El documento aborda las buenas prácticas en el uso de la tierra y la gestión agroalimentaria a través del aprendizaje comunitario y la sostenibilidad. Propone un enfoque interdisciplinario que une la cultura, el medio ambiente y la economía, y establece objetivos claros relacionados con la agricultura sostenible y la autonomía alimentaria. También se detalla un marco de investigación para evaluar el impacto de estas prácticas en diversas comunidades.