El documento describe las estrategias implementadas por Estados Unidos y la Unión Europea para controlar y limitar la migración, incluyendo la militarización de las fronteras, la creación de zonas de amortiguamiento, y la externalización de las responsabilidades migratorias a otros países. Estas políticas han criminalizado la inmigración y conducido a graves violaciones de los derechos humanos, como la detención de migrantes en centros sin derechos y el aumento de muertes al intentar cruzar fronteras cada vez más fortificadas.