
una
campaña
evangelística,
me
hará
sufrir.
Lo
he
hecho
algunas
veces,
el
Señor
me
dio
almas
(resultados);
tuve
que
hacerlo.
Por
circunstancias
especiales
tuve
que
esforzarme
en
cumplir
la
función
o
papel
de
evangelista,
pero
ese
no
es
mi
don.
No
se
deje
llevar
por
las
emociones,
no
es
cosa
de
un
momento,
es
algo
para
toda
la
vida.
4.
Evalúe
su
eficiencia.
Lo
que
usted
hace,
¿está
dando
resultados
o
es
un
fracaso?
Si
yo
enseño
y
nadie
aprende,
eso
debería
ser
un
sistema
de
evaluación
propia
que
me
está
diciendo
la
verdad.
Dios
nos
da
dones
para
que
los
pongamos
en
práctica
y
den
resultados
para
la
gloria
y
honra
suya.
Los
que
usan
bien
los
dones
que
Dios
les
ha
dado,
traen
resultados.
El
espera
eso
de
usted
y
su
trabajo.
El
cuerpo
de
Cristo,
su
iglesia,
debe
beneficiarse
con
lo
que
usted
hace.
A
la
vez,
se
verá
en
el
crecimiento,
madurez
personal
que
usted
tendrá.
No
compita
para
ser
eficiente.
Si
es
su
don,
será
eficiente
por
naturaleza.
Sentirá
libertad
y
bendición
en
lo
que
está
haciendo.
El
amor
de
Dios
quitará
lo
ofensivo
de
usted
para
convertirlo
en
eficiencia.
114
Manual
de
Iglecrecimiento
5.
Espere
confirmación
del
cuerpo.
Los
dones
no
pueden
ejercitar-
se
por
sí
solos,
son
para
el
cuerpo.
Otros
deberán
saber
y
reconocer
sus
dones.
Si
usted
es
el
único
en
la
iglesia
que
lo
sabe,
tenga
cuidado.
No
sólo
los
hermanos
lo
confirmarán,
también
el
Espíritu
del
Señor
le
dará
la
confirmación
que
usted
necesita.
Tal
vez
esta
confirmación
del
Espíritu
pudiera
ser
un
sexto
paso,
pero
asumo
que
todos
los
lectores
sobreentienden
esto.
Tal
vez
no
se
sienta
contento
si
los
hermanos
de
la
iglesia
no
creen
que
usted
tiene
los
dones
que
dice
tener.
Aquí
uno
puede
estar
dejando
que
sus
sentimientos
o
emociones
estén
tomando
el
lugar
que
no
les
corresponde.
Por
eso
hablemos
de
cinco
pasos.
No
permita
que
un
solo
paso
sea
el
factor
determinante.
Los
sentimientos
son
importantes
pero
no
infalibles.
Desarrollando
los
dones
espirituales
De
acuerdo
con
el
orden
establecido
en
este
capítulo,
hemos
estado
hablando
que
lo
importante
es
descubrir,
desarrollar
y
usar
los
dones
espirituales.
Por
lo
tanto
queremos
ahora
hablar
de
esta
parte
de
"desarrollarlos",
es
lo
lógico
después
de
haberlos
descu-
bierto.
Este
desarrollo
no
puede
ser
individual.
Una
vez
más,
es
trabajo
colectivo,
en
el
cuerpo.
De
acuerdo
a
Efesios
4:12,
el
apóstol
Pablo
nos
enseña
que
los
líderes
son
las
personas
responsables
de
"equipar
a
los
santos
para
la
obra
del
ministerio".
En
otras
palabras,
el
modelo
indica
un
proceso
por
el
que
descubrimos
que
los
santos
deben
ser
equipados
para
hacer
la
obra
del
ministerio.
Segundo,
que
la
responsabilidad
es
que
los
pastores-maestros
tienen
que
hacerlo.
Nos
presenta
un
panorama
tan
distinto
a
lo
acostumbrado.
Aquí
no
da
lugar
a
un
grupo
profesional
que
sean
los
únicos
que
hagan
el
trabajo,
sino
que
habla
claramente
de
que
cada
miembro
del
cuerpo
tiene
la
responsabilidad
de
hacerlo.
Las
definiciones
del
pasado
sobre
quienes
debían
trabajar
en
la
iglesia
han
estado
muy
inclinadas
hacia
un
"clericalismo",
y
por
supuesto
muy
lejos
del
modelo
de
la
carta
a
los
Efesios.
Los
miembros
de
las
iglesias
han
llegado
con
la
idea
de
¿en
qué
podemos
ser
servidos?,
en
vez
de
preguntar,
¿en
qué
podemos
servir?
Los
dones
son
dados
por
Dios
para
el
ejercicio
de
nuestra
vida
cristiana.
Al
conocerle
como
nuestro
Salvador
y
Señor,
tenemos
una
visión
de
lo
que
necesitamos.
Muchas
veces
nos
hemos
preguntado
cómo
pudiéramos
servir
al
Señor,
o
tal
vez:
"¡Señor,
muéstrame
tu
voluntad!"
El
mismo
apóstol
Pablo
preguntó:
"Señor,
¿qué
quieres
que
haga?"
Algo
que
me
ha
ayudado
mucho
en
los
últimos
años
y
sé
que
también
a
muchos
colegas
en
el
ministerio,
es
lo
que
el
doctor
Ray
Los
dones
espirituales
pueden
ayudarle
115
Ortlund
expresa
en
su
libro
Señor,
haz
de
mi
vida
un
milagro.
El
llegó
al
punto
en
que
necesitaba
establecer
una
filosofía
del
ministerio.
Cuando
examinamos
estos
tres
puntos
de
consagración
y
los
consideramos
a
la
luz
de
los
dones
espirituales,
vemos
cómo
Dios
quiere
usarlos
para
nuestra
edificación
personal
y
también
en
la
del
cuerpo
de
Cristo.
Su
filosofía
de
ministerio
la
podemos
resumir
así:
El
nuevo
creyente,
al
conocer
a
Cristo
como
su
Salvador,
se
compromete
con
el
cuerpo
de
Cristo
en
el
trabajo
que
hay
que
realizar.
En
primer
lugar,
tenemos
un
compromiso
con
Cristo.
Esta
es
nuesitra
fuente
de
madurez
y
proceso
de
discipulado
o
crecimiento
interno.
En
segundo
lugar
tenemos
un
compromiso
con
el
cuerpo
de
Cristo,
o
sea,
con
nuestros
hermanos
en
todas
esas
cosas
expresadas
en
el
Nuevo
Testamento
con
la
frase
"los
unos
a
los
otros",
y
la
indicación
que
antecede
sobre
lo
que
hay
que
hacer.
Somos
responsables
y
tenemos
un
compromiso.
En
tercer
lugar,
tenemos
un
compromiso
con
la
obra
de
Cristo
en
el
mundo.
Esto
último
incluye
el
mandato
evangelístico
y
el
mandato
cultural.
Para
todo
esto
necesitamos
desarrollar
nuestros
dones
espirituales
y
ayudar
a
que
otros
desarro-
llen
los
suyos
también.
Hará
falta
un
ejercicio
de
todo
el
cuerpo
para
cumplir
con
este
compromiso
que
nos
corresponde,
pero
es
la
voluntad
de
Dios.
No
tenemos
otra
alternativa,
pero
sí
tenemos
los
recursos
de
los
dones
en
el
cuerpo
de
Cristo
(su
iglesia)
para
realizarlo.
Somos
su
familia.
"Dios
no
está
haciendo
grandes
espectáculos,
amigo;
no
es
eso
lo
que
le
interesa.
Está
interesado
en
hacer
que
cada
cuál
se
ubique
en
la
familia
de
Dios
y
haga
que
la
obra
del
evangelio
vaya
adelante."
12
La
iglesia
local
y
sus
líderes
podrán
desarrollar
sus
dones
con
la
ayuda
de
un
programa
de
adiestramiento,
como
lo
que
hemos
presentado
en
nuestro
capítulo
anterior.
Quienes
deseen
desarrollar
sus
dones,
estarán
dispuestos
a
prepararse
mejor
para
servir
al
Señor.
El
no
quiere
santos
mediocres;
quiere
idóneos.
Pero
toda
la
responsabilidad
no
es
del
individuo;
los
otros
miembros
del
cuerpo
deberán
hacer
funcionar
sus
dones
para
que
otros
desarrollen
los
suyos.
La
responsabilidad
es
de
la
iglesia
(el
cuerpo)
total.
Usando
los
dones
espirituales
Esta
ha
sido
una
de
las
experiencias
más
gratas
de
mi
ministerio
de
enseñanza:
poder
ver
a
los
creyentes
—de
mi
iglesia
y
de
otras
en
las
que
he
compartido
las
clases
sobre
dones
espirituales
—
usar
sus
dones.
En
una
ocasión
en
la
ciudad
de
México
tuve
el
privilegio
de
ser
invitado
a
un
retiro
espiritual
donde
el
taller
principal
sería
sobre
los
dones.
Para
mi
sorpresa,
al
llegar
allí,
entre
el
grupo
de
cien
116
Manual
de
Iglecrecimiento
personas,
había
una
buena
cantidad
de
creyentes
nuevecitos.
Sólo
hacía
de
tres
a
seis
meses
que
habían
escuchado
y
aceptado
el
mensaje
de
salvación.
Le
dije
al
pastor:
"Hermano,
yo
creo
que
esta
gente
va
a
tener
problemas
para
entender
y
seguir
lo
que
estamos
enseñando;
son
muy
nuevos."
El
pastor
con
su
conocida
sonrisa,
me
dijo:
"Ahora
están
acá;
no
hay
más
alternativa
que
seguir
con
el
programa
y
orar
para
que
todo
salga
bien."
Lo
hicimos
así.
Tres
meses
después,
al
ver
otra
vez
a
mi
colega,
le
pregunté
y
me
dijo:
"Los
nuevos
han
recibido
tus
enseñanzas
mejor
que
los
creyentes
de
años;
no
tienen
reservas
y
están
dispuestos
a
todo;
los
antiguos
ahora
están
comenzando
a
ver
el
potencial
y
entender
la
voluntad
de
Dios
para
ellos;
y
los
líderes
están
pidiendo
que
ofrezcamos
este
curso
cada
cuatro
meses
y
que
sea
requisito
de
todos
los
nuevos
miembros
cursarlo."
Por
supuesto
no
puedo
estar
personalmente
con
ellos
cada
cuatro
meses
pero
ellos
pueden
hacerlo
después
de
haber
tomado
el
curso.
Ya
tienen
sus
propios
maestros
y
utilizan
nuestros
manuales
para
enseñar.
Esto
es
reproducción.
Yo
creo
en
la
propagación
y
mi
meta
es
reproducirme
en
otras
personas
que
enseñen
lo
que
yo
les
he
enseñado
de
lo
que
yo
he
aprendido
de
otros
y
de
las
Escrituras.
Si
yo
uso
mis
dones,
otros
usarán
los
suyos.
Como
resultado
de
aquel
seminario,
fue
necesario
diseñar
un
manual,
que
llamamos
de
"movilización",
o
sea
el
número
tres
en
nuestra
serie
sobre
los
dones.
El
primero
es
un
estudio
bíblico;
el
segundo,
un
taller,
y
el
tercero
son
sugerencias
de
cómo
los
líderes
pueden
desarrollar
un
programa
que
involucre
a
todos
los
creyentes.
Si
usted
necesita
maestros
de
Escuela
Dominical,
¿no
buscaría
a
los
que
tengan
el
don
de
enseñar?
Si
necesita
un
tesorero,
¿no
sería
mejor
que
tenga
don
de
administrar?
Y
así
podríamos
seguir
la
lista.
En
la
iglesia
local
necesitamos
no
una
comisión
nominativa
sino
una
comisión
selectiva.
Esto
puede
funcionar
cuando
la
selección
es
de
acuerdo
a
los
dones
espirituales.
Los
pastores
y
líderes
deben
cambiar
su
función
de
"hombres
orquesta"
para
ser
"directores
técnicos".
Ellos
no
deben
jugar
el
partido
de
fútbol
y
ocupar
el
lugar
de
sus
once
jugadores;
más
bien
necesitan
saber
quiénes
deben
estar
en
cada
posición
de
acuerdo
a
los
dones
que
los
capacitan
para
ella
y
dirigirlos.
En
iglesias
grandes,
en
las
que
se
requiere
tener
más
de
un
pastor,
ya
hemos
visto
el
caso
en
que
uno
de
esos
pastores
tiene
el
título
de
"pastor
de
dones
espirituales".
Cuando
los
líderes
tienen
necesidad
de
hacer
un
trabajo,
todo
lo
que
tienen
que
hacer
es
mirar
su
planilla
y
saber
a
quién
llamar.
Mi
buen
amigo,
el
doctor
Enrique
Cepeda,
tiene
una
lista
así.
Cuando
yo
Los
dones
espirituales
pueden
ayudarle
117
llego
a
Ciudad
México,
él
no
me
busca
en
el
aeropuerto,
él
busca
a
quien
tenga
el
"don
de
servicio"
y
le
pide
a
ese
hermano
que
me
espere.
Necesito
hospedaje,
él
busca
a
quien
tenga
"don
de
hospitali-
dad".
Necesito
quién
me
ayude
en
los
talleres,
busca
a
quien
tenga
el
"don
de
enseñanza"
y
así
sucesivamente.
Es
su
manera
de
tener
a
todos
los
hermanos
y
hermanas
usando
sus
dones.
El
siente
que
su
responsabilidad
es
la
de
crear
trabajos
para
que
su
gente
use
sus
dones
espirituales.
He
aprendido
mucho
de
este
hermano
y
estoy
usando
esas
enseñanzas
en
mi
propia
iglesia
de
Pasadena,
Califor-
nia.
Todavía
es
una
iglesia
joven,
pero
ya
estamos
operando
bajo
la
estructura
del
cuerpo
de
Cristo,
del
cual
El
es
la
cabeza.
Dios
nos
está
bendiciendo
y
puede
bendecirle
a
usted
también.
Después
de
todo,
es
el
plan
de
Dios.
NOTAS
BIBLIOGRÁFICAS
1
Hiram
Almirudis,
Los
Dones
del
Espíritu
(San
Antonio,
Texas,
Editorial
Evangélica,
1978),
pág.
76.
2
Ray
Stedman,
La
Iglesia
Resucita
(Barcelona,
Editorial
CLIE,
1975),
páginas
40,
41.
3
Elmer
L.
Towns,
The
Complete
Book
of
Church
Growth
(Whea-
ton,
Illinois,
Tyndale
House
Publishers,
Inc..1981),
pág.
204.
4
J.
W.
MacGorman,
The
Gifts
of
the
Spirit
(Nashville,
Tennessee,
Broadman
Press,
1974),
pág.
46.
5
Rolando
Gutiérrez
C.,
América
Latina
y
la
evangelización
en
los
años
80
(CLADE
II,
1979),
pág.
196.
6
C.
Peter
Wagner,
Sus
dones
espirituales
pueden
ayudar
a
crecer
a
su
iglesia
(Barcelona,
CLIE,
1979),
pág.
38.
7
C.
Peter
Wagner,
Frontiers
in
Missionary
Strategy
(Chicago,
Illinois,
Moody
Press,
1971),
pág.
72.
8
Patricio
Cárter,
Vivamos
en
el
Espíritu
cada
día
(El
Paso,
Texas,
Casa
Bautista
de
Publicaciones,
1975),
pág.
60.
9
W.
J.
Purkiser,
Los
Dones
del
Espíritu
(Kansas
City,
Missouri,
Casa
Nazarena
de
Publicaciones,
1979),
pág.
49,
50.
10
Hiram
Almirudis,
op.
cit.,
pág.
17,
18.
1
Pearlman
Myer,
Teología
bíblica
y
sistemática
(Miami,
Flori-
da,
Editorial
Vida,
1981),
pág.
372.
12
Raymond
Ortlund,
Señor,
haz
de
mi
vida
un
milagro
(Barcelona,
Editorial
CLIE,
1977),
pág.
97.
CAPITULO
6
ESTRATEGIA
DEL
EVANGELISMO
URBANO
Alguien
ha
dicho:
"Se
calcula
que
para
el
año
2000
la
población
del
mundo
alcanzará
la
cifra
de
siete
mil
millones
de
personas.
Un
75%
de
estos
vivirán
en
los
países
"en
desarrollo".
En
tales
naciones,
para
esa
fecha,
un
45%
estará
viviendo
en
áreas
urbanas,
en
contraste
con
los
países
desarrollados
que
contarán
con
el
80%
de
su
población
residiendo
en
las
ciudades.
Un
experto
en
población
dice
que
para
1990
más
del
50%
de
la
población
mundial
vivirá
en
ciudades
de
más
de
100.000
habitantes.
Esta
corriente
ya
ha
producido
serios
problemas
sociológicos:
criminalidad,
insuficiente
sanidad
pública,
escasez
de
viviendas,
y
conta-
minación
ambiental.
Estos
problemas,
a
su
vez,
crean
la
necesidad
de
que
la
gente
que
vive
aquí
hoy
tomen
una
serie
de
medidas
urgentes
en
cuanto
a:
el
índice
de
nacimientos,
los
armamentos,
el
suministro
energético,
el
aborto,
la
alimentación,
la
transportación,
los
impuestos,
la
inflación,
el
poder
político,
y
el
uso
de
las
computadoras."
1
Cuando
leemos
este
tipo
de
estadísticas
(que
no
creo
sean
de
las
más
pesimistas
sino
por
el
contrario
muy
realistas),
deben
motivar-
nos
a
examinar
a
profundidad
la
necesidad
y
la
estrategia
que
la
Iglesia
del
Señor
deberá
utilizar
para
alcanzar
a
las
multitudes
que
viven
en
las
grandes
ciudades.
El
desafío
del
portero
eléctrico
de
los
monobloques
(edificios
de
gran
cantidad
de
apartamentos)
y
la
prisa
con
que
la
gente
se
mueve
sin
darles
el
tiempo
para
mucho
más
que
trabajar,
dormir,
y
comer
crean
una
necesidad
imperiosa
de
un
evangelismo
urbano.
¿Cómo
llegar
a
estas
personas?
¿Qué
métodos
utilizar?
¿Qué
dará
mejores
resultados?
En
este
capítulo
observaremos
algunas
cosas
aprendidas
de
las
experiencias
de
otros.
El
lector
deberá
examinar
tanto
las
circunstan-
Estrategia
deJ
evangeJismo
urbano
119
cias
mencionadas
como
los
ejemplos
que
daremos
como
si
fueran
prototipos.
["Prototipo:
ejemplar
original,
primer
molde
de
una
cosa."]
2
Luego,
cada
iglesia
o
grupo
de
iglesias
deberá
adaptar
estos
modelos
a
sus
circunstancias,
recursos
y
objetivos.
No
estamos
proponiendo
métodos
envasados,
sino
más
bien
queremos
estimu-
larlo
a
que
examine
estos
principios
a
ver
si
puede
ponerlos
en
práctica.
Lo
necesidad
El
desafío
de
las
ciudades
es
cada
vez
mayor.
Un
informe
estadístico
nos
muestra
el
cambio
en
el
transcurso
de
los
últimos
doscientos
años,
con
una
proyección
hacia
el
año
2000.
Estos
son
los
porcentajes
de
personas
que
viven
en
ciudades
de
más
de
20.000
habitantes.
2,4%
en
1800
9,2%
en
1900
27,1%
en
1960
50,0%
en
2000
El
doctor
E.
Luther
Copeland,
profesor
de
misiones
del
Seminario
Teológico
Bautista
de
Fort
Worth,
Texas,
EE.UU.,
en
una
conferencia
sobre
las
raíces
de
la
urbanización,
al
citar
estas
cifras,
no
pasa
por
alto
el
hecho
de
que
hay
factores
que
han
contribuido
a
la
urbanización.
En
primer
lugar,
la
industrialización,
que
provee
el
estímulo
económico
para
edificar
la
ciudad.
En
segundo
lugar,
el
crecimiento
de
Ja
población
mundial,
que
fue
más
o
menos
estable
hasta
el
siglo
dieciocho.
Este,
a
partir
del
año
1945,
ha
sido
dramático.
En
tercer
lugar,
la
tecnología
que
proporciona
el
conoci-
miento
de
cómo
mejorar
la
producción,
el
mercado
y
el
aumento
en
la
demanda
de
los
consumidores.
En
cuarto
lugar,
Ja
secularización,
con
la
que
el
hombre
trata
de
dominar
el
medio
sin
la
ayuda
de
la
religión.
La
religión
no
tiene
un
lugar
central
en
la
metrópoli
tecnológica.
Los
templos
se
pierden
en
el
panorama
de
los
rascacie-
los
comerciales
y
residenciales.
3
Si
agregamos
a
esto
que
se
calcula
que
para
el
año
2000
la
población
del
mundo
alcanzará
la
cifra
de
siete
mil
millones,
el
desafío
crece
de
día
en
día.
En
América
Latina
hoy
hablamos
del
Gran
Río
de
Janeiro,
el
Gran
Buenos
Aires
y
qué
podríamos
decir
de
Caracas,
y
aun
más
de
Ciudad
México
con
sus
17
millones
de
habitantes.
El
autor
de
Missions
in
Crisis
(Misiones
en
crisis)
acusa
a
las
iglesias
de:
120
Manual
de
Iglecrecimiento
1.
Falta
de
preparar
a
sus
miembros
para
el
movimiento
hacia
la
ciudad.
2.
Falta
de
hacer
un
verdadero
impacto
sobre
los
grandes
centros
urbanos.
3.
Falta
de
tener
una
visión
misionera
de
las
áreas
metropolitanas.
4
La
iglesia
deberá
doblar
sus
rodillas,
y
permitir
que
el
Señor
le
dé
la
visión
y
la
estrategia
para
poder
alcanzar
estas
metrópolis.
Habrá
que
usar
todo
método
lícito,
todo
principio
bíblico
de
Iglecrecimien-
to
disponible,
y
concentrarse
en
el
cumplimiento
de
la
Gran
Comisión.
Habrá
que
usar
la
más
reciente
tecnología
en
los
medios
de
comunicación
que
nos
ayude
a
alcanzar
a
las
masas
y
trasponer
los
porteros
eléctricos.
También
habrá
que
usar
los
seminarios
e
instituciones
de
instrucción
bíblica
para
preparar
líderes
u
obreros
que
puedan
alcanzar
a
los
miles
de
millones
de
personas.
La
iglesia
debe
actuar
en
todo
el
ámbito
de
su
misión.
Debemos
tener
cuidado
—
como
escuché
hace
varios
años
—
de
que
no
permitamos
que:
Mientras
que
el
mundo
muere
en
sangrientas
revoluciones
la
iglesia
pierda
su
tiempo
en
santas
resoluciones.
No
deseamos
en
este
manual
duplicar
lo
que
otros
autores
ya
han
presentado.
Por
eso
recomendamos
a
nuestros
lectores
que
agreguen
a
sus
bibliotecas
libros
tales
como,
Una
estrategia
urbana
para
evangelizar
a
América
Latina,
por
Rogelio
S.
Greenway;
y,
Urbange-
lización,
por
Guillermo
Kratzig.
Además
de
estos
les
sugerimos
los
que
aparecen
relacionados
en
la
Bibliografía
del
Iglecrecimiento
en
las
páginas
finales
de
este
libro.
Pongo
a
su
consideración
dos
prototipos
(o
modelos,
si
prefieren)
que
se
pueden
adaptar
a
las
circunstancias
y
recursos
de
los
lectores.
Estoy
bien
familiarizado
con
ellos
ya
que
he
participado
personal-
mente
en
su
puesta
en
marcha.
El
primero
que
consideraremos
será
"Lima
al
encuentro
con
Dios",
una
experiencia
urbana
auspiciada
por
un
grupo
de
hombres
de
Dios.
Su
punto
de
partida
fue
la
iglesia
local;
su
meta:
toda
la
ciudad.
El
segundo,
"Cruzadas
de
Iglecrecimiento"
donde
una
denominación
o
un
grupo
de
iglesias
de
varias
denominaciones
pueden
trabajar
unidas
para
alcanzar
a
la
ciudad.
Limo
al
encuentro
con
Dios
El
programa
"Lima
al
encuentro
con
Dios"
comenzó
con
una
visión
y
no
con
dinero.
Una
visión
compartida
por
líderes
naciona-
les
e
internacionales.
Un
esfuerzo
de
equipo
en
el
que
pastores,
Estrategia
del
evangelismo
urbano
121
misioneros
y
miembros
de
la
iglesia
trabajaron
—
y
continúan
haciéndolo
—
lado
a
lado.
La
población
del
Perú
es
actualmente
de
unos
18
millones
de
habitantes.
De
estos,
5
millones
viven
en
la
ciudad
de
Lima.
Se
calcula
que
1.000
personas
llegan
por
día
para
radicarse
en
ella,
además
del
crecimiento
de
los
que
ya
viven
allí.
Podríamos
ahora
preguntarnos,
¿está
la
iglesia
creciendo
en
la
misma
proporción?
Esta
era
una
de
las
muchas
preguntas
que
se
hicieron
estos
líderes.
Con
una
diferencia:
decidieron
dejar
a
un
lado
los
problemas
y
se
concentraron
en
las
soluciones.
Por
dos
años
hubo
un
grupo
de
quince
a
veinte
creyentes
que
tenían
una
carga
por
la
ciudad
de
Lima.
Estaban
pidiendo
que
Dios
trajera
un
movimiento
a
Lima
que
alcanzase
los
millares
de
perdidos.
Un
misionero
(el
hermano
Ken
Opperman)
y
un
industrial
(Roy
Le
Tourneau)
compartían
una
misma
visión.
Dios
los
juntó.
Tenían
la
convicción
de
que
Dios
quería
hacer
algo.
Esta
convicción
comenzó
a
contagiar
al
resto
de
la
iglesia
local.
Y
lo
que
llegaría
a
tener
como
meta
12
nuevas
iglesias
de
por
lo
menos
1.000
miembros
cada
una
en
la
ciudad
de
Lima,
comenzó
en
una
iglesia
local.
Para
cuando
este
libro
se
publique
ya
estarán
en
camino
de
tener
la
iglesia
número
10.
Cada
una
se
encuentra
en
un
nivel
diferente
(en
su
alcance),
pero
están
trabajando,
como
veremos
más
adelante.
Cuando
el
pastor
Alfredo
Smith
llegó
a
Lima,
se
encontró
con
una
congregación
de
unos
160
que
se
reunían
en
una
vieja
casona
en
la
Avenida
Arequipa.
En
3
meses
llegaron
a
los
180
y
tuvieron
que
comenzar
a
tener
2
cultos
cada
domingo
por
la
mañana.
La
membresía
era
de
117
personas.
El
grupo
de
creyentes
estaba
fortalecido
por
un
fuerte
ministerio
centrado
en
la
Biblia.
Sesenta
de
ellos
estaban
estudiando
el
libro
de
Romanos.
Cuando
se
comenzó
a
hablar
de
una
tarea
evangelística
sólo
unos
30
estuvieron
dispuestos
a
unirse
al
esfuerzo
y
compartir
la
visión.
Desde
los
mismos
comienzos
Dios
estaba
amalgamando
un
equipo
de
trabajo.
Los
cuatro
iniciadores
fueron:
Smith,
Kelly,
Lay
y
Abrams.
Recordando
el
pasado
nos
dice
Smith:
"Aquí
nunca
ha
habido
jefes,
todos
hemos
sido
soldados."
Un
equipo
de
hombres
de
Dios,
dispuestos
a
compartir
una
visión,
una
tarea,
una
meta.
Con
el
hermano
Kelly
hemos
compartido
largas
horas
conversan-
do
sobre
"Lima
al
encuentro
con
Dios".
De
su
amistad
y
de
sus
escritos
inéditos
aprovecho
para
que
nuestros
lectores
conozcan
un
resumen
práctico
de
este
esfuerzo
por
alcanzar
una
gran
ciudad,
una
forma
de
hacer
"urbangelización".
Esperamos
que
esto
ayude
a
que
como
prototipo
pueda
ser
usado
en
otras
metrópolis,
por
lo
menos
en
los
conceptos
y
principios
que
sean
transferibles.
122
Manual
de
Iglecrecimiento
Existen
tres
factores
muy
importantes
en
este
proyecto.
Estos
son:
personal,
estrategia,
y
recursos
financieros.
I.
Personal
Esto
es,
el
elemento
humano.
Desde
el
comienzo
del
proyecto
de
Lima
hubo
un
esfuerzo
de
equipo
en
el
que
tanto
los
laicos
como
los
pastores
y
misioneros
trabajaron
hombro
con
hombro.
Humberto
Lay,
un
laico
de
la
iglesia
de
Lince
(Avenida
Arequipa),
arquitecto
de
profesión,
sirvió
como
consejero,
maestro
y
predicador.
Alfredo
Smith,
pastor
de
la
iglesia
de
Lince,
llegó
a
Lima
contando
con
20
años
de
experiencia
pastoral
(habiendo
llegado
a
ser
director
del
Instituto
Bíblico
Buenos
Aires
y
presidente
de
la
Iglesia
Nacional
Argentina).
Francisco
Pérez,
sirvió
durante
15
años
como
misionero
argentino
en
el
Uruguay.
Fernando
Lay,
hermano
de
Humberto,
regresó
a
Lima
después
de
más
de
10
años
de
experiencia
de
trabajo
con
la
juventud,
primero
con
Evangelismo
a
Fondo
y
luego
con
Juventud
para
Cristo.
Los
misioneros
del
Perú
y
Colombia
que
trabajaron
junto
a
los
nombrados
anteriormente
tenían
de
10
a
19
años
en
el
campo
misionero.
¿Por
qué
este
énfasis
en
un
ministerio
en
equipo?
A.
Está
basado
en
las
Escrituras.
Sólo
nos
basta
recordar
que
el
apóstol
Pablo
trabajó
con
otros
(Bernabé,
Silas,
Marcos
y
Lucas,
para
nombrar
algunos
entre
muchos).
B.
El
ministerio
en
equipo
reconoce
y
permite
el
completo
funcionamiento
de
los
distintos
dones
espirituales
para
alcanzar
un
objetivo
común.
C.
Divide
las
responsabilidades
para
así
obtener
una
mayor
eficiencia.
Los
cientos
de
personas
que
buscan
al
Señor
traen
infinidad
de
preguntas
y
problemas
que
deberán
ser
ventilados
por
personas
de
peso
y
que
dispongan
de
un
programa
planificado
de
discipulado.
D.
En
un
programa
acelerado
de
evangelismo
hace
falta
tener
una
fuente
continua
de
literatura,
de
programación
radial,
de
divulga-
ción
y
de
preparación
de
materiales
de
estudio
para
la
consolida-
ción,
retención
y
preparación
de
líderes.
E.
Los
miembros
del
equipo
que
han
tenido
experiencia
en
uno
de
estos
proyectos
pueden
ser
los
líderes
en
proyectos
similares
en
otras
regiones
dentro
y
fuera
del
país.
F.
Un
equipo
asegura
la
continuidad.
Si
por
alguna
razón
uno
o
dos
miembros
del
equipo
tuvieran
que
dejar
el
trabajo,
no
se
detendría
el
programa
por
ese
motivo.
G.
Un
ministerio
en
equipo
produce
creatividad,
además
de
una
evaluación
objetiva
y
de
un
crecimiento
personal
por
medio
de
la
Estrategia
del
evangelismo
urbano
123
comunión,
oración
y
el
compañerismo
mutuo.
H.
En
un
esfuerzo
en
equipo
uno
se
puede
movilizar
más
productivamente
durante
el
tiempo
de
la
cosecha.
En
ciudades
de
4,
5
o
10
millones
de
habitantes,
es
imperioso
desarrollar
un
trabajo
en
equipo
si
es
que
vamos
a
llevar
adelante
un
programa
de
Iglecrecimiento.
Este
concepto
de
equipo
puede
exportarse.
II.
Estrategia
Mucho
antes
de
que
comenzara
el
proyecto
de
Lima
a
fines
de
1973,
la
congregación
de
Lince
sintió
una
gran
carga
por
alcanzar
a
Lima
para
Cristo.
Expresaron
ese
sentir
por
medio
de
la
oración
y
la
planificación.
Otros
también
comenzaron
a
unirse
a
ellos
en
este
deseo
de
extensión.
Como
resultado
comenzaron
a
surgir:
un
claro
propósito,
metas
específicas
y
una
estrategia
flexible.
El
propósito
era
evangelizar
la
ciudad
de
Lima.
Para
lograr
ese
objetivo
se
establecieron
metas
de
corta
y
de
larga
duración.
La
meta
de
corto
plazo
era
establecer
siete
grandes
centros
evangelísticos
(iglesias),
para
el
año
1985.
La
meta
de
largo
alcance
era
establecer
cinco
iglesias
más,
como
las
anteriores,
para
el
año
1990.
Todavía
hoy,
aunque
con
algunas
modificaciones,
se
mantienen
esas
metas.
A
continuación,
algunos
factores
que
contribuyeron
al
éxito
de
la
fundación
de
las
iglesias
de
Lince,
Pueblo
Libre
y
Miraflores.
(Estas
fueron
las
primeras
que
se
establecieron
a
corto
plazo.)
A.
Ubicación:
Una
ubicación
prominente
y
atractiva
era
crucial.
Damos
gracias
a
Dios
por
la
sabiduría
en
la
selección
que
se
hizo
al
adquirir
la
propiedad
de
la
iglesia
de
Lince
en
uno
de
los
bulevares
más
importantes
de
la
ciudad
de
Lima.
Asimismo,
el
moderno
y
atractivo
edificio
—
construido
en
1974,
con
una
capaci-
dad
para
mil
personas
sentadas
—
ha
captado
la
atención
no
sólo
de
los
vecinos
cercanos
sino
también
de
residentes
de
otros
distritos
de
Lima.
Aun
visitantes
de
otras
ciudades
y
turistas
de
otros
países
asisten
a
los
servicios
de
los
domingos;
todo
esto
porque
la
iglesia
está
convenientemente
ubicada
y
es
muy
visible.
La
iglesia
de
Pueblo
Libre
también
está
estratégicamente
situada.
La
Avenida
Brasil,
con
sus
ocho
carriles,
se
comunica
con
los
principales
distritos
de
la
ciudad.
Esto
es
muy
importante
cuando
la
mayoría
de
la
gente
depende
del
transporte
público.
Es
difícil
enfatizar
todo
lo
que
se
debe
lo
importante
que
es
la
ubicación
a
la
hora
de
planificar
una
iglesia.
B.
Las
campañas:
Si
tuviéramos
que
especificar
cuál
ha
sido
la
estrategia
que
más
ha
contribuido
al
crecimiento
acelerado,
tendría-
mos
que
decir
que
fueron
las
extensas
campañas.
En
la
iglesia
de
124
Manual
de
IgJecrecimienío
Lince,
fue
posible
tener
cada
mes
campañas
de
dos
semanas,
y
esto
sin
interrupción.
Durante
dos
semanas
(comenzando
un
domingo
y
terminando
el
subsiguiente),
los
evangelistas
invitados
predicaban
cada
noche
con
la
excepción
de
un
lunes.
El
evangelista
predicaba
el
primer
domingo
por
la
mañana;
el
pastor
local
los
dos
domingos
siguientes.
Este
procedimiento
permitía
al
pastor
local
ministrar
a
los
nuevos
convertidos,
a
la
vez
que
ayudaba
al
evangelista
invitado
a
no
tener
tanta
carga.
Cada
período
de
dos
semanas
era
más
que
una
campaña
evangelística,
era
un
proceso
total
de
aprendizaje
y
disci-
pulado.
El
doctor
Amoldo
Cook,
otro
de
los
misioneros
que
trabajaron
en
el
proyecto,
comentó
en
el
"Boletín
de
Iglecrecimiento"
del
tercer
trimestre
de
1978:
"Uno
de
los
pastores
estuvo
sentado
en
la
plataforma
de
su
iglesia
y
escuchó
225
sermones
evangelísticos,
de
todo
tipo,
estilo
y
formato
durante
15
meses
de
evangelismo."
5
"¡Qué
aguante!",
diríamos
algunos.
Es
que
los
participantes
de
este
proyecto
tienen
el
compromiso
de
realizar
grandes
cosas
para
Dios.
¡Ellos
creen
en
un
Dios
grande!
C.
La
predicación:
Esta
era
de
tipo
expositivo,
presentando
las
verdades
bíblicas
noche
tras
noche.
La
mayoría
de
los
predicadores
eran
pastores
de
éxito
provenientes
de
varios
países
de
América
Latina.
D.
Celebración:
Una
atmósfera
de
celebración
atrae
al
pueblo
latinoamericano.
Esta
se
consigue
por
medio
de
música
vivaz,
testimonios
patentes
y
predicación
dinámica.
Tanto
los
visitantes
como
los
nuevos
convertidos
se
aprendían
rápidamente
los
himnos
y
coritos
que
se
cantaban
noche
tras
noche,
los
que
exaltaban
al
Señor
Jesucristo,
cantando
de
la
experiencia
que
tuvieron
"Cuando
El
vino
a
[su]
corazón".
E.
Comunidad:
Noche
tras
noche,
al
haber
personas
que
respon-
dían
al
mensaje
y
aceptaban
a
Cristo,
se
desarrollaba
un
sentido
de
comunidad
entre
ellos.
Algunas
veces,
los
primeros
en
aceptar
a
Cristo
eran
los
padres,
luego
los
hijos,
después
los
parientes
y
por
último
los
amigos
o
compañeros
de
trabajo.
Muchas
veces
durante
una
campaña,
familias
enteras
recibían
a
Cristo.
En
América
Latina
las
campañas
extensas
son
muy
efectivas
en
juntar
a
las
unidades
homogéneas
de
la
sociedad.
Tanto
la
familia
como
las
relaciones
sociales
son
factores
muy
importantes
en
producir
un
crecimiento
acelerado
de
la
iglesia.
F.
Visibilidad:
Un
evangelismo
extensivo
proporciona
muchas
oportunidades
para
que
la
gente
conozca
al
evangelista,
a
los
consejeros
y
a
otros
miembros
de
la
iglesia.
Los
nuevos
convertidos
que
asistían
a
una
campaña
de
dos
semanas,
y
después
a
la
Estrategia
del
evangelismo
urfano
125
'Academia
Bíblica"
subsecuente,
llegaban
a
tener
una
conprensión
sabal
de
lo
que
realmente
era
una
iglesia
evangélica
protestante,
labrían
presenciado
un
bautismo,
una
Santa
Cena,
una
dedicación
le
niños
y
posiblemente
hasta
una
boda
o
un
servicio
finebre.
G.
Fraternidad
evangélica:
No
todo
el
evangelismo
se
lle
r
ó
a
cabo
dentro
del
templo.
En
la
calle,
en
los
comercios,
en
la
universidad,
en
los
hogares,
dondequiera
que
los
miembros
y
recién
convertidos
compartían
sus
experiencias,
allí
se
evangelizaba.
Un
alto
percentaje
de
los
que
venían
a
las
campañas,
mencionaban
que
hallan
sido
invitados
por
algún
amigo
o
pariente.
H.
Saturación:
Se
utilizaron
al
máximo
para
evangelizar
:odos
los
medios
de
publicidad
disponibles
(literatura,
radio
y
prensa).
Todo
tiene
tanta
mayor
ventaja
cuando
lo
comparamos
con
las
cruzadas
anuales
de
la
iglesia
local
y
aun
con
las
cruzadas
unidas
de
toda
la
ciudad
de
sólo
una
semana
de
duración.
La
ciudad
de
Lima
llegó
a
conocer
del
alcance
evangelístico
de
la
iglesias
de
la
Alianza
Cristiana
y
Misionera
(o
sea,
la
denominación
que
auspició
el
proyecto).
Cuando
la
ciudad
es
impactada
de
esta
forma,
se
crea
un
precedente
que
en
el
futuro
puede
servir
para
la
evangelización.
I.
Conservación
y
adiestramiento:
Durante
las
dos
semanas
si-
guientes
a
la
campaña,
se
tuvieron
clases
bíblicas
a
las
que
se
denominaron
"Academia
Bíblica".
Las
clases
eran
infoimales
y
daban
amplia
oportunidad
para
el
diálogo.
Las
materias
que
se
enseñaban
iban
cambiando
a
medida
que
las
campañas
continuaban
y
se
suscitaban
necesidades
específicas.
Los
cursos
cubrían
la
Doctrina
Cristiana
Básica,
el
Libro
de
los
Hechos,
Las
Epístolas,
el
Hogar
Cristiano,
Evangelismo
Personal,
etc.
Simultáneamente,
se
daban
clases
de
instrucción
a
los
que
deseaban
prepararse
para
el
bautismo.
Escribió
Dardo
Bruchez:
"Las
campañas
evangelísticas
han
ganado
almas,
pero
las
campañas
educativas
han
conservado
y
consolidado
creyentes."
6
Muchos
de
los
que
habían
1
tomado
los
cursos
de
la
"Academia
Bíblica"
se
inscribían
después
en
los
programas
de
educación
teológica
por
extensión,
lo
que
les
brindaba
la
oportunidad
de
profundizar
en
las
Escrituras.
En
1976
había
160
personas
matriculadas
en
estos
cursos
por
extensión.
En
mi
visita
(en
junio
de
1981),
la
iglesia
de
Pueblo
Libre
—
sin
contar
las
demás
—
tenía
un
total
de
400
inscritos
en
ellos.
El
instituto
bíblico
nocturno
que
comenzó
en
1976
ahora
tiene
un
alumnado
de
180
estudiantes.
Casi
el
100%
son
miembros
de
Lince
y
Pueblo
Libre,
pero
ya
comienzan
a
agregarse
los
de
las
otras
iglesias
que
han
sido
fundadas
en
los
últimos
años.
Muchos
de
los
estudiantes
sirven
como
maestros
de
las
"Academias
Bíblicas"
y
126
Manual
de
IgJecrecimienío
también
de
los
programas
de
extensión.
Las
clases
nocturnas,
funcionan
de
martes
a
viernes.
Algunas
terminan
a
las
8:10
P.M.,
permitiendo
así
a
los
estudiantes
avanzados
no
sólo
que
observen
sino
que
participen
también
en
las
campañas
evangelísticas.
Un
Iglecrecimiento
acelerado
deberá
tener
un
adecuado
liderazgo
nacional
si
es
que
aspira
a
conservar
y
mantener
su
ímpetu.
Con
más
de
700
miembros
que
participan
en
esta
fecha
en
los
programas
de
discipulado
y
adiestramiento,
el
futuro
de
Lima
es
muy
prometedor.
I.
Expansión:
Desde
el
comienzo
del
programa
tanto
la
iglesia
de
Lince
como
la
de
Pueblo
Libre
sabían
que
en
determinado
momento
parte
de
su
membresía
debería
enjambrar
y
salir
para
formar
el
núcleo
de
una
nueva
congregación.
En
mayo
de
1977
un
grupo
de
Lince
salió
para
comenzar
servicios
en
el
distrito
de
Miraflores.
Ya
se
ha
comprado
la
propiedad
y
las
campañas
comenzarán
tan
pronto
como
el
lugar
esté
listo.
La
iglesia
de
Pueblo
Libre
todavía
no
ha
enjambrado
en
la
medida
planeada
pero
no
les
falta
entusiasmo
en
su
programa
de
evangelización.
El
modelo
que
ellos
siguen
es
similar
al
de
la
iglesia
madre
y
tiene
metas
similares.
III.
Finanzas
Es
muy
costoso
planificar
y
desarrollar
un
programa
acelerado
de
Iglecrecimiento
como
este
en
un
gran
centro
urbano
de
cualquier
parte
del
mundo.
Llevará
más
que
seleccionar
y
juntar
el
personal
y
desarrollar
la
estrategia.
Debemos
considerar
seriamente
Jas
finan-
zas.
En
Lima,
los
recursos
financieros
invertidos
en
los
terrenos
y
edificios
y
el
continuo
evangelismo
y
adiestramiento
ha
dado
como
resultado
un
programa
que
está
haciendo
un
impacto
en
esta
ciudad
de
5
millones
de
habitantes
y
—
con
el
tiempo
—
en
todo
el
país
y
el
continente.
Tal
vez
esta
sea
una
de
las
partes
más
difíciles
de
transferir
de
este
modelo.
¿Cuánto
costaría
hoy
una
propiedad
en
las
avenidas
principales
de
Buenos
Aires,
o
de
Ciudad
México,
u
otras
metrópolis
de
la
América
Latina?
Pero
la
verdad
es.
.
.
predicamos
y
enseñamos
que
nuestro
Dios
es
el
mismo
Dios
de
Abraham,
Isaac
y
Jacob.
El
mismo
de
"Lima
al
encuentro
con
Dios"
y
el
de
nuestra
ciudad.
¿Es
que
no
podrá
ese
mismo
Dios
darle
a
usted
una
solución,
quizás
diferente,
pero
con
los
mismos
resultados?
IV.
Resultados
Por
lo
que
está
sucediendo
en
el
programa
de
evangelismo
urbano,
"Lima
al
encuentro
con
Dios",
es
muy
difícil
dar
estadísticas
sobre
los
resultados.
Para
cuando
este
libro
se
publique,
ya
serán
añejas
las
Estrategia
del
evangelismo
urbano
127
cifras
y
pasados
los
acontecimientos.
Me
limitaré
a
lo
que
pude
observar
en
junio
de
1981
y
verificar
en
abril
de
1982.
¡Es
tremendo!
Para
el
resto
usted
deberá
usar
su
imaginación
o
seguir
investigando,
y
si
fuese
posible
"vaya
y
vea".
Lince
(ver
diagrama
16).
No
tenemos
gráficas
de
las
otras
iglesias,
pero
sirve
de
muestra
un
botón.
Permítaseme
compartir
un
pequeño
detalle
informativo
de
parte
de
las
demás.
Mira/lores:
En
este
vecindario
comenzaron
en
abril
de
1977
en
un
parque
con
50
hermanos
de
la
iglesia
de
Lince.
Hoy
tienen
edificio
propio
y
una
asistencia
de
400.
Cuentan
con
4
pastores
(3
de
tiempo
completo).
De
los
asistentes,
226
ofrendan
regularmente,
con
entra-
das
mensuales
que
sobrepasan
los
3.000
dólares.
Ya
celebran
dos
cultos
cada
domingo
por
la
mañana.
El
Agustino:
Comenzaron
con
13
personas
de
Lince
en
abril
de
1978.
Una
asistencia
de
250
a
300
en
el
presente
y
una
membresía
de
226.
Ofrendas
mensuales
de
1.800
dólares.
Las
personas
aquí
son
de
medios
económicos
más
reducidos.
Tienen
2
pastores,
y
2
estudian-
tes
del
instituto
ayudan.
Al
ver
el
fervor
evangelístico
de
"Lima
al
encuentro
con
Dios",
una
organización
evangélica
que
se
dedica
a
establecer
escuelas,
orfanatos
y
otras
instituciones
sociales
ha
cedido
la
capilla
de
su
escuela
como
lugar
permanente
de
reuniones.
Salamanca:
Comenzó
en
noviembre
de
1980.
Otra
vez
35
herma-
nos
de
Lince
formaron
este
grupo.
Están
buscando
un
lugar
perma-
nente.
Se
reúnen
en
una
casa
prestada
y
han
edificado
en
lo
que
es
el
patio
de
la
casa
y
garaje,
aunque
esto
será
provisionalmente.
Tienen
un
pastor
que
es
graduado
del
instituto
bíblico
de
Lima.
EJ
Callao:
Comenzaron
en
abril
de
1981.
Varios
grupos
hogareños
se
reunían
en
Lince
y
Pueblo
Libre,
sin
conocer
el
uno
la
existencia
del
otro.
Ahora
se
reúnen
cada
domingo
de
100
a
150
hermanos
en
un
club.
Están
comprando
un
lote
pero
mientras
tanto
continúan
así
los
domingos
y
tienen
además
13
grupos
hogareños
de
crecimiento.
Esto
no
deja
de
ser
una
bendicen
en
sí
mismo.
El
Rímac:
Está
en
formación,
se
reúnen
en
un
local
alquilado.
Cuando
se
organizó
había
unos
100
hermanos
de
entre
las
iglesias
de
Lince
y
Pueblo
Libre.
Por
largo
tiempo,
los
que
asistían
a
la
iglesia
en
Lince,
pero
vivían
en
la
zona
del
Rímac,
se
reunían
allí
fuera
del
horario
de
reuniones
y
tenían
sus
propias
vigilias
de
oración
y
actividades.
No
se
apartaron
ni
dejaron
de
diezmar
a
la
iglesia
madre
hasta
que
tuvieron
su
lugar
y
estructura
propia.
Tienen
un
equipo
de
dos
pastores
jóvenes,
uno
recientemente
graduado
del
instituto
bíblico
y
otro
que
es
alumno
del
quinto
año.
Ya
tienen
un
terreno
y
con
planes
de
construir
un
templo
con
128
Manual
de
Ig]ecrecimienío
Lince
LIMA,
PERÚ
1779
150
70
71
72
73
74
75
76
77
78
79
'80
'81
DIAGRAMA
16
Estrategia
de]
evangelismo
urbano
129
capacidad
para
1.000
personas.
Este
será
otro
esfuerzo
en
conjunto
con
la
Iglesia
Luterana
Evangélica
(semejante
al
del
Agustino).
Una
diferencia
es
que
esta
unión
está
planificada
desde
el
pprincipio.
La
primera
unión
tuvo
éxito
aun
cuando
no
habían
existido
planes
anteriores
de
llevarla
a
cabo.
Había
dificultades
en
conseguir
el
terreno,
ya
que
h^abía
algunos
litigios
gubernamentales.
Pero.
.
.
el
Señor
Presidente
del
Perú,
se
enteró
de
la
obra
de
estos
hermanos,
se
sorprendió
(del
nivel
de
enseñanza
en
esta
institución
y
quiso
conocer
tan
buenaa
obra.
Visitó
personalmente
la
institución
en
El
Agustino,
y
al
enteerarse
de
los
problemas
en
el
Rímac,
dio
orden
de
que
se
solucionaras
la
situación
y
se
comenzara
a
edificar
inmediatamente.
Dios
premisa
la
fidelidad
de
los
que
trabajan
por
el
cumplimiento
de
la
Gran
Cíomisión
y
el
crecimiento
integral
de
los
discípulos
del
Señor.
Pueblo
Libre:
En
general
podemos
decir
que
la
iglesiEa
de
Lince
es
la
que
ha
estado
"enjambrando"
hasta
este
momento.
Siendo
que
la
iglesia
en
Pueblo
Libre
comenzó
en
1975
y
tuvo
muchcos
obstáculos
para
conseguir
la
propiedad
en
la
que
ahora
hay
un
herírnoso
templo
con
capacidad
para
2.000,
se
ha
preferido
no
detbilitar
a
esa
congregación.
Aunque
se
reconoce
que
tiene
un
potencial
dos
veces
mayor
que
el
de
Lince.
En
junio
de
1981
tuvieron
un
culto
de
adoraciión
con
una
asistencia
de
1.400
personas
y
un
culto
evangelístico
de
1.800.
La
membresía
era
de
1.300.
La
Escuela
Dominical
poír
carecer
de
edificio
adecuado
(estaba
en
vías
de
construcción]
sójlo
tenía
una
asistencia
de
550.
También
tenían
22
grupos
hogareños
de
oración,
y
400
matriculados
en
la
"Academia
Bíblica".
En
19181-82
tenían
planes
de
organizar
tres
nuevas
iglesias.
Un
grupo
de
40
médicos,
enfermeras,
y
otros
trabajadores
del
sector
de
la
salud,
miembros
de
la
iglesia,
han
formadlo
una
clínica
para
atender
las
necesidades
de
los
humildes,
y
lo
hateen
en
varias
partes
de
esa
gran
ciudad.
Una
vez
más
comprueban
qiue
cumplien-
do
con
la
prioridad
del
mandato
evangelístico
podemoís
también
dar
un
buen
cumplimiento
al
mandato
cultural.
Cada
una
de
las
congregaciones
está
planificando
pjoder
servir
a
distintas
personas
necesitadas
de
esa
gran
metrópoili.
Tanto
los
jóvenes
universitarios
como
las
personas
que
han
alcamzado
madu-
rez
están
usando
sus
talentos
naturales
para
ayudar
a
otros.
Algo
que
me
preocupa
desde
el
punto
de
vista
de
Igliecrecimiento,
que
a
la
vez
podría
servir
de
munición
para
los
crítico¡s,
es
el
hecho
que
de
5.580
decisiones
en
las
cuatro
primeras
iglesias
del
proyecto,
sólo
se
bautizaron
(o
se
afiliaron
a
esas
iglesias
locales)
995,
o
sea,
un
17,8%
del
total.
Algunos
dirán:
"Fue
semilla
que
cayói
en
pedrega-
130
ManuaJ
de
IgJecrecimiento
Lince
LIMA,
PERÚ
1766
1396
19
32
24
28
70
71
'72
"73"
7
4
7
5
76
77
78
79
'80
'81
DIAGRAMA
17
Estrategia
del
evangelismo
urbano
131
les."
No
estoy
conforme
con
esa
respuesta.
Por
eso
investigué
el
caso,
y
aunque
no
me
satisface
del
todo,
descubrí
que
mucha
de
la
gente
que
conoció
al
Señor
en
las
iglesias
de
Lince,
Pueblo
Libre,
Miraflores
y
El
Agustino
—
por
razones
de
distancias
—
se
han
unido
no
sólo
con
iglesias
de
la
Alianza
Cristiana
y
Misionera
sino
también
con
otras
denominaciones.
La
siembra
no
ha
sido
en
vano,
sólo
que
—
en
este
caso
—
otros
han
cosechado
lo
que
no
sembraron.
Es
cierto
que
muchas
cosas
han
sido
favorables
para
el
crecimiento
de
las
iglesias
participantes
y
para
el
éxito
de
este
proyecto.
Hubo
tres
nacionales
y
tres
misioneros
que
formaron
un
equipo
que
sólo
Dios
puede
reunir.
La
Misión
ayudó
originalmente
con
edificios,
evangelistas,
literatura,
radio,
etc.
(Ya
esto
se
soluciona
con
un
"fondo
de
reposición"
donde
las
iglesias
que
han
recibido
fondos
anteriormente,
reintegran
ahora
mensualmente
ciertas
sumas
y
el
dinero
se
sigue
prestando
a
las
nuevas
iglesias
en
proceso
de
formación.)
Hasta
podríamos
decir
que
el
terremoto
del
10
de
marzo
de
1974
fue
una
ayuda
para
la
iglesia
de
Lince,
ya
que
una
escuela
de
niñas
que
fue
destruida
en
la
zona,
usó
el
edificio
de
la
iglesia
por
un
año.
Este
fue
un
contacto
sumamente
valioso
con
la
comunidad.
También
es
cierto
que
la
juventud
universitaria
está
buscando
solución
a
sus
problemas
y
algo
en
qué
creer.
A
los
jóvenes
que
pasan
frente
a
la
iglesia
de
Pueblo
Libre
se
les
invita
a
entrar,
aceptan
en
el
momento
y
se
quedan
en
la
iglesia.
Yo
lo
he
visto
con
mis
propios
ojos.
¿Pasa
esto
en
otros
países?
Tal
vez
no.
Pero,
¿es
que
no
podría
Dios
dar
el
crecimiento
donde
usted
está
de
alguna
forma
maravillosa,
aunque
no
idéntica
a
la
de
Lima?
Yo
creo
que
el
secreto
está
en
que
estos
hermanos,
desde
el
principio,
estuvieron
dispues-
tos
a
plantar
y
se
prepararon
a
cosechar,
y
Dios
les
ha
dado
el
crecimiento.
El
quiere
darlo,
generalmente
somos
nosotros
los
que
no
estamos
listos,
pues
gastamos
nuestra
energía
trabajando
en
lo
que
no
da
fruto
y
nunca
nos
lanzamos
a
nada
que
presente
un
verdadero
desafío.
No
todo
lo
que
sucede
en
Lima
es
transferible,
pero
tome
usted
este
modelo,
ore
por
él,
colóquelo
dentro
de
su
marco
de
posibilida-
des
y
recursos,
y
deje
que
Dios
obre.
Mucho
de
lo
que
ocurre
en
Lima
sucede
porque
la
población
entera
ve
que
allí
está
pasando
algo.
Los
pastores
tienen
columnas
evangelísticas
en
los
periódicos
(y
encima
les
pagan
por
hacerlo).
Las
estaciones
de
radio
les
dan
tiempo
diario,
les
pasan
los
anuncios
sin
cobrar
y
aun
los
servicios
de
los
domingos
por
la
mañana,
y
así
podríamos
seguir
mencionando
cosas
que
algunos
dirán:
"¡Así
cualquiera
crece,
miren
todo
lo
que
les
dan!"
Lo
que
reciben
ellos
y
132
Manual
de
Iglecrecimiento
otros
no,
es
porque
"Lima
al
encuentro
con
Dios"
ha
probado
que
es
un
proyecto
que
crece
para
la
honra
y
gloria
de
Dios,
y
Dios
les
premia
con
estos
toques
de
bendiciones
adicionales.
Si
una
iglesia
quiere
incorporarse
a
este
proyecto
debe
de
estar
dispuesta
a
tener
expansión
y
extensión.
Deben
de
estar
dispuestos
a
cambiar
de
ubicación.
Se
les
debe
enseñar
a
los
miembros
a
no
tomar
una
actitud
de
pioneros
inamovibles
sino
una
de
movilización
y
crecimiento
espiritual
y
numérico.
Cuando
el
pueblo
de
Dios
se
entusiasme
con
el
trabajo,
salga
de
las
cuatro
paredes
del
templo
y
de
las
aulas
de
los
seminarios
a
cumplir
con
el
mandato
evangelístico
veremos
cómo
Dios
bendice
y
da
un
crecimiento
tal
como
lo
experimentó
la
Iglesia
primitiva
en
el
libro
de
Los
Hechos.
En
unos
de
sus
escritos,
don
Eugenio
Kelly
hace
estas
preguntas:
"¿Tenemos
personas
para
hacer
este
trabajo?
¿Tenemos
la
estrategia?
¿Tenemos
el
dinero?"
El
cree
(y
yo
también)
que
sí.
Tenemos
todo
esto
en
cada
país,
en
cada
denominación,
en
cada
iglesia.
"Con
un
trabajo
de
equipo
—
agrega
don
Eugenio
-—,
una
estrategia
clara,
y
el
uso
sabio
de
las
finanzas
podemos
hacerlo
en
cualquier
parte
del
mundo."
7
Cruzados
para
el
crecimiento
de
la
Iglesia
Nuestro
objetivo
aquí
es
presentar
algunos
principios
que
ayuda-
rán
a
hacer
y
retener
discípulos
que
serán
miembros
responsables
y
reproductivos
de
la
iglesia
local.
Por
supuesto,
estas
iglesias
tendrán
que
enfocar
sus
metas
en
la
de
la
Gran
Comisión,
"Id
y
haced
discípulos
de
todas
las
naciones"
(Mateo
28:29,
30).
Este
es
un
proyecto
que
bajo
la
dirección
y
el
poder
de
Dios
producirá
crecimiento
en
la
iglesia
local
y
el
reino
dé
Dios.
Esto
abarcará
tres
etapas:
primera,
la
precruzada;
segunda
1
e]
evento
evangeJístico
o
cruzada;
y
tercera,
la
postcruzada.
Sugerimos
que
se
piense
en
un
período
de
dos
años
para
alcanzar
todo
el
proceso.
Se
necesitará
tiempo
para
la
preparación,
el
adiestramiento,
la
funda-
ción
de
iglesias,
tiempo
para
eventos
evangelísticos
especiales,
y
tiempo
para
consolidación,
discipulado
y
evaluación.
Siendo
que
estos
son
principios
y
no
métodos,
sugerimos
que
sean
considerados
en
esa
forma
y
que
sean
adaptados
o
cambiados
de
acuerdo
a
las
necesidades,
circunstancias
y
recursos
locales.
Esto
es
únicamente
un
prototipo.
Permitamos
que
las
iglesias
participantes
determinen
el
modelo
final.
Algunos
prototipos
similares
han
sido
probados
en
el
Tercer
Mundo,
con
resultados
comprobados.
El
más
conocido
es
el
"Plan
Rosario"
que
ha
sido
promocionado
y
estudia-
do
en
todos
sus
aspectos.
Estrategia
deJ
evangelismo
urbano
133
El
Departamento
de
Evangelismo
e
Iglecrecimiento
del
Instituto
Charles
E.
Fuller,
en
su
división
hispana
(que
he
tenido
el
privilegio
de
fundar
y
desarrollar)
ha
trabajado
en
diseñar
modelos
teóricos
y
un
currículo
práctico
de
evangelismo
completo,
lo
cual
es
una
nueva
manera
de
pensar
en
cuanto
al
proceso
de
hacer
discípulos.
Presta
atención
cuidadosa
a
cómo
aumentar
la
eficacia
y
resultados
en
todo
tipo
de
estilo
o
metodología
evangelísticos.
Asimismo
la
Escuela
de
Misiones
del
Seminario
Teológico
Fuller
ha
trabajado
en
el
pasado
en
un
tipo
similar
al
modelo
que
deseo
presentar
a
mis
lectores.
También
trataré
de
explicar
el
proceso
tal
como
lo
vi
y
experimenté
en
Rosario,
Argentina,
mientras
estuve
allí
y
también
en
Los
Angeles,
California
desde
1977
a
1980,
lugar
en
el
que
me
tocó
participar
como
coordinador
general
de
un
programa
similar.
I.
Metos
de
uno
ciudad
para
un
proyecto
de
dos
años
A.
Para
ser
más
eficientes
en
nuestro
evangelismo,
necesitamos
establecer
metas.
El
mismo
Señor
nos
dio
ejemplo
al
darnos
la
Gran
Comisión.
Nosotros
no
podemos
hacer
menos.
Después
de
todo,
las
metas
son
expresiones
de
fe
(Hebreos
11:1).
Las
metas
nos
ayudarán
a
enfocar
nuestro
objetivo
y
unir
nuestros
esfuerzos.
Este
es
un
ingrediente
que
no
hemos
tenido
en
el
pasado.
Las
metas
nos
ayudarán
también
a
rendir
cuentas.
Cuan
fácil
es
tirar
la
flecha
y
después
dibujar
el
blanco
alrededor
de
ella.
Mientras
tanto
no
tenemos
que
preocuparnos.
Pero
el
tener
que
rendir
cuenta
de
nuestras
metas
llega
a
ser
la
motivación
para
el
éxito.
Las
metas
aumentan
nuestra
eficiencia.
Siendo
que
tenemos
metas,
tenemos
algo
por
lo
cual
trabajar
y
llegamos
a
tener
más
eficiencia
en
lo
que
hacemos.
¿Cuáles
son
algunas
características
de
buenas
metas?
La
primera
característica
es
que
deben
de
estar
basadas
en
la
investigación.
Necesitamos
conocernos
a
nosotros
mismos
y
lo
que
nos
rodea.
Necesitamos
realizar
bastante
investigación
si
es
que
deseamos
tener
eficiencia
y
ser
realistas.
El
establecer
una
meta
y
orar
que
todos
los
que
viven
en
la
comunidad
reciban
a
Cristo
como
su
Salvador,
no
estará
basada
en
investigación.
Nuestras
metas
necesitan
ser
signifi-
cativas
y
realistas.
Necesitamos
un
desafío
que
nos
motive,
metas
realistas
que
puedan
ser
alcanzadas
y
significativas
para
que
determinen
un
cambio
de
paso.
Con
esto
en
mente
podemos
establecer
metas
bien
definidas.
He
aquí
algunas
.sugerencias:
1.
Que
el
90%
de
las
iglesias
de
la
ciudad
o
la
zona
sean
instruidas
y
pongan
en
práctica
los
principios
del
Iglecrecimiento
como
parte
de
su
estilo
de
vida.
Esta
meta
no
se
alcanzará
de
la
noche
a
la
134
Manual
de
Iglecrecimiento
mañana.
Demandará
tiempo
y
trabajo.
Sólo
cuando
la
gente
com-
prenda
los
principios
del
Iglecrecimiento,
estarán
capacitados
para
obtener
los
resultados.
2.
Un
aumento
en
el
crecimiento
(incluyendo
un
50%
en
el
crecimiento
por
conversión)
en
por
lo
menos
la
mitad
de
las
iglesias
participantes.
¿Por
qué
sólo
la
mitad
de
las
iglesias?
Se
ha
comproba-
do
que
muchas
de
las
iglesias
no
ponen
en
práctica
los
principios
de
Iglecrecimiento
aprendidos,
o
tal
vez
no
los
ponen
en
práctica
correctamente
o
no
han
sido
eficientes
en
la
movilización.
3.
Que
se
funden
en
la
ciudad
por
lo
menos
un
10%
del
total
del
número
de
iglesias
participantes.
Por
ejemplo:
si
hay
100
iglesias
en
la
zona,
que
haya
10
nuevas
iglesias
hijas
que
sean
plantadas
y
estén
creciendo
para
cuando
comience
la
cosecha.
Estas
serán
los
nuevos
graneros
para
recibir
la
cosecha.
La
mayoría
de
nuestras
iglesias
no
tienen
la
capacidad
física
para
recibir
los
resultados
posibles.
4.
Establecer
un
modelo
de
reproducción
continua
de
Iglecreci-
miento
(tanto
de
expansión
como
de
extensión).
No
podemos
detenernos
después
que
el
proyecto
haya
terminado.
Necesitamos
continuidad
para
tomar
ventajas
del
máximo
potencial
evangelístico
de
los
nuevos
convertidos.
Todo
este
proyecto
no
está
diseñado
para
tener
un
impacto
aislado
o
de
una
vez
únicamente,
sino
para
tener
la
continuidad
que
producirá
resultados
continuos.
II.
Precruzodo
(Aproximadamente
un
año)
A.
Propósito
general
La
voluntad
de
Dios
es
que
la
Iglesia
crezca.
El
fue
muy
explícito
cuando
le
dijo
a
Pedro
y
a
los
demás
discípulos:
"Edificaré
mi
iglesia"
(Mateo
16:18).
Nosotros,
como
líderes
de
la
Iglesia
necesita-
mos
estar
conscientes
que
esa
es
la
voluntad
de
Dios.
¿Cómo
podemos
llamarnos
ministros
si
no
estamos
haciendo
nuestra
parte
en
esta
gran
tarea?
Ha
llegado
el
momento
en
la
historia
de
la
Iglesia
cristiana
de
que
formemos
parte
de
la
brigada
de
construcción
del
Señor,
de
modo
que
su
Iglesia
pueda
ser
edificada.
La
parte
más
interesante
de
nuestra
tarea
es
que
Dios
desea
que
formemos
parte
de
su
brigada.
Sin
duda,
Dios
pudiera
haberlo
hecho
todo
por
sí
mismo,
pero
El
prefirió
elegirnos
a
nosotros
para
que
seamos
sus
embajadores
y
los
mensajeros
de
las
Buenas
Nuevas.
Esto
debiera
ser
suficiente
motivación
para
que
hagamos
nuestra
parte
en
cumplir
con
la
Gran
Comisión.
¡Sólo
pensar
que
Dios
quiere
que
yo
participe!
¡Lo
menos
que
puedo
hacer
es
poner
todo
de
mi
parte!
Pero.
.
.
¿estoy
dispuesto
a
pagar
el
precio?
En
la
respuesta
pueden
radicar
las
razones
de
nuestro
éxito
o
fracaso
en
la
obra
de
Dios.
Existe
una
dedicación
involucrada
en
lo
que
hacemos
para
el
Señor.
Estrategia
del
evangeJismo
urbano
135
Nuestra
buena
voluntad
en
pagar
el
precio
del
Iglecrecimiento
reflejará
nuestra
dedicación.
La
concientización,
motivación
y
dedicación
son
ingredientes
básicos
tanto
para
el
individuo
como
para
las
iglesias
locales
que
han
de
estar
presentes
en
el
período
de
preparación
de
las
cruzadas.
Estos
ingredientes
evidenciarán
la
diferencia
entre
lo
que
se
ha
hecho
en
el
pasado
y
lo
que
el
Señor
está
guiando
a
alcanzar
ahora
y
hasta
que
El
venga.
B.
Estableciendo
metas
¿Cómo
podemos
establecer
metas
para
el
Iglecrecimiento
local?
Nuestra
experiencia
de
lo
que
ha
sido
hecho
en
años
anteriores
en
el
Tercer
Mundo,
nos
ha
enseñado
que
un
taller
de
Iglecrecimiento
es
un
trampolín
desde
el
que
se
puede
lanzar
un
proyecto
de
esta
magnitud.
Este
taller
será
el
primer
evento
público
en
que
los
líderes
de
las
iglesias
tendrán
la
oportunidad
de
establecer
metas
por
el
término
del
proyecto
y
el
futuro
inmediato
al
mismo.
Los
pastores
harán
una
proyección
de
fe
para
sus
congregaciones
locales.
Los
líderes
denominacionales
se
reunirán
también
y
establecerán
metas
para
sus
denominaciones,
basadas
en
las
metas
de
las
iglesias
locales.
Entonces
los
totales
de
las
metas
de
los
asistentes
al
taller
de
Iglecrecimiento
serán
las
metas
proyectadas
para
el
esfuerzo
global.
¿Quiénes
deben
asistir
al
taller?
Se
recomienda
que
los
ministros
de
las
iglesias
participantes
asistan
y
por
lo
menos
un
número
igual
de
líderes
laicos.
La
razón
de
esto
es
que
los
pastores
hemos
estimulado
lo
que
pudiéramos
llamar
un
"clericalismo".
Actual-
mente
podemos
notar
que
existe
una
"liberación
de
los
laicos",
aunque
más
que
liberación
es
la
oportunidad
de
trabajar
unidos.
Por
lo
tanto,
es
necesario
planificar
y
hacer
juntos
la
proyección
del
crecimiento.
Tanto
los
pastores
como
los
líderes
cuando
regresen
a
sus
iglesias
locales
deberán
compartir
lo
aprendido
con
los
herma-
nos
de
sus
respectivas
congregaciones.
Los
participantes
del
taller
se
han
de
ocupar
de
adiestrar
y
motivar
al
resto
para
la
gran
cosecha.
Por
eso
es
tan
importante
que
asistan
a
ese
primer
taller
tantos
líderes
como
sea
posible.
Los
maestros
del
taller
de
Iglecrecimiento
deberán
ser
expertos
nacionales
e
internacionales
de
crecimiento
de
la
iglesia,
teniendo
además
ayudantes
de
la
zona.
Esto
es
muy
importante,
ya
que
lo
que
suceda
en
este
taller
determinará
el
futuro
del
proyecto.
Lamentable-
mente,
ocurre
lo
que
nos
indican
las
Escrituras:
"Nadie
es
profeta
en
su
tierra."
Casi
nunca
se
presta
atención
a
los
que
son
de
la
misma
zona,
aun
cuando
digan
lo
mismo
que
los
que
vienen
de
otros
lugares.
Estos
talleres
deben
tener
un
objetivo
educacional
definido
que
136
Manual
de
Iglecrecimiento
pueda
sentar
las
bases
del
proyecto
en
cuestión.
Será
necesario
que
se
establezcan
definiciones
específicas
de
Iglecrecimiento
y
que
se
describa
el
énfasis
de
este.
Debemos
recordar
que
la
mayor
parte
de
las
personas
posiblemente
hayan
escuchado
algo
acerca
del
Iglecre-
cimiento
pero
tal
vez
no
entiendan
el
desafío
y
alcance
de
los
principios
que
se
enseñarán.
Para
lograr
esto,
será
necesario
encontrar
en
la
Palabra
de
Dios
las
bases
del
movimiento
de
Iglecrecimiento.
Las
personas
asimilarán
estos
conceptos
más
fácilmente
cuando
se
les
confronte
con
los
fundamentos
bíblicos
y
la
manera
de
aplicarlos
a
las
necesidades
y
posibilidades
locales.
Las
comisiones
del
proyecto
y
todos
los
demás
participantes,
al
comenzar
a
planificar
la
estrategia,
deberán
com-
prender
los
elementos
que
se
desprenden
de
estas
enseñanzas
y
la
forma
en
que
estas
pueden
beneficiarlos
a
ellos.
Las
iglesias
necesitarán
diagnosticar
su
propia
salud
antes
de
ponerse
a
trabajar.
Hay
instrumentos
disponibles
para
que
puedan
someterse
a
un
buen
reconocimiento
médico.
Se
deberá
ayudar
a
las
iglesias
que
no
puedan
realizar
una
clínica
de
diagnóstico
por
sí
mismas,
pero
es
importante
que
cada
uno
de
los
líderes
esté
consciente
de
la
condición
de
su
propia
iglesia.
Haciendo
esto,
el
proceso
permitirá
el
uso
de
estos
instrumentos
para
establecer
mejores
metas,
mejores
resultados
y
la
conservación
o
retención
de
esos
resultados.
De
esta
manera
cerraremos
la
puerta
de
atrás
por
la
que
muchos
de
los
resultados
se
pierden.
(Se
pueden
obtener
manuales
de
diagnóstico
solicitándolos
al
Instituto
de
Evangelismo
e
Iglecrecimiento
Charles
E.
Fuller.)
Naturalmente
que
habrá
gastos
que
cubrir
en
los
preparativos,
pero
si
se
planifican
y
se
presupuestan
las
actividades,
todo
el
costo
se
podrá
cubrir
con
la
cuota
de
los
participantes
del
taller.
Sería
bueno
considerar
recaudar
un
poco
más
de
dinero
para
cubrir
los
gastos
inesperados
o
para
contar
con
fondos
para
la
futura
campaña.
No
sólo
deberán
los
participantes
estar
satisfechos
con
su
propio
aprendizaje
sino
que
se
les
debe
exigir
que
compartan
lo
que
han
aprendido
con
sus
propias
congregaciones
—
o
por
lo
menos
con
un
grupo
selecto
de
líderes
en
estas—
de
modo
que
puedan
disfrutar
del
mismo
espíritu
de
las
enseñanzas.
Los
participantes
deberán
tener
el
objetivo
claro
de
comunicar
los
principios
del
Iglecrecimien-
to
e
impulsar
a
otros
hacia
el
mismo.
Esto
atraerá
a
más
personas
que
concuerden
con
las
metas
que
están
bajo
consideración.
La
congregación
local
deberá
proponer
sus
propias
metas,
tanto
para
la
expansión
de
las
iglesias
existentes
como
también
para
la
extensión
que
se
hará
al
establecer
(fundar]
nuevas
iglesias.
Esto
se
podrá
hacer
por
un
período
de
cinco
años
o
lo
que
las
circunstancias
Estrategia
del
evangelismo
urbano
137
permitan
para
la
iglesia
local,
pero
es
imprescindible
hacer
una
proyección
de
fe.
Esta
tomará
en
consideración
cuántos
líderes
serán
preparados
para
que
se
puedan
establecer
tantos
nuevos
lugares
(iglesias
hijas],
y
cuántos
nuevos
discípulos
(y
no
sólo
decisiones)
serán
incorporados
al
cuerpo
de
Cristo.
Sería
muy
beneficioso
tener
una
sesión
final
para
establecer
metas
con
delegaciones
de
cada
una
de
las
iglesias
participantes
que
informen
sobre
sus
metas
locales.
No
espere
tener
al
100%
de
las
iglesias
asistiendo
a
los
talleres
de
Iglecrecimiento
y
también
a
esta
sesión
final.
Con
estas
dos
reuniones,
los
organizadores
podrán
tener
una
buena
idea
de
la
meta
total.
Sea
lo
que
fuera
el
cómputo
final
de
las
metas,
deben
ser
publicadas
y
distribuidas
a
todas
las
iglesias
participantes.
Algo
muy
importante
será
la
formación
de
grupos
de
personas
comprometidas
con
el
proyecto
en
cada
iglesia.
Necesitamos
tener
grupos
que
se
comprometan
a
dedicarse
a
la
oración,
y
dar
de
su
energía,
de
su
tiempo
y
de
sus
recursos
para
el
evangelismo
por
un
período
de
dos
años.
Una
vez
más,
la
clave
es
involucrar
a
la
iglesia
local
para
que
tengan
una
visión
de
la
cosecha.
El
adiestramiento
será
una
herramienta
importante
para
esta
tarea.
Una
recomendación
es
la
organización
de
una
escuela
de
Iglecreci-
miento
de
6
a
9
meses
de
duración.
Habrá
que
tener
un
currículo
formal,
trabajo
en
las
aulas
y
asignaturas
en
varios
niveles
académi-
cos.
Es
posible
que
alguna
institución
teológica
de
la
zona
decida
tomar
esto
como
su
participación
en
el
proyecto.
Por
lo
menos
podrán
ofrecer
reconocimiento
académico
a
los
que
cumplan
con
los
requisitos
del
curso.
Sería
excelente
tener
entre
los
maestros
la
participación
de
pastores
del
área
cuyas
iglesias
hayan
tenido
un
rápido
crecimiento.
No
debe
sorprendernos
que
esta
clase
de
pastores
no
participe
en
el
proyecto.
Generalmente,
hay
un
sentir
de
suficiencia
propia
en
la
mayoría
de
ellos
que
les
impide
hacerlo.
No
obstante,
si
se
logra
que
participen
como
maestros
pueden
ser
muy
útiles
para
enseñar
a
los
que
vienen
de
iglesias
pequeñas.
C.
Tarea
Ninguna
empresa
puede
realizarse
a
menos
que
se
tenga
una
definición
clara
y
formulada
de
sus
tareas.
El
equipo
de
trabajo
tendrá
que
laborar
arduamente.
Deseamos
sugerir
algunas
partes
que
serán
muy
importantes
para
la
totalidad
del
proyecto.
1.
Conseguir
personal
para
todas
las
comisiones
necesarias.
Esto
no
sólo
requerirá
buscar
gente
sino
también
seleccionarlos
de
modo
que
se
pueda
tener
el
mejor
liderazgo
posible
para
todas
las
comisiones.
Es
bueno
tener
voluntarios,
pero
recuerde
que
no
138
Manual
de
íglecrecimiento
siempre
se
puede
contar
con
ellos
en
el
momento
preciso
en
que
hay
que
realizar
un
trabajo.
2.
Crear
una
atmósfera
favorable
al
crecimiento
en
cada
iglesia,
basada
en
intensa
oración
por
los
perdidos.
"Donde
no
hay
visión,
el
pueblo
perece"
(Proverbios
29:18].
Esta
visión
deberá
motivarse
desde
el
pulpito
y
de
cualquier
otra
manera
posible.
3.
Los
miembros
de
las
iglesias
deberán
entender
la
doctrina
de
los
dones
espirituales,
para
que
cada
uno
conozca
su
don
o
dones
espirituales
y
todos
contribuyan
al
desarrollo
de
la
vida
en
el
cuerpo.
Esto
deberá
hacerse
antes
y
después
de
la
cruzada.
4.
Los
pastores
deberán
descubrir
a
los
que
tienen
el
don
de
evangelista.
Una
vez
descubiertos
tendrán
que
ser
adiestrados.
Tal
vez
algunos
ya
sean
conocidos
debido
a
la
manifestación
de
sus
dones.
El
entusiasmo
y
potencial
del
proyecto
servirá
para
que
otros
puedan
también
hacer
que
su
don
de
evangelista
se
desarrolle.
5.
Prepare
a
los
que
tienen
otros
dones
para
que
puedan
usarlos
eficientemente
durante
el
tiempo
de
Iglecrecimiento
que
se
avecina.
Muchos
nuevos
bebés
espirituales
mueren
cada
año
en
las
iglesias
porque
no
reciben
el
cuidado
y
alimento
que
necesitan
para
su
supervivencia.
6.
Implementar
métodos
evangelísticos
aprendidos
en
la
Escuela
de
íglecrecimiento,
tales
como
Evangelismo
explosivo,
Las
cuatro
leyes
espirituales,
el
Plan
supremo
para
la
evangelización,
u
otros
que
se
tengan
a
mano.
Un
aspecto
que
muchas
veces
se
pasa
por
alto
es
la
ventaja
de
formar
equipos
de
investigación
que
estudien
e
informen
sobre
los
aspectos
religioso,
social,
económico
y
político
de
la
comunidad
relacionados
con
el
Iglecrecimiento.
Tal
vez
esto
no
sea
tan
impor-
tante
todavía
en
América
Latina
donde
se
carece
de
estadísticas
actualizadas
de
algunos
de
estos
aspectos,
pero
está
cercano
el
día
en
que
se
podrá
hacer
este
trabajo
investigativo
en
la
mayor
parte
de
nuestras
grandes
metrópolis.
Será
bueno
identificar
las
unidades
homogéneas
(ver
el
capítulo
8)
y
localizarlas
en
un
mapa
si
fuera
posible.
Tal
vez
sea
necesario
examinar
los
terrenos,
medir
el
potencial
de
crecimiento,
construir
una
escala
de
resistencia-receptividad
para
la
comunidad
que
sea
nuestro
objetivo
(ver
el
capítulo
1).
Las
iglesias
locales
tendrán
más
interés
en
estas
cosas,
siendo
que
ellas
se
beneficiarán
más
que
nadie
de
esta
investigación.
Tenemos
en
las
Escrituras
la
parábola
de
los
terrenos.
Creo
que
el
Señor
quería
enseñarnos
una
lección
de
cómo
llevar
adelante
su
obra,
descubriendo
dónde
El
ya
ha
preparado
el
terreno
para
que
nosotros
recojamos
una
gran
cosecha.
Algunos
han
considerado
el
Estrategia
del
evangelismo
urbano
139
i
hacer
este
tipo
de
investigación
como
que
no
es
de
Dios,
sino
del
mundo
de
los
negocios.
Creo
que
están
equivocados.
Nuestro
Señor
desea
que
seamos
sabios
en
el
uso
de
nuestro
tiempo,
nuestros
recursos,
nuestras
energías;
pues
son
suyos
y
no
nuestros.
D.
Escuela
de
Evangelismo
Es
muy
importante
que
todo
proyecto
de
Iglecrecimiento,
tenga
como
parte
de
su
preparación
una
"Escuela
de
Evangelismo".
Varios
equipos
evangelísticos
ya
tienen
este
tipo
de
escuela
como
parte
de
la
preparación
de
una
ciudad
para
una
cruzada.
Entre
ellas
está
la
del
doctor
Billy
Graham,
que
es
famosa
.alrededor
del
mundo.
Entre
los
evangelistas
latinoamericanos,
están
la
del
equipo
de
Luis
Palau,
la
de
la
Asociación
Evangelística
de
Alberto
Motessi,
la
de
Francisco
Fiorenza,
y
sin
duda
las
de
otros
más
que
son
de
conocimiento
del
lector.
Los
objetivos
de
tal
escuela
deben
incluir
una
atmósfera
de
inspiración,
celebración
y
motivación.
Para
que
este
proyecto
no
sea
tarea
de
unos
pocos
sino
de
muchos,
los
participantes
deberán
poder
compartir
este
sentir
con
sus
congregaciones,
de
manera
que
otros
quieran
unirse
a
este
esfuerzo.
En
la
"Escuela
de
Evangelismo",
deberán
darse
las
conocidas
instrucciones
de
cómo
llevar
a
una
persona
a
Cristo
y
también
de
cómo
consolidar
los
resultadoso
obtenidos.
Recordemos
que
no
estamos
buscando
sólo
decisiones
sino
que
estamos
buscando
"discípulos"
(miembros
responsables
y
reproductivos
de
la
iglesia
local).
Y
esta
no
es
simplemente
la
definición
del
doctor
Donald
McGavran
sino
que
también
es
la
de
la
Gran
Comisión
expresada
en
nuestra
terminología.
Primero,
será
necesario
que
los
que
asistan
a
la
"Escuela
de
Evangelismo"
se
familiaricen
con
los
resultados
obtenidos
por
el
equipo
de
investigación.
Esto
permitirá
una
mejor
comprensión
de
su
tarea
y
posibilidades.
Se
abrirán
ante
sus
ojos
horizontes
que
antes
jamás
habían
visto.
Segundo,
necesitarán
compartir
las
experiencias
del
éxito
alcanza-
do
al
aplicar
los
principios
de
Iglecrecimiento
de
las
iglesias
participantes
en
años
anteriores
(mientras
el
proyecto
se
esté
desarrollando).
Los
que
hayan
asistido
a
los
seminarios
de
Iglecrecimiento
(que
incluyen
la
"Escuela
de
Evangelismo")
y
hayan
usado
estos
princi-
pios
y
recibido
crecimiento
en
todos
los
aspectos
de
sus
iglesias
locales
deben
compartir
sus
experiencias
con
los
demás.
III.
Lo.
cruzada
La
cruzada
en
este
caso
será
el
evento
evangelístico
de
todo
el
140
Manual
de
Iglecrecimiento
proyecto.
La
fecha
puede
fijarse
entre
los
12
y
los
24
meses
de
haberse
comenzado
el
proyecto.
La
cruzada
no
está
diseñada
para
ser
«
el
comienzo
de
un
nuevo
crecimiento,
sino
que
viene
al
escenario
ya
cuando
las
gráficas
de
las
iglesias
participantes
están
yendo
hacia
arriba.
Será
el
tiempo
de
la
cosecha.
Ya
se
estarán
ampliando
las
paredes
de
las
iglesias
(madres)
participantes,
y
se
estará
trayendo
nueva
gente
a
la
congregación.
Se
estará
adoctrinando
a
los
miembros
antiguos
y
a
los
nuevos
como
nunca
antes.
El
grado
de
madurez
cristiana,
el
conocimiento
doctrinal
y
teológico
deberá
ocupar
un
lugar
de
preponderancia.
Habrá
resultados
positivos
en
cuanto
al
fortalecimiento
de
los
creyentes
y
se
les
enseñará
a
sobreponerse
a
las
religiones
y
sectas
falsas.
Una
forma
en
que
Satanás
trabaja
es
confundiendo
a
los
nuevos
cristianos
(y
a
los
antiguos
también]
al
convencerlos
de
que
una
vez
que
han
aceptado
al
Señor
ya
no
tienen
que
preocuparse
por
nada
más.
De
modo
que
no
se
les
enseña
a
orar,
a
leer
sus
Biblias
y
a
crecer
en
la
vida
cristiana.
Pero
el
discipulado
cristiano
es
mucho
más
que
levantar
la
mano
en
una
reunión
evangelística.
También,
las
iglesias
(hijas)
recién
fundadas
tendrán
que
ser
organizadas
y
tener
vida
de
por
sí.
Necesitan
tener
liderazgo,
lugar
y
horario
propio.
Esto
lo
describe
Edgardo
Silvoso
en
su
libro
"Que
toda
la
tierra
escuche
la
voz
de
Dios"
cuando
dice
que
"la
única
manera
que
se
puede
considerar
una
nueva
iglesia
[es]
como
un
granero
listo
para
recibir
los
frutos
de
la
cosecha.
Necesitarán
tener
un
grupo
de
maestros
bíblicos,
y
otros
que
ayudarán
en
el
crecimien-
to
espiritual
de
los
nuevos
creyentes".
8
Esta
tal
vez
sea
la
razón
más
grande
para
recomendar
plantar
iglesias
hijas
en
vez
de
comenzar
una
obra
bajo
el
liderazgo
de
una
sola
persona,
ya
sea
pastor
o
laico.
Una
iglesia
madre
normalmente
suplirá
suficiente
liderazgo
y
apoyo.
Hacerlo
de
otra
forma
llevaría
más
tiempo
al
tenerse
que
enseñar
y
preparar
a
los
maestros,
etc.
A.
Énfasis
Una
cruzada
debe
tener
dos
énfasis
definidos.
1.
Incorporar
inmediatamente
a
las
iglesias
locales
a
las
personas
que
se
deciden
por
Cristo
la
primera
vez.
Algunos
evangelistas
promueven
la
importancia
de
la
asistencia
a
la
iglesia
local,
de
modo
que
la
gente
asiste
como
algo
que
se
espera
de
ellos.
Si
la
cruzada
dura
un
fin
de
semana
o
más,
se
instruye
a
los
nuevos
convertidos
a
que
asistan
a
los
servicios
del
domingo
por
la
mañana
en
la
iglesia
local
de
su
elección,
o
a
que
asistan
acompañando
a
algunas
de
las
personas
que
los
han
traído.
Esta
práctica
ha
dado
muy
buenos
resultados
en
promover
la
necesidad
de
pertenecer
a
un
grupo
en
vez
Estrategia
del
evangeJismo
urbano
141
de
promocionar
únicamente
a
la
cruzada
o
al
evangelista.
Al
hacerlo
así
se
ha
conseguido
una
consolidación
que
no
sería
posible
lograr
sin
la
participación
de
los
recién
convertidos
en
la
iglesia
local.
2.
Motivar
a
los
creyentes
a
incluir
en
su
estilo
de
vida
cristiana
el
énfasis
evangelístico.
Muchos
de
ellos
pueden
llegar
a
ser
"herma-
nos
mayores"-y
consejeros
de
los
nuevos
bebés
en
Cristo.
A
medida
que
descubramos
cómo,
el
Espíritu
proporciona
a
las
iglesias
los
dones
espirituales,
podremos
utilizar
a
los
miembros
de
nuestra
iglesias
en
una
manera
mucho
mejor.
Todos
sirviendo
al
Señor
en
la
manera
que
Dios
quiere
que
se
le
sirva.
Varios
métodos
se
han
usado
para
reclutar
miembros
antiguos
en
esta
tarea.
Una
de
ellas
ha
sido
que
firmen
tarjetas
de
compromiso.
Los
nuevos
convertidos
también
deben
ser
entrenados
e
instruidos
a
la
mayor
brevedad
posible,
y
que
ellos
también
firmen
una
tarjeta
de
compromiso.
Así
ellos
estarán
listos
para
ayudar
a
sus
amigos
y
familiares.
Debemos
darnos
cuenta
de
que
los
nuevos
convertidos
se
integra-
rán
á
iglesias
que
ya
están
creciendo,
cuyas
congregaciones
están
entusiasmadas
en
cuanto
al
Iglecrecimiento.
Esto
aumenta
el
poten-
cial
que
pellos
tienen
de
alcanzar
a
sus
amigos
y
familiares
que
todavía
están
en
el
mundo.
No
sólo
esto
sino
que
en
el
entusiasmo
de
su
nueva
experiencia,
estarán
testificando
y
compartiendo
lo
que
Cristo
ha
hecho
con
ellos.
Por
supuesto,
deberán
aprender
a
dar
los
primeros
pasos
en
la
fe
cristiana
y
la
forma
de
enfrentarse
a
las
tentaciones
y
aun
a
las
burlas
de
los
enemigos
de
la
fe.
A
medida
que
trabajábamos
en
el
"Plan
Rosario",
hablábamos
—
mi
buen
amigo
Edgardo
Silvoso
y
yo
—
de
qué
interesante
sería
tener
otro
evento
evangelístico
igual
inmediatamente
después
de
terminado
el
primero,
pero
en
esa
otra
ocasión,
organizado
y
ejecutado
por
las
personas
que
fueron
salvas
en
la
primera
cruzada.
¿Daría
resultados?
No
lo
sabemos.
Nunca
se
ha
probado.
Pero
si
consideramos
el
factor
positivo
que
estas
nuevas
personas
tienen
(el
entusiasmo
de
los
nuevos
cristianos),
y
ninguno
de
los
malos
hábitos
religiosos
de
los
que
ya
llevan
años
de
estar
en
la
iglesia,
tal
vez
veremos
algo
diferente.
El
nuevo
creyente
todavía
tiene
la
mayoría
de
sus
amigos
y
familiares
en
el
"estanque
pagano",
y
todavía
no
han
sido
catalogados
como
"evangélicos
de
la
Biblia
y
el
himnario
bajo
su
brazo".
Es
posible,
como
dice
Silvoso,
"que
tal
vez
todavía
tomen
un
poco
y
usen
un
poco
de
lenguaje
profano",
pero
tienen
el
gozo
del
primer
amor
por
Cristo,
un
deseo
de
contar
su
testimonio
a
otros
y
el
potencial
de
los
amigos
no
cristianos.
Después
de
cada
cruzada,
encontraremos
un
buen
porcentaje
de
personas
que
han
pasado
adelante
durante
la
cruzada
y
que
ya
son
142
Manual
de
Iglecrecimiento
miembros
o
simpatizantes
de
alguna
iglesia.
Algunos
de
ellos
pasarán
al
frente
todas
las
noches.
No
se
les
puede
culpar
a
ellos,
ni
a
los
organizadores.
Tal
vez
estas
personas
deban
firmar
una
tarjeta
especial,
y
entonces
pueden
recibir
ayuda
y
crecimiento
espiritual
de
sus
propias
iglesias.
A
estos
hermanos
—
que
han
sido
motivo
de
crítica
para
el
evangelismo
de
masas
—
se
les
debe
alimentar
con
la
Palabra
de
Dios
para
que
alcancen
madurez
en
cuanto
a
doctrina
y
todos
los
demás
aspectos
de
la
vida
cristiana.
Ya
están
en
una
iglesia
y
deben
ser
nuestro
primer
blanco
para
el
"crecimiento
interno",
o
sea,
el
desarrollo
de
una
base
más
fuerte
desde
la
cual
pueda
operar
la
iglesia.
Estos,
junto
a
los
creyentes
que
ya
estaban
en
la
iglesia
local,
sumados
a
los
que
han
hecho
profesión
de
fe
por
primera
vez,
creará
una
fuente
constante
de
nuevas
personas,
nuevos
discípulos
y
un
ciclo
continuo
de
allí
en
adelante.
IV.
La
postcruzada
Este
ha
sido
un
punto
muy
crítico-en
todas
las
cruzadas.
Hay
muy
pocos
equipos
evangelísticos
que
hagan
lo
que
vamos
a
proponer
aquí.
Ha
sido
una
de
las
cosas
que
más
falta
hacen
en
los
esfuerzos
en
masa.
Generalmente
suceden
dos
cosas
después
de
la
cruzada:
(1)
El
evangelista
y
su
equipo
se
ausentan
inmediatamente.
En
algunos
casos
(y
yo
los
he
visto)
el
mismo
domingo
que
se
termina
la
cruzada,
todo
el
mundo
se
va.
Y
para
no
regresar
jamás.
(2)
Los
líderes
y
los
creyentes
locales
sienten
un
gran
alivio.
"Al
fin
terminamos",
dicen.
Pero.
.
.
¿han
terminado
realmente
o
se
trata
en
realidad
del
comienzo?
Yo
creo
que
es
justamente
el
momento
de
comenzar.
Ahora
las
iglesias
locales
tienen
en
sus
manos
las
tarjetas
de
decisión.
Es
muy
posible
que
haya
muchas
con
nombres
y
direc-
ciones
equivocados.
Muchos
ya
son
miembros
de
otras
iglesias,
o
tal
vez
no
estén
exactamente
en
su
zona;
todo
esto
es
cierto.
Pero
usted
todavía
tiene
un
potencial.
Aunque
no
haya
recibido
ni
una
sola
tarjeta.
El
evento
evangelístico
tiene
que
haber
dado
a
su
iglesia
suficiente
visibilidad
y
conmoción
de
modo
que
habrá
bastante
trabajo
por
hacer.
Se
puede
alcanzar
a
muchas
almas.
Las
personas
deben
ser
adoctrinadas
y
los
creyentes
deben
comenzar
a
trabajar,
descubriendo
sus
dones
espirituales,
los
cuales
se
deberán
desarro-
llar
por
medio
del
uso.
Por
lo
tanto,
¿qué
se
puede
hacer
como
esfuerzo
de
postcruzada?
Primero,
creo
que
se
debe
mantener
una
oficina
por
lo
menos
durante
un
año
después
de
la
cruzada.
La
mayor
parte
de
los
Estrategia
del
evangeJismo
urbano
143
empleados
de
esta
serán
voluntarios
de
la
comunidad.
Naturalmente
la
descripción
del
trabajo
de
cada
una
de
las
personas
cambiará
en
este
momento;
en
vez
de
estar
preocupados
con
juntar
fondos
o
preocupados
por
la
decoración
del
estadio
y
otros
detalles
que
son
necesarios
de
la
fase
anterior,
habrá
diferentes
tareas
para
la
oficina.
Aquí
tenemos
algunas
sugerencias:
1.
Mantenga
el
entusiasmo
bien
alto
en
cuanto
al
evangelismo
e
IgJecrecimiento
en
las
iglesias
locales.
2.
Mantenga
las
líneas
de
comunicación
abiertas
entre
las
iglesias
participantes.
Le
ayudará
usar
las
actividades
interdenominacio-
nales.
3.
Organice
una
comisión
permanente
de
Evangelismo
e
IgJecreci-
miento
para
mantener
regularidad
en
las
metas
y
el
informe
sobre
las
mismas.
4.
Tenga
un
Festival
de
íglecrecimiento
al
cumplirse
el
primer
año.
5.
Haga
una
evaluación
de
las
metas
alcanzadas
ese
año.
6.
Permita
que
se
mantenga
un
modelo
de
Iglecrecimiento
acelera-
do
en
toda
la
ciudad,
incluyendo
los
posibles
planes
de
un
festival
anual.
Por
modelo
queremos
decir
algo
que
incluya
el
crecimiento
de
la
iglesia
local
y
los
creyentes
en
fe,
en
pureza,
doctrina
y
en
número.
Las
personas
pueden
y
deben
ser
contadas.
El
crecimiento
cristiano
en
madurez
puede
ser
medido.
"Por
sus
frutos
los
conoceréis"
(Mateo
5:16).
Por
lo
tanto
eso
debe
ser
contado
también.
Personalmente,
no
creo
que
las
iglesias
puedan
crecer
en
una
sola
forma,
y
el
movimiento
de
Iglecrecimiento
siempre
ha
pregonado
el
crecimiento
de
la
iglesia
en
un
círculo
completo
que
nunca
termina.
La
columna
vertebral
de
este
plan,
es
el
cumplimiento
de
la
meta
de
la
Gran
Comisión:
"hacer
discípulos",
y
la
incorporación
de
los
nuevos
creyentes
a
las
iglesias
establecidas
(iglesias
madres)
y
los
nuevos
"graneros"
(iglesias
hijas)
que
se
establecerán
para
recoger
la
cosecha.
El
crecimiento
total
de
la
Iglesia
será
la
meta
final.
Por
eso,
el
comienzo
es
marcado
con
un
taller
de
Iglecrecimiento.
En
otros
proyectos,
este
tipo
de
talleres
ha
sido
incluido
después
de
que
el
proceso
estaba
en
marcha
o
poco
antes
de
la
cruzada
o
evento
evangelístico.
Demasiado
tarde
para
servir
de
ayuda.
Hay
una
diferencia
muy
grande
cuando
todo
el
proyecto
comienza
con
un
taller
de
Iglecrecimiento.
De
ese
punto
en
adelante,
cualquier
cosa
que
se
haga
será
con
un
enfoque
en
la
meta
evangelística.
Las
comisiones
ya
no
trabajan
para
una
sola
o
exclusiva
actividad
o
por
un
corto
período
de
tiempo,
ellos
trabajan
como
una
parte
integral,
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CÉLULAS
DE
ORACIÓN
|
|
|
PREPARACIÓN
DENOMINACIONAL
|
§
|
OBREROS
PERSONALES
ENSEÑANZA
/
PREDICACIÓN
|
|
|
CENTROS
DE
CONSULTA
EDIFICACIÓN
DE
LOS
SANTOS
|
|
|
COMITÉ
DE
FINANZAS
|
|
|
COMITÉ
DE
MÚSICA
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EXPANSIÓN
DE
IGLESIAS
IGLESIAS
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146
Manual
de
Iglecrecimiento
esta
actividad.
Sería
oportuno
que
aun
el
evangelista
del
evento
principal
esté
presente.
Es
absolutamente
necesario
para
los
que
están
involucrados
en
alguna
forma
u
otra
que
sean
parte
del
taller
de
orientación
del
proyecto
y
del
taller
de
Iglecrecimiento
para
que
su
onda
de
pensamiento
y
metas
sean
uno
con
los
demás.
Se
pueden
hacer
excepciones
con
miembros
del
equipo
que
ya
han
estado
en
otros
talleres
(ambos).
En
el
presente
hay
muy
pocos
que
hayan
estado
en
uno
o
el
otro,
mucho
menos
en
los
dos.
No
es
fácil
que
un
equipo
evangelístico
—
que
ha
estado
acostum-
brado
a
medir
su
éxito
en
decisiones
—
cambie
para
que
el
éxito
esté
basado
en
la
incorporación
de
los
nuevos
creyentes
a
las
iglesias
existentes
y
a
las
nuevas.
Esta
es
la
manera
que
nos
dice
que
hagamos
la
Gran
Comisión,
por
lo
tanto
ellos
querrán
ser
una
parte
integral
del
plan.
El
"Plan
Rosario"
y
otros
más
tal
vez
no
fueron
lo
que
se
hubiera
deseado.
Mucha
gente
no
estuvo
satisfecha.
Los
números
pueden
haber
sido
exagerados,
yo
admitiría
eso,
aun
quienes
los
computaron
lo
admitirían,
pero
la
verdad
es
que
una
hueste
de
nuevos
cristianos
fueron
incorporados
a
las
iglesias
nuevas
y
a
las
ya
establecidas.
Muchos
recibieron
adiestramiento
y
madurez
como
nunca
antes.
Un
espíritu
de
unidad
se
hizo
sentir
en
todos
los
participantes:
iglesias,
pastores
y
líderes.
Muy
poco
de
eso
existía
antes.
Las
iglesias
crecieron
como
nunca
antes
en
los
50
años
de
evangelio
en
la
ciudad
de
Rosario.
Y
yo
debería
saberlo,
allí
nací
y
viví
por
25
años.
Otros
esfuerzos
se
han
realizado
en
otras
ciudades;
se
podrían
escribir
varios
libros
con
las
cosas
en
favor
y
las
cosas
en
contra.
En
este
prototipo
presentado,
creo
que
hay
suficiente
libertad
para
hacer
cambios,
adaptaciones,
adiciones
y
quitar
cosas
de
acuerdo
con
los
recursos
específicos
y
la
necesidad
de
los
que
desean
participar
de
una
estrategia
de
evangelismo
urbano
para
el
creci-
miento
de
la
iglesia.
Quiera
Dios
bendecir
a
los
que
usen
este
prototipo
para
que
puedan
alcanzar
los
millones
que
viven
en
las
grandes
ciudades
de
America
Latina
y
España.
Hemos
presentado
dos
modelos.
No
cabe
duda
que
deben
haber
muchos
más,
excelentes.
Estos,
sin
embargo,
los
hemos
comprobado.
Han
sido
y
pueden
ser
aún
de
mayor
bendición.
Tenemos
hoy
en
América
Latina
muchas
iglesias
grandes,
tanto
en
enseñanza
como
en
membresía.
Gracias
a
Dios.
Tenemos
también
equipos
evangelísti-
cos
y
organizaciones
paraeclesiásticas
que
están
trabajando
en
la
"urbangelización",
gracias
a
Dios
por
todos
ellos.
Pero
también
hay
muchos
que
ni
hacen
ni
dejan
hacer.
Oremos
por
ellos.
Estrategia
del
evan
ge
ji
smo
urbano
147
NOTAS
BIBLIOGRÁFICAS
1
Luther
E.
Copeland,
Conferencia
sobre
evangeJismo
urbano
Las
raíces
de
la
urbanización
(Agosto
13-20,
1974,
Bello
Horizonte
Brasil),
pág.
6.
2
Nuevo
diccionario
enciclopédico
ilustrado
(Editorial
Sopeña
Buenos
Aires,
Argentina,
1965).
3
Luther
E.
Copeland,
Conferencia
sobre
evangeJismo
urbano
La
urbanización:
¿hacia
dónde
va?
(Agosto
13-20,
1974,
Bello
Hori-
zonte,
Brasil),
pág.
9.
4
Ronald
Boswell,
citando
Missions
in
Crisis
en
la
Conferencia
sobre
evangelismo
urbano
(Agosto
13-20,
1974,
Bello
Horizonte
Brasil),
pág.
54.
5
Amoldo
Cook,
"Lima
al
encuentro
con
Dios",
Boletín
rip
Ja^rror-i J-T-I
j
*-i
i
-
c
•
•
**«•«•!
ue
zgicuicci-
miento
(Pasadena,
Laiitorma,
Ser.
trimestre
de
19731
náe
206
6
Dardo
Bruchez,
"Lima
al
encuentro
con
Dios",
Boletín
de
Iglecre-
cimiento
(Pasadena,
California,
4to.
trimestre
de
1976),
pág
88
7
Eugenio
Kelly,
Conferencias
sobre
"Lima
al
encuentro
con
Dios"
material
mimeografiado.
8
Edgardo
Silvoso,
Que
toda
Ja
tierra
escuche
Ja
voz
de
Dios
(Buenos
Aires,
Argentina,
1978).
CAPITULO
7
EL
MINISTERIO
SOCIAL
Y
EL
IGLECRECIMIENTO
En
el
capítulo
2
hablamos
de
la
misión
de
la
iglesia.
Vimos
cómo
el
mandato
evangelístico
tiene
prioridad,
y
cómo
podemos
desarro-
llar
un
ministerio
eficiente,
estando
ocupados
en
"edificar
la
Iglesia
del
Señor",
y
en
velar
por
todas
las
responsabilidades
del
creyente,
la
que
incluye
el
ministerio
social,
del
que
queremos
hablar
en
este
capítulo.
EÍ
movimiento
de
Iglecrecimiento
ha
sido
acusado
de
no
poner
énfasis
en
el
ministerio
social
de
la
Iglesia.
Si
bien
es
cierto
que
en
el
pasado
este
énfasis
no
fue
expresamente
articulado,
hoy
más
que
nunca
tenemos
libros
y
escritos
que
demuestran
que
Iglecrecimiento
está
apoyando
todo
el
evangelio,
del
cual
el
ministerio
social
es
sólo
una
parte.
Indudablemente,
será
muy
difícil
satisfacer
a
todo
el
mundo,
pero
a
medida
que
las
bases
del
Iglecrecimiento
sean
más
estudiadas,
mayor
será
el
conocimiento
y
reconocimiento
que
recibirán.
No
podemos
polarizar
el
mandato
cultural
y
el
mandato
evangelístico,
sino
que
más
bien
debemos
reconocer
lo
que
diferen-
cia
a
ambos.
Ya
lo
hemos
dicho:
"Cuantas
más
iglesias
haya
y
cuantos
más
creyentes
seamos,
no
sólo
tendremos
un
evangelismo
más
agresivo
y
las
iglesias
serán
más
reconocidas,
sino
que
también
podremos
participar
tanto
más
activamente
y
con
peso
en
las
necesidades
físicas
y
políticas
de
este
mundo.
Entonces
se
nos
escuchará
cuando
hablemos
de
liberación,
justicia
y
paz."
Dividiremos
nuestro
estudio
en
tres
partes
principales:
(1)
el
mandato
cultural,
(2)
el
servicio
social,
y
(3)
la
acción
social.
Estos
temas
han
sido
y
continuarán
siendo
considerados
seriamente
en
consultas
internacionales.
Últimamente
hemos
tenido
dos
de
ellas.
La
primera
en
Grand
Rapids,
Michigan,
del
19
al
25
de
junio
de
1982,
auspiciada
por
el
Comité
para
la
Evangelización
Mundial
de
Lausana
y
la
Confraternidad
Evangélica
Conservadora
Mundial.
Poco
antes
de
que
se
realizara
esta,
Leighton
Ford
escribió:
"Los
El
ministerio
social
y
el
jglecrecimiento
149
auspiciadores
tienen
la
esperanza
de
que
la
consulta
contribuya
grandemente
a
clarificar
la
visión
evangélica
en
esta
relación
crucial
entre
el
evangelismo
y
la
responsabilidad
social."
1
Durante
la
consulta
se
analizaron
los
aspectos
histórico
y
bíblico
a
la
luz
de
casos
y
estudios
contemporáneos.
No
deseando
ser
repetidores
y
siendo
que
ya
hay
un
resumen
publicado
sobre
esa
consulta,
sugerimos
al
lector
que
desee
profundizar
en
este
tema,
que
solicite
el
"Informe
de
Grand
Rapids:
'El
Evangelismo
y
la
Responsabilidad
Social'
"
(Ver
la
bibliografía
al
final
del
libro).
La
segunda
fue
la
Consulta
Teológica
sobre
la
Responsabilidad
Social,
auspiciada
por
CONELA
(Confraternidad
Evangélica
Latinoa-
mericana]
en
Panamá,
del
2
al
4
de
septiembre
de
1983.
Naturalmen-
te
allí
se
habló
en
términos
más
específicamente
latinoamericanos.
En
este
capítulo
trataremos
de
presentar
el
pensamiento
de
los
que
estamos
en
Iglecrecimiento.
El
mandato
cultural
Este
término
ha
sido
popularizado
por
Arturo
Glasser,
quien
fue
decano
de
la
Escuela
de
Misiones
del
Seminario
Teológico
FuJler
hasta
1980,
y
quien
substituyó
al
doctor
Donald
McGavran.
Es
posible
que
algunas
personas
no
estén
de
acuerdo
con
el
término,
pero
cada
día
parece
ser
más
utilizado,
especialmente
con
su
paralelo
"el
mandato
evangelístico".
Estos
términos
ayudan
a
comprender
más
profundamente
el
total
de
la
misión
de
la
iglesia.
Pedro
Wagner
dice:
"A
medida
que
se
reflexiona
sobre
el
signifi-
cado
del
mandato
cultural,
y
la
relación
que
tiene
este
con
el
crecimiento
de
la
iglesia,
tres
aspectos
sobresalen:
su
origen,
sus
demandas
y
su
alcance."
2
Examinemos
estos
tres
aspectos.
El
origen
del
mandato
cultural
está
en
Dios.
Adán
y
Eva
recibieron
este
mandato
antes
de
la
caída:
"Fructificad
y
multiplicaos;
llenad
la
tierra
y
sojuzgadla,
y
señoread
en
los
peces
del
mar,
en
las
aves
de
los
cielos,
y
en
todas
las
bestias
que
se
mueven
sobre
la
tierra"
(Génesis
1:28).
Dios
puso
en
sus
manos
.que
realizasen
ese
trabajo
tal
como
El
mismo
lo
haría.
Este
era
el
primer
mandato
cultural.
Más
tarde
Dios
dio
a
su
pueblo
muchas
instrucciones
específicas
acerca
de
las
relaciones
humanas.
Se
resumen
en
las
palabras
que
el
Señor
Jesucristo
citó
del
Antiguo
Testamento
al
indicar
cuáles
eran
los
dos
mandamientos
más
importantes
de
la
Ley:
"Amarás
al
Señor
tu
Dios
con
todo
tu
corazón,
y
con
toda
tu
mente.
Este
es
el
primero
y
grande
mandamiento.
Y
el
segundo
es
semejante:
Amarás
a
tu
prójimo
como
a
ti
mismo"
(Mateo
22:37-39;
Deuteronomio
6:5;
Levítico
19:18).
Como
broche
final
les
explica
que
estos
dos
mandamientos
resumen
todas
las
enseñanzas
de
la
ley
y
los
profetas.
150
Manual
de
Iglecrecimiento
Como
creyentes
tenemos
la
obligación
(no
la
opción)
de
cumplir
con
el
mandato
cultural.
No
podemos
amar
a
Dios
y
no
amar
a
nuestro
prójimo.
Las
demandas
del
mandato
cultural
son
tremendas.
Dios
espera
mucho
de
nosotros
a
quienes
El
ha
confiado
la
administración
de
todo
el
aspecto
cultural;
todo
lo
que
atañe
a
la
familia,
la
integridad
cultural,
la
liberación
del
oprimido
y
el
mantenimiento
de
la
paz.
Sí,
la
voluntad
de
Dios
es
que
vivamos
en
paz.
Los
que
hemos
conocido
a
Cristo
como
nuestro
Salvador
tenemos
la
responsabilidad
de
promover
la
paz,
aun
en
medio
de
un
mundo
que
parece
predispues-
to
a
la
guerra.
En
las
Escrituras
encontramos
lo
que
algunos
podrían
llamar
un
"idealismo",
pero
Dios
nunca
pide
que
hagamos
más
de
lo
El
nos
da
fuerzas
para
soportar.
Alguien
ha
dicho:
"Dios
nos
prueba
en
nuestras
fuerzas;
el
diablo
nos
tienta
en
nuestras
debilidades."
El
Sermón
del
Monte,
en
especial
las
Bienaventuranzas,
nos
muestra
lo
que
Dios
espera
de
nosotros.
El
alcance
del
mandato
cultural
nunca
ha
sido
restringido.
Desde
el
comienzo
—
en
la
creación
—
hasta
el
final
—
cuando
el
Señor
recoja
a
los
suyos
—,
Dios
nos
ha
llamado
para
que
seamos
sus
instrumentos
para
que
las
cosas
se
lleven
a
cabo.
Todos
tenemos
una
parte
que
cumplir.
"Los
creyentes
son
los
agentes
escogidos
por
Dios
para
hacer
que
las
cosas
sucedan."
3
Es
una
labor
en
la
que
todos
participamos
(o
debiéramos
hacerlo)
de
una
forma
u
otra.
La
tarea
no
es
fácil,
y
se
deberá
enseñar
a
los
nuevos
creyentes
antes
de
que
comiencen
a
hacer
su
parte
para
transformar
la
sociedad.
Habrá
que
enseñarles,
animarles
y
tratar
de
que
participen
junto
a
los
demás
hermanos.
El
libro
Paz
con
Dios,
escrito
por
Billy
Graham,
ayuda
a
entender
este
concepto
de
ayudar
a
otros,
aunque
sea
con
un
vaso
de
agua.
Donald
McGavran
agrega
su
parecer
al
mandato
evangelístico:
"En
este
día
cuando
la
perversidad
del
orden
social
ofende
a
todo
creyente
.
.
.
la
gran
desigualdad
de
riquezas
entre
los
que
tienen
y
los
que
no
tienen,
y
el
trato
que
se
da
a
las
minorías
oprimidas,
son
claramente
contrarios
a
la
voluntad
del
Dios
y
Padre
de
nuestro
Señor
Jesucristo.
Los
creyentes
de
cualquier
opinión
teológica
reconocen
esto,
y
en
diversas
maneras
tratan
de
rectificarlo
en
lo
que
corresponde
a
su
responsabilidad.'
'
4
Aun
con
esto
McGavran
prefiere
llamarlo
"deber
cristiano"
en
vez
de
"mandato
cultural".
Tenemos
un
mensaje
que
es
muy
representativo
del
sentir
evangé-
EJ
ministerio
social
y
el
iglecrecimiento
151
lico,
o
sea,
el
Pacto
de
Lausana
que
dice
en
su
artículo
5:
"El
mensaje
de
salvación
incluye
también
un
mensaje
de
juicio
a
toda
forma
de
alienación,
opresión
y
discriminación,
y
no
debemos
tener
temor
de
denunciar
lo
pernicioso
y
la
injusticia
dondequiera
que
exista.
Cuando
la
gente
recibe
a
Cristo
nace
de
nuevo
y
pasa
a
formar
parte
de
su
reino.
Estos
deben
esforzarse
no
sólo
en
exhibir
sino
también
en
procla-
mar
su
justicia
en
medio
de
este
mundo
que
no
tiene
ninguna."
Sí,
el
movimiento
de
Iglecrecimiento
afirma
el
mandato
cultural
y
proclama
el
significado
y
valor
del
reino
de
Dios,
sin
olvidar
que
los
cambios
sociales
más
grandes
vendrán
como
resultado
del
cambio
operado
en
el
corazón
de
los
hombres
y
mujeres
que
se
conviertan
en
discípulos
de
Cristo.
Creemos
que
el
mandato
cultural
es
parte
de
la
voluntad
de
Dios
para
los
subditos
de
su
reino.
Si
usted
y
yo
nos
llamamos
hijos
del
Rey
tenemos
que
obedecer
el
mandato
cultural
a
la
luz
de
lo
que
ya
hemos
dicho
sobre
la
misión
de
la
iglesia.
"Cuando
argumento
que
el
mandato
evangelístico
tiene
prioridad
sobre
el
mandato
cultural,
ello
no
significa
que
tenga
intenciones
de
descuidar
este
último."
5
Si
no
nos
ocupamos
de
llevar
a
cabo
el
mandato
evangelístico
no
podremos
ser
la
luz
de
este
mundo.
Sin
desarrollar
y
ocuparnos
con
el
mandato
cultural
no
seremos
la
sal
de
la
tierra.
Parte
del
dilema
presente
es
que
los
creyentes
han
tenido
diferentes
ideas
y
han
llegado
a
diferentes
conclusiones
en
cuanto
a
cómo
la
iglesia
debe
relacionarse
con
el
mundo.
Una
vez
más
Wagner
nos
ayuda
con
cuatro
opciones
que
él
ha
visto
y
que
opina
nos
ayudarán
a
nosotros
a
comprender
la
relación:
1.
La
iglesia
está
separada
del
mundo.
Los
que
mantienen
y
practican
este
punto
de
vista
tienden
a
llegar
a
ser
cristianos
contraculturales.
Esta
ha
sido
la
posición
tradicional
de
algunos
grupos
de
anabaptistas
y
menonitas.
Sienten
que
es
su
responsabilidad
fundar
comunidades
separadas
en
las
que
puedan
sentirse
libres
para
demostrar
lo
que
ellos
interpretan
ser
las
señales
del
reino
de
Dios.
2.
La
iglesia
controla
al
mundo.
Este
fue
el
punto
de
vista
papal
de
la
Edad
Media
que
comenzó
con
el
emperador
Constantino.
Hasta
no
hace
mucho
algunas
naciones
latinoa-
mericanas
mantenían
esta
actitud,
heredada
de
España.
Esta
posición
mantiene
que
las
señales
del
reino
deben
ser
legisladas
por
los
gobiernos
que
controlan
el
mundo.
152
Manual
de
IgJecrecimienío
3.
La
iglesia
es
sirviente
del
mundo.
Esta
es
la
posición
adoptada
por
los
teólogos
de
la
liberación
contemporáneos.
Mantienen
que
la
iglesia
debe
planificar
su
acción
de
acuerdo
con
las
necesidades
del
mundo
y
participar
de
movimientos
que
liberen
y
humanicen
al
mayor
número
de
individuos.
Esta
posición
generalmente
mantiene
que
las
señales
del
reino
se
pueden
ver
en
movimientos
socio-
políticos
seculares.
4.
La
iglesia
y
el
mundo
están
en
una
tensión
creativa.
La
iglesia
debe
de
ir
al
mundo,
no
mantenerse
apartada.
El
Señor
Jesús
mandó
a
sus
discípulos
a
que
así
lo
hicieran.
La
iglesia
no
intenta
controlar
al
mundo,
porque
no
tiene
orden
de
hacerlo.
En
todo
caso
es
lo
contrario.
Se
nos
dice
que
el
mundo
está
controlado
por
principados
y
potestades.
Sata-
nás
es
el
dios
de
la
edad
presente
y
lo
seguirá
siendo
hasta
la
segunda
venida
de
Cristo.
Por
eso,
la
iglesia
debe
ir
adelante
con
su
propio
programa
del
reino
de
Dios
y
debe
proclamar
ese
programa
al
mundo.
La
tensión
creativa
existe
porque
la
iglesia
reconoce
que
está
separada
del
mundo
y,
además,
que
su
estilo
de
vida
es
diferente
al
de
este.
Entiende
que
debe
influenciar
a
los
gobiernos
hasta
el
grado
que
sea
posible,
por
ejemplo,
para
que
se
apruebe
una
legislación
que
promueva
los
principios
del
reino,
tal
como
ayudar
al
pobre
y
al
oprimido,
y
garantice
la
libertad
de
predicar
el
evangelio
y
fundar
iglesias.
No
puede
la
iglesia
dejar
de
prestarles
atención
a
esos
progra-
mas
que
son
programas
del
mundo,
ya
que
estos
informan
a
la
iglesia
de
las
necesidades
y
el
dolor
de
un
mundo
que
Jesucristo
quiere
sanar
y
atender.
6
Este
último
modelo
es
el
que
sería
más
aceptable
para
el
movimiento
de
Iglecrecimiento
como
lo
que
Dios
espera
de
nosotros
al
enviar
a
su
Iglesia
al
mundo.
Dentro
de
este
concepto,
encontramos
dos
canales
a
través
de
los
que
podemos
cumplir
con
el
mandato
cultural.
No
pienso
que
sean
canales
optativos
necesariamente,
sino
más
bien
de
prioridades,
o
de
posibilidades.
Creo
que
uno
es
más
factible
de
realizar
que
el
otro.
Me
estoy
refiriendo
a
lo
que
llamamos
el
"servicio
social"
y
la
"acción
social".
Considerémoslos
por
separado.
El
servicio
social
Este
es
un
tipo
de
ministerio
que
satisface
las
necesidades,
tanto
de
individuos
como
de
grupos
de
personas,
de
una
forma
directa
e
El
ministerio
social
y
el
iglecrecimiento
153
inmediata.
Esto
no
es
nada
nuevo
para
la
Iglesia,
ya
que
lo
hemos
venido
haciendo
por
largo
tiempo
en
una
medida
u
otra.
Ya
mencioné
anteriormente
que
cuando
nací
mis
padres
pertenecían
al
Ejército
de
Salvación.
Allí
conocí
muy
de
cerca
lo
que
significa
"hacer
servicio
social".
Aprendí
a
solicitar
ayuda
para
los
necesita-
dos,
ya
fuera
en
forma
de
alimentos,
abrigo
y
aun
dinero.
Recuerdo
que
cuando
hablaba
con
comerciantes,
jefes
de
casas
cerealistas,
la
municipalidad,
etc.,
volvía
siempre
cargado
con
donativos
con
los
que
esta
gente
cooperaba.
Me
pregunto,
¿cómo
era
que
me
escucha-
ban?.
.
.
¿cómo
era
que
me
daban
algo?.
.
.
Mas
lo
hacían.
Mi
sorpresa
radica
en
que
yo
sé
que
en
esa
época
no
tendría
yo
más
de
nueve
años
de
edad,
ya
que
en
ese
tiempo
nos
trasladamos
de
lugar
y
comenzamos
a
asistir
a
la
Iglesia
de
los
Hermanos
(con
la
que
trabajo
en
la
actualidad).
Por
supuesto,
el
servicio
social
no
se
limita
a
lo
que
yo
realizaba
cuando
niño.
Es
mucho
más
que
proporcionarle
comida
al
necesita-
do
y
abrigo
al
que
tiene
frío.
Habrá
épocas
de
hambre
en
las
que
será
necesario
proveer
alimento
a
los
necesitados.
Los
terremotos
y
otras
catástrofes
pueden
requerir
que
la
iglesia
haga
algo.
Habrá
epidemias
en
las
que
la
iglesia
podrá
proporcionar
medicamentos
y
atención
médica
a
los
enfermos.
Mucho
del
evangelio
que
se
conoce
hoy
en
América
Latina
y
la
manera
en
que
muchas
iglesias
se
establecieron
fue
por
medio
de
las
escuelas,
orfanatorios,
y
dispensarios
que
se
abrieron
en
nuestros
países.
Allí
el
evangelismo
de
presencia
(1-P),
sembró
y
luego
cuando
el
evangelio
fue
predicado
(2-P),
la
gente
escuchó
y
aceptó,
para
luego
ser
incorporados
a
las
iglesias
como
miembros
responsables
y
reproductivos
(3-P).
No
sólo
los
países
desarrollados
tienen
hoy
agencias
y
organiza-
ciones
que
realizan
este
servicio
social
sino
que
también
vemos
que
en
nuestros
países
latinoamericanos
hay
la
disposición
de
ayudar.
Lo
vemos
dentro
de
las
mismas
iglesias
en
las
que
se
está
tratando
de
suplir
las
necesidades
del
ser
humano.
Contamos
con
organizaciones
tales
como
Visión
Mundial
que
trabajan
específicamente
para
suplir
estas
necesidades.
Muchas
de
estas
organizaciones
trabajan
con
dos
metas
en
mente.
La
primera
es
la
de
brindar
"auxilio
de
emergencia"
a
los
pueblos
o
individuos
que
han
sido
azotados
por
alguna
catástrofe.
La
segunda
es
la
de
ayudar
al
desarrollo.
Por
medio
de
la
enseñanza
(teórica
y
práctica)
se
puede
preparar
a
personas
de
tal
o
cual
región
para
que
sepan
cómo
obtener
mejores
cosechas,
mejor
agua,
mejor
alimento,
etc.
Como
tales,
estas
organizaciones
son
muy
productivas,
aunque
a
veces
mal
enten-
didas.
La
mayoría
de
los
creyentes
están
involucrados
en
el
servicio
154
Manual
de
Iglecrecimiento
social
de
una
forma
u
otra.
En
nuestra
iglesia
hay
hermanos
a
los
que,
sin
hacer
mucho
ruido
ni
andar
pregonándolo
demasiado,
los
veo
llegar
a
los
cultos
con
una
bolsa
de
alimentos
o
de
ropa.
Al
terminar
el
servicio
otra
persona
sale
con
la
misma
bolsa.
Alguien
supo
de
una
necesidad
y
la
suplió.
A
veces
llegan
y
me
dicen:
"Pastor,
¿qué
le
parece
si
entre
algunos
de
nosotros,
o
de
los
fondos
de
la
iglesia
ayudamos
a
fulano
o
mengano?"
Sin
llamar
a
una
sesión
plenaria
o
esperar
semanas
para
resolver,
la
comisión
correspon-
diente
se
reúne
y
decide.
Todavía
no
sé
de
ningún
caso
legítimo
al
que
se
le
haya
negado
ayuda.
Aun
más,
nos
vamos
a
encontrar
en
situaciones
donde
el
mandato
cultural
tomará
prioridad
sobre
el
mandato
evangelístico.
El
doctor
McGavran
considera
esto
y
enseña:
"Bajo
algunas
circunstancias,
y
sin
duda
por
un
tiempo
limitado,
podrá
cristianizarse
algún
aspecto
de
orden
social,
se
le
otorgará
prioridad
y
recibirá
más
atención
que
el
evangelismo."
7
Un
ejemplo
clásico
es
el
del
Buen
Samaritano.
Allí
la
prioridad
era
auxiliar
al
herido;
curar
sus
lesiones.
La
situación
de
este
hombre
no
parecía
muy
conducente
a
que
se
le
presentara
un
mensaje
evangelístico.
Wagner
dice:
"Si
un
edificio
se
está
queman-
do
no
será
muy
apropiado
tener
una
reunión
al
aire
libre.
Será
más
importante
ayudar
a
apagar
el
fuego
y
ayudar
a
las
víctimas
a
escapar."
8
Nuestra
propia
lógica
nos
ayudará
a
tomar
resoluciones
correctas
en
casos
como
estos.
Me
permito
repetir
lo
que
hemos
dicho
antes:
cuantos
más
seamos,
tanto
más
ese
hecho
nos
ayudará
y
multiplicará
nuestra
eficiencia.
El
impacto
será
mayor.
Cuanto
más
grande
la
membresía
de
la
iglesia,
más
gente
habrá
para
hacer
el
trabajo.
Además
en
una
iglesia
"suficientemente
grande"
como
hemos
visto
en
el
capítulo
5,
habrá
quienes
tengan
dones
específicos
para
el
servicio
social.
Esto
permitirá
también
que
mientras
unos
estén
ocupados
en
el
aspecto
del
mandato
evangelístico,
otros
podrán
desarrollar
y
usar
sus
dones
espirituales
en
el
cumplimiento
del
mandato
cultural.
McGavran
ha
dicho
también
que
en
las
causas
sociales,
los
creyentes
"no
triunfa-
remos
a
menos
que
contemos
con
un
gran
número
de
cristianos".
9
No
necesitamos
ser
muy
eruditos
para
darnos
cuenta
de
esto.
El
obispo
Stephen
Neil
dice
que
está
convencido
de
que
"el
orden
de
prioridad
debe
ser
siempre
el
de
conversión
primero
y
luego
el
de
transformación
social".
10
Hace
tres
años,
en
la
iglesia
que
hoy
pastoreamos,
cuando
comenzamos
con
cero
de
asistencia
era
muy
limitado
lo
que
podíamos
hacer
en
cuanto
al
servicio
social.
Hoy
podemos
hacer
mucho
más.
Predicamos
el
evangelio
y
enseñamos
a
nuestra
congre-
gación
tanto
como
el
tiempo
y
las
energías
nos
lo
permiten.
Estamos
El
ministerio
social
y
el
iglecrecimiento
155
reclutando
la
ayuda
de
otras
personas
que
puedan
constituir
un
equipo
de
trabajo
pastoral.
El
Señor
añade
cada
día
los
que
han
de
ser
salvos.
Creo
que
estamos
cumpliendo
con
la
prioridad
del
mandato
evangelístico.
Sin
embargo,
mi
esposa,
quien
es
mi
mano
derecha
en
todo
mi
trabajo,
acaba
de
preparar
un
proyecto
de
"servicio
social"
que
complementa
todo
lo
que
se
ha
hecho
hasta
aquí.
Pronto
presentaremos
esto
a
la
iglesia
para
su
aprobación
e
implementación.
En
el
sur
de
California
tenemos
algunos
problemas
sociales
muy
especiales
y
particulares.
La
misma
invasión
de
personas
de
todos
nuestros
países
latinoamericanos
crea
una
situación
compleja
que
la
iglesia
debe
considerar.
Tal
vez
sea
muy
distinta
a
la
que
usted
tiene
en
el
lugar
que
usted
se
encuentra,
pero
donde
nosotros
estamos
consideramos
éstas
"necesidades
reales"
de
nuestra
comunidad
y
a
esas
necesidades
son
las
que
estamos
tratando
de
suplir.
Nuestro
plan
incluye
los
siguientes
proyectos,
algunos
de
los
cuales
ya
están
en
marcha:
1.
Clase
2.
Fondo
de
emergencia
3.
Banco
de
alimentos
y
ropa
para
personas
necesitadas
o
recién
llegadas
al
país.
4.
Programa
de
ayuda
a
alcohólicos,
drogadictos,
etc.
5.
Programa
de
instrucción
para
la
familia.
En
conjunto
y
cada
miembro
por
separado.
6.
Conferencias
sobre
los
temas
de:
Atrasados
mentales
Salud
e
higiene
mental
7.
Oficina
de
consejería
(pre
y
post)
matrimonial.
8.
Canastas
de
comidas,
juguetes,
etc.
para
días
especiales
como
Navidad,
Año
Nuevo,
etc.
9.
Clases
de
instrumentos
musicales.
10.
Actividades
sociales
y
deportivas
para
la
juventud
hispana.
Cuanto
más
crezca
nuestra
iglesia,
tanto
en
número
como
en
lo
espiritual,
tanto
más
fácil
—
creemos
—
nos
será
poner
en
funciona-
miento
estos
programas.
Ellos
harán,
a
su
vez,
que
la
congregación
esté
estructurada
para
llevar
a
cabo
un
mayor
esfuerzo,
obteniendo
mejores
resultados.
Creemos
que
los
programas
de
servicio
social
nos
ayudarán
a
crecer,
además
de
satisfacer
las
necesidades
huma-
nas.
J.
Edwin
Orr
dice:
"El
derramamiento
del
Espíritu
Santo
al
avivar
las
iglesias
y
despertar
las
masas
no
sólo
promueve
el
evangelismo
y
la
enseñanza
de
la
Palabra
sino
que
también
acelera
la
acción
social."
11
Puede
ser
un
círculo
constructivo.
156
Manual
de
IgJecrecimiento
La
acción
social
Veamos
un
segundo
aspecto
del
mandato
cultural:
la
clase
de
ministerio
que
tiene
que
ver
con
el
concepto
de
cambiar
las
estructuras
sociales.
Entra
en
el
aspecto
de
los
cambios
socio-
políticos.
No
es
que
necesariamente
tenga
que
terminar
en
revolu-
ción,
violencia
o
desobediencia
civil,
en
mayor
o
menor
grado.
En
muchas
partes
del
mundo
existen
gobiernos
que
se
aprove-
chan,
sacan
ventajas,
y
cometen
toda
clase
de
injusticias
sociales.
¿Cuál
será
o
debe
ser
la
actitud
de
la
iglesia
en
estas
cosas?
Entendemos
que
la
meta
de
la
acción
social
es
la
de
modificar
o
substituir
las
estructuras
políticas
que
obran
así.
¿Y
la
iglesia?
Una
respuesta
que
cada
uno
deberá
contestar
personalmente
y
que
no
intentaré
contestar
en
este
libro,
es
la
siguiente:
Cuando
la
iglesia
se
involucra
en
acción
social,
¿está
evangelizando
y
podrá
traer
salvación
en
el
sentido
bíblico?
Wagner
dice:
"La
acción
social
es
tan
compleja
que
muy
pocas
iglesias
están
capacitadas
para
tomar
una
decisión
inteligente
en
el
asunto."
12
Como
si
esto
fuera
poco,
en
nuestros
países
surgen
constantemente
problemas
sociales
que
demandan
sabiduría
de
lo
alto.
"Cada
nueva
estructuración
social
que
surge
en
nuestros
países
en
transformación,
demanda
unciones
nuevas
del
Espíritu
para
cumplir
nuevas
tareas."
13
Los
problemas
sociales
son
difíciles
y
complejos
aun
para
los
especialistas,
cuanto
más
para
la
mayoría
de
los
miembros
de
nuestras
iglesias.
Muchas
de
las
personas
que
han
pretendido
ser
líderes
y
expertos
en
estos
asuntos,
no
han
demostrado
poder
hacer
mucho
en
concreto.
Hasta
me
animaría
a
decir
que,
por
los
resultados,
han
empeorado
las
cosas.
Por
lo
menos
han
confundido
a
otros
más
tiernos
en
la
fe.
Si
hubieran
empleado
su
tiempo
y
energías
en
cumplir
con
el
mandato
evangelístico
hubiesen
tenido
más
éxito
al
tener
más
creyentes
que
apoyaran
sus
empresas
de
cambios
sociales.
Necesitamos
tener
cuidado,
recordemos
que
la
acción
social
puede
obstaculizar
nuestro
crecimiento.
Wagner
nos
da
seis
razones
para
ello.
Podemos
resumirlas
así:
1.
El
peligro
de
lo
selecto.
Los
líderes
de
las
congregaciones
o
denominaciones
pierden
contacto
con
la
base,
con
la
gente
en
las
bancas
que
son
sinceras
en
querer
servir
a
Dios,
pero
cuyas
convicciones
en
cuanto
a
involucrarse
en
los
asuntos
sociales
no
están
de
acuerdo
con
las
actitudes
y
acciones
de
sus
líderes.
2.
El
peligro
de
las
divisiones.
La
acción
social
es
controversial.
Es
casi
seguro
que
dejará
caer
semillas
de
división
en
la
iglesia,
a
menos
que
la
congregación
se
convenza
que
el
punto
es
claramente
bíblico.
El
ministerio
social
y
el
iglecrecimiento
157
3.
El
peligro
de
la
deshumanización.
No
siempre
nos
damos
cuenta
de
que
al
usar
la
congregación
como
instrumento
de
poder
político,
algunos
miembros
de
la
misma
pueden
ser
oprimidos.
Ellos
se
han
unido
por
razones
espirituales
y
descubren
que
su
dinero
es
usado
con
fines
políticos.
Cuando
una
congregación
o
denominación
toma
una
plataforma
política,
lo
hace
en
nombre
de
sus
miembros,
sea
que
estos
estén
de
acuerdo
o
no.
Esto
puede
ser
deshumanizante.
4.
EJ
peligro
de
la
impotencia
social.
Las
iglesias
evangélicas
son
conservadoras
en
su
naturaleza
básica
social.
Esto
no
es
del
agrado
de
los
pregoneros
de
la
acción
social
que
desearían
usar
las
congregaciones
para
llevar
adelante
sus
intereses
propios.
Por
ello
los
que
se
involucran
en
estos
asuntos
tan
controversiales,
terminan
perdiendo
fuerzas.
Dean
Kelley
dice:
"No
debemos
esperar
que
las
congregaciones
sean
cuarteles
donde
tropas
reformistas
militantes
estén
listas
para
incursionar
en
los
cambios
sociales."
14
"El
mismo
Papa
hablando
sobre
la
Teología
de
la
Liberación
en
América
Latina,
les
dijo
a
los
sacerdotes
que
predicaran
el
evangelio,
cuidasen
a
los
pobres,
pero
que
no
se
metieran
en
política."
15
5.
El
peligro
de
la
imperfección.
O
sea,
que
al
fin
no
seamos
ni
una
cosa
ni
la
otra.
Las
experiencias
y
resultados
de
las
iglesias
que
se
han
involucrado
en
la
acción
social,
no
han
sido
muy
positivos.
Esto
ocurre
por
el
hecho
de
que
los
pronunciamientos
de
la
iglesia
en
esta
materia
no
han
llevado
mucho
peso.
Pocas
veces
tienen
los
líderes
eclesiásticos
la
pericia
que
hace
falta
en
el
campo
de
la
acción
social.
6.
El
peligro
del
constantinismo.
Nos
referimos
aquí
a
la
decaden-
cia
espiritual
de
la
iglesia
que
empezó
cuando
el
emperador
romano
Constantino
se
convirtió
y
luego
obligó
a
sus
subditos
a
hacerse
cristianos.
Supongamos
que
la
estructura
congregacional
tome
una
postura
política
y
gane.
¿Es
acaso
la
meta
de
las
iglesias
controlar
la
política
o
la
sociedad?
Los
que
hayan
leído
historia,
no
tomarán
esta
opción.
No
es
una
meta
recomendable.
Cuando
la
iglesia
controla
al
mundo,
tiene
la
tendencia
de
perder
el
poder
profético.
Uno
de
los
problemas
más
graves
que
confrontamos
en
América
Latina
es
el
de
tener
que
decidir
sobre
opciones
políticas.
Cada
país
es
distinto.
En
muchos
lugares
la
iglesia
se
ha
dividido
por
cuestiones
políticas
complejas,
difíciles.
La
justicia
social,
por
ejemplo,
tiene
varias
caras.
Los
derechos
humanos
pueden
interpre-
tarse
según
de
qué
lado
se
estén
mirando
las
cosas.
Admito
que
desde
mi
niñez
en
mi
iglesia
y
en
mi
hogar
me
enseñaron
que
la
política
no
era
para
los
evangélicos.
En
mi
ciudad
natal
un
pastor
hasta
estuvo
preso
por
estar
involucrado
con
un
partido
político
y
hablar
públicamente
contra
los
otros
partidos.
El
era
la
"mosca
blanca"
entre
los
demás
pastores.
Muy
querido
y
muy
158
Manual
de
Iglecrecizniento
buscado
para
reuniones
especiales,
etc.,
pero
en
cuanto
a
la
política,
¡ni
hablar!
Por
estas
razones
y
debido
a
otras
experiencias,
admito
mi
subjetividad
en
el
asunto.
Me
siento
muy
cómodo
con
el
mandato
evangelístico
y
con
el
aspecto
del
servicio
social,
pero
tengo
problemas
en
relación
con
la
acción
social.
No
deseo
prejuiciar
al
lector;
prefiero
que
cada
uno
haga
lo
que
Dios
ponga
en
su
corazón
después
de
evaluar
este
capítulo.
Recordemos
que,
en
todo
caso,
es
en
las
urnas
donde
podemos
y
debemos
definir
nuestra
posición.
Si
no
participamos
de
una
elección
de
cualquier
índole
no
estaremos
ejerciendo
el
derecho
y
poder
del
voto.
Por
supuesto,
de
esta
manera
todo
permanece
en
el
secreto
de
la
cabina
electoral.
Algunos
prefieren
la
política
fuera
de
las
urnas,
donde
puedan
hablar
públicamente
y
ser
conocidos
por
todos;
pasar
a
ser
parte
del
espectáculo.
Esto
puede
llevarnos
a
formar
mí
nuevo
partido
o
comenzar
a
unirnos
a
la
revolución.
¿Cómo
elegire-
mos?
¿Cuál
es
la
ordenanza
divina?
¿Cuáles
son
nuestras
prioridades
como
creyentes
en
Cristo
Jesús
como
nuestro
Salvador?
Un
problema
que
nunca
he
podido
resolver.
En
todo
pleito
político
hay
creyentes
en
ambas
partes.
¿Qué
hacer?
En
mi
patria
lo
viví
al
verlo
en
varias
iglesias
en
las
que
la
congregación
estaba
dividida.
Había
dos
iglesias
de
la
misma
denominación,
en
la
misma
ciudad,
una
a
favor
de
una
opción
y
la
otra
en
contra.
Realmente
en
toda
situación
hay
tres
posturas:
a
favor,
en
contra,
o
neutral.
¿Es
permanecer
neutral
la
respuesta?
¿Qué
influencia
tendrá
esto
en
la
iglesia
local?
¿Cumple
con
la
gran
comisión?
Una
cosa
muy
importante
a
considerar
es
que
la
mayoría
de
nuestras
iglesias
tienen
más
capacidad
y
conocimiento
para
desarro-
llar
un
programa
de
servicio
social
que
para
desarrollar
un
programa
de
acción
social.
Hemos
tenido
más
éxito
con
el
servicio
social
tanto
a
nivel
de
iglesia
local,
como
denominación,
y
aun
interdenomina-
cionalmente
que
con
la
acción
social.
La
razón
es
muy
simple,
muy
pocas
iglesias
tienen
los
recursos
humanos,
financieros
o
la
estructu-
ra
apropiada
para
tal
ministerio.
Un
fenómeno
reconocido
y
que
lo
hemos
encontrado
en
nuestra
investigación
es
que
cumplir
con
el
mandato
cultural
no
ejerce
ninguna
influencia
considerable
en
el
promedio
de
crecimiento
de
la
iglesia,
pero
si
hay
un
principio
de
Iglecrecimiento
"cuando
las
iglesias
se
involucran
con
los
ministerios
sociales,
las
iglesias
que
se
especializan
en
el
servicio
social
(ayudando
a
satisfacer
las
necesida-
des
humanas)
tienden
a
atraer
más
nuevos
miembros
que
las
que
se
especializan
en
la
acción
social
(o
sea
cambiando
las
estructuras
sociales)".
16
Necesitamos
sabiduría
divina.
Esperemos
que
las
próximas
con-
El
ministerio
social
y
el
iglecrecimiento
sultas
sobre
el
evangelismo
y
los
principios
sociales
nos
ayuden.
El
dilema
todavía
subsiste.
En
las
palabras
de
Leighton
Ford:
"Espeí
31
"
que
el
evangelismo
solo
cambie
la
sociedad
puede
ser
muy
ingem>°-
Esperar
cambiar
la
sociedad
sin
cambiar
a
la
gente
por
medio
¿
e
l
evangelio,
será
esperar
en
vano."
17
Un
representante
de
América
Latina
le
dijo
a
Pedro
Wagner
que
"la
iglesia
a
la
que
él
representa
quiere
únicamente
misioneros
q
ue
estén
dispuestos
a
participar
en
cambiar
las
estructuras
sociales
de
América
Latina
y
en
lograr
la
liberación
de
los
latinoamericanos.
El
quiere
revolucionarios
sociales
y
no
evangelistas".
18
¿Será
esta
1
a
solución?
Que
Dios
nos
ayude
a
distinguir
entre
la
liberación
socio-polític#
Y
la
salvación.
El
pacto
de
Lausana
dice:
"Reconciliación
con
e
l
hombre
no
es
reconciliación
con
Dios,
ni
la
acción
social
es
evangelismo,
ni
la
liberación
política
es
salvación."
(Art.
5).
Mi
preocupación
es
sobre
el
daño
que
puede
traer
a
la
obra
de
Di°
s
si
no
usamos
de
sabiduría
divina.
¿Podremos
llegar
a
un
acuerdo
Y
entendimiento
que
nos
ayude
a
cumplir
con
ambos:
el
mandato
evangelístico
y
el
mandato
cultural?
"Hijitos
míos,
no
amemos
de
palabra
ni
de
lengua,
sino
de
hecho
Y
en
verdad"
(1
Juan
3:17,
18).
NOTAS
BIBLIOGRÁFICAS
1
Leighton
Ford,
It's
Time
We
Discussed
Evangelism
and
Soci
a
l
Issues,
en
Globo]
Church
Growth
Bulletin,
Vol.
XIX,
N°
2,
marz°-
abril
de
1982,
pág.
178.
2
C.
Peter
Wagner,
Church
Growth
and
The
Whole
Cospel
(S¿n
Francisco,
Harper
&
Row,
1981),
pág.
12.
3
Ibíd.,
pág.
13.
4
Donald
McGavran,
Understanding
Church
Growth
(Grand
R
fl
-
pids,
Eerdmans,
rev.
ed.,
1980),
pág.
25.
5
C.
Peter
Wagner,
op.
cit,
pág.
87.
6
Ibíd.,
op.
cit.,
págs.
34,
35.
7
Donald
McGavran,
op.
cit.,
pág.
25.
8
C.
Peter
Wagner,
op.
cit.,
pág.
111.
9
Donald
McGavran,
op.
cit.,
pág.
26.
10
Stephen
Neil,
Cali
to
Mission
(Filadelfia:
Fortress
Press,
1970).
pág.
56.
11
J.
Edwin
Orr,
"Revival
and
Social
Change"
(Fides
et
Historia
6,
rJ°
2,
primavera
de
1974),
págs.
1-12.
160
Manual
de
Iglecrecimiento
12
C.
Peter
Wagner,
op.
cit.,
pág.
38.
13
Rolando
Gutiérrez
C.,
"Espíritu
y
palabra
en
la
comunidad
evangelizadora"
en:
América
Latina
y
la
evangelización
en
los
años
80,
CLADE
II
(noviembre
de
1979),
pág.
185.
14
Dean
M.
Kelley,
Why
Conservativo
Churches
Are
Growing
(New
York:
Harper
&
Row,
1972),
pág.
152.
15
Leighton
Ford
(citando
al
Papa
en
Global
Church
Growth
Bulle-
íin,
Vol.
XIX
N°
2,
marzo-abril
de
1982),
pág.
177.
16
C.
Peter
Wagner,
op.
cit.,
pág.
37.
17
Leighton
Ford,
op.
cit.,
pág.
177.
18
C.
Peter
Wagner,
"Mission
and
Church
in
Four
Worlds".
Arthur
Glasser,
et.
al.
eds.
Crucial
Dimensions
in
World
Evangelization
(Pasadena,
California,
William
Carey
Library,
1976),
pág.
288.
CAPITULO
8
EL
PRINCIPIO
DE
LAS
UNIDADES
HOMOGÉNEAS
No
cabe
la
menor
duda
de
que
el
principio
de
las
unidades
homogéneas
es
el
principio
más
controversial
del
Iglecrecimiento.
En
este
capítulo
trataremos
de
aclarar
algunos
de
los
malentendidos
y
de
que
el
lector
tenga
un
concepto
claro
de
este
principio
y
que
con
esa
base
pueda
hacer
una
evaluación
del
mismo
y
usarlo.
El
principio
debe
ser
estudiado
con
mente
abierta
y
con
pasión
por
las
almas
perdidas.
Esta
pasión
por
las
almas
perdidas,
el
anhelo
por
lograr
más
eficientemente
el
cumplimiento
de
la
Gran
Comisión
ha
llevado
al
movimiento
de
Iglecrecimiento
a
tratar
de
descubrir
los
principios
que
afectan
la
conducta
humana.
Si
podemos
descubrir-
los,
ello
nos
permitirá
alcanzar
a
personas
que
por
las
circunstancias
que
las
rodean,
las
unen
y
les
son
comunes,
están
más
dispuestas
a
seguir
una
tras
otra
en
pos
del
Señor.
Debemos
tener
una
clara
definición
de
este
principio,
de
cómo
y
cuándo
opera,
no
sólo
para
entenderlo
sino
también
para
aplicarlo
en
la
extensión
y
la
expansión
de
la
iglesia.
Definiendo
los
unidades
homogéneas
La
Enciclopedia
de
la
Lengua
Castellana
dice
de
la
palabra
homogéneo:
"Aplícase
al
compuesto
en
que
todos
los
elementos
son
de
igual
naturaleza
o
condición."
Siendo
que
el
doctor
Donald
McGavran
fue
quien
comenzó
y
divulgó
el
uso
del
principio
de
las
unidades
homogéneas,
nada
mejor
que
ir
a
sus
escritos
y
sacar
nuestra
definición
de
ellos.
"A
las
personas
les
gusta
llegar
a
ser
cristianos
sin
tener
que
cruzar
barreras
raciales,
lingüísticas
o
de
clase."
Y
continúa
explicando:
"Este
principio
es
una
verdad
que
no
podemos
negar.
Los
seres
humanos
construyen
barreras
alrededor
de
sus
propias
sociedades.
Aun
más
exactamente,
podemos
decir
que
la
forma
en
que
cada
sociedad
vive
y
habla,
se
viste,
y
trabaja
de
por
sí
la
hace
diferente
a
162
Manual
de
Iglecrecimiento
otras
sociedades
de
la
especie
humana.
Es
un
mosaico
y
cada
pieza
tiene
vida
propia."
1
Sobre
esta
definición,
dice
Pedro
Wagner:
"Una
década
y
media
de
estudios
e
investigación
en
diferentes
culturas
y
prácticamente
en
todos
los
rincones
del
mundo
confirma
que
las
iglesias
que
tienen
más
probabilidades
de
crecer
son
las
que
juntan
en
un
compañeris-
mo
común
a
los
que
pertenecen
a
una
unidad
homogénea."
2
En
cada
sociedad
existen
diferentes
grupos
que
tienen
caracterís-
ticas
particulares.
Se
les
reconoce
por
ellas,
ellos
lo
saben,
lo
pregonan
y
están
orgullosos
de
ellas.
Negar
la
existencia
de
las
unidades
homogéneas
y
de
su
influencia
en
el
crecimiento
de
la
Iglesia
sería
hacer
como
el
avestruz.
Sin
ir
más
lejos,
podemos
encontrar
un
grupo
homogéneo
que
es
el
del
movimiento
de
Iglecrecimiento,
y
otro
integrado
por
los
que
no
lo
aceptan.
Unos
que
creen
en
las
unidades
homogéneas
y
otros
que
no.
No
me
cabe
duda
de
que
si
no
hubieran
otras
en
el
mundo,
por
lo
menos
existen
estas
dos.
Tenemos
algo
en
común
que
nos
une
en
cada
uno
de
los
grupos.
Siendo
que
en
este
capítulo
sólo
podemos
presentar
el
tema
a
grandes
rasgos,
queremos
sugerir
que
el
lector
que
desee
profundizar
sus
conocimientos
(si
puede
leer
inglés),
consulte
el
libro
de
Donald
McGavran,
Ethnic
Realities
and
the
Church,
así
como
también
el
libro
de
Pedro
Wagner,
Our
Kind
of
People.
Ambos
libros
han
suscitado
tanto
críticas
como
elogios.
Por
ambas
razones
se
los
recomendamos.
Lo
discusión
y
lo
aclaración
Como
ya
hemos
mencionado
antes,
este
principio
ha
sido
muy
atacado.
Ayudó
muchísimo
que
en
1977
el
Grupo
de
Trabajo
Teológico
del
Comité
de
Evangelización
Mundial
de
Lausana
deci-
dió
tener
una
consulta
sobre
el
principio
de
las
unidades
homogé-
neas.
Tuve
el
privilegio
de
participar
en
esa
consulta
donde
se
evidenciaba
claramente
que
existen
por
lo
menos
estas
dos
clases
homogéneas:
los
que
están
en
contra
y
los
que
están
a
favor.
Sin
embargo,
aun
en
lo
tenso
de
la
atmósfera,
ayudó
a
aclarar
mucho
la
situación.
Fue
positivo
que
se
pudo
discutir
un
punto
controversial
como
este
con
honestidad
y
amor.
Ninguno
de
los
dos
lados
hizo
concesiones,
pero
por
lo
menos
se
aclaró
que
este
principio
no
es
el
total
del
enfoque
del
movimiento
de
Iglecrecimiento.
Algunos
parecían
pensar
que
Iglecrecimiento
era
sinónimo
de
unidades
homogéneas.
Sería
lamentable
que
alguien
pensara
así.
El
concepto
de
las
unidades
homogéneas
es
una
herramienta
que
nos
ayuda
en
nuestra
eficiencia
evangelística.
Dice
Wagner:
"No
es
un
decimoprimer
mandamiento,
ni
el
libro
número
sesenta
y
siete
de
El
principio
de
Jas
unidades
homogéneas
163
la
Biblia,
ni
una
anotación
al
Credo
de
los
Apóstoles.
..
El
propósito
esencial
del
movimiento
de
Iglecrecimiento
no
es
cumplir
con
el
principio
de
las
unidades
homogéneas
sino
cumplir
con
el
mandato
evangelístico."
3
El
problema
del
debate
está
en
que
a
las
personas
les
cuesta
trabajo
admitir
que
hay
iglesias
homogéneas
y
aunque
las
ven,
les
es
difícil
aceptarlo.
La
mayoría
de
nosotros
vivimos
en
una
sociedad
pluralis-
ta
y
esto
es
muy
probable
que
aumente.
La
misma
urbanización
está
fomentando
el
pluralismo.
Debemos
darnos
cuenta
de
que
los
recién
llegados
no
cambiarán
para
ser
como
nosotros.
En
los
Estados
Unidos
de
Norteamérica
siempre
se
ha
hablado
del
"Gran
Crisol",
cuando
se
esperaba
que
en
una
o
dos
generaciones
todos
los
que
llegasen,
serían
asimilados
y
transformados
para
ser
como
cualquier
otro
norteamericano
común
y
corriente.
Bueno.
.
.
el
"Gran
Crisol"
no
ha
llegado
a
ser
más
que
"el
gran
guisado",
donde
el
arroz
sigue
siendo
arroz,
la
carne,
carne
y
así
cada
uno
de
los
ingredientes
mantienen
su
individualidad.
Veamos
el
concepto
ya
citado
de
McGavran:
"Las
personas
prefieren
llegar
a
ser
cristianos
sin
tener
que
cruzar
barreras
raciales,
lingüísticas
o
de
clase."
4
Debemos
entenderlo
de
dos
maneras,
dice
Wagner:
"Primero,
es
una
presuposición
descriptiva
y
no
normati-
va.
Es
fenomenológica
[manifestación
o
apariencia
sorpren-
dente
y
extraordinaria]
y
no
teológica.
No
dice
'Los
hombres
deben
llegar
a
ser
cristianos',
sino
que
'los
hombres
prefieren
llegar
a
ser
cristianos'.
"Segundo,
se
refiere
al
discipular
y
no
al
perfeccionar.
Es
un
principio
de
evangelismo,
no
de
nutrición
cristiana
.
.
.
Se
refiere
a
los
inconversos.
No
están
en
el
reino
de
Dios.
Jesús
no
es
su
Señor.
No
saben
nada
del
fruto
del
Espíritu
Santo."
5
Este
es
el
concepto
más
importante
que
debemos
comprender.
En
cada
oportunidad
que
he
conversado
sobre
este
tema,
las
personas
argumentan
que
lo
bíblico
es
que
todos
debemos
"ser
uno"
en
el
Señor,
sin
hacer
distinciones.
Otra
vez,
el
movimiento
de
Iglecreci-
miento
no
hace
diferencias,
no
se
trata
de
racismo,
segregación,
discriminación,
ni
nada
parecido.
Una
vez
que
la
persona
ha
conocido
a
Cristo
como
su
Salvador,
no
debe
tener
prejuicios,
pero
sí
los
tiene
antes
de
convertirse.
Si
no
es
la
única,
la
manera
más
posible
de
que
acepte
al
Señor
será
en
un
medio
ambienté
que
le
sea
común
o
donde
se
sienta
cómodo;
ya
sea
éste
geográfico,
étnico,
lingüístico,
social,
educativo,
económico,
o
de
otra
índole.
De
tanto
164
Manual
de
IgJecrecimiento
en
tanto
encontramos
alguna
excepción,
pero
sigue
siendo
excep-
ción
y
no
regla.
Aunque
algunos
tratan
de
demostrar
lo
contrario,
no
lo
han
conseguido.
"El
principio
de
las
unidades
homogéneas
no
se
debe
interpreta-
como
uno
que
propaga
la
manera
ideal
en
que
los
creyentes
deban
relacionarse
unos
con
otros,
sino
como
la
forma
en
que
los
inconversos
llegan
a
ser
seguidores
de
Jesucristo
y
miembros
responsables
de
su
Iglesia."
6
Al
hablar
de
unidades
homogéneas
estamos
en
el
campo
del
discipulado.
La
persona
no
ha
llegado
tal
vez
ni
siquiera
a
eschuchar
el
mensaje.
Allí
está
en
el
estanque
pagano.
La
única
alternativa
para
que
esa
persona
conozca
y
reciba
el
mensaje
puede
ser
por
medio
de
una
iglesia
en
la
que
ella
se
sienta
cómoda,
o
sea,
donde
los
miembros
son
del
mismo
fondo
cultural.
"Debemos
estar
dispuestos
a
comenzar
iglesias
que
sean
homogéneas
en
naturaleza
si
ésta
es
la
mejor
forma
de
alcanzar
a
las
personas
y
ayudarles
a
comenzar
el
camino
en
la
comunión
con
otros
creyentes",
dice
Palmer.
7
"Las
barreras
para
no
seguir
a
Cristo
a
veces
son
más
bien
sociales
que
teológicas.
Muchos
rechazan
el
evangelio
no
por
pensar
que
sea
falso
sino
porque
es
extranjero
y
no
para
'mi
gente'.
Se
imaginan
que
al
seguir
a
Cristo
uno
tiene
que
renunciar
a
su
propia
cultura,
perder
su
identidad
cultural
y
traicionar
a
su
gente."
8
Así
lo
dice
Pedro
Larson,
del
Seminario
Teológico
Bautista
Mexicano.
Necesitamos
analizar
la
situación
de
nuestras
iglesias.
Al
hacerlo
nos
daremos
cuenta
de
que
hay
grupos
específicos
a
los
que
estamos
alcanzando.
Algunos
grupos
han
escuchado
nuestro
mensaje;
otros
no.
Nuestra
predicación
y
nuestro
discipulado
ha
sido
eficiente
en
ciertos
grupos;
otros
han
permanecido
desinteresados.
El
pluralismo
social
Esto
no
es
nada
nuevo.
Lo
encontramos
por
primera
vez
mencio-
nado
en
Génesis
10.
Aquí
tenemos
la
"tabla
de
las
naciones".
Algunos
piensan
que
fue
una
maldición,
pero
la
verdad
es
que
al
ver
cómo
los
hijos
de
Noé
se
esparcieron
por
el
mundo,
podemos
darnos
cuenta
de
que
Dios
quiso
esta
diversidad,
este
pluralismo.
En
el
capítulo
11
de
Génesis
encontramos
el
relato
de
la
Torre
de
Babel.
Dios
les
confundió
su
lengua
y
los
esparció
(11:6-7).
Dios
mismo
lo
determinó
para
interrumpir
el
plan
de
ellos,
pues
no
estaba
de
acuerdo
con
el
plan
de
Dios.
Sin
embargo,
Dios
ama
a
todos.
En
Génesis
12:3,
encontramos
que
Dios
establece
un
pacto
con
Abraham,
elige
a
Israel
para
bendecirlo,
y
en
esa
bendición
ellos
serían
bendición
a
todas
las
familias
de
la
tierra.
El
plan
de
Dios
no
era
que
todos
volvieran
a
hablar
el
mismo
El
principio
de
las
unidades
homigéneas
165
idioma
o
que
habitaran
en
un
mismo
territorio,
sino
que
fueran
bendecidos
en
la
pluralidad
que
los
separaba.
En
la
Gran
Comisión
(Mateo
28:19,
20)
también
encoitramos
que
el
mandato
incluye
a
todas
las
naciones.
No
para
cambiarlos
exteriormente
sino
para
cambiarlos
interiormente.
Dicela
Escritura:
"Haced
discípulos
.
.
.
bautizándolos
.
.
.
enseñándoles
..
.",
pero
no
propone
que
debemos
hacer
que
se
parezcan
a
nosotros
ya
sea
en
idioma,
vestimenta,
o
costumbres.
Más
bien
nos
da
a
entender
que
debemos
reconocer
las
diferencias
culturales
y
aceptarlas.
El
mismo
problema
de
la
"urbanización"
hace
qie
cada
día
veamos
más
y
más
este
pluralismo.
Las
grandes
merópolis
son
conglomeraciones
de
unidades
homogéneas
diversas.
Ee
acuerdo
a
un
informe
dado
por
Ray
Bakke,
del
48
al
59%
de
las
personas
en
este
mundo
viven
en
las
ciudades.
América
Latina
ya
está
urbaniza-
da
en
más
de
un
65%,
mientras
que
en
países
como
Argentina,
Chile
y
Uruguay
el
82%
ya
vive
en
ciudades.
9
Se
calcula
que
este
año
llegarán
a
Ciudad
México
980.000
nuevos
habitantes.
¿De
dónde
vienen?
De
todas
partes.
Habrá
europeos,
asiáticos,
americanos
(de
las
tres
Américas).
La
mayoría
de
estos
nuevos
residentes
proven-
drán
de
las
demás
poblaciones
mexicanas.
En
el
periódico
Noveda-
des
de
marzo
de
1979,
el
titular
decía:
"Más
de
cien
mil
indígenas
llegan
al
Distrito
Federal",
y
agregaba:
"La
procedencia
de
estos
grupos
es
de
todos
los
rincones
del
país.
.
.
Muchos
de
silos
hablan
sólo
su
dialecto
y
traen
como
única
arma
de
trabajo
el
deseo
de
sobrevivir,
al
que
nos
aferramos
todos
los
mortales."
13
Esto
se
repite
en
otras
metrópolis
(Buenos
Aires,
Caracas,
Los
Angeles.
.
.)
Las
iglesias
deben
estar
preparadas
para
trabajar
dentro
de
este
pluralismo.
La
Iglesia
primitiva
trabajó
y
se
extendió
sobre
esta
base.
He
tenido
la
oportunidad
de
ver
muy
de
cerca
el
resultado
del
trabajo
entre
las
unidades
homogéneas
de
la
capital
mexicana.
Uno,
entre
profesionales;
el
otro,
entre
un
grupo
de
gente
que
podríamos
llamar
indígena.
Los
consideraremos
muy
brevemente;
el
lector
sin
duda
conoce
otros
casos
similares.
En
el
primero,
siete
familias
dejaron
su
iglesia
en
el
centro
y
comenzaron
a
trabajar
entre
familias
profesionales
como
ellos.
Su
visión
era
la
de
alcanzar
esa
clase
profesional
o
alta
a
la
que
no
se
había
tenido
muy
en
cuenta
en
el
pasado.
Posiblemente
tal
negligen-
cia
de
la
iglesia
en
general
para
con
esa
clase
social
se
excusa
teológicamente
en
que
"Muy
difícilmente
entrará
un
rico
en
el
reino
de
los
cielos"
(Mateo
19:23).
Trabajaron
arduamente.
Después
de
siete
años
tienen
una
asisten-
cia
de
350,
casi
todos
de
esa
clase
a
la
que
ellos
pertenecen.
Los
hay
166
Manual
de
Iglecrecimiento
doctores,
dentistas,
abogados,
hombres
de
negocio,
y
así
por
el
estilo.
Tuve
el
privilegio
de
darles
cursos
de
Iglecrecimiento
cuando
todavía
se
reunían
en
los
hogares
(en
salas
o
comedores
tan
grandes
como
una
de
nuestras
capillas
regulares).
Un
asunto
curioso
fue
que
al
llegar
a
cierto
punto
de
su
crecimiento
y
mientras
edificaban
su
propio
santuario,
pidieron
el
uso
de
una
capilla
que
pertenecía
a
un
grupo
compuesto
por
personas
humildes.
Algunos
de
ellos
eran
empleados
de
estos
profesionales.
Los
humildes
prefirieron
que
cada
grupo
tuviera
servicios
por
separado.
¡Clásico
caso
de
diferencias
homogéneas!
Por
último
les
permitieron
a
los
profesionales
que
terminaran
y
arregla-
sen
la
unidad
educacional
que
había
estado
paralizada
por
años,
y
que
se
reunieran
allí.
En
el
segundo
caso,
vemos
una
iglesia
compuesta
mayormente
por
personas
del
Estado
de
Oaxaca,
al
sur
de
la
República
Mexicana.
Estos
habían
llegado
al
Distrito
Federal,
instalándose
junto
a
gente
en
una
zona
de
esa
gran
ciudad
que,
como
ellos,
pertenecían
a
una
de
las
trece
tribus
de
Oaxaca.
Pronto
se
organizó
una
iglesia,
con
un
pastor
de
esa
misma
región
y
tribu.
La
iglesia
crecía,
aumentando
su
número
cada
semana.
Dado
lo
que
podríamos
llamar
el
"éxito"
de
este
pastor,
su
organización
decidió
trasladarlo
a
otra
iglesia.
Creían
que
su
ayuda
—
con
la
experiencia
de
esta
última
iglesia
—
sería
fabulosa.
Bueno.
.
.
la
iglesia
que
dejó
y
que
era
como
él,
dejó
de
crecer.
Prácticamente
comenzó
a
marchitarse.
Y
en
la
iglesia
a
la
que
fue
no
pasaba
nada.
Lo
que
él
hacía,
y
que
había
hecho
antes,
allí
no
daba
resultados.
Finalmente,
los
líderes
se
dieron
cuenta;
lo
enviaron
de
vuelta
a
la
iglesia
donde
él
había
ministrado
a
los
que
eran
como
él,
y
otra
vez
comenzó
el
crecimiento
y
se
recuperó
lo
perdido.
Muchas
veces
creo
que
hemos
dañado
a
pastores
o
congregaciones
porque
los
hemos
quitado
de
su
medio
ambiente
(las
unidades
homogéneas).
No
es
sinónimo
de
racismo
Se
ha
dicho,
y
sin
duda
que
se
seguirá
diciendo,
que
el
principio
de
las
unidades
homogéneas
es
poner
en
práctica
el
racismo,
o
hacer
discriminación.
No
lo
es.
El
racismo
es
pecado.
Aunque
debemos
admitir
que
hay
iglesias
racistas,
estas
no
son
producto
del
movi-
miento
de
Iglecrecimiento.
Al
contrario,
nunca
se
ha
excluido
a
nadie
por
el
color
de
su
piel
o
el
idioma
que
hable.
La
iglesia
puede
pertenecer
a
una
unidad
homogénea
y
sin
embargo
no
ser
racista.
Como
hemos
mencionada
ya,
algunos
opinan
que
el
principio
de
las
unidades
homogéneas
crea
o
promueve
el
racismo
o
segregación.
¡Lejos
estamos
de
ello!
Si
las
personas
son
ganadas
dentro
del
grupo
El
principio
de
las
unidades
homogéneas
167
a
que
pertenecen,
lo
más
lógico
es
que
seguirán
ganando
a
personas
que
son
como
ellos.
Después
de
todo,
son
sus
amistades,
sus
compañeros
de
profesión,
se
mueven
dentro
del
mismo
ambiente
y
lo
más
lógico
es
que
sean
alcanzados
por
el
evangelio
dentro
de
ese
círculo.
Y
así
seguirá
el
ciclo.
Sin
planearlo
esa
iglesia
tendrá
una
mayoría
de
personas
de
esa
misma
clase
o
cultura.
Otras
personas
que
se
alleguen,
permanecerán
si
se
adaptan
al
medio
ambiente.
Si
no,
buscarán
otra
iglesia
donde
se
sientan
cómodos
en
todo
el
sentido
de
la
palabra.
En
América
Latina
he
observado
con
tristeza
que,
especialmente
en
campañas
evangelísti-
cas
de
masas,
muchas
personas
de
clase
alta
o
profesional
se
pierden
aun
después
de
haber
hecho
profesión
de
fe
porque
no
encuentran
una
iglesia
donde
se
sientan
cómodos.
Esto
no
es
siempre
porque
ellos
quieran
estar
con
"los
de
su
clase"
sino
porque
las
congregacio-
nes
de
otras
clases
homogéneas
prácticamente
les
cierran
las
puertas
y
los
miran
como
diciendo:
"¿Por
qué
viene
este
a
meterse
con
nosotros?,
¿qué
se
traerá
entre
manos?"
El
racismo
en
las
iglesias
parece
ser
del
humilde
al
rico,
del
trabajador
al
profesional,
y
no
como
se
supondría
que
fuese:
al
revés.
Estas
personas
necesitan
a
Cristo
tanto
como
usted
y
yo.
Son
pecadores
que
necesitan
obtener
la
salvación.
No
debemos
mirar
el
dinero
o
las
posesiones
como
si
fueran
una
pared
racial.
En
todo
caso
esos
pueden
ser
elementos,
recursos
que
Dios
puede
usar
para
la
extensión
de
su
obra.
En
lo
práctico
Aquí
en
Los
Angeles
tenemos
una
"ensalada
rusa"
por
así
llamar
a
todas
las
culturas
representadas.
Por
esa
razón
vemos
iglesias
de
distintos
grupos:
coreanos,
chinos,
japoneses,
alemanes,
vietnami-
tas.
Cada
uno
funciona
como
departamento
de
una
iglesia
de
habla
inglesa,
y
se
reúne
fuera
de
los
horarios
de
los
otros
grupos.
Es
interesante
los
domingos
recorrer
las
calles
principales
del
Gran
Los
Angeles
y
ver
los
distintos
grupos
entrar
o
salir
de
los
templos.
Si
bien
sería
fructífero
estudiar
estos
grupos,
creo
que
nos
interesa
más
el
"mosaico"
hispano.
Hay
barrios
de
chícanos
(hijos
de
mexicanos
nacidos
en
los
Estados
Unidos)
y
estos
todavía
pueden
ser
divididos
en
subgrupos.
Otros
barrios
son
de
mexicanos,
otros
de
guatemaltecos,
otros
de
salvadoreños,
y
así
de
casi
cada
país
latinoamericano.
También
hay
barrios
donde
están
todos
mezclados.
Y
hay
barrios
de
los
que
han
pasado
la
primera
etapa
en
este
país
y
ya
son
dueños
de
casas
y
tienen
empleos
de
buena
categoría
y
buenos
sueldos.
Todos
hablan
el
español,
pero
hay
otras
cosas
que
los
une
además
del
idioma.
168
Manual
de
IgJecrecimienfo
Tenemos
iglesias
que
han
pasado
un
proceso
de
cambio
en
cuanto
a
unidades
homogéneas
se
refiere
(aunque
todos
los
grupos
hablan
castellano].
Una
que
viene
a
mi
mente
comenzó
con
un
grupo
de
bolivianos.
Luego
cuando
el
éxodo
cubano,
cambió
poco
a
poco
hasta
llegar
a
ser
cubana.
Después
vino
la
influencia
salvadoreña
y
hace
pocos
días
me
confirmaron
que
del
80
al
85%
de
la
membresía
son
personas
de
la
República
de
El
Salvador.
El
liderazgo,
no
obstante,
está
en
manos
de
una
minoría,
o
sea,
de
ese
10
ó
15%
que
permanece
desde
antes.
Dentro
del
grupo
anglo,
que
esa
iglesia
también
tiene,
existe
un
grupo
mexicano-americano
que
en
realidad
no
tiene
homogeneidad
con
ninguno
de
los
otros
dos
grupos
(ni
con
el
que
habla
español,
ni
con
el
que
habla
inglés).
Y
sobre
esa
base
funcionan
en
la
iglesia.
¿Qué
pasará
en
el
futuro?
En
la
iglesia
que
pastoreamos
(en
Pasadena,
California),
tenemos
otro
fenómeno
de
unidades
homogéneas.
En
nuestra
congregación
tenemos
representados
a
catorce
países
latinoamericanos.
No
hay
mayoría
de
ninguno
todavía,
todo
está
balanceado.
Creo
que
mien-
tras
se
mantenga
equilibrado,
no
tendremos
problemas.
Si
hubiese
un
aumento
muy
grande
de
una
nacionalidad,
tal
vez
tengamos
que
formar
otras
iglesias
por
nacionalidad
específica.
Todos
hablamos
español
y
somos
latinoamericanos,
pero
llegado
el
momento,
tene-
mos
otras
cosas
que
nos
diferencian.
"Mientras
que
la
mayoría
de
las
iglesias
cristianas
son
homogéneas,
algunas
son
heterogéneas
y
mezclan
distintas
clases
de
personas
en
grado
significativo."
11
El
problema
permanece
en
la
mente
de
los
que
niegan,
sea
que
deba
ser
o
que
no,
que
la
mayoría
de
iglesias
son
homogéneas.
Un
pastor
amigo,
cuando
me
escuchó
hablar
de
unidades
homogé-
neas,
me
dijo
que
él
no
creía
en
eso,
y
que
el
nacionalismo
no
tenía
nada
que
ver.
En
su
iglesia,
como
en
la
mía,
ahora
tienen
muchas
nacionalidades
representadas.
Existe
un
predominio
argentino
y
mexicano.
En
un
día
patrio
tuvieron
un
picnic;
jugaron
al
fútbol.
La
final
fue
entre
argentinos
y
mexicanos.
Se
suscitaron
diferencias,
salió
a
relucir
el
patriotismo
mezclado
con
otros
sentimientos.
El
partido
no
terminó,
más
bien
parecería
que
cambiaron
de
deporte;
del
fútbol
pasaron
al
box
y
la
cosa
no
terminó
muy
bien.
No
quiero
comentar
el
asunto;
no
estoy
seguro
de
cómo
relacionarlo
para
bien,
pero
parecería
un
caso
agudo
de
unidades
homogéneas.
En
esta
misma
zona
se
han
dividido
(por
buena
causa)
convencio-
nes
o
agrupaciones
que
antes
eran
100%
anglos.
Luego
se
incorpora-
ron
otros
grupos
étnicos.
Con
el
tiempo
se
dieron
cuenta
de
que
para
trabajar
más
eficientemente
cada
uno
debía
tener
su
propia
estructu-
ra.
Todos
se
han
beneficiado
y
conservan
una
relación
fraternal
unos
con
otros.
El
principio
de
las
unidades
homogéneas
169
Esto
se
aplica
también
a
los
países
latinoamericanos.
En
mayor
o
menor
grado
existe
esta
realidad.
¡Cuánto
más
en
las
grandes
urbes!
El
porqué
de
los
resultados
La
base
del
énfasis
del
movimiento
de
Iglecrecimiento,
está
en
que
las
iglesias
crecen
mejor
cuando
están
constituidas
por
una
sola
clase
o
tipo
de
gente.
Ya
hemos
dicho
que:
1.
Las
personas
pueden
ser
ganadas
más
fácilmente
cuando
no
tienen
que
cruzar
ninguna
barrera.
2.
Se
sobreentiende
que
una
vez
que
conocemos
al
Señor,
esas
barreras
serán
quitadas
de
nuestra
vida
y
la
congregación
será
una.
Sin
embargo,
el
hecho
que
las
personas
prefieran
llegar
a
ser
cristianos
sin
cruzar
barreras
culturales
hará
que
cada
congregación
permanezca
homogénea.
Lo
más
lógico
es
que
si
continuamos
un
ciclo
completo
de
"miembros
responsables
y
reproductivos"
esa
reproducción
hará
que
atraigamos
a
personas
que
serán
iguales
que
nosotros.
Son
nuestros
amigos,
nuestros
parientes;
personas
que
son
como
nosotros
y
el
círculo
continuará.
Esta
es
la
razón
que
no
me
sorprende
el
ver
en
las
iglesias
personas
que
tienen
tanto
parecido
unas
con
otras.
Otra
vez
podemos
recordar
que
el
enfoque
está
en
el
evangelismo,
no
en
un
crecimiento
de
madurez
espiritual.
En
una
iglesia
con
un
evangelismo
continuo,
el
ciclo
continuará
y
la
probabilidad
con
mayores
posibilidades
será
la
de
"gente
que
se
parecen
a
otros".
Aun
así
se
debe
mantener
una
base
bíblica
sólida
de
que
en
Cristo
no
hay
judío
ni
gentil,
no
hay
rico
ni
hay
pobre,
no
hay
profesional
ni
sirviente.
En
los
tiempos
del
libro
de
los
Hechos
encontramos
que
había
un
grupo
llamado
"judaizantes"
que
eran
los
que
exigían
a
las
personas
que
cambiaran
su
cultura
para
poder
ser
"cristianos".
No
se
podían
imaginar
un
buen
cristiano
que
comiera
cerdo
y
(o)
que
no
fuese
circuncidado.
La
mayoría
de
nosotros
nos
rebelaríamos
si
se
nos
exigiese
cambiar
nuestra
cultura
para
ser
cristianos
hoy.
Cuando
leemos
de
las
exigencias
que
algunos
estaban
poniendo
no
lo
podemos
entender.
Sin
embargo,
hoy
cuando
se
convierte
un
judío,
nosotros
queremos
hacerle
dejar
todas
sus
costumbres
y
tradiciones.
El
fenómeno
que
encontramos
hoy
es
que
las
iglesias
"cristianas-
judías",
o
sea,
las
que
se
dedican
a
trabajar
entre
el
pueblo
escogido
por
Dios
están
creciendo
tanto
cualitativa
como
cuantitativamente.
¿La
razón?
Predican
a
Cristo
muerto
y
resucitado,
tal
como
cual-
quiera
de
nosotros.
Los
judíos
escuchan,
se
convierten
y
son
incorporados
a
la
iglesia,
pero
no
tienen
que
dejar
sus
costumbres
judías
ni
la
celebración
de
sus
fiestas.
Permanecen
dentro
de
lo
que
les
hace
una
unidad
homogénea,
pero
con
Cristo
en
el
corazón.
Este
170
Manual
de
Iglecrecimiento
grupo
lo
conocemos
como
judaismo
mesiánico.
¡Gracias
a
Dios
por
esta
unidad
homogénea!
Evangelísticamente
está
teniendo
éxito.
En
la
nutrición
del
nuevo
creyente
creo
tienen
aun
más
éxito,
ya
que
los
judíos
siempre
nos
han
dado
ejemplo
por
la
calidad
en
la
educación
doctrinal
y
bíblica
que
imparten.
Un
ejemplo
digno
de
ser
imitado.
En
una
ocasión
tuve
la
oportunidad
de
tener
un
encuentro
con
un
rabino.
Mientras
comíamos,
me
preguntó:
"¿Cómo
esperan
ustedes,
los
evangélicos,
educar
cristianamente
a
sus
hijos
con
una
hora
a
lo
sumo
de
Escuela
Dominical
por
semana?"
Se
me
atragantó
la
comida.
Más
bien
parecía
un
cuchillo
entre
las
costillas.
Cuando
le
pregunté
qué
hacían
ellos
con
sus
niños,
me
contestó
que
la
instrucción
incluía
unas
12
a
15
horas
por
semana
de
educación
religiosa,
incluso
el
leer
Hebreo.
Tengo
que
admitir
que
me
sonrojé.
Este
mismo
concepto
de
educación
se
está
poniendo
en
práctica
en
las
"sinagogas
mesiánicas";
sin
duda,
los
resultados
serán
evidentes.
¿Otro
terminología?
Es
posible
que
algunas
personas
se
sientan
más
cómodas
usando
otra
terminología,
y
en
vez
de
llamarlo
unidades
homogéneas,
lo
llamen
"grupo
de
gente"
y
den
la
siguiente
definición:
"Un
grupo
significativamente
grande
de
individuos
que
sienten
que
tienen
una
afinidad
común
el
uno
con
el
otro."
12
Esta
definición
sigue
muy
de
cerca
la
presentada
por
el
Grupo
de
Trabajo
de
Estrategia
del
Comité
de
Lausana
para
la
Evangelización
Mundial.
Es
más
específico
que
"grupos
societarios"
(identidad
similar),
y
más
definido
que
"grupos
asociados"
(organizados
por
un
interés
común:
clubes,
sindicatos).
Aquí
el
énfasis
está
en
que
las
personas
mismas
sienten
que
tienen
afinidad
el
uno
con
el
otro.
En
otras
palabras,
la
definición
de
McGavran
pone
el
énfasis
en
las
características
que
comparten.
La
definición
de
Dayton
y
Fraser
lo
hace
en
el
sentir
de
la
misma
gente
de
que
son
diferentes.
"Afinidad"
significa
que
tienen
un
potencial
de
interacción
y
que
por
lo
tanto
hay
algo
que
les
atrae
porque
tienen
algo
en
común.
Y
"suficientemente
grande"
indica
que
el
grupo
deberá
serlo
para
poder
encontrar
su
identidad
en
él.
Además
Dayton
y
Fraser
creen
que
el
término
"unidades
homogé-
neas"
puede
ser
engañador
porque
indicaría
una
homogeneidad
que
quizá
no
exista,
y
que
lo
esencial
es
que
haya
un
sentir
de
identidad
de
grupo.
Ya
que
algunos
podrían
ser
muy
homogéneos
y
sin
embargo,
no
sentir
ellos
que
pertenecen
a
un
grupo
social.
Agregan
que
el
término
"unidades
homogéneas"
es
un
concepto
científico
mal
usado
ya
que
es
tan
amplio
y
elástico
que
no
existe
ningún
grupo
al
que
no
pueda
ser
aplicado.
Y
también
que
sólo
se
El
principio
de
las
unidades
homogéneas
171
aplica
a
posteriori,
o
sea,
que
notamos
un
grupo
homogéneo
después
de
que
se
ve
un
gran
crecimiento
en
él.
Basado
en
esto,
se
está
tratando
de
identificar
a
los
"grupos
menos
alcanzados"
del
mundo.
Tanto
en
cuanto
a
su
identidad,
las
cosas
que
los
unen
o
los
distinguen.
Su
idioma,
religión,
necesidades,
etc.
Con
este
propósito
se
han
escrito
manuales
y
guías,
tanto
por
escritores
cristianos
como
seculares.
Por
supuesto,
estos
últimos
tienen
un
interés
y
enfoque
sociológico
y
psicológico.
Entre
los
primeros
encontramos
materiales
publicados
por
William
Carey
Library
en
Pasadena,
California.
Otros
por
MARC,
rama
de
investiga-
ciones
de
Visión
Mundial,
y
por
supuesto
otros
materiales
de
distintos
grupos
y
organizaciones.
El
estudiante
que
desee
profundizar
en
esto,
hará
bien
en
estudiar
el
libro
Planning
Straíegies
for
WorJd
Evangelizaron
por
Dayton
y
Fraser.
No
sólo
lo
ayudará
en
este
tema,
sino
que
también
en
muchos
otros.
Uno
de
sus
autores,
Ed
Dayton,
es
el
presidente
del
Comité
de
Trabajo
sobre
Estrategia
del
Evangelismo
Mundial
del
Congreso
de
Lausana.
Está
trabajando
con
un
grupo
que
tiene
mucho
que
ver
con
lo
que
la
mayoría
de
los
evangélicos
acepta
en
todos
sus
puntos
de
vista.
Estos
autores
consideran
que
hay
ventajas
en
mirar
las
cosas
cambiando
el
énfasis
y
enfocando
a
los
"grupos
de
gente".
1.
Trata
de
ver
al
mundo
tal
cual
Dios
lo
ve.
Dios
no
sólo
se
interesa
en
las
fronteras
políticas
trazadas
por
los
hombres,
sino
en
las
relaciones
de
los
unos
con
los
otros.
2.
Moviliza
a
la
iglesia
en
todo
el
mundo.
Esto
porque
la
iglesia
se
ve
responsable
no
sólo
por
otros
países
del
mundo,
sino
también
por
los
"grupos
de
gente"
dentro
de
su
propio
país.
3.
Es
una
respuesta
a
la
Gran
Comisión.
El
Señor
nos
dice
que
vayamos
a
todas
las
naciones.
4.
Permite
que
entendamos
nuestra
tarea.
Cuando
los
"gru-
pos
de
gentes"
están
bien
definidos,
es
fácil
comprender
la
tarea
de
nuestra
misión.
5.
Define
una
meta
que
podemos
alcanzar.
Conducir
todo
un
país
a
los
pies
de
Cristo
parece
imposible.
Al
definir
a
estos
grupos
numéricamente
y
que
la
meta
sea
de
alcanzar,
digamos
un
20%,
la
meta
es
alcanzable.
6.
Afina
el
sentir
del
llamamiento
de
Dios.
7.
Define
la
preparación
que
necesitamos.
No
preparación
misionera
para
servir
un
país,
sino
para
cumplir
con
una
tarea.
8.
Ayuda
a
comunicar
la
tarea
de
misión.
Otra
vez
enfocando
el
esfuerzo
como
un
ministerio.
172
Manual
de
Iglecrecimiento
9.
Cambia
el
énfasis
de
enviar
a
alcanzar.
La
iglesia
no
está
para
enviar
misioneros
sino
para
alcanzar
a
la
gente
y
hacer
discípulos.
10.
Ayuda
a
reclutar.
Cuando
está
definido,
se
puede
atraer
a
los
que
Dios
ha
preparado
para
una
tarea.
11.
Evita
que
surjan
fronteras
nacionales
artificiales.
12.
Presenta
a
las
iglesias
más
jóvenes
con
un
modelo
de
misión
transcultural.
Funda
iglesias
con
"grupos
de
gente".
13.
Ayuda
en
la
coordinación
entre
agencias
misioneras
y
las
iglesias.
14.
Hace
que
la
estrategia
sea
específica.
En
vez
de
tratar
de
alcanzar
a
toda
la
gente
y
no
conseguirlo,
se
concentra
en
un
grupo.
15.
Define
la
tarea
de
la
misión
transcultural.
La
tarea
no
es
alcanzar
los
tres
mil
millones
de
habitantes,
sino
el
estable-
cer
una
iglesia
vigorosa
en
cada
grupo
de
gente
en
el
mundo.
16.
Su
fuerza
es
el
apoyo
en
oración.
La
oración
específica
para
que
Dios
derrame
de
su
misericordia
sobre
un
grupo
específico
de
personas.
13
Finalmente
Recordemos
que
las
unidades
homogéneas
son
una
herramienta
útil
para
ayudar
a
evangelizar.
Otra
cosa
será
cuando
el
individuo
ya
esté
incorporado
en
la
iglesia
local.
Recomendamos
que
el
lector
interesado
haga
estudios
más
profun-
dos
sobre
este
tema.
Que
investigue
lo
que
sucede
en
iglesias
que
están
creciendo
y
en
aquellas
que
no;
que
analice
el
potencial
de
las
unidades
homogéneas
que
rodean
a
la
iglesia
en
su
comunidad
y
veamos
cómo
podemos
beneficiarnos.
"El
principio
de
las
unidades
homogéneas
no
es
por
cierto
el
corazón
del
Iglecrecimiento,
sin
embargo,
se
puede
aplicar
muy
bien
a
muchas
situaciones
.
.
.
alrededor
del
mundo.
La
regla
es
usar
el
sentido
común."
14
NOTAS
BIBLIOGRÁFICAS
1
Donald
McGavran,
Understanding
Church
Grovvth,
rev.
ed.
(Grand
Rapids:
Eerdmans,
1980],
pág.
223.
2
C.
Peter
Wagner,
Su
iglesia
Puede
Crecer
(Terrassa,
España,
CLIE,
1980),
pág.
138.
3
C.
Peter
Wagner,
Church
Growth
and
the
Whole
Cospel
(Harper
&
Row
Publishers,
San
Francisco,
1981),
pág.
167.
El
principio
de
las
unidades
homogéneas
173
4
Donald
McGavran,
op.
cit.,
pág.
223.
5
C.
Peter
Wagner,
op.
cit.,
pág.
167.
6
Ibíd.,
pág.
168.
7
Gerald
Palmer,
"An
Unquali/ied,
itDepends.
.
.",
HomeMissions
Notebook
(Southern
Baptist,
Summer
1980),
pág.
8.
8
Pedro
Larson,
Bosquejos
didácticos
de
Iglecrecimiento
(México,
Centro
de
Estudios
de
Crecimiento
de
las
Iglesias
y
Misionología
del
Seminario
Bautista
Mexicano,
1981),
pág.
53.
9
Ray
Bakke,
Citado
en
el
Informe
de
David
Rambo
en
el
Seminario
Teológico
Fuller,
noviembre
de
1981.
10
Diario
Novedades,
de
la
Ciudad
de
México,
17
de
marzo
de
1979.
11
C.
Peter
Wagner,
Our
Kind
of
People
(Atlanta,
John
Knox
Press,
1979),
pág.
13.
12
Edward
Dayton
&
David
Fraser,
Planning
Straíegies
for
World
Evangeíization
(Grand
Rapids,
Michigan,
Eerdmans
1980),
pág.
135.
3
Ibíd.,
pág.
143-145.
14
Donald
McGavran,
op.
cit.,
pág.
243.
CAPITULO
9
PLANTANDO
NUEVAS
IGLESIAS
En
el
capítulo
uno
hablamos
de
"Las
Escrituras
y
la
voluntad
de
Dios."
Vimos
cómo
El
quiere
ver
a
su
iglesia
crecer.
Esta
tiene
no
sólo
un
crecimiento
en
personas
(miembros
responsables
y
repro-
ductivos)
sino
también
será
necesario
que
haya
un
crecimiento
en
el
número
de
iglesias
locales
que
se
extiendan
por
todos
lados.
No
cabe
la
menor
duda
de
que
Dios
tiene
un
criterio
muy
enfático
sobre
el
asunto
de
plantar
iglesias.
El
Señor
demanda
obediencia
y
que
hagamos
su
voluntad.
Si
bien
no
es
una
tarea
fácil,
es
tanto
importante
como
factible
que
conozcamos
la
voluntad
de
Dios
en
cuanto
al
tema
que
nos
ocupa.
En
el
pasado
ha
sido
una
tarea
aparentemente
muy
limitada.
Ahora
el
desafío
se
nos
presenta
de
que
hagamos
algo
y
cumplamos
con
el
mandato
divino.
"Pueden
existir
muchas
razones
por
la
falta
de
plantar
iglesias,
pero
no
son
razones
suficientes
para
contradecir
la
voluntad
de
Dios.
Si
Dios
desea
que
su
Iglesia
crezca,
nuestro
trabajo
es
estar
a
tono
con
su
voluntad
para
que
seamos
parte
de!
hacer
que
su
Iglesia
crezca.
No
tiene
mucho
sentido
andar
buscando
excusas
por
la
falta
de
crecimiento,
cuando
podríamos
estar
buscando
los
secretos
que
favorezcan
el
mismo."
1
Melvin
L.
Hodges
de
las
Asambleas
de
Dios,
dice:
"Mantenga
la
visión
constantemente
con
la
predicación
y
la
oración,
y
...
con
una
acción
adecuada.
Dios
nos
ha
encomendado
una
tarea.
No
nos
sintamos
satisfechos
con
nada
menos
que
el
total
cumplimiento
de
su
voluntad.
El
desea
que
cada
criatura
oiga.
Su
plan
es
edificar
una
iglesia,
no
como
un
monumento
a
un
hombre
o
a
una
organización,
sino
como
un
medio
de
llevar
la
redención
a
todo
el
mundo."
2
Reconociendo
que
es
la
voluntad
de
Dios
podemos
darnos
a
la
tarea
gloriosa
de
plantar
iglesias.
El
Nuevo
Testamento
nos
muestra
la
importancia
de
la
iglesia
local
desde
el
punto
de
vista
de
Dios:
"Porque
donde
están
dos
o
tres
congregados
en
mi
nombre,
allí
estoy
yo
en
medio
de
ellos"
(Mateo
18:20).
La
iglesia
primitiva
nos
da
el
ejemplo
de
cómo
se
reunían
ellos
y
Plantando
nuevas
iglesias
175
se
organizaban
en
congregaciones.
Evidentemente
no
tenían
templos
suntuosos,
ni
siquiera
parece
que
tenían
tiempo
para
edificarlos;
por
eso
se
reunían
primordialmente
en
casas
de
familia.
El
secreto
estaba
en
formar
las
congregaciones,
el
edificio
era
algo
secundario.
Pero.
.
.
¿por
qué
comenzar
nuevas
iglesias?
¿No
tenemos
suficien-
tes,
y
muchas
sin
pastores?
¿No
deberíamos
mejor
concentrarnos
en
hacer
que
las
que
tenemos
sean
más
eficientes?
Raymond
W.
Hurn
de
la
Iglesia
del
Nazareno
contesta
esas
preguntas
así:
"Tenemos
dentro
de
nosotros
el
poder
y
la
habilidad
de
ayudar
a
los
hombres
a
que
conozcan
a
Cristo.
La
multiplicación
de
iglesias
es
el
método
más
eficaz
para
alcanzar
al
mayor
número
de
estas
personas."
3
Otras
preguntas
surgen:
"¿Cómo
comenzaremos?"
"¿Dónde
co-
menzar?"
"¿Dónde
conseguimos
obreros?"
"¿Cómo
establecemos
contacto
con
la
comunidad?",
y
así
muchas
preguntas
más.
Tratare-
mos
de
contestarlas
a
medida
que
estudiemos
el
tema.
"El
plantar
iglesias
demanda
la
presencia,
poder
y
dirección
del
Espíritu
Santo,
si
es
que
las
iglesias
han
de
comenzar,
crecer
y
florecer
.
.
.
el
plantar
iglesias
es
una
de
las
tareas
más
difíciles
que
el
ser
humano
puede
intentar
.
.
.
si
hemos
de
tener
éxito
.
.
.
debemos
buscar
Su
ayuda
y
continuar
buscando
su
liderazgo
en
el
resto
del
camino.
El
Espíritu
Santo
abre
puertas
para
que
se
puedan
comenzar
iglesias."
4
Requisitos
básicos
para
plantar
iglesias
Seríamos
muy
ingenuos
si
pensáramos
que
podemos
levantarnos
una
mañana
y
mientras
nos
desperezamos
decir:
"Hoy
no
tengo
otra
cosa
mejor
que
hacer
.
.
.Voy
a
plantar
(fundar)
una
iglesia."
Lleva
mucho
más
que
un
buen
deseo
o
el
querer
hacer
algo
diferente.
Consideremos
cinco
requisitos
que
creemos
son
básicos
para
comen-
zar
a
plantar
iglesias.
1.
La
gente.
La
mejor
manera
de
comenzar
una
iglesia
es
con
gente
creyente.
Puede
ser
un
núcleo
que
pertenezca
a
la
iglesia
madre
que
auspicia
el
esfuerzo,
gente
tal
vez
que
esté
en
un
pueblo
o
barrio
donde
no
haya
iglesia.
Quizá
vayan
a
alguna
iglesia
lejana,
o
tal
vez
hayan
dejado
de
asistir
debido
a
la
distancia;
pero
siguen
fieles
al
Señor
aunque
les
falta
la
confraternidad
cristiana
con
otros
herma-
nos.
Estos
puede
que
sean
de
la
misma
denominación
o
no,
pero
son
creyentes.
Algunas
iglesias
comienzan
con
gente
nueva,
incrédulos,
pero
es
más
difícil,
lleva
más
esfuerzo
y
energías.
Así
comenzamos
nuestra
iglesia
aquí
en
Pasadena,
California.
Lo
hicimos
sin
gente,
sin
dinero
y
sin
edificio.
Ya
comentaremos
sobre
esto.
Pero
no
es
fácil,
es
la
forma
más
difícil.
2.
La
motivación
del
pueblo
de
Dios
para
hacerlo.
Debe
ser
una
motivación
directa
del
Espíritu
Santo,
de
otro
modo
fracasará.
El
r
176
Manual
de
íglecrecimiento
Espíritu
Santo
es
la
divina
fuerza
dinámica
que
actúa
en
este
mundo,
a
través
de
la
iglesia,
para
la
redención
del
hombre.
No
es
como
decir,
voy
a
abrir
una
sucursal
de
panadería
o
un
restaurante.
Necesitamos
un
"llamamiento"
específico.
Dios
quiere
que
encon-
tremos
a
los
perdidos
y
los
incorporemos
a
la
iglesia
local.
El
es
quien
nos
mueve
a
hacerlo;
la
obra
misionera
bajo
la
cual
califica
este
esfuerzo
es
de
Dios.
Podemos
citar
cinco
elementos
en
el
ministerio
de
Jesús
que
sirvieron
para
motivar
a
sus
discípulos.
a.
El
demostró
su
compasión
por
los
perdidos
(Mateo
9:36).
b.
Dio
un
ejemplo
misionero
(Mateo
9:35).
c.
Les
enseño
sobre
la
necesidad
misionera
(Mateo
9:37).
d.
Les
enseñó
a
orar
por
la
obra
misionera
(Mateo
9:38).
e.
Les
envió
a
hacer
el
trabajo
misionero
(Mateo
10:1
y
5a).
Recordemos
que
esto
fue
antes
de
que
les
diese
la
"Gran
Comisión".
Les
estaba
adiestrando
y
motivando
para
la
meta
que
El
les
fijaría.
3.
La
fe,
es
un
requisito
indispensable.
Toda
nueva
aventura
requiere
fe
y
más
cuando
se
trata
de
la
obra
de
Dios.
Nuestra
lucha
es
contra
"principados
y
potestades".
Además,
plantar
nuevas
iglesias
va
a
sacudir
a
muchos
que
preferirían
"dejar
las
cosas
como
están".
Todo
creará
adversidades
y
obstáculos;
habrá
que
estar
dispuestos
a
moverse
contra
la
marea.
No
será
una
fe
por
sólo
unas
semanas
o
unos
meses,
puede
ser
que
haya
que
ejercerla
por
mucho
tiempo.
En
cuanto
a
nuestra
experien-
cia
personal
en
Pasadena,
por
lo
menos
pasó
un
año
antes
que
viéramos
los
resultados.
Cuando
la
asistencia
se
componía
de
nuestra
familia
y
tal
vez
dos
o
tres
familias
más,
hacía
falta
fe
para
seguir
adelante.
Ahora
después
de
tres
años,
es
más
fácil
ejercitar
la
fe.
Cuando
ahora
vemos
la
capilla
llena,
es
otra
cosa.
¡Qué
gozo
trae
poder
hacer
algo
bueno
para
la
obra
de
Dios!
4.
Una
filosofía
de
ministerio
nos
ayudará
a
planificar
y
determi-
nar
qué
clase
de
iglesia
queremos
comenzar.
No
todas
las
iglesias
son
iguales.
Tienen
diferente
clase
de
necesidades
y
la
gente
es
diferente
de
un
lugar
a
otro.
Como
hemos
mencionado
en
otros
aspectos
del
íglecrecimiento,
no
podemos
hacer
un
modelo
que
sirva
de
molde.
Las
circunstancias
cambiarán
de
lugar
en
lugar
y
se
deben
seguir
los
principios
de
una
manera
que
se
ajusten
con
esas
circunstancias.
Aquí
necesitamos
tener
una
filosofía
de
ministerio
pues
esta
nos
ayudará
también
a
suplir
la
necesidad
de
la
comunidad
en
cuestión;
recordando,
no
obstante,
que
no
podremos
suplir
las
necesidades
de
toda
la
gente,
mas
sólo
de
una
parte
de
ellos.
5.
Una
investigación
de
la
zona
en
que
queremos
comenzar.
Plantando
nuevas
iglesias
177
Debemos
hacer
un
estudio
intensivo
antes
de
comenzar.
Sin
duda
que
no
podrá
obtenerse
el
100%
de
la
información
deseada,
pero
la
que
pueda
obtenerse
será
valiosa.
Será
muy
importante
descubrir
si
es
terreno
fértil
antes
de
plantar
la
semilla.
¿Tiene
usted
creyentes
de
su
denominación
en
ese
lugar?
¿Cómo
es
el
testimonio
de
ellos?
¿Qué
tipo
de
vecindario
es?
¿Está
la
comunidad
en
aumento
o
en
merma?
¿Qué
está
sucediendo
en
las
otras
iglesias?
¿Habrá
hogares
o
edificios
disponibles
para
reunirse?
Todas
estas
son
preguntas
que
la
investigación
nos
ayudará
a
contestar.
Pero
es
parte
elemental
y
necesaria
en
todo
plan
de
plantar
iglesias.
Estos
cinco
requisitos
son
básicos
—
como
mínimo
—
para
plantar
iglesias.
Debemos
ajustamos
a
los
recursos
y
limitaciones
a
nuestra
disposición.
Nuestros
sentimientos
al
ver
una
nueva
iglesia
plantada
que
germina
y
da
frutos
es
como
cuando
nace
un
niño.
Sí,
cuando
una
nueva
iglesia
nace
eso
implica
toda
la
anticipación
y
cuidado
de
los
padres
que
han
estado
por
meses
esperando
ese
nuevo
vastago.
Habrá
dolores
.
.
.
y
médicos
o
especialistas
que
tendrán
que
ayudar
en
la
tarea,
desde
la
concepción
hasta
el
parto
y
de
allí
en
adelante.
Habrá
problemas,
enfermedades,
accidentes,
biberones
que
preparar
y
pañales
que
lavar.
Aun
encontraremos
las
posibilidades
de
defectos
de
nacimiento,
muerte
y
cuentas
que
pagar.
Esto
puede
suceder
con
la
iglesia
naciente
también.
Cuando
todo
esto
es
comparado
con
la
iglesia
nos
damos
cuenta
que
hay
mucho
en
común,
entre
el
nacimiento
de
un
bebé
y
el
de
una
iglesia.
La
iglesia
también
nace
pequeña.
Hay
una
lucha
por
sobrevivir,
y
hay
defectos.
Cada
una
tiene
y
desarrolla
una
personali-
dad
diferente.
Sin
embargo
se
parecen
a
los
padres.
Las
iglesias
recién
nacidas,
como
los
seres
humanos,
cometen
errores.
A
veces
no
prestan
atención
a
sus
padres,
sienten
que
los
demás
tienen
que
darles
los
gustos
y
necesitan
ayuda
hasta
que
puedan
pararse
por
sí
solas.
Pero
vale
la
pena
el
esfuerzo.
En
nuestra
era
moderna
también
se
asemeja
la
visión
de
algunas
iglesias
establecidas
a
la
de
las
madres
que
están
tomando
pildoras
anticonceptivas.
Hay
demasiadas
iglesias
madres
en
este
plan,
y
puede
ser
una
señal
muy
peligrosa.
Puede
afectar
el
sistema
reproductivo
permanentemente.
Por
todas
estas
razones
es
que
necesitamos
observar
que
en
la
misma
forma
que
un
niño
con
quien
se
tiene
buen
cuidado
crecerá
saludablemente,
también
la
iglesia
recién
nacida
o
recién
plantada
puede
disfrutar
del
mismo
tipo
de
crecimiento.
Objeciones
o
que
se
planten
iglesias
Como
en
todo
plan,
habrá
quienes
estarán
a
favor
y
quienes
178
Manual
de
Iglecrecimiento
estarán
en
contra
de
plantar
iglesias.
Los
que
sientan
ese
"llama-
miento
especial"
de
Dios
para
hacerlo
deberán
estar
preparados
a
recibir
objeciones
y
a
sobreponerse
a
ellas.
He
aquí
algunas
de
las
objeciones
que
Pedro
Wagner
menciona
en
sus
clases
sobre
el
tema.
I.
Habrá
objeciones
pragmáticos.
Asumiendo
que
un
grupo
de
personas
dejara
la
iglesia
madre
para
organizar
la
iglesia
hija,
habrá
objeciones
de
carácter
pragmático
que
nos
tocan
muy
de
cerca:
A.
Los
miembros
que
perderá
la
iglesia
madre.
Se
piensa
—
y
sí
va
a
suceder
—
que
la
iglesia
madre
perderá
miembros.
Pero
la
verdad
es
que
esto
va
a
fortalecer
en
vez
de
debilitar.
La
razón
es
muy
simple.
Dios
premia
la
fidelidad
de
sus
hijos.
Por
varios
años
colaboré
con
una
iglesia
que
dio
a
luz
tres
nuevas
iglesias.
Cada
una
de
ellas
significó
un
éxodo
de
unas
35
familias,
o
sea
un
promedio
de
cien
personas
cada
vez.
La
asistencia
allí
es
de
unos
700
cada
domingo.
Pero
lo
sorprendente
era
que
el
domingo
siguiente
a
cada
uno
de
estos
éxodos,
la
iglesia
volvía
a
llenarse
y
tampoco
se
notaba
merma
en
las
finanzas.
La
promesa
del
Señor
es
que
El
nos
dará
más
de
lo
que
nosotros
podemos
darle
a
El.
El
cumple
sus
promesas.
B.
El
costo
al
comienzo
es
muy
alto.
Muchos
miembros
temen
que
al
plantar
una
nueva
iglesia
tendrán
que
afrontar
costos
mayores
y
por
lo
tanto
tendrán
que
ofrendar
más.
Si
el
proyecto
tiene
buenas
bases
el
costo
será
mínimo
y
si
la
nueva
iglesia
es
bien
enseñada
desde
el
principio
encontraremos
que
la
iglesia
hija
podrá
muy
pronto
costear
su
propio
crecimiento.
La
verdad
es
que
cuando
comparamos
el
costo
"por
persona"
y
su
eficacia
en
la
inversión,
encontramos
que
comparado
con
cualquier
otro
método
evangelístico,
nos
daremos
cuenta
que
es
la
forma
más
económica
de
hacer
discípulos.
Sí,
el
plantar
iglesias
es
eficaz
y
a
bajo
costo,
en
general.
C.
Perderemos
la
confraternidad
cristiana.
Por
supuesto
si
un
buen
grupo
de
personas
"enjambra"
para
formar
una
nueva
iglesia,
con
ellos
saldrán
muy
buenos
amigos
nuestros.
La
amistad
cristiana
de
tantos
años
aparentemente
queda-
ría
destruida.
Recordemos
que
esto
pudiera
suceder
en
otras
circuns-
tancias
también.
Podrían
ser
transladados
en
su
trabajo;
podrían
suceder
otras
cosas
más
drásticas,
pero
en
todo
caso
esto
será
parte
del
precio
que
se
tendrá
que
pagar
para
cumplir
con
la
Gran
Comisión.
II.
Habrá
objeciones
éticas.
A.
Algunos
piensan
que
el
comenzar
una
nueva
iglesia
dañará
a
las
iglesias
que
ya
están
en
esa
comunidad,
especialmente
si
es
un
Plantando
nuevas
iglesias
179
lugar
pequeño.
Otros
dicen,
debemos
amar
a
nuestros
hermanos.
¿Por
qué
no
los
ayudamos
en
lo
que
ellos
ya
están
haciendo?
Por
supuesto,
queremos
ser
éticos,
pero
la
ética
no
debe
impedir
que
hagamos
el
trabajo.
He
aquí
buenas
razones
para
ello.
1.
La
Gran
Comisión
debe
realizarse
con
amor
y
ética,
pero
debe
llevarse
a
cabo.
Si
se
puede
conversar
con
los
líderes
de
otras
congregaciones
y
"aprueban",
tanto
mejor,
pero
no
debe
ser
el
factor
determinante.
El
Señor
me
ha
permitido
(con
la
ayuda
de
mi
esposa)
plantar
siete
iglesias.
Siempre
consulté
con
los
otros
pastores
e
iglesias
y
hasta
tuve
el
apoyo
de
las
otras
congregaciones,
pero
no
siempre
resulta
así.
(El
Señor
parece
habernos
ayudado
en
nuestro
caso.)
2.
Nuestra
estrategia
no
debe
estar
basada
en
cuántas
iglesias
hay
en
una
ciudad
o
lugar.
Debe
estar
basada
en
cuánta
gente
está
fuera
de
la
iglesia.
Por
ejemplo:
cuando
sentimos
del
Señor
comenzar
la
obra
hispana
aquí
en
Pasadena,
investigamos
y
descubrimos
que
ya
existían
tres
congregaciones
que
pertenecían
a
lo
que
llamaríamos
denominaciones
conservadoras,
fundamentalistas.
También
había
tres
misiones
que
estaban
sobreviviendo.
Entre
las
tres
denominacio-
nes
llegaban
aproximadamente
a
una
asistencia
de
200
personas
en
los
servicios
de
los
domingos
por
la
mañana.
Podríamos
haber
dicho:
"Ya
es
suficiente,
¿para
qué
otra
más?"
Pero
al
continuar
nuestra
investigación,
encontramos
que
vivían
aquí
en
esta
ciudad
casi
30.000
hispanos,
o
sea,
que
todavía
había
más
de
29.000
que
no
asistían
a
ninguna
iglesia.
Lo
importante
no
es
la
cantidad
que
está
dentro,
sino
la
cantidad
que
está
fuera.
3.
El
estilo
de
su
iglesia
contribuirá
a
la
variedad
y
selección.
No
todas
las
personas
se
inclinan
por
el
mismo
estilo.
Cuando
por
varios
años
tuve
un
negocio
en
el
que
tenía
empleados
unos
sesenta
vendedores,
una
de
las
cosas
que
debía
enseñarles
era
que
siempre
tenían
que
dar
al
comprador
la
elección
entre
un
producto
y
otro
producto.
Nunca
una
elección
entre
algo
y
nada.
Si
el
inconverso
no
encuentra
en
una
iglesia
lo
que
le
agrada
ya
sea
en
forma
de
adoración,
o
de
construcción,
o
lo
que
sea,
podrá
encontrar
en
otra
iglesia
lo
que
lo
haga
sentirse
cómodo
para
aceptar
el
mensaje
del
evangelio.
Si
hay
una
sola
iglesia,
no
tendrá
esa
elección
y
tal
vez
decida
no
hacer
nada
y
permanecer
en
el
mundo
del
pecado.
Wendel
Belew
en
una
conferencia
en
febrero
de
1975
titulada
"Multiplicación
de
iglesias
para
el
crecimiento"
dijo:
"Dos
iglesias
se
complementan,
no
están
en
competencia
entre
ellas.
Dos
iglesias
alcanzan
a
dos
mentalidades,
o
culturas,
o
inclinaciones,
o
emocio-
nes
distintas,
y
así
lograrán
alcanzar
casi
al
doble
de
inconversos
que
una
sola
lo
haría."
180
Manual
de
Iglecrecimiento
B.
El
tema
de
la
unidad
cristiana
parece
salir
a
la
superficie.
¿Cómo
podemos
dividir
la
Iglesia
de
Cristo
y
permitir
que
se
roben
las
ovejas?
Esta
es
una
objeción
muy
común
y
en
la
que
se
ha
puesto
énfasis
en
los
últimos
tiempos.
Por
cierto
que
ha
causado
demoras
graves
en
la
evangelización.
Debemos
considerar
lo
siguiente:
1.
El
apóstol
Pablo
parece
que
tenía
el
hábito
de
dividir
las
sinagogas
muy
seguido.
Esto
fue
una
realidad
especialmente
en
su
segundo
viaje
y
Dios
utilizó
esto
para
que
la
iglesia
prosperara
y
progresara;
de
otro
modo,
el
avance
hubiese
sido
muy
lento.
2.
Si
creemos
y
aceptamos
que
los
inconversos
son
el
campo
de
la
cosecha,
debemos
actuar
de
acuerdo
a
las
instrucciones
divinas
y
enviar
obreros
a
la
mies
(Mateo
9:37,
38).
A
menos
que
tengamos
evidencia
de
que
las
iglesias
existentes
podrán
juntar
todo
el
fruto
en
los
próximos
diez
años,
debemos
enviar
más
obreros
inmediatamen-
te.
Nuestro
anhelo
debe
ser
aprender
cómo
multiplicar
obreros.
3.
Se
habla
de
que
algunos
"roban
ovejas"
(creyentes),
yo
creo
que
como
dice
el
doctor
McGavran
en
la
mayoría
de
los
casos
se
trata
de
"ovejas
encontradas"
y
no
de
"ovejas
robadas".
Si
los
pastores
están
proporcionándoles
buen
alimento
y
cuidado
pastoral,
las
ovejas
no
andarán
descarriadas.
Y
si
encuentran
a
alguien
que
las
alimente
y
cuide,
¿podemos
culparles
o
protestar
cuando
lo
sigan?
4.
Otro
fenómeno
es
el
de
las
iglesias
divididas.
Es
lamentable
cuando
las
divisiones
dejan
heridas.
Hay
tal
cosa
como
divisiones
planeadas
y
que
son
no
sólo
de
bendición
sino
que
no
dejan
cicatrices.
En
muchos
casos
las
divisiones
son
una
bendición
al
reino
de
Dios.
En
nuestra
América
Latina
encontramos
infinidad
de
ejemplos
(algunos
buenos,
otros
no)
de
iglesias
divididas.
Personalmente,
no
me
siento
bien
con
algunas
de
ellas.
La
razón
es
que
las
divisiones
ni
han
sido
en
amor,
ni
han
traído
bendición
o
crecimiento.
Cuando
permitimos
que
conflicto
de
personalidades,
o
egoísmo
y
celos
las
produzcan,
entonces
yo
no
creo
que
el
Señor
se
goce.
Pero
si
la
división
o
separación
es
para
plantar
nuevas
iglesias,
entonces
sí
Dios
da
el
crecimiento.
Modelos
poro
comenzar
iglesias
Cuando
pensamos
en
cómo
comenzar
nuevas
iglesias,
vemos
un
complejo
sistema
de
circunstancias
que
hacen
imposible
el
trazar
un
plan
uniforme
o
modelo
que
pueda
servir
a
todos
los
lugares
por
igual.
El
Nuevo
Testamento
habla
fuertemente
de
las
unidades
de
familias
como
los
cimientos
de
las
iglesias.
Allí
tenemos
varios
modelos
para
ganar
almas
y
comenzar
iglesias.
Plantando
nuevas
iglesias
181
El
apóstol
Pablo
nos
da
una
serie
de
ejemplos,
o
por
lo
menos
nos
muestra
lo
que
hizo.
El
ganó
a
personas
clave.
Se
movía
entre
gente
que
tenía
influencia
en
la
comunidad
cuando
el
Espíritu
así
lo
dirigía.
Por
ejemplo
Lidia
era
una
comerciante
de
Filipos
que
vendía
finas
telas
de
púrpura.
El
Señor
Jesucristo
también
trabajó
entre
otras
culturas.
Muy
al
comienzo
de
su
ministerio
fue
a
Samaría
donde
vivía
gente
mestiza
que
era
despreciada
por
los
judíos.
Pablo
llevó
el
evangelio
a
los
gentiles.
Pedro
también
predicó
a
los
gentiles
en
ciertas
ocasiones,
pero
su
ministerio
principal
era
con
los
judíos.
Cada
uno
trabajaba
con
la
clase
homogénea
con
la
que
se
sentía
más
cómodo,
y
a
la
cual
Dios
les
había
llamado
(Calatas
2:8).
I.
La
iglesia
JocaJ.
"Jesucristo
ordenó
a
su
Iglesia
que
evangelizara
toda
la
tierra,
pero
muchas
congregaciones
de
creyentes
no
están
teniendo
un
adelanto
que
valga
la
pena
en
el
cumplimiento
de
la
Gran
Comisión.
Muchas
congregaciones
no
se
dan
cuenta
de
la
función
que
les
corresponde
en
la
evangelización
mundial
y
por
lo
tanto
no
contribuyen
a
la
causa
común
de
las
iglesias
cristianas."
5
Lo
normal
es
que
una
iglesia
se
reproduzca.
Esto
puede
pasar
en
dos
formas,
dos
modelos.
A.
Autonomía:
o
sea,
una
iglesia
hija
que
es
una
congregación
autónoma.
Un
grupo
que
"enjambra",
puede
ser
de
personas
que
ya
son
miembros
de
la
iglesia
y
viven
en
una
misma
zona,
entonces
organizan
su
propio
trabajo
con
liderazgo
propio
y
lugar
propio.
Tal
vez
sea
uno
de
los
modelos
usados
más
comúnmente
y
que
en
general
trae
muy
buenos
resultados.
Esto
de
acuerdo
a
la
tipología
del
Iglecrecimiento
expresada
por
Ralph
Winter
es
E-l,
o
sea,
evangelismo
por
extensión.
B.
Satélite:
o
sea,
una
congregación
semiautónoma,
pero
que
todavía
tiene
relación
directa
con
la
iglesia
madre.
Esto
es
algo
más
que
un
lugar
donde
se
tienen
estudios
bíblicos.
Es
un
grupo
organizado
con
estructura
propia,
pero
sin
haber
cortado
el
cordón
umbilical
con
la
iglesia
madre.
Generalmente
vienen
a
la
iglesia
central
para
su
"celebración",
pero
el
programa
de
nutrición
y
esfera
de
actividades
está
fuera
de
allí.
Puede
ser
en
la
misma
ciudad
o
fuera
de
ella.
La
Iglesia
Metodista
Pentecostal
de
Jotabeche
en
Santiago
de
Chile
puede
ser
un
buen
ejemplo
de
esto.
Tiene
una
membresía
de
más
de
100.000
personas
y
un
santuario
con
capacidad
de
16.000.
La
verdadera
acción
está
fuera
del
templo
principal.
Esto
también
puede
ser
el
sistema
en
lugares
donde
es
posible
tener
"departamentos
étnicos".
O
sea,
donde
fuera
o
dentro
del
182
Manual
de
íglecrecimiento
edificio
central,
se
reúnen
grupos
que
hablan
otro
idioma
porque
han
venido
de
otros
países.
En
general
pueden
ser
considerados
iglesias
satélites.
Hay
tres
métodos:
la
maternidad
accidental,
la
maternidad
planifi-
cada,
y
la
maternidad
adoptada
que
pueden
emplearse
en
ambos
modelos.
Al
hablar
de
maternidad
accidental,
queremos
decir
que
muchas
veces
la
iglesia
aunque
no
está
planeando
la
maternidad
(tener
una
iglesia
hija)
Dios
mismo
la
causa.
Algunos
la
llaman
"división"
y
le
echan
la
culpa
de
que
suceda
al
diablo.
Muchos
padres
han
tenido
hijos
cuya
venida
a
este
mundo
no
han
planeado.
Sin
embargo,
cuando
llegan,
los
quieren
a
todos
por
igual.
La
maternidad
planificada
es
cuando
de
forma
natural,
como
mencionamos
antes,
la
iglesia
madre
planifica
la
extensión
de
la
obra
y
se
reproduce.
Un
grupo
de
la
misma
congregación
"enjambra"
como
las
abejas
y
forman
otro
"colmenar".
En
la
misma
forma,
los
componentes
de
ese
grupo
—
que
tal
vez
viven
muy
cerca
unos
de
otros
y
en
una
zona
geográfica
distinta
a
la
de
la
iglesia,
aun
dentro
de
la
misma
ciudad
—
se
unen
para
organizar
esta
"iglesia
hija".
"Al
establecerse
nuevas
obras
por
medio
de
los
creyentes
locales,
se
consiguen
dos
beneficios
importantes.
Primero,
hay
una
posibilidad
de
que
la
nueva
obra
forme
un
grupo
de
creyentes
que
llegará
a
ser
el
comienzo
de
una
nueva
iglesia.
Otro
beneficio
.
.
.
el
desarrollo
de
obreros
que
puedan
llegar
a
ser
pastores."
8
Muchas
veces
se
da
el
caso
de
familias
de
una
iglesia
(o
de
varias)
que
deciden
mudarse
a
un
lugar
distante,
conseguir
trabajo
en
esa
zona
con
el
solo
fin
de
comenzar
una
nueva
iglesia.
Por
supuesto
esto
da
mucha
más
flexibilidad
geográfica.
Con
la
ayuda
de
Dios
esperamos
que
eso
suceda
aquí
en
nuestra
iglesia
en
Pasadena.
Ya
debe
comenzar
a
enjambrar,
y
comenzar
tres
iglesias
hijas
en
los
próximos
seis
a
doce
meses.
Esperamos
hacerlo
basados
en
los
miembros
que
viven
en
esas
zonas
y
otros
que
viajarán
para
ayudarles
al
principio.
Paul
R.
Orjala
de
la
Iglesia
del
Nazareno
llama
"colonización"
a
este
modelo.
Sea
que
el
trabajo
sea
auspicia-
do
por
una
iglesia
local
o
por
un
grupo
de
iglesias,
el
término
es
muy
apropiado.
Otro
método
sería
el
de
maternidad
adoptada,
o
sea,
cuando
una
congregación
con
la
misma
filosofía
de
ministerio
y
doctrina
se
organiza
y
pide
ser
adoptada
por
una
iglesia
ya
sea
cerca
o
lejos
que
esté
dispuesta
a
ayudarles
en
su
desarrollo.
(No
necesariamente
con
dinero,
aunque
al
principio
sí
pudieran
ayudarlos
financieramente.)
Dentro
del
plan
de
adopción
también
podría
tratarse
de
que
una
iglesia
suficientemente
grande
envíe
líderes
adiestrados
especial-
Plantando
nuevas
iglesias
183
mente
para
estos
casos
con
el
fin
de
rejuvenecer
iglesias
ya
existentes
pero
que
han
estado
en
merma
o
inactivas
por
mucho
tiempo.
Este
es
un
fenómeno
que
hemos
visto
en
los
últimos
años
y
que
Dios
ha
utilizado
en
una
forma
excelente
para
revivir
algunas
iglesias
que
de
otro
modo
hubieran
dejado
de
existir,
II.
La
agencia
especializada.
Si
bien
es
cierto
que
este
es
un
modelo
que
ha
sido
usado
para
plantar
iglesias
en
el
campo
misionero,
o
sea,
E-2
y
E-3
(en
otros
países);
sin
embargo,
encontramos
que
se
puede
muy
bien
aplicar
dentro
de
nuestro
radio
de
acción.
Existen
dos
modos
o
métodos
de
hacerlo.
A.
"Equipo
misionero".
Es
el
que
está
compuesto
y
financiado
por
una
denominación
o
sociedad
misionera.
Dentro
de
este
equipo
habrá
"expertos
en
plantar
iglesias".
Estas
son
personas
que
en
seis
meses
pueden
dejar
un
núcleo
de
nuevos
creyentes
organizados,
listos
para
que
un
pastor
o
líder
se
haga
cargo
de
ellos.
Quien
comenzó
esa
obra
y
tiene
dones
especiales
para
hacerlo,
y
por
eso
puede
hacerlo
en
poco
tiempo,
desde
allí
va
a
un
nuevo
lugar
para
comenzar
otra
vez
y
así
se
repite
el
ciclo.
El
apóstol
Pablo
hizo
bastante
de
esto.
Podríamos
decir
que
él
era
un
catalizador
que
usaba
sus
dones
para
la
extensión
del
evangelio.
Hay
otros
que
pueden
hacer
lo
mismo
hoy.
B.
Un
segundo
método
puede
ser
el
de
un
"pastor
fundador".
En
muchos
casos
se
trata
de
obreros
del
tipo
3
que
comienzan
una
igle-
sia
y
la
pastorean.
"Usualmente,
el
fundador
de
iglesias
es
un
hombre
que
ha
dedicado
toda
su
vida
a
la
actividad
ministerial.
Sin
embargo,
hay
casos
en
que
la
iglesia
se
ha
formado
como
resultado
de
los
esfuerzos
de
un
laico
cristiano
que
ha
evidenciado
su
preocu-
pación
por
los
demás
testificando
entre
sus
amigos
y
vecinos."
7
Esto
es
muy
parecido
a
lo
que
nos
sucedió
aquí
en
Pasadena.
Mi
trabajo
de
tiempo
completo,
y
para
lo
cual
la
Junta
Misionera
de
la
Iglesia
de
Los
Hermanos
me
sostiene,
es
el
de
enseñar
íglecrecimien-
to
como
Director
de
Ministerios
Hispanos.
Mi
esposa
colabora
conmigo
en
la
oficina
y
tiene
un
programa
radial
de
quince
minutos
semanales
y
otro
de
cinco
minutos
diarios
dedicados
a
la
mujer,
titulado,
"Para
Ti,
Mujer"
que
se
transmite
en
más
de
250
emisoras
del
continente
americano.
Pero
sentimos
del
Señor
comenzar
esta
iglesia,
el
"Centro
Cristiano
para
la
Familia".
El
grupo
ya
tiene
sostenimiento
propio.
Puede
pagar
un
pastor
de
tiempo
completo,
pero
nosotros
seguimos
pastoreando
la
iglesia
y
lo
que
se
hubiera
dedicado
a
un
sueldo
pastoral
lo
estamos
depositanto
mensualmente
en
la
cuenta
bancaria
"Pro
Templo"
para
poder
tener
un
lugar
propio.
Sin
embargo,
pronto
tendremos
un
pastor
asociado.
184
Manual
de
IgJecrecimiento
Tal
vez
la
manera
en
que
comenzamos
no
haya
sido
la
más
ortodoxa,
ya
que
lo
hicimos
—
como
hemos
dicho
anteriormente
—
sin
gente,
sin
edificio
y
sin
dinero.
No
es
la
manera
más
recomenda-
ble,
pero
como
maestro
de
Iglecrecimiento
creo
que
debo
probar
yo
primero
lo
que
he
de
enseñar
a
mis
discípulos.
Puedo
y
debo
experimentar.
¡Gracias
a
Dios
por
los
resultados!
Si
tuviera
la
oportunidad
volvería
a
hacerlo
en
la
misma
forma.
No
es
fácil
pastorear
una
iglesia
que
ha
crecido
tan
rápidamente,
especialmente
cuando
las
personas
en
su
mayoría
son
recién
convertidos
y
hay
tanto
adiestramiento
que
realizar.
Pero
el
Señor
se
ha
ido
encargando
de
todo
y
seguimos
adelante.
C.
Otro
método
sería
el
de
tener
un
plantador
de
iglesias
independientes.
Esto
haría
que
el
desarrollo
fuera
muy
similar
al
anterior.
La
diferencia
sería
que
no
habría
ninguna
relación
de
esta
obra
con
una
iglesia
madre
o
junta
misionera.
Los
resultados
serían
idénticos
al
caso
anterior.
Este
pastor
que
planta
iglesias
es
muy
probable
que
tenga
más
bien
una
idea
de
"pastor
de
manada
pequeña",
en
comparación
con
el
"pastor
ranchero"
que
tiene
la
visión
de
un
trabajo
más
amplio
y
relacionado
con
otra
organización
de
la
que
todos
llegarían
a
formar
parte.
D.
También
podrían
formarse
comunidades
cristianas
de
forma
espontánea.
Esto
no
sucede
muy
frecuentemente,
pero
sucede.
Puede
que
haya
venido
al
lugar
un
evangelista,
hayan
tenido
una
gran
cruzada,
y
como
resultado
en
algún
rincón
haya
quedado
un
grupo
constituido
por
personas
que
generalmente
son
de
una
misma
clase
homogénea
y
están
desvinculadas
de
toda
iglesia.
O
podría
ser
constituido
por
personas
que
alguna
vez
hubieran
escuchado
el
evangelio
y
por
la
gracia
de
Dios
se
encuentran
y
comienzan
a
reunirse
sin
asociación
eclesiástica
alguna.
"Un
evangelista
o
un
misionero
que
inicia
una
campaña
en
un
sitio
en
el
que
no
hay
una
iglesia
constituida
que
se
haga
cargo
de
los
conversos
debe
incluir
en
su
plan
la
atención
de
esos
conversos
que
hayan
resultado
de
su
esfuerzo
evangelístico.
Es
un
grave
error,
si
no
un
pecado,
lograr
un
cierto
número
de
conversos
y
luego
abando-
narlos
sin
que
nadie
los
atienda."
8
En
muchos
lugares
entre
las
sierras,
las
selvas,
o
lugares
recóndi-
tos
de
nuestros
países
latinoamericanos
llegó
el
mensaje
por
medio
de
la
radio.
Diríamos,
ningún
obrero
evangélico
ha
llegado
a
esos
lugares,
pero
los
radios
transistores
sí.
La
gente
escucha
el
evangelio,
se
convierte,
y
durante
un
tiempo
su
pastor
es
aquel
programa
radial.
Finalmente
llega
alguien
que
puede
atenderlos
y
organizarlos,
y
así,
de
repente
y
sin
que
nadie
lo
sepa,
surge
espontáneamente
una
iglesia.
En
otros
casos
los
que
difunden
el
programa
radial
se
Plantando
nuevas
iglesias
185
corresponden
con
sus
radioescuchas,
les
mandan
cursos
bíblicos
por
correspondencia
y
cooperan
con
las
iglesias
para
que
se
envíen
obreros
para
fundar
una
iglesia
con
los
que
se
han
convertido.
A
todos
estos
modelos
podemos
quitarles
o
agregarles,
y
también
pueden
haber
otras
ideas
muy
buenas
por
allí.
Lo
importante
es.
.
.
buscar
y
encentrar
las
oportunidades
que
Dios
nos
da
para
plantar
nuevas
iglesias
que
crezcan
gozando
de
buena
salud.
¡Qué
no
perdamos
la
visión!
Plantando
con
visión
K
Si
nos
vamos
a
dedicar
a
la
tarea
de
plantar
iglesias,
hagámoslo
bien
y
con
visión
de
futuro
desde
el
comienzo.
Será
la
manera
en
que
podremos
tener
iglesias
que
ya
nazcan
con
el
conocimiento
de
que
ellas
mismas
tendrán
que
reproducirse.
"Una
visión
más
amplia
de
los
propósitos
de
la
Iglesia
nos
ayudaría
mucho
.
.
.
Dios
se
sentiría
mucho
más
honrado
y
satisfecho
de
ver
que
la
iglesia
se
ocupa
en
llevar
a
cabo
la
misión
que
le
ha
sido
encomendada."
9
Me
permito
presentar
un
modelo
diseñado
por
uno
de
mis
colegas
en
el
Instituto
de
Evangelismo
e
Iglecrecimiento
Charles
E.
Fuller.
Este
modelo
lo
conocemos
como
"El
retrato
de
una
gran
iglesia"
10
(ver
diagrama
19.)
Este
nos
puede
dar
muy
buenas
ideas
de
cómo
planificar
el
trabajo
de
la
iglesia
local
desde
el
comienzo.
Por
supuesto
esto
será
trabajo
de
años
(por
lo
menos
tres),
dependiendo
de
los
líderes
que
usted
pueda
desarrollar
o
conseguir
que
le
ayuden
en
la
tarea.
Pero
si
esta
es
su
meta,
si
usted
puede
cerrar
sus
ojos
e
imaginarse
este
resultado
final,
le
permitirá
trazar
una
estrategia
que
lleve
a
que
su
esfuerzo,
o
sea,
ese
grupo
que
va
a
plantar,
ese
bebé
que
va
a
nacer,
pueda
tener
este
resultado
final.
x
Use
su
imaginación,
sus
recursos
y
sus
circunstancias
para
llegar
a
esta
realidad.
La
mayoría
de
nuestras
iglesias
hasta
hoy
han
tenido
dos
puertas.
La
del
frente
y
la
de
atrás.
A
veces
esta
última
es
más
grande
que
la
primera.
Por
eso
hay
más
merma
que
aumento.
¡Cerremos
la
puerta
de
atrás!
Abramos
puertas
laterales
que
permi-
tan
que
las
personas
entren
en
diversas
formas,
pero
que
entren.
"Fuérzalos
a
entrar"
(Lucas
14:23).
Dos
cominos
que
conducen
o
lo
iglesia
Una
preocupación
de
toda
iglesia
que
desea
crecer,
es
el
discipular
y
perfeccionar
a
quienes
viven
en
su
comunidad
o
esfera
de
influencia.
Los
programas,
campañas
y
esfuerzos
evangelísticos
lanzados
por
iglesias
y
organizaciones
paraeclesiásticas
tratan
de
buscar
la
mane-
ra
de
retener
los
resultados.
186
Manual
de
íglecrecimiento
Plantando
nuevas
iglesias
187
El
interés
de
las
personas
que
trabajan
por
el
Iglecrecimiento
no
está
en
las
estadísticas
de
las
decisiones
y
la
sinceridad
de
esos
esfuerzos,
sino
en
que
esas
decisiones
sean
incorporadas
a
la
iglesia.
Que
sean
miembros
vivos,
que
crecen
y
funcionan
como
parte
del
cuerpo
de
Cristo.
Aquí
tenemos
dos
caminos
que
conducen
a
la
iglesia.
Discipulando
por
la
puerta
del
frente
y
puertas
laterales
Existen
muchos
y
variados
métodos
de
traer
gente
a
la
iglesia.
Estas
son
dos
categorías
mayores:
1.
Algunas
iglesias
que
crecen
tienen
un
magnetismo
que
literal-
mente
atrae
a
la
gente
por
la
puerta
del
frente
y
al
servicio
de
adoración.
2.
Otras
tienen
una
filosofía
de
ministerio
que
atrae
a
los
no
cristianos
de
la
comunidad
y
los
trae
a
la
iglesia
por
una
de
las
muchas
puertas
laterales.
La
mayoría
de
las
iglesias
que
crecen
se
especializan
en
un
evangelismo
de
la
puerta
del
frente
o
de
las
puertas
laterales.
Pocas
usan
ambas,
y
algunas
ni
saben
que
existe
la
otra
posibilidad.
Puerta
del
frente
(Iglesias)
Estas
iglesias
planean
eventos
que
atraen
a
los
no
cristianos
a
su
territorio.
Puertas
laterales
(Iglesias)
Son
iglesias
que
se
han
cansado
de
esperar
que
el
inconverso
venga
por
sí
solo,
y
creen
que
deben
llevar
el
mensaje
donde
pueda
ser
entendido
dentro
del
medio
ambiente
del
individuo.
I.
Estanques
de
pesca
para
la
puerta
del
/rente
Cada
estanque
representa
estrategias
diferentes
y
específicas,
según
el
auditorio
que
sea
nuestra
meta.
Es
como
si
en
cada
estanque
hubiera
distintos
peces
que
requieren
distinta
carnada
según
la
clase
y
la
profundidad.
A.
De
persona
a
persona
Puede
ser
por
cartelones
o
anuncios
o
de
un
vecino
a
otro,
ya
sea
cuando
se
habla
de
la
iglesia
o
del
pastor
y
la
influencia
en
su
vida.
Son
clientes
satisfechos
que
atraen
a
otros.
B.
Eventos
especiales
Se
celebran
en
la
iglesia
y
atraen
a
la
gente.
Un
astronauta,
jugador
de
fútbol,
etc.
C.
Nuevos
residentes
La
puerta
abierta
a
nuevos
residentes
que
están
buscando
un
cambio
con
significado
y
propósito,
ahora
que
nada
los
ata.
Cartas
de
invitación,
nuevos
vecinos,
etc.
188
Manual
de
Iglecrecimiento
D.
Operativo
Andrés
Invitar
a
amigos
y
vecinos
y
traerlos
a
la
iglesia.
Una
iglesia
pide
que
sus
miembros
se
comprometan
a
traer
personalmente
a
cuatro
personas
a
las
reuniones.
II.
Estanques
de
pesca
de
Jas
puertas
laterales
Mucha
gente
no
entraría
a
la
iglesia,
a
menos
que
fuera
para
casarse
o
a
un
funeral.
Pero
estas
personas
tienen
grandes
necesidades
reconocidas.
Algunas
iglesias
han
descubierto
cómo
alcanzar
a
estos
grupos
aislados
e
incorporarlos
desde
allí
al
cuerpo
de
Cristo.
A.
Clásicos
de
la
comunidad
Grandes
eventos
en
auditorios
neutrales.
Fuera
de
las
paredes
de
la
iglesia.
También
se
pueden
incluir
campañas
telefónicas
o
de
literatura.
B.
Actividades
para
satisfacer
necesidades
Son
más
pequeñas
que
los
clásicos
de
la
comunidad
y
están
diseñadas
para
satisfacer
ciertas
necesidades
de
ciertos
grupos
homogéneos.
(Clases
de
costura.
Futuras
mamas.
Trabajo
de
alfabetización.)
C.
Contactos
evangelísticos
Individuos
receptivos
que
se
reúnen
en
el
transcurso
de
la
semana.
Laicos
preparados
pueden
darse
cuenta
de
las
necesidades
de
otros
en
el
trabajo,
en
la
casa,
al
ir
de
compras,
etc.
D.
Amigos
de
nuevos
cristianos
Son
muchas
veces
receptivos
a
sus
amigos.
Cuando
los
nuevos
cristianos
ya
pasan
del
año
en
la
iglesia,
no
les
quedan
muchos
amigos
inconversos,
pero
hasta
entonces,
sí.
El
evangelismo
personal
debe
resultar
en
discípulos
formados.
Perfeccionando
Jas
puertas
laterales
y
Ja
deJ
frente
Dos
caminos
distintos
de
discipular,
requieren
dos
procesos
de
perfeccionamiento.
Aunque
algunos
de
los
mismos
elementos
les
son
comunes
a
ambos.
No
obstante,
las
iglesias
que
crecen
por
la
puerta
del
frente
sólo
pueden
discipular
y
perfeccionar
a
sus
comunidades
una
vez
que
estas
hayan
entrado
y
no
antes.
Las
iglesias
que
crecen
así
tienen
tres
compromisos:
1.
Compromiso
con
Cristo
2.
Compromiso
con
el
cuerpo
de
Cristo
3.
Compromiso
con
la
obra
de
Cristo
en
el
mundo.
A
la
vez
hay
tres
grados
de
implicación:
1.
Celebración
2.
Congregación
3.
Grupos
horareños
Plantando
nuevas
iglesias
189
Muchos
líderes
han
sido
preparados
y
formados
en
grupos
pequeños
para
servir
en
muchas
capacidades,
pero
principalmente
en
la
de
"reproducción
espiritual".
Los
"clientes
satisfechos",
también
han
sido
el
resultado
de
la
utilización
de
todas
las
puertas
posibles.
Sería
interesante
tener
el
tiempo
para
estudiar
algunas
de
las
iglesias
que
están
creciendo
a
grandes
proporciones,
muchas
de
las
cuales
utilizan
estos
métodos.
Después
de
mirar
este
modelo
tenemos
que
pensar
que
si
desea-
mos
usarlo
deberemos
tratar
de
que
todas
la
actividades
y
comisio-
nes
trabajen
hacia
ese
fin.
Que
haya
una
circulación
de
personas.
Circulación
desde
el
momento
que
se
ponen
en
contacto
con
la
iglesia
o
con
una
actividad
de
la
iglesia.
Que
podamos
estar
pescando
en
esos
dos
estanques
paganos
y
que
los
inconversos
lleguen
a
conocer
al
Señor
y
pasen
a
ser
miembros
responsables
y
reproductivos
de
la
iglesia
local.
"Cualquier
persona
que
pueda
comprender
el
crecimiento
de
las
iglesias
cristianas
deberá
verlo
en
primer
lugar
como
fidelidad
a
Dios.
Dios
lo
quiere.
El
cristiano
como
su
Maestro,
es
enviado
a
buscar
y
salvar
a
los
perdidos."
11
Plantar
iglesias
es
considerado
por
líderes
denominacionales
como
la
oportunidad
de
cumplir
con
la
Gran
Comisión.
Muchos
han
examinado
y
analizado
las
victorias
del
pasado,
y
se
preguntan,
¿qué
ha
pasado
en
los
últimos
años?
Como
resultado
ha
comenzado
una
nueva
movilización
en
muchos
de
ellos.
He
aquí
lo
que
dice
Raymond
W.
Hurn,
Director
del
Departamento
de
Ministerios
de
Extensión
de
la
Iglesia
del
Nazareno,
un
hombre
que
está
en
un
puesto
donde
puede
ver
lo
que
está
pasando:
"Increíblemente,
mientras
que
el
número
de
evangelistas
nazarenos
de
tiempo
completo
(en
los
Estados
Unidos)
llegó
a
700
en
1970,
el
crecimiento
de
la
iglesia
se
estancó.
No
fue
sino
hasta
que
la
denominación
retornó
al
método
que
produjo
un
crecimiento
fenomenal
en
sus
primeros
cincuenta
años
de
vida,
que
la
tendencia
a
mermar
cambió.
Si
las
denominaciones
alrededor
del
mundo
aprendieran
esta
misma
lección,
el
discipulado
de
muchos
pueblos
y
naciones
no
estaría
muy
lejos.
.
.
Por
lo
tanto,
plantar
iglesias
es
para
los
Nazarenos
[lo
primordial]".
12
Sus
palabras
se
pueden
aplicar
a
muchos.
La
oportunidad
es
nues-
tra,
también
la
responsabilidad,
pero
luego
vendrá
la
recompensa.
"La
noche
viene
cuando
nadie
puede
obrar"
(Juan
9:4).
190
Manual
de
ígJecrecimiento
NOTAS
BIBLIOGRÁFICAS
1
"Church
Planting
—
What
is
God's
Opinión?",
Alert,
(Kansas
City,
junio-julio
de
1980),
pág.
7.
2
Melvin
Hodges,
El
Crecimiento
de
la
Iglesia
(Miami,
Florida,
Editoral
Vida,
1978),
pág.
90.
3
Raymond
W.
Hurn,
Mission
Possible
(Kansas
City,
Missouri,
Nazarene
Publishing
House,
1973),
pág.
92.
4
Jack
Redford,
Planting
New
Churches
(Nashville,
Broadman
•
Press,
1978),
pág.
9.
5
David
A.
Womack,
The
Pyramid
Principie
of
Church
Growth
(Minneapolis,
Bethany
Fellowship,
1977),
pág.
74.
6
Melvin
L.
Hodges,
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