Se instalaron dos sistemas operativos, Windows 7 y Ubuntu, en una máquina virtual de forma dual. Primero se instaló Windows 7, particionando el disco en 23 GB para este sistema y el espacio restante para Ubuntu. Luego se instaló Ubuntu utilizando la opción de instalarlo junto a Windows 7, permitiendo tener ambos sistemas operativos funcionando de manera independiente en la misma máquina virtual.