El documento describe la migración de los visigodos desde Escandinavia hasta la península ibérica en el siglo IV d.C., huyendo de la presión de los hunos. Los visigodos invadieron varias regiones del Imperio Romano como los Balcanes, Italia y la Galia, antes de establecer su reino en Tolosa, Francia. Posteriormente se trasladaron a la península ibérica, sometiendo a otros pueblos como los suevos y unificando la mayor parte del territorio bajo su control, con capital en Toledo