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5473065-159385The Greenland School<br />Departamento de Lenguaje <br /> <br /> MINI ENSAYO Nº1<br />COMPRENSIÓN DE TEXTO Y LÉXICO CONTEXTUAL <br />NameClass12º Grade  Date<br />Lea atentamente el Canto V de La Odisea y responda las preguntas que aparecen a continuación.<br />Canto V<br />CALIPSO Y SU GRUTA, LA BALSA DE ULISES<br />A la hora en que la Aurora saltó de su lecho para iluminar a mortales e inmortales, los dioses se sentaron alrededor de Zeus para celebrar un consejo.  Atenea contó las penalidades de Ulises.<br />-¡Oh Zeus, y vosotros, inmortales! Nadie se acuerda ya del divino Ulises y su única recompensa es estar prisionero en una isla, a manos de la ninfa Calipso, que lo retiene en contra de su voluntad.  No puede volver a su patria, pues no tiene nave alguna, y ahora, para colmo, intentan asesinar a su hijo, que va en busca de noticias del padre.<br />-¿Qué estás diciendo? -preguntó el rector de nubes, Zeus-, ¿No se te ocurre nada para liberar a Ulises y hacer que vuelva a su tierra a castigar a los pretendientes? Guía a Telémaco para que haga lo que quiere, venciendo sobre sus rivales.  Y tú, Hermes, ve a expresar a la diosa nuestra decisión de que deje libre a Ulises y pueda retornar a su patria.  Ulises embarcará en una balsa que él mismo puede construir y en veinte días arribará a Esqueria, donde los reacios, gente de linaje ilustre, lo recibirán y lo trasladarán a su patria Lugo de hacerle regalos.<br />El mensajero se puso las famosas sandalias, tomó el caduceo, su insignia, que le sirve para despertar a unos y adormecer a otros, y en pocos segundos volaba sobre el mar, en figura de gaviota, hasta llegar a la remota isla, donde avanzó hacia la tierra hasta encontrar la gruta donde vive Calipso, la diosa de hermosos bucles.  La cueva estaba rodeada de árboles de perfumada madera, en donde vivían las más preciosas aves; el olor de las maderas se extendía por todas partes y las fuentes más cristalinas corrían entre preciosas praderas.  Calipso advirtió su presencia y lo invitó a entrar.  Hermes no pudo ver a Ulises, que sentado lejos de allí, a orillas del mar, lloraba lamentándose.  La ninfa le ofreció bebidas y comidas deliciosas, y Hermes comió y bebió, mientras ella le preguntaba el motivo de su presencia, quejándose de que no la visitara a menudo.  Hermes respondió:<br />-Zeus sabe que está aquí el más desventurado de los hombres que hace tiempo lucharon en la ciudad de Troya.  Se salvó de las tormentas que Atenea dirigió contra todos los que regresaban de la ciudad de Príamo, muriendo los demás.  Zeus ordena que lo dejes libre: no está condenado a morir lejos de los suyos, sino a reunirse con ellos.<br />-Crueles sois los dioses, que no aceptáis que una diosa pueda unirse a un hombre que ama y a quien salvó cuando flotaba sobre el mar tomado de un madero de su nave.  Lo he cuidado con amor y me prometía hacerlo inmortal y librarlo de la terrible vejez.  Pero si Zeus lo quiere y ya que nadie puede oponerse a su voluntad, que se vaya a lo largo y a lo ancho del mar.  No puedo llevarlo yo, pero le aconsejaré el mejor medio de llegar a su tierra.<br />El mensajero le aconsejó que no olvidara el mandato de Zeus y partió, dirigiéndose entonces Calipso a donde estaba Ulises llorando.  Lo que al principio le pareció una dulce vida se había convertido para él en un suplicio: la ninfa y sus encantos ya no le atraían.  La ninfa de hermosos bucles se acercó y le dijo: -No llores más, divino Ulises: he decidido dejarte ir.  Para ello, sin embargo, habrás de construir tú mismo una balsa con un puente que te permitirá navegar en alta mar.  Yo te daré pan, vino y viandas para que no mueras de hambre, y vestidos y todo lo necesario para que llegues a tu tierra.<br />Ulises respondió diciendo que quizá la ninfa planeaba algo más que su retorno, pues era difícil atravesar los mares en una frágil balsa.  Debería jurarle que no ocultaba otro designio.  Palabras a las que Calipso contestó diciendo que sólo a un malvado inteligente podían ocurrírsele palabras semejantes.  Ante él pronunció de inmediato el juramento de que no abrigaba nada malo contra él y que, al contrario, lo aconsejaría como nadie.  Lo llevó hacia la gruta, sentándose Ulises en el asiento que había ocupado Hermes.  Luego la ninfa sirvió bebidas y viandas y disfrutaron juntos de ellas.  Al terminar de comer habló Calipso:<br />-Ingenioso Ulises, hijo de Alertes, ¿es cierto que quieres volverte a tu amada tierra? Deseo que lo hagas con la mayor felicidad, pero si supieras los riesgos que te esperan en el viaje, preferirías quedarte aquí conmigo, deleitándote en esta gruta y con la esperanza de llegar a ser inmortal; llegarías incluso a olvidar a tu esposa.  No creo tener menos belleza que ella, pues los dioses somos superiores a los mortales.<br />-No te enojes conmigo, diosa- se disculpó el astuto Ulises-; pero aunque Penélope no pueda nunca igualarte en belleza, quiero volver a mi casa, y si antes de llegar a ella un dios me hundiera en el mar, deberé resignarme, pues estoy resuelto a hacer frente a lo que venga.<br />El sol cayó y Ulises y Calipso se dirigieron al fondo de la gruta a pasar su última noche de amor.<br />Cuando surgió la hija de la mañana, la Aurora de rosados dedos, Ulises se levantó y, junto con él, la ninfa,  que se preocupó de preparar la marcha de Ulises: le dio un hacha de fina madera y buen tajo y lo condujo hacia el lugar de la isla en donde podrían encontrar árboles de madera apropiada.  Allí lo dejó, empezando el divino Ulises a cortar lo que necesitaba y desbastando y puliendo y alineando las tablas, tablas que luego al llegar Calipso con herramientas adecuadas, cortó, perforó y unió, construyendo, con ayuda de la ninfa una balsa de buenas dimensiones, a la cual puso mástil y velas, timón y bordas.  A los cuatro días pudo dar por terminado su trabajo y al quinto Calipso le permitió abandonar la isla, luego de bañarlo y vestirlo con ropas muy finas y perfumadas.  En la balsa iban vino, agua, víveres y ropas, todo puesto ahí por la enamorada, quien en el momento adecuado hizo soplar una brisa que desplegara bien las velas.  Ulises, sentado en el timón, partió y entró en la noche navegando por medio de las observaciones del cielo: las Pléyades, el Boyero, y la Osa, llamada por algunos Carro, la única constelación que no se hunde en el mar.  Ulises navegó sin tropiezos durante diecisiete días, al cabo de los cuales descubrió en el horizonte las sombrías tierras de los feacios.<br />En dicho instante Poseidón dejaba el país de los etíopes y desde la cumbre del monte Solimos descubrió, navegando, la barca de Ulises.  Enojado exclamó:<br />-Parece que mientras estaba en Etiopía los dioses cambiaron de parecer respecto de Ulises y ahí veo que se acerca a la tierra reacia, donde podría librarse de la mala suerte que le ha perseguido; pero me las arreglaré par que no sea así.<br />Reunió sombrías nubes e hizo levantarse las olas, moviendo hacia aquel lugar poderosos vientos; hizo venir la noche, y Ulises, ante todo esto, se sintió morir. ¿Qué peligros lo amenazaban de nuevo? ¿Irían a cumplirse las predicciones de Calipso, se acercaría la muerte ya? ¡Ojalá hubiera sucumbido en Troya o después en el mar, con sus compañeros! Y en los instantes en que, atemorizado, se hacía estas preguntas, una inmensa ola se precipitó sobre su frágil balsa, echándolo a él al agua.  El viento partió el mástil y Ulises se vio sumergido en el oscuro mar, aunque pudo recuperarse un poco y nadar hacia la balsa, a la que se subió salvándose.  La embarcación, sin dirección, tomó el rumbo que el viento quiso.<br />La Diosa de hermosos tobillos, Ino, hija de Cadmo, vio la situación en que se hallaba Ulises, y, como había sido mortal, se compadeció de él.  Se transformó en gaviota, se posó sobre la balsa y habló así a Ulises:<br />-¿Porqué Poseidón está tan irritado contra ti? No lo sé, pero te ayudaré.  Mira: sácate esa ropa, deja la balsa y nada con toda tu fuerza hacia la tierra de los feacios.  Toma este velo de inmortal y sujétalo a tu pecho; te librará de todo; pero en cuanto toques la orilla desátalo y échalo al mar sin mirarlo.<br />Dicho esto, desapareció.  Ulises empezó a reflexionar sobre lo que le había ocurrido y lo que había visto y oído y se preguntó si no se trataba de alguna nueva mentira.  Resolvió sujetarse a la balsa y seguir.  Pero apenas había resuelto eso se levantó otra inmensa ola que lo dejó a merced de las olas.  Ulises tomó uno de los maderos de la balsa, se sacó las ropas dadas por Calipso, se ciñó al pecho el velo dado por Ino, llamada ahora Leucotea, diosa de las profundidades del mar, y comenzó a nadar.  Poseidón, viendo todo esto, hizo un gesto de ira y se dijo que sin duda Zeus quería que los sufrimientos de Ulises se calmaran un poco, permitiéndole llegar a tierra, pero que él se encargaría de que todo no le saliera tan bien.  En seguida, fustigó sus veloces corceles y desapareció, momento que aprovechó Atenea para frenar los vientos y permitir que Ulises braceara bien en su marcha hacia la tierra.<br />Nadó durante dos días y dos noches, y cuando ya creía que moriría en el mar, pudo ver, desde lo alto de una ola, una costa cercana, cuya vista le inspiró fuertes bríos, nadando hacia la ribera.  Pronto, sin embargo, advirtió que no había allí playa alguna a que arribar, sino acantilados, arrecifes y remolinos, y ese espectáculo lo sumió en una triste divagación sobre su destino, divagación que una enorme ola interrumpió al lanzarlo con toda violencia hacia la costa.  Y se habría estrellado y hecho pedazos si Atenea no le hubiese inspirado el gesto de tomarse a una roca con fuerza, siendo sacado de allí por fuete resaca, que volvió a lanzarlo adentro.  Atenea acudió de nuevo en su auxilio e hizo que nadara a lo largo de la costa hasta la boda de un pequeño y hermoso río, de suave corriente y sin rocas, por el cual entró sin tropiezos.  Al llegar a lugar más seguro dirigió una oración a la diosa, agradeciéndole su ayuda y rogándole no le abandonara.<br />Ganó la orilla del estuario y se dejó caer al suelo, agotado por tan duros esfuerzos y echando agua por las narices y la boca.  Descansado que hubo, se apresuró a sacarse del pecho el velo de la diosa y echarlo al agua, de donde lo arrebató una onda que los transportó a manos de Ino.  Ulises se retiró de la orilla, besó la tierra que lo salvaba y se acostó entre unos juncos, en donde no estuvo mucho rato.  No conocía ese lugar y no sabía si habría por ahí fieras o serpientes; caminó, entonces, hacia una floresta, buscó el grueso tronco de un olivo silvestre y allí se ocultó, haciéndose un lecho de hojas y disimulando el lugar con algunas ramas, tendiéndose.  Atenea le trajo el dulce sueño que le permitiría reparar sus fuerzas.<br />La Odisea, Homero.  Adaptación de Manuel Rojas. Editorial Zig-Zag, 1989<br />PREGUNTAS DEL LÉXICO CONTEXTUAL<br />Señale cuál de las opciones contiene una palabra que podría reemplazar la respectiva palabra subrayada en el texto, sin que cambie el sentido de éste, aunque se produzcan diferencias en la concordancia de género.<br />1.LINAJE2.DESVENTURADO<br />A)OrigenA)Castigado<br />B)ComportamientoB)Apenado<br />C)AparienciaC)Odiado<br />D)DescendenciaD)Despreciado<br />E)TrazaE)Infortunado<br />3.SUPLICIO4.ABRIGABA<br />A)SacrificioA)Pensaba<br />B)TormentoB)Tramaba<br />C)DueloC)Escondía<br />D)QuebrantoD)Cubría<br />E)EspantoE)Protegía<br />5.RESIGNARME6.TROPIEZOS<br />A)ConformarmeA)Yerros<br />B)ConsolarmeB)Dificultades<br />C)EntregarmeC)Culpas<br />D)AceptarmeD)Novedades<br />E)RendirmeE)Tormentas<br />7.IRRITADO8.FUSTIGÓ<br />A)MolestoA)Alentó<br />B)SobrecogidoB)Vituperó<br />C)IrreflexivoC)Amarró<br />D)TurbadoD)Azotó<br />E)EnfurecidoE)Montó<br />9.DIVAGACIÓN<br />A)Previsión<br />B)Reflexión<br />C)Idea<br />D)Suposición<br />E)Introspección<br />PREGUNTAS DE COMPRENSIÓN DE TEXTO<br />10.El relato presenta un narrador<br />A)Omnisciente.<br />B)Testigo.<br />C)Personaje.<br />D)Con conocimiento relativo.<br />E)Protagonista.<br />11.Ulises estaba en la isla de Calipso porque<br />A)No sabía cómo volver a su hogar.<br />B)La diosa lo retenía contra su voluntad.<br />C)Creía que todos sus compañeros habían muerto.<br />D)Amaba a Calipso.<br />E)Pensaba que nadie podía escapar con vida de allí.<br />12.¿Qué rasgo(s) tienen en común Hermes e Ino?<br />I.Obedecen las órdenes de Zeus.<br />II.Pueden transformarse en gaviotas.<br />III.Ayudan a Ulises.<br />A)Sólo I y II<br />B)Sólo I<br />C)Sólo II<br />D)I, II y III<br />E)Sólo II y III<br />13.¿Qué característica(s) de Ulises se destaca(n) en el fragmento leído?<br />I.Inteligencia.<br />II.Perseverancia.<br />III.Desconfianza.<br />IV.Obediencia.<br />A)Sólo II y IV<br />B)Sólo I y II<br />C)Sólo I, II y IV<br />D)Sólo II, III y IV<br />E)Sólo II y III<br />14.En relación con la orden de Zeus, Calipso<br />A)Reacciona violentamente.<br />B)Se siente ofendida.<br />C)Intenta desobedecer.<br />D)Trata de convencer a Ulises de quedarse.<br />E)Muestra indiferencia.<br />15.El fragmento leído se refiere principalmente a<br />A)La construcción de una barca y la navegación.<br />B)La llegada a la isla de los feacios.<br />C)Los deseos y atenciones de Calipso para con Ulises.<br />D)Las peripecias de Ulises en su retorno a casa.<br />E)La furia de Poseidón.<br />16.En el relato se aprecia que los dioses<br />A)Deciden el destino de los hombres.<br />B)No se relacionan entre sí.<br />C)Desprecian a los mortales.<br />D)No respetan ninguna jerarquía.<br />E)Se ayudan entre ellos.<br />
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Miniensayoº1

  • 1. 5473065-159385The Greenland School<br />Departamento de Lenguaje <br /> <br /> MINI ENSAYO Nº1<br />COMPRENSIÓN DE TEXTO Y LÉXICO CONTEXTUAL <br />NameClass12º Grade Date<br />Lea atentamente el Canto V de La Odisea y responda las preguntas que aparecen a continuación.<br />Canto V<br />CALIPSO Y SU GRUTA, LA BALSA DE ULISES<br />A la hora en que la Aurora saltó de su lecho para iluminar a mortales e inmortales, los dioses se sentaron alrededor de Zeus para celebrar un consejo. Atenea contó las penalidades de Ulises.<br />-¡Oh Zeus, y vosotros, inmortales! Nadie se acuerda ya del divino Ulises y su única recompensa es estar prisionero en una isla, a manos de la ninfa Calipso, que lo retiene en contra de su voluntad. No puede volver a su patria, pues no tiene nave alguna, y ahora, para colmo, intentan asesinar a su hijo, que va en busca de noticias del padre.<br />-¿Qué estás diciendo? -preguntó el rector de nubes, Zeus-, ¿No se te ocurre nada para liberar a Ulises y hacer que vuelva a su tierra a castigar a los pretendientes? Guía a Telémaco para que haga lo que quiere, venciendo sobre sus rivales. Y tú, Hermes, ve a expresar a la diosa nuestra decisión de que deje libre a Ulises y pueda retornar a su patria. Ulises embarcará en una balsa que él mismo puede construir y en veinte días arribará a Esqueria, donde los reacios, gente de linaje ilustre, lo recibirán y lo trasladarán a su patria Lugo de hacerle regalos.<br />El mensajero se puso las famosas sandalias, tomó el caduceo, su insignia, que le sirve para despertar a unos y adormecer a otros, y en pocos segundos volaba sobre el mar, en figura de gaviota, hasta llegar a la remota isla, donde avanzó hacia la tierra hasta encontrar la gruta donde vive Calipso, la diosa de hermosos bucles. La cueva estaba rodeada de árboles de perfumada madera, en donde vivían las más preciosas aves; el olor de las maderas se extendía por todas partes y las fuentes más cristalinas corrían entre preciosas praderas. Calipso advirtió su presencia y lo invitó a entrar. Hermes no pudo ver a Ulises, que sentado lejos de allí, a orillas del mar, lloraba lamentándose. La ninfa le ofreció bebidas y comidas deliciosas, y Hermes comió y bebió, mientras ella le preguntaba el motivo de su presencia, quejándose de que no la visitara a menudo. Hermes respondió:<br />-Zeus sabe que está aquí el más desventurado de los hombres que hace tiempo lucharon en la ciudad de Troya. Se salvó de las tormentas que Atenea dirigió contra todos los que regresaban de la ciudad de Príamo, muriendo los demás. Zeus ordena que lo dejes libre: no está condenado a morir lejos de los suyos, sino a reunirse con ellos.<br />-Crueles sois los dioses, que no aceptáis que una diosa pueda unirse a un hombre que ama y a quien salvó cuando flotaba sobre el mar tomado de un madero de su nave. Lo he cuidado con amor y me prometía hacerlo inmortal y librarlo de la terrible vejez. Pero si Zeus lo quiere y ya que nadie puede oponerse a su voluntad, que se vaya a lo largo y a lo ancho del mar. 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Ante él pronunció de inmediato el juramento de que no abrigaba nada malo contra él y que, al contrario, lo aconsejaría como nadie. Lo llevó hacia la gruta, sentándose Ulises en el asiento que había ocupado Hermes. Luego la ninfa sirvió bebidas y viandas y disfrutaron juntos de ellas. Al terminar de comer habló Calipso:<br />-Ingenioso Ulises, hijo de Alertes, ¿es cierto que quieres volverte a tu amada tierra? Deseo que lo hagas con la mayor felicidad, pero si supieras los riesgos que te esperan en el viaje, preferirías quedarte aquí conmigo, deleitándote en esta gruta y con la esperanza de llegar a ser inmortal; llegarías incluso a olvidar a tu esposa. 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Ulises navegó sin tropiezos durante diecisiete días, al cabo de los cuales descubrió en el horizonte las sombrías tierras de los feacios.<br />En dicho instante Poseidón dejaba el país de los etíopes y desde la cumbre del monte Solimos descubrió, navegando, la barca de Ulises. Enojado exclamó:<br />-Parece que mientras estaba en Etiopía los dioses cambiaron de parecer respecto de Ulises y ahí veo que se acerca a la tierra reacia, donde podría librarse de la mala suerte que le ha perseguido; pero me las arreglaré par que no sea así.<br />Reunió sombrías nubes e hizo levantarse las olas, moviendo hacia aquel lugar poderosos vientos; hizo venir la noche, y Ulises, ante todo esto, se sintió morir. ¿Qué peligros lo amenazaban de nuevo? ¿Irían a cumplirse las predicciones de Calipso, se acercaría la muerte ya? ¡Ojalá hubiera sucumbido en Troya o después en el mar, con sus compañeros! 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Ulises empezó a reflexionar sobre lo que le había ocurrido y lo que había visto y oído y se preguntó si no se trataba de alguna nueva mentira. Resolvió sujetarse a la balsa y seguir. Pero apenas había resuelto eso se levantó otra inmensa ola que lo dejó a merced de las olas. Ulises tomó uno de los maderos de la balsa, se sacó las ropas dadas por Calipso, se ciñó al pecho el velo dado por Ino, llamada ahora Leucotea, diosa de las profundidades del mar, y comenzó a nadar. Poseidón, viendo todo esto, hizo un gesto de ira y se dijo que sin duda Zeus quería que los sufrimientos de Ulises se calmaran un poco, permitiéndole llegar a tierra, pero que él se encargaría de que todo no le saliera tan bien. En seguida, fustigó sus veloces corceles y desapareció, momento que aprovechó Atenea para frenar los vientos y permitir que Ulises braceara bien en su marcha hacia la tierra.<br />Nadó durante dos días y dos noches, y cuando ya creía que moriría en el mar, pudo ver, desde lo alto de una ola, una costa cercana, cuya vista le inspiró fuertes bríos, nadando hacia la ribera. Pronto, sin embargo, advirtió que no había allí playa alguna a que arribar, sino acantilados, arrecifes y remolinos, y ese espectáculo lo sumió en una triste divagación sobre su destino, divagación que una enorme ola interrumpió al lanzarlo con toda violencia hacia la costa. Y se habría estrellado y hecho pedazos si Atenea no le hubiese inspirado el gesto de tomarse a una roca con fuerza, siendo sacado de allí por fuete resaca, que volvió a lanzarlo adentro. Atenea acudió de nuevo en su auxilio e hizo que nadara a lo largo de la costa hasta la boda de un pequeño y hermoso río, de suave corriente y sin rocas, por el cual entró sin tropiezos. Al llegar a lugar más seguro dirigió una oración a la diosa, agradeciéndole su ayuda y rogándole no le abandonara.<br />Ganó la orilla del estuario y se dejó caer al suelo, agotado por tan duros esfuerzos y echando agua por las narices y la boca. Descansado que hubo, se apresuró a sacarse del pecho el velo de la diosa y echarlo al agua, de donde lo arrebató una onda que los transportó a manos de Ino. Ulises se retiró de la orilla, besó la tierra que lo salvaba y se acostó entre unos juncos, en donde no estuvo mucho rato. No conocía ese lugar y no sabía si habría por ahí fieras o serpientes; caminó, entonces, hacia una floresta, buscó el grueso tronco de un olivo silvestre y allí se ocultó, haciéndose un lecho de hojas y disimulando el lugar con algunas ramas, tendiéndose. Atenea le trajo el dulce sueño que le permitiría reparar sus fuerzas.<br />La Odisea, Homero. Adaptación de Manuel Rojas. Editorial Zig-Zag, 1989<br />PREGUNTAS DEL LÉXICO CONTEXTUAL<br />Señale cuál de las opciones contiene una palabra que podría reemplazar la respectiva palabra subrayada en el texto, sin que cambie el sentido de éste, aunque se produzcan diferencias en la concordancia de género.<br />1.LINAJE2.DESVENTURADO<br />A)OrigenA)Castigado<br />B)ComportamientoB)Apenado<br />C)AparienciaC)Odiado<br />D)DescendenciaD)Despreciado<br />E)TrazaE)Infortunado<br />3.SUPLICIO4.ABRIGABA<br />A)SacrificioA)Pensaba<br />B)TormentoB)Tramaba<br />C)DueloC)Escondía<br />D)QuebrantoD)Cubría<br />E)EspantoE)Protegía<br />5.RESIGNARME6.TROPIEZOS<br />A)ConformarmeA)Yerros<br />B)ConsolarmeB)Dificultades<br />C)EntregarmeC)Culpas<br />D)AceptarmeD)Novedades<br />E)RendirmeE)Tormentas<br />7.IRRITADO8.FUSTIGÓ<br />A)MolestoA)Alentó<br />B)SobrecogidoB)Vituperó<br />C)IrreflexivoC)Amarró<br />D)TurbadoD)Azotó<br />E)EnfurecidoE)Montó<br />9.DIVAGACIÓN<br />A)Previsión<br />B)Reflexión<br />C)Idea<br />D)Suposición<br />E)Introspección<br />PREGUNTAS DE COMPRENSIÓN DE TEXTO<br />10.El relato presenta un narrador<br />A)Omnisciente.<br />B)Testigo.<br />C)Personaje.<br />D)Con conocimiento relativo.<br />E)Protagonista.<br />11.Ulises estaba en la isla de Calipso porque<br />A)No sabía cómo volver a su hogar.<br />B)La diosa lo retenía contra su voluntad.<br />C)Creía que todos sus compañeros habían muerto.<br />D)Amaba a Calipso.<br />E)Pensaba que nadie podía escapar con vida de allí.<br />12.¿Qué rasgo(s) tienen en común Hermes e Ino?<br />I.Obedecen las órdenes de Zeus.<br />II.Pueden transformarse en gaviotas.<br />III.Ayudan a Ulises.<br />A)Sólo I y II<br />B)Sólo I<br />C)Sólo II<br />D)I, II y III<br />E)Sólo II y III<br />13.¿Qué característica(s) de Ulises se destaca(n) en el fragmento leído?<br />I.Inteligencia.<br />II.Perseverancia.<br />III.Desconfianza.<br />IV.Obediencia.<br />A)Sólo II y IV<br />B)Sólo I y II<br />C)Sólo I, II y IV<br />D)Sólo II, III y IV<br />E)Sólo II y III<br />14.En relación con la orden de Zeus, Calipso<br />A)Reacciona violentamente.<br />B)Se siente ofendida.<br />C)Intenta desobedecer.<br />D)Trata de convencer a Ulises de quedarse.<br />E)Muestra indiferencia.<br />15.El fragmento leído se refiere principalmente a<br />A)La construcción de una barca y la navegación.<br />B)La llegada a la isla de los feacios.<br />C)Los deseos y atenciones de Calipso para con Ulises.<br />D)Las peripecias de Ulises en su retorno a casa.<br />E)La furia de Poseidón.<br />16.En el relato se aprecia que los dioses<br />A)Deciden el destino de los hombres.<br />B)No se relacionan entre sí.<br />C)Desprecian a los mortales.<br />D)No respetan ninguna jerarquía.<br />E)Se ayudan entre ellos.<br />