El autor expresa que le gusta la gente que vibra y sigue sus sueños sin necesidad de empujones. También le gusta la gente que asume las consecuencias de sus acciones, arriesga lo cierto por lo incierto, es justa, agradecida y ayuda a los demás sin esperar nada a cambio. Finalmente, el autor valora la sensibilidad, el coraje, la solidaridad y otros valores como cosas fundamentales para llamarse gente.