La niña tiene un caballo marrón llamado Micki. Llevó a Micki a un prado donde conoció a una yegua blanca con una pata negra llamada Estrella. Cuando la niña montó a Estrella, pudo ver la puesta de sol. La niña se quedó en el prado hasta las ocho y media de la noche, momento en que decidió irse porque ya estaba anocheciendo.