El proceso de fabricación de un microprocesador comienza con la obtención de silicio de la arena, que se funde y forma en obleas cilíndricas mediante un proceso de cristalización. Luego, las obleas se pulen y tratan para quitar impurezas antes de que se impriman los transistores para formar cada microprocesador; una vez probado que funcionan correctamente, se cortan y empaquetan individualmente.