El autor expresa su aprecio por los catalanes debido a su historia de acogida e integración de diversos grupos. Destaca que han preferido siempre la razón a la violencia para resolver conflictos y que conmemoran batallas perdidas. Explica que el carácter catalán se define por el seny (sabiduría) y la rauxa (ocurrencia), y que su hijo eligió Barcelona por ser abierta y tolerante.